Partida Rol por web

A Sangre y Fuego (Conan RPG)

Calles de Tarantia

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15/11/2011, 15:20
Soldado de Tarantia

Los aplausos que se podían oír desde lo alto del chafados por el ruido del metal al chocar entre si.
El nuevo adversario estaba fresco y Pretorius estaba dolorido y exausto, pero eso no iba a hacer que se diera por vencido. Una vez mas, puso todo su empeño en bloquear los ataques con la espada tratando de desviarlos en lugar de absorber el golpe con el escudo. Más de uno se le escapó, impactando con dureza en la cota de malla de Pretorius, haciéndole sufrir un dolor sordo pero intenso.

Cuando al fin encontró un buen ángulo, los golpes de Pretorius no cesaron. Con brío y demostrando una resistencia y precisión que ni él mismo recordaba tener, la espada de Pretorius castigó severamente el brazo derecho de su rival que apenas podía defenderse de los golpes por ese flanco. El soldado dejo caer la espada, Pretorius lo tumbó al suelo de una patada y le apuntó a la garganta con las suya. El brazo le temblaba y el sudor le caía por el interior del casco nublándole la vista.

-Trito! te toca...

Después de Trito le tocó el turno a Veratu, después perdisteis la cuenta de los nombres. Uno detrás de otro, los rivales iban cayendo, poniendo al límite la resistencia y el cuerpo de Pretorius. Sus adversarios parecían novatos también, pocas veces habían tenido que enfrentarse a alguien con conocimientos de esgrima, aunque fuera a un nivel básico.

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15/11/2011, 16:31
Director

El oficial encargado del entrenamiento lo supervisó desde arriba y finalmente asintió con la cabeza.

Muy bien, muy bien... Llevadlo a la enfermería a que lo arreglen. Te has ganado la cena, novato.

Ragnar ya había acabado su labor hacía rato, así que se había quedado a las puertas de la herrería con el maestro herrero guardando el verdadero escudo y la armadura de Pretorius. Ahora parecía nueva, y aunque todavía se distinguían los blasones propios de su casa, nada podría diferenciarla de las demás armaduras de la guardia de Tarantia.

Yo voy a tener trabajo arreglando el estropicio que han hecho estos, dijo el maestro herrero, vuelve mañana si quieres,Ragnar, y te enseñaré algo nuevo, pero no puedo pagarte ni un penique.

Alguien ayudó a Pretorius a ponerse en pie y entonces pudo moverse por si mismo, aunque con una cojera considerable.

Entonces fuisteis conscientes de que tres doncellas observaban desde la entrada de los barracones. Estaban tratando de convencer al soldado que había en la puerta para que las dejara entrar, mencionando algo sobre un pañuelo que se les había caído. Un finísimo pañuelo de seda verde clara se mecía por el viento suavemente junto a la arena.

La terraza del castillo estaba demasiado lejos como para que el viento lo hubiera arrastrado hasta allí, al otro lado del río, simplemente por casualidad, pero alguien con astucia podría haberlo dejado caer desde el otro lado del muro oeste sin ser visto, o vista...

   

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15/11/2011, 16:52
Laetizia Molari

Una de las doncellas trata de convencer al guardia que está custodiando la zona hablando con un acento diferente al que se suele escuchar en Tarantia a una velocidad endiablada

- Osea, es que estabamos aplaudiendo desde ahí arriba... - dice señalando la terraza que hay en el castillo - ...y el pañuelo se cayó, ¿sabes? Y claro, como es un regalo de la reina... la reina Zenobia, ¿sabes?... pues eso, que había que recogerlo antes de que se perdiera porque seguramente se tomaría a mal que cuando salga dentro de nada de hacer todos esos asuntos de estado su pañuelo, bueno, que no es suyo realmente ya que lo regaló, está siendo pisoteado por el suelo... o aun peor, ¡que lo lleva una plebeya!. Te puedes hacer a la idea, ¿verdad? Pues eso, que nosotras no queremos que la reina se enfade, que bastante tiene ya con estar separada del rey y tener que llevar el reino ella... y claro, supongo que como buen soldado tu tampoco querrás que se enfade. Por eso lo de querer entrar a por el pañuelo, no queremos dar ningún problema, al contrario... solo queremos evitarlos. Porque no irás a pensar que tres damas de la corte son tan peligrosas que los aguerridos soldados aquilonios necesiten protegerse de ellas, ¿verdad?

Tras soltar la parrafada de tirón con una naturalidad pasmosa, la dondella se queda mirando al guardia con cara de no haber roto un plato en su vida levantándose levemente de puntillas mientras juguetea con un colgante del símbolo de mitra en espera de una respuesta (positiva)

Notas de juego

Si quieres tiro diplomacia (o engañar, lo que mas rabia te de), aunque con los bonos que tengo me parece que poca falta hace ;)

PD:
Una entrada de palco a los entrenamientos de la guardia: 1 pieza de plata
Un pañuelo de seda: 10 piezas de plata
Correr con Carla Bruni como si fueran quinceañeras que van a un concierto de Justin Biever no tiene precio :D

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16/11/2011, 06:26
Pretorius

Con paso vacilante y evidentes gesto de dolor, el soldado que había protagonizado todos los combates del día se encaminó hacia el edificio donde funcionaba la herrería. Sus movimientos eran lentos y algo desequilibrados, como si sus rodillas estuvieran a punto de fallar y el propio peso de su armadura bastara para bambolearlo hacia un lado y hacia otro.

Su brazo derecho colgaba exánime en un costado, y el izquierdo parecía incapaz de soportar el sencillo peso de la espada de prácticas. De un momento a otro, la mellada hoja se escurriría de entre sus agarrotados dedos, y el exhausto personaje no podría hacer nada al respecto. Agacharse para recogerla parecía fuera de toda posibilidad.

Con una creciente sensación de desesperación inundando su pecho, el guerrero decidió detenerse unos instantes para analizar su situación. No llegaría muy lejos en aquel lamentable estado, y probablemente nadie se dignaría a ayudarlo si volvía a desparramarse exhausto sobre el polvoriento piso del campo de prácticas.

Así que se ajustó improvisadamente la espada al cinto y comenzó a tirar del escudo con su mano libre, intentando desajustarlo de su brazo adormecido. Tenía que deshacerse de aquel peso muerto, o al menos llevarlo de otra manera. Necesitaba de sus dos manos libres para evitar caer ignominiosamente de bruces sobre la tierra.

Enfrascado en esta tarea, y casi por casualidad, sus ojos se posaron en las jóvenes que se amontonaban en la puerta de ingreso.

En un principio le costó comprender lo que ocurría, pero finalmente descubrió que las damas parecían señalar hacia algún lugar del patio. Por puro acto reflejo, sus ojos se aventuraron en la dirección indicada, y pronto descubrieron un llamativo destello verde.

Pretorius miró hacia uno y otro lado, esperando las reacciones del resto de los reclutas. Como recién llegado que era, sabía bien cual era su posición en lo concerniente a aquel tipo de asuntos. Y no tenía ninguna intención de excederse tan prontamente en sus atribuciones. Sin embargo, ninguno parecía interesado en la particular escena. Ni siquiera los soldados más veteranos o los oficiales.

Casi con resignación, y aún si haberse podido desembarazar del aparatoso escudo, el novato se dirigió hacia donde yacía indolentemente el pañuelo de seda. Se aproximó a él con paso inestable y luego, con no pocos esfuerzos, consiguió agacharse lo suficiente como para recogerlo. Finalmente, procuró encaminarse hacia la entrada de los barracones.

Demoró un buen rato en llegar hasta las inmediaciones del portón principal, y cuando lo hizo, se dirigió con voz cansada al oficial que custodiaba la entrada.

- Oficial. - el casco hacía reverberar la voz del soldado, que adquiría así un tono de firmeza y gravedad bastante imponente - Creo que alguna de estas nobles damas puede haber perdido esta prenda. - dijo mientras extendía el pañuelo verde al guardia de la puerta.
 

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16/11/2011, 09:31
Laetizia Molari

Parecía que el plan estaba saliendo aun mejor de lo esperado ya que no solo iban a poder establecer contacto con el espadachin que había causado sensación aquella tarde sino que iba a ser él el que iba a contactar con ellas... perdon, no sabía que el microfono estaba en abierto, quería decir que "Afortunadamente uno de los muchos soldados que estaban por el patio parecía entender el drama que era que tan delicado pañuelo estuviera a merced del aire y pudiera ensuciarse".

Tras una discreta mirada de reojo a donde estaba el nuevo recluta pañuelo, la dama que estaba hablando con el guardia saca un abanico y haciendo un par de movimientos casuales (para todo aquel que no estuviera versado en el código de señales usado en la corte basado en ese accesorio) se da un poco de aire esperando el permiso para entrar (porque obviamente, el guardia no iba a decirles que no).

Casi al mismo tiempo que el espadachin zurdo soldado anónimo le lleva el pañuelo al guardia y este se gira, una de las damas (la que está al lado contrario que la que estaba hablando) suelta una exclamación mientras hace un rápido movimiento con la mano como espantando a un insecto volador. En ese mismo momento la otra dama aborda al guardia diciendole (con acento de la provincia de Poitain) que si, que ese es el pañuelo que estaban buscando. Con el guardia confuso entre una maniobra y otra, la dama que había dado la señal de "distraed a este tipo para que pueda marcharme" sacado el abanico da un paso curvo sorteando al guardia por el lado contrario al que está mirando y se adelanta un paso para coger el pañuelo antes que él.

- ¡Oh, muchísimas gracias! - exclama con una sonrisa al acercarse a Pretorius, con un acento que no suena parecido al de ninguna provincia Aquilonia. - Se nota que además de ser un gran espadachin sois todo un caballero. - dice echando hacia atrás los brazos para sujetar el abanico por detrás con ambas manos al tiempo que baja la mirada al suelo - Me extraña no haberos visto antes por aqui... - continua ladeando la cebeza de forma que los bucles de pelo se mueven ligeramente y alternando la mirada del suelo a los ojos de Pretorius -... puesto que vuestro estilo de esgrima indica que habéis estudiado en esta ciudad y no en Poitain, de donde son mis dos amigas... - dice señalando a las otras dos damas - ... ya que en vez de luchar al modo de Zingara usais la técnica de buscar la línea recta entre la punta de vuestra espada, la de vuestro rival y los ojos. Debéis haber entrado hoy mismo en la compañía, ¿verdad?

Notas de juego

Me he tomado un poco de libertad a la hora de hacer la jugada con las otras dos damas porque viendo los rangos que tengo en marear y liar al personal y que el PJ domina el codigo de señales de la corte (creo que salía en el manual The Finest, ya te lo confirmaré) supongo que ellas también... y un 3 contra 1 en combate social (sobre todo estando ese uno practicamente desarmado :D ) va a acabar en victoria para mmi bando :D Si no te parece bien, quieres alguna tirada o lo que sea dilo y edito (poco me cuesta en vez de ir con diplomacia y engañar pasar a usar intimidacion XD )

De momento lo dejo aqui para darle a Pretorius la oportunidad de decir algo (no es plan de hacer un bull rush social sin dejarle tirar inciativa siquiera... claro que para lo que le va a servir XD )

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16/11/2011, 10:50
Soldado de Tarantia

El soldado encargado de la entrada aun trataba de explicarles a las bellas doncellas que era imposible que su pañuelo llegar hasta allí desde el palacio cuando Pretorius llegó. En la rápida distracción que las doncellas crearon para ellos, la joven de acento extranjero, es decir, no sureño, se escabulló ágilmente del guardia.

La sombra de una sonrisa amaneció bajo el yelmo del guardia y dijo:

-Ohh.. Ya entiendo, ya entiendo... je je je... No hay mal que por bien no venga, eh novato?

Dio unos pasos hacia el lado y se recostó sobre uno de los barriles que solían usar para dejar cosas encima a modo de mesa dejando paso a las tres doncellas a la entrada del patio.

-No os vayáis muy lejos o me buscaréis problemas...

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16/11/2011, 13:31
Ragnar Lodbrok

Desde la puerta observo, imparable, todos los movimientos del soldado, su destreza con la espada, sus rápidos movimientos, pero también sus debilidades. El combate había sido entretenido, he incluso le había sorprendido que aquel hombre hubiera aguantado tanto. Recuerdos de su infancia afloraron en su mente, cuando su padre entrenaba con él y sus hermanos pequeños.

Al terminar el combate escucho unas mujeres alborotando en la puerta de la zona de la guardia, desde la puerta de la herrería observo tranquilamente a las alborotadoras. Alguna de ellas realmente era hermosa, pero.. -no he venido aquí para obtener placer de las mujeres hermosas de esta ciudad continuo impasible en la puerta de la herrería.

El paso del soldado realmente era lento, comenzaba darle lastima, pero no la suficiente como para esforzarse en ayudarlo, desde que estaba en esta ciudad nadie le había echado una mano a el así que no se molestaría en echársela a nadie.

Desde dentro del edificio donde Ragnar estaba apoyado sonó una voz tenue -Trae ese escudo y esa armadura ahora hay que arreglarlos ahora -mientras esas palabras sonaban el herrero de la puerta se dio cuenta del detalle del soldado, iba tomar el pañuelo que las alborotadoras reclamaban, en ese momento decidió seguir observado -Jefe, espera a que el soldado recoja su premio por el esfuerzo, observe -mientras tanto el soldado se acercaba a los damas.

En el momento en que el soldado se recorto sobre el barril Ragnar comenzó ha acercarse hacia él

Notas de juego

paso el testigo

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16/11/2011, 15:57
Pretorius

Pretorius estudió algunos instantes la reacción del guardia. Era un recién llegado, y aún no estaba seguro de cómo se manejaban aquellos asuntos. No sabía si la presencia de aquellas jóvenes era algo extraordinario o no, ni si su actitud resultaría ofensiva para sus compañeros de armas. Quizás su nuevo camarada solo buscaba tenderle una trampa, allanándole el camino para que se complicara estúpidamente su estadía en las barracas.

En cualquier caso, la rápida reacción de la muchacha lo dejó pronto sin iniciativa, pues se apresuró a interponerse entre Pretorius y el guardia, obligando al joven guerrero a centrar toda su atención en ella, sin que este pudiera hacer nada al respecto.

- Pues si… - contestó algo dubitativo el novato, sin poder evitar un leve gesto de sorpresa ante las palabras de la joven. No era común que las nobles damas de la ciudad se interesaran por aquellos asuntos, pero la muchacha en cuestión parecía inusitadamente versada en los rudos caminos de la espada. – Lo cierto es que he… efectivamente he crecido en esta región. Aunque hasta ahora mis obligaciones no me habían permitido unirme a las fuerzas del rey.

- Pero os pido que disculpéis mis torpes maneras, noble dama. Me dirijo a vos con descuido, y sin haber recuperado siquiera el aliento. – agregó de inmediato el soldado, mientras su tono iba recuperando poco a poco la gravedad y la compostura - Aunque supongo que el terrible deshonor al que me expongo por mi apurada diligencia no es más que un sacrificio insignificante, que cualquiera pagaría gustoso.

- Después de todo, sería una pena que, por no actuar con premura, el inclemente sol de la tarde terminara por arruinar una belleza tan delicada… - dijo con tono educado, pero sin dejar que su penetrante mirada se apartara siquiera un instante de los dulces ojo de la muchacha.

Aquel parecía un movimiento audaz. Demasiado arriesgado quizás, pues se acercaba peligrosamente a la galantería más desvergonzada. El halago asomaba como claramente dirigido a la muchacha, y semejante frescura no era propia de la estricta etiqueta que regía a las clases más nobles de la ciudad.

A pesar de todo, justo un instante antes de cruzar el límite de la desfachatez, el guerrero apartó su mirada de los ojos de la joven y los dirigió sugestivamente hacia el elegante pañuelo verde. Incluso acompañó aquel ostensible gesto con un leve movimiento de su mano libre, para indicar que sus palabras iban dirigidas al pequeño trozo de seda.

De esta manera, pronto quedó bien en claro, y fuera ya de toda duda, cuál era el verdadero sentido de las inocentes palabras del soldado. Al menos para casi todos los presentes, pues la avispada muchacha, que había sostenido durante largos instantes la mirada de Pretorius, empezaba a albergar sus propias sospechas.

- Mi nombre es Pretorius Constantinus, hijo del Barón Valerius de Tarantia, quien luchó junto a las fuerzas del Rey Conan para deponer al Abyecto Tirano. – dijo mientras dedicaba una ceremoniosa reverencia a la joven, luego de perder algunos momentos en quitarse el casco y guardarlo bajo el brazo que aún sostenía el escudo. - Es un honor.

Notas de juego

Las damas primero, Ragnar. Además, de todos modos tendré que terminar en la herrería. Alguien tiene que quitarle el escudo y la coraza al soldado, jeje.

EDITADO el segundo párrafo, para ajustar mejor el asunto del pañuelo.

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16/11/2011, 16:08
Laetizia Molari

Laetizia mantiene la cabeza ladeada mientras Pretorius habla y alterna miradas al suelo y a los ojos del soldado... al menos hasta que Pretorius hace su arriesgado comentario, momento en el que la dama parece sonrojarse y aparta la mirada, pero al ver que hace un movimiento con el pañuelo, alarga la mano para aceptarlo* dedicándole una sonrisa radiante. Cuando se presenta, Laetizia se vuelve a sonrojar - ¡Oh, que descortés, con lo amable que es y aún no me he presentado! Laetizia Molari, de Nemedia, dama de la muy noble reina Zenobia - dice con una reverencia. - Mis amigas son Lady Annet, que es quien os descubrió desde la terraza - señala a una de las jóvenes que le acompañan - y Lady Luinee, de la provincia de Poitain - continua señalando a la otra - hijas del señor Iolus ex Mulderon... quiero decir... de Mulderon - dice viendo que ha metido el término nemedio para definirla procedencia del linaje. - que muy amablemente se ofrecieron a acompañarme para recuperar el pañuelo que se me había caido. No queremos molestar ni causar ningún problema. - dice mirando al guardia - Así que... ya nos veremos, supongo que el hijo del barón Valerius de Tarantia no tendrá vetada la entrada al castillo. Sobre todo ahora que pertenece a la guardia. Gracias de nuevo, ha sido un placer conocerle - dice con otra reverencia antes de dar media vuelta y marcharse apresuradamente hacia sus compañeras dejando a Pretorius sin saber que le ha sorprendido más, si el delicado y ¿casual? roce del índice de la nemedia en el dorso de su mano cuando esta ha cogido el pañuelo que le había devuelto... o que a los dos pasos el pañuelo había vuelto a caer al suelo.

En cualquier caso, nada más juntarse con sus compañeras las tres avivan el paso hacia el castillo mientras hablan en voz baja**

Notas de juego

* No habia recogido el pañuelo, solo me habia adelantado para recogerlo... pero te estaba dejando la oportunidad para que metieras baza ;)

** Te dejo algo de margen de maniobra para que puedas responder algo antes de que se despida, pero el cierre no es negociable ;) (es decir, cuando se marcha y se cae el pañuelo se reunen las tres y se marchan a buen paso al castillo)

Edito para poner las fotos de las otras dos damas que puso el jefe en la escena del castillo

Lady Annet

Lady Luinee

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16/11/2011, 17:15
Ragnar Lodbrok

Justo en el momento en que Laetizia parte, llega Ragnar junto al soldado. Solo con unos pantalones y luciendo un musculado cuerpo, el color de su piel es blanco como la nieve. Con unos cabellos rubios terminados en dos trenzas que caían por debajo de su rubia barba.

Un mirada directa a la trasera de Lady Annet evidencio que sus modales no eran los adecuados para esos lares. Annet se percato aunque mas que insultada se sintió a alagada, cruzando las mirada con aquel alto hombre del norte y dedicándole una tímida sonrisa.

Sin mas miramientos levanto el brazo de Pretorius son una rudeza inaudita. Con el martillo que llevaba en la otra mano golpeo dos veces con precisión y fuerza el escudo deformado del soldado, no podia quitarse, acto seguido este se desliza suavemente mientras el herrero se lo quita.

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16/11/2011, 18:29
Pretorius

Pretorius le dedicó sendas reverencias a las doncellas, inclinándose cortésmente ante cada una de ellas a medida que la llamada Laeticia las iba presentando. A pesar del evidente agotamiento que atenazaba sus transpirados y bien definidos músculos, el soldado se las arregló para salir del paso con cierto garbo. Al menos sus movimientos eran correctos, quizás incluso fluidos, y no estaban demasiado desactualizados con respecto a las últimas tendencias que circulaban por la corte.

El atento joven se hallaba ya dispuesto a contestarle algo a la noble dama, cuando sintió un repentino y furibundo tirón en su brazo derecho, lo suficientemente ardoroso como para conseguir que sus agudas palabras se le atragantaran en la boca. Además, el imprevisto tironeo había conseguido soltar el casco que el soldado sostenía bajo el brazo, y luego de rebotar un par de veces contra el piso, el sencillo adminículo se había alejado rodando en dirección a la puerta principal.

- Ouch !!! – alcanzó a murmurar Pretorius por lo bajo, mientras el recién llegado continuaba apaleando sin misericordia su brazo derecho.

En un primer instante, el soldado no había podido evitar que un gesto de encendida furia se dibujara en su rostro, pues se había sentido profundamente ofendido por semejante ultraje. Sin embargo, al notar como la oportuna intervención del herrero conseguía liberarlo de su pesada carga, sus facciones se relajaron por completo, e incluso dedicó una mirada de agradecimiento al fornido personaje.

- Sup… supongo que sí… - alcanzó finalmente a contestar el dolorido recluta, mientras se masajeaba profusamente su adormecido brazo derecho. Las intrigantes muchachas ya se habían alejado varios pasos, pero aún podían escuchar claramente la tardía despedida del educado joven - Será un placer.

Tras ello, se encaminó a recoger el casco que aún yacía indolentemente sobre el terreno de prácticas, a tan solo unos palmos de distancia de la elegante prenda olvidada por las doncellas. Pretorius recogió ambas piezas, guardando el pañuelo entre sus ropas. Luego, volvió a dirigirse al fornido sujeto que lo había liberado del escudo.

- Creo que aún no he terminado con todo esto. – dijo mientras observaba con gesto poco esperanzado lo que quedaba de su armadura de prácticas. - Tal vez debamos conseguir un abrelatas…

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16/11/2011, 18:30
Pretorius
Sólo para el director

Notas de juego

Por cierto, Jefe ¿hay alguna forma de tener una idea sobre las identidades de estas mujeres? Quiero decir, si conozco a sus familias, o incluso a ellas mismas de algún lado. O si corren rumores sobre ellas.
 

MASTER:

Todo eso va con las habilidades Conocimiento (Local) y Reunir información.

Iolus de Mulderon es uno de los generales de Poitán que están ahora mismo en el frente con el Rey Conan
 

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21/11/2011, 10:08
Ragnar Lodbrok

-Entremos a la herrería no se si necesitaremos algo de ayuda para quitarte esa armadura -dijo mientras sujetaba el escudo en alto mirando las imperfecciones.

Notas de juego

bueno estoy en el curro no puedo postear algo mas largo xD, es para dar un poco de tiempo al martes por si quiere poner algo

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21/11/2011, 14:47
Pretorius
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Motivo: Conocimiento Local

Tirada: 1d20

Resultado: 3(+5)=8

Motivo: Reunir Información

Tirada: 1d20

Resultado: 16(+5)=21

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21/11/2011, 20:47
Director

Notas de juego

Cuando hagas el ritual de ir a preguntar a gente descubrirás poca cosa sobre Las hijas de Iolus. Viven en palacio y son amigas de Laetizia, la dama de compañía de la reina. Laetizia es Nemedia y su padre tiene bastante influencia en la zona de la frontera con Aquilonia.

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21/11/2011, 23:14
Pretorius

- Con ayuda o sin ella… - agregó el extenuado recluta mientras se encaminaba tras los pasos del fornido extranjero - … será mejor hacerlo cuanto antes. Ya empiezo a sentir de nuevo mi cuerpo. Y no es nada agradable…

Liberados ya de la excitante tensión del combate, los músculos del guerrero habían empezado a relajarse del duro desgaste al que habían sido sometidos. Y con ellos, una infinidad de agudos pinchazos comenzaban a anunciar los terribles padecimientos que aguardaban al orgulloso soldado.

Pretorius masajeaba vigorosamente sus miembros adoloridos, sobre todo el brazo derecho, que por llevar el escudo había tenido que soportar la mayoría de los embates de sus enemigos. Sin embargo, a pesar de todas sus precauciones, el decidido novato ya empezaba a sentir como los calambres amenazaban con aflorar de un momento a otro.

- Por cierto, creo que estoy en deuda con vos. – agregó tras unos instantes de silenciosa caminata, antes de que ambos hombres se internaran en el sólido edificio que albergaba la herrería - Ha sido una muy buena elección.

Con su mano libre, Pretorius palpó un par de veces la espada que llevaba ajustada a su cinto, la misma que había utilizado durante la contienda.

- Está un poco desbalanceada hacia la punta. Tal vez demasiado. Pero era justo lo que necesitaba. La verdad es que me ahorró un tremendo esfuerzo. – dijo con un tono algo afónico, agobiada incluso su voz por el tremendo cansancio.

- Luego del primer combate, apenas si tenía fuerzas para sostenerla. – continuó el recluta con su exposición, más para evadir su mente de los terrible padecimientos que habían comenzado a aflorar por todo su cuerpo que por real interés en la conversación - Pero, afortunadamente, ese peso extra en la hoja permitía que mis golpes se volvieran más contundentes. Solo tenía que alzarla. El resto lo hacía la propia inercia del arma.

- En cierta medida, era como luchar con una masa. No es mi fuerte, como creo que quedó demostrado. Pero es la herramienta ideal para aquellos que están agotados. Cuando las lecciones de esgrima no alcanzan, siempre es bueno poder refugiarse en un último golpe de suerte…

El joven concluyó su comentario con una leve sonrisa, que fue borrada de inmediato por un repentino gesto de dolor. Había sobrevivido a su primer día en el ejército. Solo esperaba poder llegar vivo al segundo.

Notas de juego

La verdad, imagino que tendremos todavía unos cuantos días hasta la nueva actualización. Lo suficiente como para empezar a entrar en tema.

Cargando editor
14/01/2012, 19:44
Director

Ragnar ayudó cuanto pudo a Pretorius, no fue mucho lo que pudo hacer pos sus magulladuras y moratones, pero le quitó la armadura con relativa delicadeza mientras hablaban.

La esgrima no era nada que Ragnar no hubiera visto docenas de veces y aun así seguía sin apreciarla, defendiendo que un buen acero hace más al guerrero que una buena muñeca.  Pretorius sin dejarse achantar defendía que la esgrima es algo mas que muñeca, era práctica y entrenamiento, acostumbrar al cuerpo a responder antes de que la mente pueda siquiera prender la primera chispa de idea. Ambos coincidieron en que a Pretorius le hacía falta mas práctica entre carcajadas forzadas. Así descubrió el aquilonio que tenía no una sino tres costillas rotas.

Ragnar era un hombre duro, del norte. Había recibido palizas como aquellas mas de una vez, y sabía que aquello te hacía duro, si, pero podían dejar secuelas serias si no se curaban decentemente. Tras la charla en la herrería, Ragnar Acompañó a Pretorius a la enfermería, comentando por encima como el bárbaro había aprendido a forjar un refuerzo específico para las costillas y el lateral del abdomen, ligero,  para llevar sobre la cota de malla y mucho más flexible y barato que una coraza.

Pretorius pasaría la primera noche de servicio en la enfermería según el "matasanos" de la guardia y Ragnar debería empezar a hablar con los encargados de los barracones, por si le ofrecían, en palabras del maestro herrero, un catre donde caerse rendido. Si no, tendría que largarse a la ciudad en busca de una cama caliente o los bajos de un puente seco. A la mañana siguiente tendrían otro día de trabajo duro, mucho que aprender, en la fragua y en la arena, con espada y martillo. Con escudo y yunque, así que se despidieron con una sutil pero jocosa broma sobre el trasero de la doncella que habían conocido esa tarde.

Cargando editor
16/01/2012, 18:44
Director

El cirujano, como lo llamaban, colocó no con poco dolor por tu parte, las costillas ligeramente en su sitio, para que soldaran adecuadamente. Luego te vendó el torso y las heridas. Te costaba respirar, pero así evitaría que se te tensara demasiado la caja torácica.

-Podría darte algo para el dolor si esta noche no consigues dormir, pero por ahora tendrás que aguantarte como estás. Es mejor que te acostumbres al dolor, por ti y por las arcas del reino. Estas hiervas no son baratas, hay que traerlas de muy al oeste. Y los pictos...

El sanador te dejó con la historia a la mitad y continuó con su ronda con los presentes. Huesos rotos, algún caso de intoxicación por la comida y un caso de fiebre aguda por mordedura de rata.

Realmente, la vida de soldado era dura, pero con algo de suerte, gracias a tu nombre de familia o a méritos propios, ascenderías rápido.

Notas de juego

Ya me dirás que haces esta noche... Si quieres puedes inventarte un "monodialogo" con algún pnj para trabajar más tu pj o algo así. Si prefieres hacer otra cosa que requiera mi "intervención divina" tendrás que esperar algo de tiempo a que te pueda hacer caso, pero lo resolveré en cuanto pueda.

Cargando editor
16/01/2012, 19:21
Director

Ah si? Eso dice el herrero? Pues creo que se puede ir a tomar por culo lo que él diga.

El gerente de los barracones era un tipo mal afeitado que tenía un ojo bizco, acompañado por una cicatriz que le sesgaba el pómulo en dos mitades. No era de complexión muy fuerte pero parecía en forma.

Este barracón es solo para reclutas y soldados. No vamos dandole cobijo a cualquier bábaro mendigo que se cree alguien por tener un martillo.

Aquí los herreros viven en las dependencias del servicio, pero solo aquellos a los que se les paga.

Y no, no me vengas con tonterías, de que si te quieres alistar o bla bla bla... Imitó tu acento el gerente con poca gracia. Las gentes del sur llamaba por eso bárbaros a los del norte,por su forma de hablar. Las admisiones solo se hacen por la mañana y hasta que no estén debidamente documentadas no se te asigna un puesto. Además, los trámites para los bárbaros son más largos. Puede tardar varios días.

Notas de juego

Tu mismo, puedes intentar intimidar, engañar, buscar alternativas, meterte un dedo en el cu... bueno, ya sabes, lo normal en un juego de rol.

Cargando editor
17/01/2012, 20:15
Ragnar Lodbrok

-Bueno hombre no se ponga así, por cierto -deja un pequeño espacio para reflexionar -mañana hablar tu con Oficial de la Guardia y le explicas la razón de por que sus armaduras que tenias que estar listas para primera hora de comer no lo están y también le explicas el motivo de al maestro armero de que no me des cobijo en estas instancias -con unos gestos tranquilos con las manos -solo espero que mañana sigas teniendo trabajo, seria una pena que no tuvieras con que comer

- Tiradas (1)

Motivo: Carisma

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+1)=19

Notas de juego

tiro carisma para ganarme su confianza, pero todas las habilidades funcionan igual +1 por carisma.

Estoy currando mucho esta semana así que perdona por la brevedad.