Valenso se levanta algo bebido y mira a Domingo, a su escudero, y a los dos sabios.
- Me voy al palacio. Con mi guardaespaldas. Mañana me gustaria veros Domingo. Y tambien a vos kwong-ga... de hecho, si lo deseais y no teneis otro lugar donde descansar, podeis ir esta misma noche a palacio. Ordenaré que se os encuentre alojamiento provisional y ya hablaremos mañana. Tomás - dice mirando al escudero- Encárgate de eso. Ve con el sabio ahora... dentro de un rato... cuando termineis de cenar. Yo e Ydhir nos adelantaremos
Mi señor os quedo muy agradecido ,como bien habéis dicho no llevo demasiado tiempo y vuestra oferta es de lo más oportuna.Me levanto y realizo una reverencia en dirección a mi futuro patrón.Acompañare a vuestro escudero cuando él lo considere oportuno.
Por supuesto, ser...
Dice el niño, entre borracho y adormildo, fingiendo seriedad y formalidad por unos instantes, pero un repentino ataque de hipo le traiciona.
-Yo le llevaré a palacio cuando lo pida.
Sorprendido no pudo evitar una mueca de culpabilidad, como preparándose a una bronca apunto de caerle encima...
Tened cuidado...comentó risueña la norteña,algunos de vosotros ya sabéis cuanto pueden desmadrarse estas fiestas,¿no es cierto capitán?dijo mirando a Domingo, en fin, mañana nos veremos.Tras decir esto se giró y comenzó a caminar hacia la puerta de la taberna.
El noble sonríe y se despide con el gesto de tocar un imaginario sombrero.
- Domingo, como siempre es un placer. Kwong-ga, si vais a entrar a mi servicio... - el noble se detiene un instante buscando las palabras adecuada, es evidente que su perspicacia se ve algo mermada por el alcohol y, tal vez, por tener sus pensamientos en otros menesteres- ... daros un alojamiento es lo mínimo que a un señor de mi rango se le puede pedir. - y ya por último mira a Tomás- Nunca os avergonceis ni pongais cara de culpabilidad, salvo que sea eso lo que quereis transmitir para que os subestimen, o salvo que hayais hecho algo que acarree a vos, a uno de vuestros superiores o a vuestra patria deshonra. Y nada de tales cosas ha provocado vuestro comportamiento de hoy, Tomás. Cuando los hombres beben en una taberna entre ellos, uno debe saber que hay cosas inevitables - le explica sonriéndole.
Tras el largo discurso a modo de despedida, mira a Ydhir y menea la cabeza, riéndose para si. Y sale de la taberna en compañía de la "guardaespaldas" norteña
Nada más estar fuera de la taberna, Valenso agarra a Ydhir de la muñeca, y hace que la norteña se gire, quedándose mirándola a los ojos. Entonces le suelta la muñeca y pone su mano lentamente en la cintura, y le acerca hacia si, hasta abrazarla pegándola a su cuerpo y besándole apasionadamente durante largos segundos
- ¿Serás buena, Ydhir, o serás mala? - le dice tras el beso, apartándose un instante, susurrándole en tono entre lujurioso y, sin embargo, sin asomo de la diversión que respiraba dentro.
El pirata sonríe ante el comentario de Ydhir y le guiña el ojo a modo de respuesta, pues tiene la boca llena de estofado.
Cuando el noble se despide finalmente, Domingo traga lo que le queda. Por un momento parece que se ahoga, pero se sacude de lado a lado y se le pasa.
-Claro, para mi también. Responde. Yo también iré tirando, o mi madre me dará una buena tunda. Medio bromea, aunque lo dice en serio.
También se levanta para abandonar el local, pero repara en una persona.
-Damon. Usted se viene conmigo, verdad?
-Por supuesto mi capitán, muestreme el camino que yo le sigo.-responde Damon mientras se coloca detrás de Domingo preparado para cogerlo si se cae.- A sido un placer hablar con un compañero intelectual Kwong, espero que nos volvamos a ver algún día.
La joven respondió con pasión al beso del noble, era evidente que le había gustado, cuando sus labios se separaron miró atenta a Valenso y tras escucharle atenta se acercó a su oido para susurrarle con aparente lujuria, de momento planeo ser buena, pero todo depende de como te comportes... comentó dándole un pequeño mordisco en la oreja al joven. Vayámonos de aquí... continuó separándose un poco.
Ydir y Valenso se marcharon de la taberna sin preocuparse de quien los siguiera, dejándose llevar por la lujuria y la borrachera incipiente. Aun así, mientras se alejaban tuvieron tiempo de tropezarse varias veces con sillas o borrachos, magrearse un poco y reír a carcajada abierta mientras el resto los observaba con cierta envidia.
Por su lado. Domingo y Damon decidieron marcharse también. No es de buena educación hacer esperar a una madre... Se despidieron de Kwon-ga y el joven escudero, Tomas, así como de todos los miembros de la tripulación que aun se mantenían de fiesta. Les costó cinco brindis y dos canciones de marineros borrachos lograr salir de aquella taberna y más aun lograr que el perro de Daemon se acercara lo suficiente como para agarrar su correa.
Solo quedaron Tomás y el erudito Kithano, mirándose el uno al otro, sin saber demasiado bien como actuar a continuación.
Pese a que en la taberna todavía se escuchaba un ruido ensordecedor de jarras chocando, alguna pelea y música improvisada, en la mesa en la que se encontraban Kwon-ga y el escudero reinaba el silencio.
El chaval ya se había acabado su medio cuerno de cerveza, Comentó finalmente...
-Tiene que tener usted mucho dinero...HICK!... Para viajar tan lejos.
Mucho dinero?. Visto ropas que fueron decentes hace mucho tiempo y me veo obligado a tratar con gente que normalmente no tocaría ni con un palo de lejos.Reprimo un suspiro y esbozo una sonrisa .El chico no lo ha hecho con mala fe así que contestemos de forma agradable .No , amigo mio soy un pobre erudito y mi bolsa esta tan vacía que cada vez que la abro y alguien habla cerca se oye hasta el eco.Me levanto de la mesa con calma .Creo mi joven acompañante que deberíamos retirarnos así que guíame hasta nuestro alojamiento
-Mi señor padre dice que a los eruditos hay que escucharlos, pero no hay que hacerles demasiado caso...
El muchacho pareció mas animado una vez empezasteis a moveros. Salir de la taberna os llevó menos tiempo que a los demás, pues pocos os conocían y nadie trató de entreteneros.
-Creo que deberíamos dar un rodeo y tomar el camino mas largo. Don Valenso querrá algo de intimidad. Dijo el muchacho al salir de la taberna. Lleva mucho tiempo detrás de esa bárbara. Las cosas en el frente no van demasiado bien, y a mi señor le vendría bien algo de relajación.
Su corta edad y la depravación de aquella cultura occidental le otorgaban una inquietante combinación de inocencia y consciencia.
-Le apetece ver algún lugar? Conozco bastante bien esta ciudad, podría guiarle donde quisiera y seguro que podemos encontrar algo interesante para usted. Siempre que no quiera ir a las catacumbas, claro... Las personas decentes no están bien vistas allí.
Observo de reojo al pequeño bajo un nuevo prisma.Hasta ahora te tenia por un inocente acompañante pero es posible que me haya confundido. Pequeño intrigante, lanzas el anzuelo para ver si pico pero es cosa tuya o de tu amo?. Mordere el anzuelo pues una trampa conocida ya no es tal.¿Las catacumbas ? Que hay allí que impida el acceso de la buena gente?pregunto con aire inocente .
Mala gente, señor.
Pese a que el muchacho tratara de disimular, la tensión de sus hombros y un ligero desvío de la mirada te revelaba que no le gustaba mucho hablar del tema.
Solo rufianes y gente despreciable se oculta bajo tierra. Vagabundos, Contrabandistas, ladrones... Todo aquel que tenga motivos para esconderse.
Una vez mi primo, Don Álvaro bajó en busca de una... señorita, muy especial. Volvió con los bolsillos vacíos, en calzones y con una oreja menos que cuando entró. Tuvo suerte de que mi señor padre pagara un rescate de dos maravedís de plata por ese inútil.
Hizo una pausa recapacitando.
Don Valenso también estuvo allí durante la rebelión según me contó la bárbara pelirroja. No le gusta hablar de ello, pero dijo que había muchas ruinas de hace eones y arquitectura interesante. Pero ella no estuvo allí, así que...
Observó tu expresión, sondándola y concluyo.
Ha muchas entradas a las catacumbas, yo solo conozco un par, pero si mi señor padre se enterara de que he ido me daría una zotaina y metería a Valenso en problemas.
Si le interesa, dijo resignado, nadie las debe conoce mejor que Vizarro, de la tripulación del Capitán Domingo, dijo señalando el interior de la taberna de la que acababais de salir. Yo puedo esperarle en el puerto, pero yo no quiero tener nada que ver...
Levanto una mano y hago un gesto para detener su discurso.Si es tal y como me has contado no creo que debamos , ni tu ni yo,aventurarnos en ese lugar .Recalco el tu y yo antes de dar la la espalda a la taberna .Casi mejor vamos a dormir y dejemonos de aventuras insensatas.Pongo una mano en su hombro en tono paternal .Descubriras que la vida ya es de por si bastante peligrosa sin que vayamos a buscar más alicientes