Efectivamente, al colmarse nuestra efimera paciencia, habíamos actuado como dos aldeanos en ese nido de serpientes... Sin embargo, cuando ese soplón cuestionado nuestra forma de encarar el propósito, y el compromiso con el mismo, la fiereza de mi intimidante mirada matadora le había convencido de que era mejor no volver a tocar el tema.
Atento, trate de guardar en mi memoria los nombres y los lugares... No así el rostro de nuestro informante. Los brujos siempre han sido algo de temer, y no sería mi intención mal pagar a la alimaña...
Una vez solos nuevamente, miro a la muchacha que llena mis noches, y curiosamente, mis días, de un tiempo a esta parte.
-Parece simple, no? Digo restando importancia a un asunto tan mortal como danzar con un demonio... A sabiendas que esa podría con certeza, ser nuestra última noche.
Dejo las monedas que el alfeñique indica por su meado de gato, y ambos nos ponemos en marcha, con rumbo firme, pero dando muchos rodeos para no ser vistos antes de tiempo.
-Dime gatita, te gustaría hacer uso de algunas telas exóticas? Tengo un plan Digo guiñando un ojo, al tiempo que, caminando a la par como vamos, la cubro con un musculoso brazo derecho que la hace ver pequeña y fragil Y es lo opuesto, una gran mujer, y dura como el acero. Pienso intentando no dejar que se filtre nada.
-Vamos a comprarte otros ropajes, andando. Apuro el paso camino a uno de los tantos puntos de compraventa de la ciudad... Donde mercaderes, esclavos, ladrones y pordioseros se amontonan como piojos en costura para tratar de hacer la moneda del día.
Enarcò una ceja cuando sintiò el pesado brazo de Wulferic sobre ella pero no lo apartò, de vez en cuando disfrutaba de aquellas cosas que èl hacìa sin pensar y ademàs, no llamaban la atenciòn de nadie y eso era lo que querìan precisamente en ese momento. Cuando llegaron se volviò a èl y negò con la cabeza.
-¿Què te hace pensar que voy a verme bien en esas cosas?
Pero no aguardò nada y comenzò a escoger algo con lo que no se sintiera tan rara, aunque sòlo lo fuera a usar una vez y se escondiò tras una tela miràndolo a èl sensualmente.
-No me respondas, seguramente diràs que me verìa mejor sin nada... Te conozco.
Levantò la mirada unos instantes y respirò profundo, vio a una pequeña niña correr entre las piernas de su padre y le recordò a sì misma y de ahì el recuerdo siguiò hacia sus hermanos y una cosa llevò a la otra porque pronto comenzò a sentirse furiosa. Echò el ropaje donde lo habìa cogido y lo mirò a èl.
-Elige el que màs te guste, me da lo mismo.
No estaba molesta con èl pero habìa cosas que no podìa evitar y aunque no se lo habìa dicho nunca, era el ùnico en el que confiaba para contarle aquello. Se cruzò de hombros y mientras lo dejaba elegir, intentò olvidarse de las cosas que habìan venido a su mente dirigièndose a èl.
-Creo que tarde o temprano vas a tener que decirme tu plan... Y espero que sea tan sencillo como dices.
Esbozò una sonrisa irònica y le guiñò un ojo con sensualidad; por èl podìa olvidar muchas cosas.
El sol empezaba a caerse ya del cielo, dejando el firmamento del color de la sangre salpicado de nubes grises. Tal vez fuera un mal presagio, o tal vez solo un hermoso cuadro que os regalaba Mitra, pero tus ojos no se pasaron por la ventana hasta muy tarde.
Habías pasado toda la mañana y el día en la habitación con Enzza, ensayando, disfrutando de tus acordes precisos y de los suyos temerosos, de su rostro, de sus ojos... Te bebías aquellos ojos azules como el mar mientras ella tocaba. Era una buena elección, seguro. Muy buena elección.
Cuando acabó la pieza por fin os dirigisteis hacia vuestra cita, en el pequeño palacete del Patricio que iba a financiarte, si todo iba como esperabas.
La casa de Vattrodare D'Accardi se alzaba triunfante en una colina con vistas al mar y al puerto, pero lejos del olor a pescado y meados de marinero borracho, en el distrito noble de Messantia. Su fachada de piedra blanca de cantera estaba cubierta sutilmente en el primer piso por mosaicos de ricos colores, sin desentonar con el entorno de un modo chillón, aunque llamando la atención a todo el que pudiera pasar. Sobre el segundo piso, las tejas de color arcilla reposaban sobre canalones de bronce y tallas de piedra en las gárgolas.
Antes de que llegarais a la puerta, el sirviente de la familia D'Accardi abrió la puerta y os vino a recibir, haciéndoos halagos y los típicos rituales de cortesía mientras os guiaba al interior.
-Por favor, tengan la bondad de esperar aquí. Ahora mismo el Patricio Vattrodare se encuentra reunido. Os dejó a ti y a Enzza en una sala diseñada para impresionar a las visitas. Trofeos de caza, obras de arte y armas adornaban la estancia hasta el punto de no dejar un lugar libre para relajar la vista. Te distrajiste un momento al ver lo preciosa que era la joven esclava que te acompañaba y luego oíste algunos gritos de discusión. Eran lejanos y amortiguados por las puertas que los contenían, pero parecía una discusión importante y acalorada.
Se prolongó durante unos cinco minutos y de pronto cesó. La puerta del fondo de la estancia se abrió y salieron dos hombres. A uno lo conocías bien, era aquel que te había "reclutado" hacía poco en una taberna del puerto. El Patricio D'Accardi vestía a la moda de la ciudad. Mangas anchas de dos colores distintos en un jubón de seda ajustado al pecho, con un chaleco de piel cuero suave cerrado con pasadores de plata y calzones de lana gris que se ceñían en las botas altas. Su barba estaba recortada con espero, pero estaba algo despeinado y un hilillo de sudor frío le recorría la frente hasta perderse en una de sus cejas.
El otro era un completo extraño para ti. Era un palmo más alto que cualquiera de los que estuviera en la sala, pero su constitución era delgada y fibrosa. Su piel tenía el tono cetrino de la gente del sur, o de los desiertos del este, sus rasgos faciales eran alargados y tení la cabeza completamente afeitada, al igual que las cejas, cosa que le daba un aire turbador. Solo una larga perilla muy fina aparecía debajo del labio inferior, de apenas unos centímetros de pelo negro y liso. Iba vestido con ropa amplia y cómoda, como un sacerdote. Una túnica de mangas largas color ocre con un tabardo estrecho de color ámbar. Llevaba sandalias de cuero, pero llevaba un enorme número de joyas de oro en el cuello, orejas y brazos.
-Aah!! Amigo mío!! Dijo el patricio visiblemente alegre mientras te abrazaba y te estrechaba la mano en un mismo movimiento. Pensaba que no llegarías tan pronto. En fin, da igual. Después de un instante de silencio, en el que observa a Enzza con descaro, rompe de nuevo.
Vaya, que descortés he sido...
os presento a un buen amigo mío, el maese Ahg-Malet-Kar. Ahg-Malet-Kar, estos son el Mecir Falco di Salina, nuestro músico, y esta preciosa acompañante es la nueva adquisición de la que os hablé. Toda una ganga! pagaría tres veces el precio convenido por esos preciosos ojos azules... Pero no se lo digáis a nadie, tengo una reputación de negociante durísimo que mantener. En todas sus palabras se reflejaba la orgullosa sonrisa triunfal que Vattrodare siempre llevaba consigo.
El extranjero hizo una una leve inclinación de cabeza a ambos, distante y fría, mientas mantenía los ojos clavados en los de Falco intensamente, para luego pasar a mirar a Enzza.
-El maese ya se iba, será mejor que no le entretengamos con cuentos y rimas, es una persona muy ajetreada.
-Hasta esta noche, Mecir. Patricio... Su voz era tranquila, suave y pausada al despedirse, pero el tono de su voz era tan poco natural como su aspecto. Profunda como un pozo en plena noche y potente como una avalancha de rocas en un acantilado. El sirviente de la casa lo acompañó hasta salir de vuestra área de visión.
-Falco... Dijo sin perder ni un momento en mas formalidades ni rodeos. Se que faltan pocas horas para la actuación, pero vas a tener que hacer unos cuantos cambios en el repertorio de esta noche. Dijo serio y sereno. Nada del otro mundo, tranquilo, confío en tu buena maña como músico...
He mandado invitaciones a gente importante, con oídos importantes en los que untar miel... a ver si pica alguna abeja! Hizo una mueca de complicidad.
Tendrás que tocar varias piezas clásicas, de muy buen gusto y elegantes, pero con eso solo conseguiremos que se duerma todo el mundo pasada la media hora... Te has enterado del Consul Trivella? de que se acuesta con la reina?...
No?, no me extraña, aun no lo sabe ni él, pero esta noche lo sabrá todo el mundo, verdad, amigo?
Aah.. No te preocupes ni pongas mala cara. Seguro que inventas buenas rimas, algo discreto y no muy llamativo. Sutil como las notas de un arpa. Ese mal nacido de Melana Trivella me está causando muchos problemas, y por si fuera poco los piratas Zíngaros vuelven a dar por culo...
No le pasará nada malo. Si tuvieran que llevar a la horca a todos los que se dice han montado a la reina Penellia lla no quedarían caballeros, gladiadores ni perros. Eso si, si el rey lo sospechara no le dejaría mucha baza a la hora de administrar impuestos.
Hizo una pausa que aprobechó para levantarse y recoger papel, tinta y cálamo y traerlo ante ti.
Bueno, ya sabes como va esto... Entre un par de canciones subidas de tono y algún detalle o licencia, admirando a alguno de nuestros amigos...* cuelas una nueva canción que has escuchado... En un viaje en barco, o yo que se... El artista eres tu. Dice mientras te entrega el papel, esperando que redactes la letra de la nueva canción. Pon también alguna broma sobre el bigote de la esposa de Vero Treano, siempre son graciosas las bromas. Dice guiñando un ojo con verdadero peligro. No es inconsciencia lo que se asoma en su sonrisa, es puro odio.
A parte de eso... Hay algunas piezas nuevas, que seguro quedarán la mar de bien hacia el final, el grán colofón!
Vattrodare le tendío a Falco un taco con partituras de laud. No las había escuchado nunca, ni reconocía la melodía, pero la armonía sobre el papel era endiabladamente perfecta. Escalas que jamás habías visto con acordes casi imposibles. Todo un reto para un verdadero músico de Laud.
Elije la que mas te guste, seguro que arrancas lágrimas y aplausos con cualquiera de las tres que te he dado.
Micer Falco di Salina, nos vamos a hacer de oro!
*Tienes libertad para inventarte nombres.
El paseo hasta la casa del Patricio fue muy agradable. Falco se permitió el lujo de alargar la caminata un poco para disfrutar de las vistas y de las casas, y que Entzza viera a la capital de Argos en todo su esplendor.
Además, podía notar orgulloso las miradas de más de un viandante que se desviaban hacia la muchacha, que pese a ir cubierta por la capa, no dejaba de llamar la atención por su belleza.
Le sonrió a la muchacha de forma tranquilizadora mientras esperaban en aquella lujosa sala Todo esto está destinado a impresionar al visitante. Todos los nobles aquí lo hacen, y supongo que... en tu tierra natal tenéis costumbres parecidas le dijo sin querer dar datos sobre la esclava ya que incluso allí las paredes oían y a nadie debía importarle el origen de Entzza, salvo a él
No pudo sino enarcar una ceja ante la discusión que apenas oía, pero esto eran cosas no muy habituales... llegar a ese nivel de discusión habiendo un visitante cerca
Sin embargo Falco hizo como si no se hubiera percatado de nada en cuanto apareció Vattrodare, al que saludó primero cortés y educadamente, y luego con algo de familiaridad, respondiendo a la cordialidad del Patricio.
Pese a todo quien llamó su atención, aunque procuró disimularlo, fue el extranjero. Sus modales secos y sus ropajes apuntaban a que era alguien del sur, pero el trovador se dejó de cábalas cuando Ahg-Malet-Kar clavó su mirada en él. Ése era un juego que todo argoseano noble conocía al menos en sus rudimentos, pero un trovador argoseano era un maestro en ello, y le sostuvo la mirada sin parpadear ni desvelar ninguno de sus pensamientos o intenciones...
Que luego mirara a Entzza ya no le gustó nada, pero seguía imperturbable, hasta que se despidió con aquella voz cavernosa. Falco se limitó a un cortés y correcto movimiento de cabeza, y en cuanto Ahg-Malet Kar se hubo ido, diría que se respiraba más y mejor en la sala...
El trovador escuchó las palabras de su amigo con una amplia sonrisa, y le hizo un gesto a Entzza como diciéndole justo lo que me pensaba, cambios y más cambios de última hora...
No os preocupéis, mi querido amigo, nosotros los artistas estamos acostumbrados a que lo planeado altere su curso en cada actuación. A ver, decidme lo que tenéis pensado... le dijo con una risa suave, mientras escuchaba las recomendaciones y chismes que le contaba Vattrodare
Veamos, lo que pretendes es que el público esté tranquilo y relajado hasta que llegue... la diversión. No hay problema, yo tenía pensado intercalar algo ligero entre las primeras piezas clásicas, pero comprendo el efecto que buscas... asintió divertido con la cabeza. Ponerle las peras a cuarto a alguien de la posición del Cónsul iba a ser como mínimo interesante...
Déjame pensar un momento... ajá, ya lo tengo. Empezaremos a caldear el ambiente loando al buen capitán Lino Torriano, que es uno de los favoritos de toda Messantia, por no decir de todo Argos y acaba de regresar hace poco victorioso tras su última singladura... Aquí Falco jugaba sobre seguro. Paulino Torriano no era solamente amigo personal de Vattrodare y conocido suyo, sino uno de los capitanes más famosos de todo el reino.
Y continuaremos alabando la buena iniciativa comercial de la casa Corfinus. Tólmides nos proporciona material tanto para alabar como para reír un poco, ante los fracasos que ha experimentado antes de conseguir lo que se proponía... Otra buena baza. La Casa Corfinus tenía sólidas relaciones no sólo con Vattrodare, sino con gran parte de la nobleza y, tras varios sonados fracasos a cual más ridículo, Tólmides Corfinus por fin había conseguido abrir una nueva ruta comercial que podría proporcionar a todos pingües beneficios.
Por favorrrr... la esposa de Treano es cosa fácil, pero en fin, sea como quieres. Tendrás tu broma y te prometo que todo el mundo se reirá a mandíbula batiente dice riendo él también cogiendo la pluma y mojándola en el cálamo.
Para sorpresa del Patricio, Falco empezó a escribir con total y absoluta seguridad, como si los versos y las rimas brotaran en ese mismo instante de su cabeza... D hecho no era así, por supuesto. Falco había ido escogiendo las rimas y componiendo los versos al mismo tiempo que había estado hablando con su amigo.
El trovador era un hombre inteligente. Y ya de niño descubrió que podía estar pensando en una o dos cosas a la vez, mientras hacía otra absolutamente diferente. El descubrimiento se hizo mil veces más agradable cuando comprobó que los demás niños no podían hacerlo, ni tan siquiera la mayoría de adultos. Y algunos incluso les costaba pensar y actuar a la vez...
Por ello decidió guardar su habilidad en secreto, y explotarla lo mejor posible... y eso, desde luego, no era sirviendo en la milicia.
Dicen que hay en los establos una yegua real
que está realmente muy bien montada,
mas quien le hace el freno tascar
de placer no es su dueño el semental,
pero a ella su vil pasión le parece la miel más sana...
Y por mucho que su real amo por montarla desespera
día y noche,
noche y día,
es el cónsul quien por ella más de tres veces se desvela.
Falco dejó la pluma en el tintero con gesto triunfal, y le mostró el poema a su amigo, esperando que causara ya en él el efecto que ambos estaban buscando...
Continúa en el siguiente mensaje, que haré esta tarde o mañana XD
El trovador rió complacido nada más ver el rostro del Patricio. Eso quería decir que había cogido los juegos de palabras a la primera, pero pese a todo, con paciencia didáctica, se los fue explicando, mientras añadía
Y he pensado decir que es una cancioncilla que se escucha en las tabernas y puertos de toda Zingara... Que carguen ellos con el muerto, aunque desde luego habrá quien no lo creerá... pero oficialmente quedará la mar de bien para todo el mundo, supongo!
Falco y Vattrodare dialogaron un poco más acercan de la letra, y entonces fue cuando el trovador volvió a sorprenderlo
Pero además esta canción quedará en la memoria de la gente, porque la vamos a tocar de una forma que no se ha escuchado jamás en Messantia, y dudo que a alguien más se le haya ocurrido en toda Hiboria!
El orgullo de Falco crecía por momentos mientras le contaba al Patricio cómo iba a ser la ejecución de la pieza
Mira, ella tocará una melodía clásica, elegante y formal que marcará como si dijéramos el ritmo. Y yo empezaré con ella, y poco a poco me desviaré transformándola en una tonada alegre y cómica, que se escuchará por encima de la otra...
Eso llamará poderosamente la atención de la concurrencia, y será entonces cuando empiece a cantar la letra...
Falco movió sus brazos con un ademánm arrollador, como para dejar claro que aquello barrería y sería un éxito espectacular. Será lo nunca visto, créeme... terminó diciendo con una amplia sonrisa
Entonces recibe de Vattrodaro las partrituras y, aunque en un principio intenta mantener la compostura, poco a poco su rostro revela su emoción
Por todos los dioses, Vattrodaro! ¿A quién le has vendido el alma para conseguir esto? Hay rascatripas que no llegan ni a juglares que matarían por tan sólo un par de estas líneas... Y tú has conseguido no una composición completa, sino tres!!!
Ésta es una verdadera maravilla... las otras son tal vez igual de buenas, pero ésta... ésta será la que tocaré y me hará famoso! añade agitando la partitura en sus manos, feliz como un niño
Y enseñándosela a Entzza le dice al Patricio con una sonrisa de oreja a oreja
Bueno, si tenemos el éxito que supongo, las otras dos acabarán siendo mías ¿no, mi queridísimo amigo?
Continuará en el siguiente mensaje, que ya será ppalmente entre Falco y Entzza, espero poder hacerlo esta tarde o mañana XD
Si te parece, haré el post de manera que si te va bien, y los otros pjs anden cerca, igual puedan contactar aunque sea de pasada y por primera vez (terminar en una taberna tomando una cerveza y sacando a colación el nombre de Ahg-Malet-Kar)
Falco acaba de puntualizar los últimos detalles con su amigo acerca de su actuación y, tras despedirse cordialmente de él, Entzza y él regresan a la posada.
El camino de regreso es aún más jovial para el trovador, que parece estar en la gloria ante las perspectivas de su casi seguro éxito, y va charlando con la chica sobre detalles de las canciones y demás...
Venga, dejemos todo esto en la posada y vayamos a aclararnos la garganta un poco, que nos lo merecemos... le dice a la cada vez menos sorprendida esclava, que ya no se extraña tanto del trato que le da su nuevo amo
Tenemos tiempo de sobra para arreglarnos para la actuación y repasar los últimos detalles, así que permitámonos una cerveza... mañana tal vez sea vino de Kyros el que bebamos! dice al llegar a la cercana taberna y llamar la atención del tabernero
Dos jarras de cerveza, y sírvelas rápido que somos gente ocupada! ríe el trovador al mismo tiempo que intenta hacer sonreír a la chica
Por cierto, menudo invitado tenía mi amigo... y menudo nombre. Parece que hagas gárgaras cuando lo pronuncias... Ahg-Malet-Kar dice, poniendo cara cómica al pronunciarlo...
El trovador siguió charlando un rato con Entzza, dándole consejos y recomendaciones para su actuación y, tras terminarse la cerveza, subieron a la posada para prepararlo todo para la actuación...
Perdona que no lo haya alargado mucho más, pero estos días con los cambios de tiempo no ando muy fino y me duele todo... En fin, ya mejorará XDDD
Y me descuento el 0.5 de la cerveza XD
Tan simple como un aesir puede ser, tomo la que habìa llamado mi atenciòn, pago por ella unas monedas, y me apresuro a darselas a Krishta sin dejar de devorarla de arriba abajo, lujurioso.
Auditorie di Gialeas cruza por mi mente, y decido hacerme una promesa.
Verás gatita ronroneo Vamos a ir hasta el auditorio ese, vamos a pescar un comerciante, un tendero, un don nadie que se crea alguien alli cerca, yo le voy a estrujar el cuello y el craneo hasta que diga tanto como sabe del lugar en que entonan sus patéticos trinos los pajaritos de la civilizaciòn, y en base a ello, buscaremos una puerta trasera... Se me prende una lamparita de aceite Un revendedor de entradas! je je, vamos a entrar por una puerta trasera, y si tienes que comerte un guardia para ello, lo harás, así entramos, y damos acero y sangre a la serpiente...
Posando mi enorme manota sobre su trasero, ahora cubierto de suaves y traslusidas telas propias de una muchachita lijera de cascos acostumbrada a sembrar caos en la ciudad de la riqueza, estrujo su deliciosa figura contra mi pecho, y siento como nuestros cuerpos se rozan, tanto asi que la sangre me fluye a borbotones rumbo a la entrepierna... Recuerdo la promesa que se me ocurrió hacerme.
...Recién esta noche, al finalizar nuestra faena, vamos a buscar un nido alejado de tanta mierda tapada con espejitos, y vamos a fornicar hasta que vuelva Cròm a luchar contra los gigantes!
Sintiendo la euforia por el plan trazado y la excitación casi animal por el modo en que él le hablaba y la trataba. Se quedó un rato así, pegada a su pecho y a todo lo demás, sintiendo lo que ya conocía muy bien.
-Tienes razón, parece un plan sencillo y creo que con esto, voy lista para comerme a un guardia a un león... Aunque preferiría comer a cierta bestia que tengo frente a mis ojos.
Sonrió con lujuria y se mordió el labio empujándolo con cierta fuerza y apartando sus cuerpos le dio la espalda dejándolo ver su torneada figura bajo las telas traslúcidas.
-Vamos. Cuanto antes termine ese trámite, antes podrás... ¿Cómo era? ¡Ah sí! Fornicar conmigo como un loco...
Comenzó a alejarse pero dejando que él la alcanzara. Tenían un plan y era hora de llevarlo al cabo.
Las nueve campanadas nos encontraron con la altìsima cùpula del Auditorie di Gialeas.
Coincidimos en interrogar en base al patricio que compartiría su palco con el estigio, y no mencionarlo a este por respeto y cuidado a lo que pudiera hacer este último si fallabamos con quienes cooperaran de buen grado con nuestra sangrienta causa.
Todas las pertenencias de Krishta, salvo su espada (atada su funda a la de mi espadòn) y un afilada daga (oculta lo mejor posible en la cara interna de su pierna izquierda, bajo las traslucidas telas), quedaron ocultas hechas un ovillo tras las cajas rotas que encontramos tiradas en un sucio callejòn a poco mas de cinco manzanas del Auditorie... Asì como se la veìa, podrìa quizà decirse que se trataba de una mujer hermosa sin nada mas que ocultar que la llave a su cuarto.
Bien. Digo màs para mi que para ella Estas hermosa, gatita. Ahora sí, separemonos sin perdernos completamente de vista. Pasemos como simples caminantes por los alrededores. Buscamos tres cosas: Algùn guardia alejado del campo visual del resto de la gente... Quien dice que no cuiden un acceso reservado a tipos que no quieren ser vistos como nuestro amigo serpiente! Algùn revendedor de pases al concierto de laùd, y por ùltimo, algùn "noblecillo" de mi porte, que circule en soledad. Sea el primero o el ùltimo, tu seràs quien lo distraiga, y lo aparte de la majada de ovejas. El otro, serè yo hehe... En cualquiera de los casos, si podemos evitar matarlos innecesariamente, mejor, sino, a deguello. Què dices?
La cercanìa del objetivo largamente anhelado hace que mi determinaciòn se vuelva férrea.
Querida, hagamos lo siguiente, si te parece, tiremos un dado de seis caras, para encontrar el resultado de "Buscar". 1 y 2, serìa que encuentras un guardia con las condiciones que mas nos combienen, 1, es "favorable" a tus tacticas de seducciòn, 2 es bien perro. 3 y 4, encuentras al nota de las entradas, idem, impar es favorable, par, bien persa. 5 y 6, un noble grandullon apartado. 5 es un don juan, o un maraca, pero no es una amenaza a nosotros, 6, el nota es un lobo con piel de cordero y no se jode consigo.
Asimismo, quizá sea mejor que busques vos, y yo vaya haciendome pasar por nadie, que no me vean. Tiro un d20, del 1 al 10, me veo algo notorio (o muy notorio con el 1), del 11 al 20, me fundo en la muchedumbre. Te parece?
Estaba totalmente lista y aunque no tenía miedo, siempre un poco de nervios había pero antes de separarse se había mirado en sus ojos, la promesa de una recompensa salvaje por parte de Wulf, siempre era un gran aliciente, asintió.
-Puede que te pierda de vista mirando a nuestro blanco, así que no me quites los ojos de encima. ¿Entendido?
Sabía que podía confiarle su vida pero le gustaba jugar con él de uno u otro modo, es decir, hacer lo que él hacía con ella. No se acercó porque ya estaban demasiado a la vista de cualquiera, así que le guiñó un ojo y se alejó, moviendo las caderas como cualquier mujerzuela interesante y de cascos ligeros de la ciudad. Mientras se alejaba, pensaba en el plan y buscaba con la mirada al hombre que pudiera servirles como blanco; no era sencillo, ese tipo de hombre casi siempre iba a acompañado y en busca de no una sola mujer sino varias. No encontró a ningún hombre solitario y poderoso o al menos que se sintiera así pero cuando estaba por maldecir en voz alta, sintió una mirada sobre ella, con tal suerte que el tipo de las entradas la estaba mirando. Pensó en buscar al Wulferic con la mirada pero se contuvo y le sonrió al hombre de mediana edad que la miraba con total deseo; puso cara de inocente pero provocadora y dejó que el viento moviera su vestido de modo que el hombre pudo mirar medio muslo.
-Parece que hay mucha gente esta noche... Lástima que esté tan aburrida.
Si él hubiera sabido lo que ella intentaría, seguro que ya la hubiera echado de una pero acercándose a Krishta, sonrió desobligándose unos segundos de la entrada.
-No tiene porque seguir siéndolo, preciosura.
-¿No? ¿Tienes alguna propuesta?
Sonreía al tiempo que se pasaba el dedo por el escote generoso del vestido y se mordía el labio inferior, la cosa estaba funcionando. Unos minutos más y lo tuvo en el bolsillo, sentía que ni siquiera haría falta matarle, aunque eso a ella le tenía bastante sin cuidado.
Motivo: Encontrar blanco
Tirada: 1d6
Resultado: 3
Una ciudad donde el oro fluye como agua de manantial, fuera de un auditorio en que se junta la crema y nata para mostrar quien la tiene mas larga, resulta un sitio excelente para que un aesir como uno pase como otro bàrbaro del montòn... Asì, puedo mezclarme con la chusma que intenta observar a la "nobleza" con tal de pegarse algo de su brillo.
Veo como la depredadora engatusa facilmente a su presa, y, aunque parezca curioso, algo dentro mio se revuelve... Y mis manos quieren estrangular al infeliz.
Motivo: sigilo
Tirada: 1d20
Resultado: 13
Lentamente convenció al vendedor de pases de hacerse a un costado, buscar un pasillo tranquilo, total, aún tendría tiempo para terminar de vender sus pases y en realidad estarían juntos mucho menos tiempo que eso, porque por mucho que la recompensa para ellos dos fuera la de encontrar lo que buscaba, Krishta no estaba dispuesta a dejarse tocal por aquel imbécil. Bastante le costó esquivar los besos que el vendedor le lanzaba en lo que llegaban al pasillo menos concurrido, sabiendo que a sus espaldas estaba Wulf. Empujó al vendedor contra la obscura pared, fingiendo que iba a despojarse de sus ropas y aguardó a que en ese momento llegara él o tendría que por lo menos, cortarle ambas manos al vendedor.
-No tan aprisa, debo cerciorarme de que no viene nadie...
Pero el vendedor no estaba muy dispuesto a esperar.
El muchachon no puede evitar el desenfreno de la oportunidad que los dioses le obsequian, y, cuando mi briosa compañera lo aparta, muestra los dientes como un perro rabioso, no sin que eso lo empuje a llevar una mano bajo su túnica en curva y lastimera posición…
Aprovecho para ganar la distancia que me separa de la boca de lobo que supone el callejón en que mi arañita cazadora ha tendido sus redes…
Krishta contra la boca ciega de la calleja con un hombro ya totalmente descubierto, dejando ver parte de sus pechos puede verme acercarme lentamente, agazapado contra las sombras de la pared en que el excitado individuo ejecuta su ritual de autocomplacencia, en que ahora participan ambas manos. Ciego y sordo como una tapia se encuentra a todo lo que no sea esa hermosa mujer frente a si… Mal por él.
Mi férreo brazo derecho atrás su torso (brazos juntos bajo la túnica incluídos) al tiempo que mi mano izquierda agarra cual si fuera un juguete su nuez... Su pobre forcejeo resulta casi cómico.
Gritas y la hago papilla imbecil Susurro con odio asesino... Quizá por haberlo sabido tan cercano a tocarla. Quiero entradas, que dejen pasar a los palcos... Vatrodate... O algo así.
Mi mano presiona otro poco y ruido a liquido derramándose bajo la túnica indica que se ha meado del susto.
Motivo: Prensa
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+4)=22
Motivo: Prensa (Resistir)
Tirada: 1d20
Resultado: 11
Motivo: Intimidar
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 17(+7)=24 (Exito)
Motivo: Sabe donde queda el palco de Vattrodare D'Accardi? Si 1 No 2
Tirada: 1d2
Resultado: 1
Motivo: Tiene entradas de acceso a tan selecto lugar? Si 1 No 2
Tirada: 1d2
Resultado: 1
-Mi...Mi mano... Dejame darte los pases... Dice tembloroso, a sabiendas que la muerte tiene forma de aesir, y de hermosa muchacha.
Su mano se mete en la bandolera sin que afloje demasiado la presión en su garganta. Un instante luego de revolver, dos tabletas con un lazillo de tela dorada a los fines de utilizarlas como amuleto salen del contenedor, y se las tiende a Krishta.
-Por la puerta IV acceden a las escalinatas del segundo piso... D...Donde están los palcos que buscan...
Miro a la gatita, sus ropas ya están donde deben estar.
¿Qué lo hacemos? Pregunto frío.
Todo sucedió tan de pronto, aunque al maldito vendedor le dio tiempo de bajar uno de los hombros de su vestido. Respiró profundo mientras Wulf hacía lo propio y se vistió rápidamente para responderle a él con una sonrisa.
-Podríamos dejarlo vender sus pases si no dice nada pero nadie nos asegura eso...
El vendedor la miró con aire temeroso y juró por toda su familia que no diría nada acerca de ellos.
-Bien, creo que es hora de entrar pero no sin antes...
Se dio media vuelta y le dio tremendo puñetazo al hombre que quedó en el suelo tendido. Estaría inconsciente por un buen rato.
-Ahora si podemos irnos.
Pasó una mano por el brazo de Wulferic y se encaminó hacia la entrada.
Mis mandibulas se hinchan al morder en falso, pensando en que debieramos haberlo eliminado de forma definitiva.
Quito la túnica al nota, y la coloco sobre mi armadura de cuero y mis armas, obteniendo así un aspecto ridículo.
Vamos pues.
Digo al tiempo que nos volvemos a fundir en la muchedumbre. Al pasar por el sitio en que originalmente se encontrara el vendedor, dos robustas mujeres de no menos de cuarenta años nos interpelan airadas
-Roberttore no vendrá hoy?
Pregunta una al tiempo que se abanica la regordeta papada.
Emm... Me encojo de hombros y miro a Krishta.
-¿Este tablonero no sabe mover su lengua? Dice en doble sentido la otra entre risitas
-Muchacha, queremos accesos al concierto, tres. Dice entre risitas la primera
Krishta se quedò mirando a las dos mujeres, estaba empezando a perder la paciencia y no estaba dispuesta a soportar mucho màs pero lo cierto era que allì no podìan, ni debìan hacer nada. Mirò a Wulferic como diciendo que se hiciera cargo de ellas o ella lo harìa de mala manera y sin embargo respondiò.
-Nosotros hemos vendido todo y ahora vamos a buscar un rincòn donde retozar y hacer cosas sucias. Asì que buscad alguien màs a quien molestar...
Estaba dispuesta a pasar por en medio de esas dos a como diera lugar.
Tanto mas airadas, ambas mujeres se alejan cuchicheando entre si.
Me encojo de hombros ceñudo, y encaramos segùn las indicaciones recibidas por el vendedor.
A paso firme, cruzamos frente a dos guardias flojamente armados, entretenidos en parlotear.
Los podría matar con las manos limpias si quiciera Pienso arrogante y con desprecio, sin saber que presumiblemente de igual modo pensara el brujo sobre nosotros...
La puertucha se alza frente a nosotros, e intercambiamos una mirada complice.
¿Lista?
Krishta asintiò con rapidez y sonriendo, la adrenalina por hacer lo que harìan y por hacerlo con èl, era mucho màs fuerte la sensaciòn. No tardaron en dejar atràs a los guardias que sòlo les dedicaron una mirada a ella por obvias razones. Entregò ambos pases y tomò a Wulf de la mano para halarlo y llevarlo con ella hasta encontrar los palcos que eso era lo ùnico que importaba de momento.
-¿Alguna vez te he fallado, guerrero?
Le guiñò un ojo y siguiò avanzando entre la gente, con la mirada cercioràndose de que nadie los seguìa o los miraba de manera sospechosa.
Ok, estais dentro.
Para el siguiente post tengo que llevar a Falco di salina como pnj así que quiero pensarlo bien. No puedo bajar el listón que ha dejado Duke-Norris bien alto.