Partida Rol por web

Cuando volvéis a abrir los ojos, ya no estáis donde antes estabais, algo ha pasado, todo ha cambiado, sera como dijo azrael? Un lugar donde todo es nada y nada es todo?

Pero lo que veis no tiene nombre, es algo que incluso os repugna, lo mas parecido que conocéis a lo que vuestros ojos contemplan, seria un bosque, pero.... es demasiado sombrío, demasiado tenebroso, las ramas de los arboles, parecen tentáculos, moviéndose, intentando atrapar a sus presas. Un extraño liquido purpura en el suelo, que tiene un olor similar al azufre parece alimentar a esa especie de arboles, el cielo brilla con una luz purpura bastante tenebrosa, y arriba del todo, una luna, tan roja como la sangre, incluso, para los que mas se fijen, dirían, casi que gotea. Es entonces, cuando, el sonido de una gota de esa luna al caer sobre un liquido os llama la atención, el olor inconfundible de la sangre un pequeño rio de sangre, que llega hasta vuestros pies. Seguís el rastro con la mirada, y lo que veis os horroriza, os produce arcadas, Yuriel, frente a uno de esos extraños arboles, atrapada por esa especie de tentáculos, y con el cuerpo lleno de flechas, de sus propias flechas

es entonces, cuando algo mas llama vuestra atención, un destello, un reflejo de la luz de la luna, os giráis para mirar, y se trata de un espejo, que diablos hace aquí un espejo?

Cuando os acercáis a observarlo, veis que se trata del espejo de obsidiana, un artefacto que se perdió en los albores de la creación, un objeto, que permitía conectar el reino celestial con el mundo de los humanos, que os permitía a los ángeles, vigilar y cuidar a vuestros protegidos sin tener que descender, aconsejando-les que hacer en cada momento.

Y luego, una sombra se cierne sobre vosotros, una silueta que predica muerte, que se acerca al cuerpo inerte de Yuriel

Entre las brumas y las sombras, la silueta de la propia Muerte se alza, silenciosa y amenazante como quien de seguro se alzará con la victoria.

Y entre los mensajeros y ella, tan sólo el tiempo.

El pecado mora entre vosotros. Bien por ser siervos del Maligno, bien por atacar a otros mensajeros por pavor. He venido a segar el alma de Yuriel.

Uno por uno, mira a todos ellos, y en sus ojos se podría ver un reflejo de lo que podría ser su propio final. Una visión atemorizante, cuanto menos. Asiente al terminar.

Os daré una oportunidad, y sólo una: cada vez que el ocaso despunte observaré vuestras almas, leeré vuestra voluntad. Y cosecharé vuestros designios. El bien o el mal hacer está en vuestros corazones, ahora no tenéis la guía que siempre os ha acompañado. Ahora no tenéis órdenes ni dios alguno. Ahora, por primera vez, sois libres. Y sufriréis lo que ello significa.

Su cuerpo comienza a desvanecerse.

Recordad... Al despuntar el ocaso... Vuestra voluntad... _{Mi cosecha...}

El ver la muerte a los ojos no me deja del todo indiferente, pues un leve escalofrío recorre mi espalda.

Asiento lentamente al escuchar cómo ha venido por el alma de Yuriel, y así confirmar que definitivamente hay traidores al bien entre nosotros, sean demonios u otros ángeles.

No obstante, bufo nuevamente del mismo modo que lo hice cuando Imaiah me ignoró.

-¿Libertad? Hace demasiado tiempo que sacrifiqué el orden, como han dicho antes. -y aún sabiendo que la Muerte no me escuchará ni me responderá- Desde que la perdí a ella.

Me cruzo de brazos y veo cómo se desvanece frente a mis ojos y me obligo a respirar calmándome.

-Descansa en paz, hermana Yuriel.

Y retrocedo un paso, permitiendo a quien lo desee despedirse de ella, o cualquier otra cosa que deseen, pero mi firmeza no flaquea ante la idea de la soledad o de la libertad.

Andariel despierta en ese lugar, nunca habia presenciado un lugar parecido ni en sus mas temibles sueños, al levantar la mirada ve a su hermana Yuriel ahi colgada, ese espectaculo tan espantoso y piensa para si mismo:

Oh, por Dios padre todopoderoso nuestro, el horror que contemplan mis ojos, mi hermana, ahi colgada, marcada por sus propias flechas.

Luego hace su entrada la muerte con sus palabras que no hacen mas que confundir a Andariel, el creia haber cumplido correctamente con su mision y le resultaba raro que hablaran de corrupcion en el.

Tras la desaparicion de la muerte de ese horrible lugar, se acerca al cuerpo de Yuriel, yaciente entre esos tentaculos, la besa en la frente y le pone su mano derecha sobre la cabeza con intencion de traerla de nuevo a la vida.

Sorror Mea.. resuscitaret et redit cum nos et fratres tuos

vasariah se queda perplejo ante semejante espectaculo... Aún quedaban infinitas preguntas de que es lo que sucedia a su alrededor... Se mantiene mirando el.cuerpo sin vida de un ángel que.paerecía ser.de parte de la luz.

empuña sus manos y se queda reflexionando.

Aquella escena tan aterradora me dejó sin habla. Mis manos y piernas comenzaron a temblar descontroladamente. Me habría desplomado en el suelo si no me hubiera helado la sangre la presencia de la muerte. Como una estatua sin vida me quedé observando a aquel ser hasta que se desvaneció. Busqué apoyo desesperadamente para no caer al suelo pero cada lugar que encontraba me producía malestar, no me gustaba aquel sitio. Me vi de pronto de un lado para otro en busca de un lugar donde descargar mi pena.

El cuerpo de Yuriel reposa tortuosamente frente a nuestros ojos, y  en mi libro, se que esta escena esta descrita... como tantas otras cosas. Secretos, yo solo se secretos de nuestro padre, de nuestros hermanos, de los mortales. Conocimiento, toneladas de conocimiento residen en sus ojos por sus designios. Mi libro, es la única conexión con él.. y ahora reposa en silencio, solo narrando lo que ocurre... ya no lo que ocurrirá.

Con el dolor de mi corazón me acerco a nuestra hermana, su sangre escurre frente a mi. Bauiza mi frente, ensucia mis manos. Tiñe con sus sanguinolentas letras mi libro. No puedo llorar, no debo llorar.

Bautizada por su sangre, empuño la espada y corto de un tajo sus tentaculares ramas. Yuriel ahora reposa en un abrazo, su sangre escurre tinta sobre mi libro; y en ella, al final de un capitulo, aparecen las letras de un juramento, de un dolor, de  un destino.

La muerte me contempla desde los ojos vacíos de Yuriel, y en los míos el fuego reside.

Aquel lugar donde todo era nada, y nada era todo, donde el caos y el orden se confundían en uno solo, formando un nuevo aspecto, y donde las dimensiones ni los caminos no existían, cambio para mostrar un bosque que no cabía ni en la pesadilla mortal mas macabra. 

Y el cambio, vino con una escena mas macabra aún. Nuestra herma Yuriel yacía clavada a uno de aquellos grotescos arboles, asesinada por sus propias flechas... Aquella crueldad no tenía nombre, una crueldad que solo un demonio sería capaz de llegar a cometer.

La Muerte llegó y confirmo las sospechas del hermano Imamiah y de Metatron. Miro a este y se le acerco.

- En el fondo esperaba que esto fuese una prueba del Santo Padre... - Miró a un lado, con mucho pesar, mientras observaba como sus otros hermanos daban vela al cadaver de la ángel muerta. Quería acercarse y llorar su perdida, pero debía mantenerse tranquilo, se forzó a si mismo a estarlo, y en lugar de acercarse, volvió a materializar la silla de cristal, y el libro de la Creación, para escribir en sus páginas los hechos acontecidos.

No solo habiamos estado encerrados antes de dormirnos, si no que ahora parecia que nuestras vidas corrian más peligro que nunca, ver a nuestra hermana hay sin que tuviese ninguna posibilidad de defenderse, Reiyel se sienta pero esta vez con abatimiento

Despues de un raro sueño abro los ojos y allí los veo a mis hermanos sufriendo la muerte de ..YURIEL atroz miro a yuriel son sus flechas las que tiene clavadas raziel esta allí cortando esos tencatulos raros.

Caigo de rodillas y digo:

-Santo padre, cuida de nuestra hermana en tu seno,no la dejes sufrir mas y guiala a tu lado-Me levanto y copio el gesto de Raziel bautizandome con la sangre de Yuriel.

Materializo una pala y empiezo a cavar mientras cabo digo:

-Se que deberíamos darle un entierro digno pero no podemos darle nada mejor que un entierro mas humano a si que cavare una tumba para mi hermana y la mencionare de ahora y hasta que podamos darle un entierro cerca de nuestro padre en mis oraciones.

La superficie del espejo se ondula, respondiendo al mandato de una mano invisible. 

Aquellos que se acercan a vislumbrar lo que sucede bajo su superficie podrán ver lo que éste muestra. Un secreto o una oportunidad.

Lentamente, un pasillo se desdibuja. Las manos colgando desde las celdas dejan pocas opciones para la imaginación. Estás en una cárcel. La imagen sigue el paso de uno de los carceleros, con una bandeja de comida, que se acerca a una de las alas de aislamiento, bajando por unas escaleras empinadas hasta el sótano. A vuestros ojos angelicales, bajo los cuales cualquier pecado, dolor o esperanza se muestran como un libro abierto, el hombre que atraviesa los pasillos está carcomido por un conflicto interno. 

Se detiene en el puesto de guardia, donde releva a su compañero. Una mirada cómplice entre ambos, y el guarda se sienta, con la comida entre las manos, indeciso. 

Los periódicos dirían que se había tratado de una huelga de hambre que se les fue de las manos. mantenerlo en el límite entre la vida y la muerte... pero el director de la cárcel ni se había molestado en bajar allí. Desde su depacho, todos son cifras. Allí abajo, en aquella celda, agoniza lo que un día fue un hombre. Un pecador, un asesino... una mala persona. Pero una persona. 

El Director se había preocupado en dejarlo todo atado. Los tres guardas que hacían turnos para cubrir aquel área y que estaban encargados de la seguridad y la alimentación de los presos estaban unidos por el odio a aquel asesino. 

El guarda saca una foto y la coloca sobre la pantalla de la cámara de vigilancia, donde puede verse el cuerpo retorcido de aquel ser. En la foto, su hija. El dolor que le produce ver esa imagen es evidente a vuestros ojos. Odia a esa persona. La odió durante muchísimos años. Se esfuerza por no recordar la imagen de su pequeña en la morgue, apenas reconocible, cuando lo llamaron para identificarlo. Ahora la muchacha tendría 17 años, y tendría la sonrisa de su madre. Habría decidido qué estudiar y él estaría decidiendo si le gustaba o no le gustaba algún muchacho que la estaría rondando.

Pero nada de eso sucedería ya.

Y el cerdo que le arrebató la vida a su hija está en esa celda, muriendo de hambre, y la bandeja está en sus manos.

¿Qué hacer?

Miro sorprendido el cuerpo de Yuriel, "¡oh mi misericordioso! tome a su hija en vuestras manos y cuidela ya que ella está libre de pecado." pienso para mis adentros.

-Compañeros esto prueba que no estamos solos, que el demonio anda entre nosotros y debemos actuar- me inclino hacia el cuerpo de nuestra compañera- Como quiera que ninguno de nosotros vive para sí, ninguno de nosotros muere para sí. Que como somos de Dios, si vivimos para el Señor vivimos, y si morimos para el Señor morimos. Ora, pues, vivamos, ora muramos, del Señor somos. Porque a este fin murió Cristo y resucitó: para redimirnos y adquirir un soberano dominio sobre vivos y muertos-

Dicho esto me santiguo y me levanto, miro el espejo... -¿deberíamos decidir en grupo quienes van a salvar a este nuestro querido humano?-

Despierto en medio del tumulto, desorientado. Había estado en una especie de ensoñación entre lo real y lo irreal. Había escuchado algo de arrastrarnos a un bosque... Me levanté como pude. La cabeza me daba vueltas. No recordaba nada, sólo un gran dolor en la nuca, y ahora estaba allí.

Miré a mi alrededor. Había muchos hermanos y hermanos en... este lugar tan siniestro... No pensaba con claridad... Mis hermanos y hermanas se arremolinaban alrededor de un árbol. Me acerqué tambaleándome, me ardía la nuca. Pero todo desapareció cuando vi el cadáver. Perdí el poco equilibrio que había conseguido acumular y caí de espaldas al suelo. Era una hermana muerta.

Desorientado, busqué una cara conocida.

-¿Qué... qué ha ocurrido aquí? - conseguí decir tras muchos balbuceos.

El entorno había cambiado y no era lo único. Las sospechas de muchos se habían confirmado con las palabras de la muerte, habían servidores del Maligno entre ellos. Mebael se acercó al cuerpo de Yuriel.

_¿Por qué tú, Yuriel, por qué tú?

Retiró las flechas de su cuerpo y luego pasó la mano por encima de sus heridas, sanándolas. No podía volverla a la vida, pero al menos podía dejar su cuerpo tal como todos lo recordaban, tal como debió permanecer por siempre.

Todo a nuestro alrededor cambió. Aunque tenía los ojos cerrados por la sensación, supe que aquello no era para bien. Un escalofrío me recorrió, y lentamente abrí los ojos viendo lo que ahora nos rodeaba. Respiré agitadamente y busqué. Busqué que no faltase ninguno de nosotros... Pero no era así.

- Y seguramente sea una prueba. - Miré a Metatron y después al resto.- No creo que el Santo Padre nos haya encerrado aquí pero si que opino que pudo hacer algo por evitar que acabasemos encerrados. ¿Por qué no lo hizo? Porque nos cree capaces de erradicar todo mal, y es mejor que seamos nosotros los que suframos (de darse el caso) antes que la humanidad. Y creo que está en lo correcto.

Flotando en el aire, ayudada por mis alas, me acerqué al cadaver de Yuriel. Cerré los ojos momentáneamente y después comencé a murmurar unas plegarias. A la vez, moví el báculo lentamente, recorriendo el cuerpo de nuestra hermana, aunque sin tan siquiera rozarlo.

En un gesto veloz me coloco frente a Somiel y clavo mi espada a mi diestra. Tras la capucha mis ojos la observan, y sin embargo, no me muevo. Mi respiración suena con fuerza, y no me muevo.

-Calma, hermana Somiel. No estás sola.

Y nuevamente, no me muevo, permitiéndole a ella dar el último paso hacia mí o huir, pero permtiéndole ver que, como desde el principio, estoy a su lado, le apoyo, y no pretendo dejar de hacerlo. Y aunque observo el Espejo de Obsidiana, decido que mi hermana es más importante que mi alma ahora mismo.

Me acerco a Chariel, y le quito la pala de las manos, antes de que esta se ponga en contacto con la Tierra.

-Chariel, piensa antes de actuar,si las ramas de los arboles se mueven tal que así,¿Como harán sus raíces?-Tras unos instantes, le doy la pala.-No trates de darle entierro, quien le ha hecho esto, no ha querido que le enterrasemos,¿Aún crees que toda esta......abominación, a sido creada por padre? ¿Aún crees que nos envió aquí para salvarle?

Miro a todos los presentes,y añado.-No podemos confiarnos, y,no podemos obviar que Lucifer esta entre nosotros, por mas que hagamos llamamientos a la calma, no vamos a estar calmados, hemos perdido a nuestra hermana, pero eso no significa que la hayamos perdido en vano...¡Si vais ha decirme que hay otras opciones que deberíamos contemplar,guardaos vuestras palabras y escuchad vuestros corazones! Todos sabéis que es verdad, que el miedo no os ciegue, una hermana a muerto, quien sabe cuantos morirán fuera de este cambiante lugar en la guerra, y todo tiene un culpable, Lucifer, padre del mal, nemesis del señor Padre dios todopoderoso.

Tras mis palabras, me acerco a yuriel volando esquivando los tentaculos, y bañando con mi luz el lugar empiezo.

-Dios padre todo misericordioso, perdona las dudas y lospensamientos que tu hija, nuestra hermana, pudiera haber tenido, le doy en tu nombre el perdon, pues tu voluntad llena de gracia y perdón, aliviará el sufrimiento de esta alma atormentada por Lucifer, y la guiará hacia tu seno, donde podrá descansar en paz.-Miro a mis hermanos desde arriba, y hago una luz que los bañe a todos sin excepción.-A si mismo, protege a todos los que ahora estamos de tu parte, y ayudanos en estos duros momentos,perdona nuestras acciones, que, alejadas de tus consejos y sabiduría, pueden alejarse del buen camino,y libranos del mal,AMEN.-Tras mis palabras, me giro nuevamente hacia Yuriel y digo.-Polvo eres, y en polvo te convertiras, más de tu cuerpo serás liberado, y acudiras a la llamada del padre de los cielos.-Tras mis palabras, lanzo bolitas de luz, haciendo la cruz en su rente, tras esto, desciendo y miro a mis hermanos nuevamente.-Azrael, Metatron,Vasariah, habéis sido los que apoyasteis mi teoria, sé que es duro ver como nuestra hermana yace muerta, de tan salvaje manera,pero no permitamos que esto haga mella en nuestros corazones.-Tras unos segundos, miro a los demás ángeles y añado.-Entre nosotros se esconde el mal, todos aquí podemos notar la presencia de cuantos somos aquí, si bien es cierto que no notamos ningún mal, os puedo garantizar que lo hay, y que uno de nosotros es el ángel caído lucifer, no os escudéis en otra posibilidad,se que es duro de aceptar, mas os aseguro que es la realidad, nos han manipulado los recuerdos, para que veamos como hermano la falsa apariencia de ángel que a tomado lucifer.

Tras unos momentos de silencio, añado.

-Hermano Hariel, que cada uno piense que aconsejar a ese hombre,si nos pusieramos todos deacuerdo, no le estariamos aconsejando, le estariamos ordenando, si cada uno le da su opinión, el entre todas escogera la mejor.

Tras esto me dirijo hacia Andariel.-Hermano, dejalo, si bien es cierto que tu intención es buena, resucitarla con todas esaas flechas atravesandola, solo le causará mas dolor, quizas cuando salgamos de aquí, podamos salvarla.

Luego me dirijo hacia Jeliel.

-Jeliel, nuestra hermana a muerto, en este extraño lugar en el que estamos siendo cazados uno a uno por Lucifer,eso es, basicamente, lo que esta pasando.

Tras esto, lagrimas empiezan a derramarse por mis ojos.

-Puede que...hayamos perdido una hermana...pero...no debemos dejarnos llevar por el odio, haremos justicia...pero sin dejarnos llevar por...el dolor que cubre nuestro juicio...hermanos...no actueis movidos por el odio.

Me acerco a Somiel, la que mas afectada se muestra por esto, y veo como Azrael le brinca su apollo.

-Somiel...-Miro a Azrael, colocare frente a ella, tras unos instantes, e acerco un poco masy le susurro al oido a Somiel.

-Todo saldrá bien hermana...no temas a Lucifer.-Tras mis palabras, miro a Azrael y le doy un par de palmadas en el hombro.-Se su resguardo,no la dejes caer en el pozo que Lucifer a preparado para nosotros.

Al recuperar la consciencia vuelvo a actuar de la misma forma que la anterior vez. Me levanto, despliego mis alas y alzo mi espada, estudiando los alrededores en busca de algún enemigo. Solo veo hermanos, pero esta vez el entorno es distinto. Un bosque de pesadilla con una luna que sangra sobre él y tentáculos de sombra buscando victimas. 

Avanzo con el resto para ver a una hermana ejecutada por sus propias armas. Una lagrima resbala por mi rostro. La muerte hace aparición ante todos dando a entender que es el juez de este macabro juego. Su presencia no cambia lo más mínimo mi actitud, aunque me preocupa saber que no sera la última vez que la veamos por aquí...

Me acerco al espejo de obsidiana ¿se trataba de alguna prueba para salir de este lugar sin más perdidas? No entendía que hacía allí con nosotros ¿por qué?

Me giro hacia el resto.

- Hermanos, habéis despertado. Os había anunciado que la muerte nos rondaba y que era para llevarse a alguien de este extraño plano. No muchos quisisteis creerlo y tampoco actuamos en consecuencia. Ahora, por desgracia, la habéis tenido que ver. Y no solo eso, también la desgracia que ha caído sobre nuestra hermana. - dejo unos largos segundos de silencio. La perdida aun dolía. - Volverá. Estamos en un macabro juego contrarreloj y creo que todos sabemos quien lo orquesta. Descubramos como salir de aquí. Evitemos más muerte. -

Pliego mis alas, hago desaparecer mi espada y vuelvo a fijar mi mirada en el espejo, esperando encontrar alguna pista. 

Abro los ojos de nuevo sin saber lo que ha pasado, si me he dormido, si me he desmayado... lo único que sé con certeza es que no estamos en el mismo lugar. Todo es demasiado tétrico: desde los árboles con las ramas retorcidas queriendo atraparte hasta la luna que parecía tener sed de sangre...
La piel se me pone de gallina y no puedo evitar abrazarme a mi misma y recordarme que por lo menos no estoy sola... La cara se me pone aún más pálida que de normal cuando la muerte aparece ante nosotros y nos anuncia que la corrupción está entre nosotros. Tras él... ¡no es posible! El cuerpo de una hermana había sido asesinado por sus propias flechas Yuriel...apenas es un susurro, pero no puedo pronunciar nada más, el nudo de mi garganta me lo impide. Unas solitarias lágrimas recorren mis mejillas. Rezo interiormente esperando que su alma encuentre la paz allá adonde vaya.

Tras un momento de silencio como respeto hacia nuestra hermana aprieto los puños y miro hacia los demás
-No sé bien lo que debemos hacer, pero Lucifer está jugando con nosotros y yo no estoy dispuesta a que siga haciendo lo que le plazca.- Guardo otra vez silencio, no sé bien por qué he dicho eso, todos pensarán igual, pero creo que me he dejado llevar por la situación. Respiro hondo unas cuantas veces y miro hacia el espejo de obsidiana que nos muestra la cárcel -Haya hecho el bien o el mal, sigue siendo un ser humano, tiene vida. Todos podemos errar, pero lo importante es aprender y abandonar la corrupción. No creo que la muerte sea una opción... No se puede obligar a alguien hacer una cosa u otra, pero se le puede guiar por el buen camino aconsejándole.- Mi naturaleza me decía que debía proteger a la humanidad...

Mira a sus compañeros algo apenada por la marcha de su hermana, y mira al suelo despues, rezando una oración para sus adentros por el alma de su hermana.