Partida Rol por web

- En algún momento deberé de transmitir sus palabras, sino estarán tan mudos como si yo no estuviera. 

Escucho las palabras de la Muerte, la última causante de este juego siniestro sin ser la culpable real de nada. 

- Yo no puedo adelantarte nada, pues nada se. Eres tu quien conoce las reglas del juego, eres tu quien conoce quien sera el siguiente, eres tu quien puede conocer el final de todos esto... 

No espero menos que transmitas su voz. Que no calles. Y que me afrontes como debes de hacerlo. Sólo así permaneceré a tu lado hasta el Fin.

- Esperare el momento apropiado, aunque tenga que retrasar las palabras de animo de Yuriel para que el resto no se preocupe por ella. ¿Mantienes contacto con algún otro de mis hermanos o solo yo puedo conversar contigo? En este extraño mundo...o no mundo... no se que esperarme. - 

Un viejo Pacto me une a uno de los presentes.

El eco se pierde en el lugar mientras la Muerte permanece inalterable, incluso tras sus palabras, impertérrita, como si nada fuese capaz de afectarle.

- ¿QUÉ HAS HECHO? ¿QUÉ ME HAS HECHO? ¿QUIÉN HA CONTROLADO MI CUERPO PARA SACRIFICAR A IMAMIAH? - grito a la Muerte, claramente enfurecido. 

Sólo he recogido el Alma. ¿Quién? Deberás de averiguarlo. ¿Acaso me has visto ejecutarlo? ¿O sólo cosecharlo?

La Muerte le mira, estática, solemne.

- Yo lo he ejecutado, pero no por propia voluntad. 

Hago un movimiento con el brazo, de desdén. 

- La muerte nunca ha sido menos permanente ¿qué juego es este? ¿cuando acabara esta danza? 

No lo sé, ni siquiera yo. ¿De veras deseas terminar con esta danza? El camino será largo y solitario.

- Creo que dentro de poco arrancaras mi alma. Uno de esos bailarines ha mostrado mi verdadera cara. Dice que ha sido revivido por el espíritu santo... ¿Tienes consciencia de que no ha sido así?

Sólo llevo las almas de un lado al otro, desconozco el por qué, pero no me gusta. Necesitas aliados. Y pronto.

- ¿Y puedes mandar un mensaje al otro hermano con el que te comunicas? ¿él podría ser mi aliado? 

Es posible, pero como todo, tiene un precio. Y no es seguro que llegue bien. O al menos, que pueda decirle... que es tuyo.

- No hace falta que le digas que es mio. Como mínimo se lo puede imaginar. ¿Cuál es el precio? 

Un mensaje por una voz. Cuando yo te lo ordene, darás el mensaje que te pida, o el voto que te pida, y defenderás esa postura como cierta. ¿Aceptas?

- Ese precio exige que cruce una linea que no voy a cruzar. No hay trato. - niego con la cabeza. - Aunque me resulta curioso tu deseo por intervenir en este... juego... ¿es por diversión o es que quieres defender a alguien? ¿quizás con quien tienes esa viejo pacto? -

Ylahiah, lo que ese pacto requiere es que confíes en mí sin dudar.

Deja unos largos segundos mientras sus palabras se pierden en el vacío del lugar.

Yo no intervengo, pero alguien está danzando conmigo. Y no sé quién és.

- Pues si alguien esta danzando contigo no puedo poner mi voz y comprometer la vida de mis hermanos a tus designios. No hay trato. Seguiré caminando en la oscuridad. -

El silencio de la Muerte es la única respuesta que emite durante los primeros minutos.

Me gustas, Ylahiah. Pronuncia tu mensaje a las brumas.

Miro a los ojos a la muerte con decisión. No sabía si aquello era un truco.

- Pero no haré pago por ello.- 

Quería asegurarme de ello.

- Aunque realmente no necesito mandarle ningún mensaje si no conozco sus intereses en este juego...-

Aguardo tu mensaje.