Gracias a todos los dioses, salieron de las cavernas sin más incidentes, sin más monstruosidades. Los caballos estaban allí, lo cual solo fue una buena noticia hasta que miró en sus ojos y vio lo que les pasaba. Veneno. ¿Quién demonios se había entretenido en envenenar a unos caballos que no suponían ninguna amenaza sin matarlos? Entendía que alguien los hubiese matado, para que no pudieran escapar, pero hacer aquello solo servía para hacer sufrir a los pobres animales. Adela notaba el odio en su interior rugiendo como un horno de fragua. Aquellos malditos monstruos no merecían más que el exterminio.
Rebuscó en sus bolsillos en busca de orejas, no recordaba si al final las había traído. Por mucho que ansiara darse la vuelta e ir a rematar a lo que quiera que quedase con vida ahí abajo, no podían. Los demás estaban solos en la nieve, a merced de los peligros que pudiera haber, y tenían que reunirse con ellos. En esos momentos, era imprescindible.
Quería hacerle mil preguntas a Úlfur, pero se tendría que contentar con su breve explicación, porque no había tiempo que perder. Asintió a sus palabras.
-A la llanura de los dracosaurios entonces, rápido. -Ordenó. Sin embargo, tuvo que parar, porque Vinla señaló sus heridas. A regañadientes, Adela asintió y dejó que la mujer les curara. La energía de la vida, el poder sagrado de Hilkra, latía en las manos de la mujer, y Adela había visto lo que podía hacer con las heridas en otras ocasiones.
Por desgracia, los daños eran graves, y tan solo pudo curar algo la superficie. La herida de Horeg, la más sencilla, fue la que más se recuperó, pero las suyas apenas si menguaron en dolor y opresión en el pecho. Aun así, agachó la cabeza en agradecimiento, en una reverencia como las que hacían a los druidas.
-Gracias, Vinla. Ya sé que no estoy en las mejores condiciones, pero es lo que tenemos. Hay que seguir, esto es más importante que nosotros y no sabemos cuánto aguantarán los caballos.
Ulfur ya había comenzado a rastrear al grupo, y a juzgar por lo que dijo, había encontrado el rastro. Adela se alegraba de que hubiera ido a por ellos. Sin embargo, en cuanto oyó sus palabras, negó con la cabeza.
-Ni hablar. Les seguiremos, pero todos juntos, no vamos a separarnos de nuevo. Tienes su rastro, así que ve delante y guíanos. Yo te sigo. Brendr, a mi lado. Horeg, vigila la retaguardia. Vinla, en el centro, controla a los sabuesos y su Úlfur perdiese el rastro, que lo recuperen mediante el olfato. Vamos, no hay tiempo que perder.
No sé si llevábamos alguna, pero si tenemos orejas de ratón orejudo, le doy alguna a los caballos, para el veneno.
Ya basta de separar la party, que esto es de primero de rol. Vamos todos juntos contigo, Ulfur xD
El rastro en la nieve, pese al clima, resulta evidente para tus ojos entrenados. Locligan y Pandora cayeron y rodaron. No hay sangre cerca, quizá algunos moratones pero nada grave. Unos pasos más lejos hay nieve removida. Al verla con perspectiva, forma un círculo, puedes intuir signos geométricos en la nieve removida, seguramente con runas o inscripciones. Alguien dibujó algo. Locligan, Pandora o quizá los dos. Las huellas de ambos se adentran en el círculo. Sólo un juego de huellas, las de Locligan, sale por el otro extremo. Avanza hacia el este. Cambia de dirección, parece que busca algo. Entonces lo ves. Sobre una gran roca casi plana, un grupo de piedras apiladas en forma de precaria columna sobre un trozo de pergamino. Al retirarlas, con tinta negra fresca aún por la humedad del ambiente reza:
"ObjPan en [Símbolo]
Helvang ->
Loc"
Junto a la primera frase hay un símbolo. Un círculo (escudo) que rodea una herradura y una gema. Un signo de exploradores del sur que significa "buena guardia" y, aunque los hombres del norte puede que no lo conocieran, tú sí.
Te indica que tanto el objeto que Arne robó como Pandora están a buen recaudo y protegidos. Intuyes que Locligan conocía los secretos del objeto robado y lo usó para poner a Pandora a salvo.
Va a Helvang. Ves cómo las huellas buscan superficies rocosas para hacer más difícil el seguimiento. De pronto, adviertes dos juegos de huellas, como si Locligan se hubiera "dividido". Un juego va a hacia el Norte, con pasos cortos y erráticos, como si fuera borracho. El otro hacia el Este, pasos más grandes y... no, son dos juegos de huellas las que van hacia el Este como si dos personas caminaran en fila india. Más adelante vuelve a dividirse y ese tercer juego va hacia el sur con largas zancadas.
En voz de Úlfur escucharéis que Locligan usa sus propios medios1 para llegar a Helvang. Emprendéis el camino de regreso. Por desgracia. Las orejas de ratón peludo se las quedaron aquellos que a estas alturas ya se habrán enfrentado a los filos envenenados del ejército Hobgoblin.
Salís de las ruinas sin mayor contratiempo hasta que, a la mitad del ascenso para superar la cordillera que os separa de la Llanura de los Dracosaurios, el caballo de Brendr se desploma. Tras él fallan los caballos de Horeg, Úlfur y Adela. Sólo el corcel de Vinla se mantiene en pie. Aunque aquello retrasará considerablemente vuestro avance, nadie os sigue por ahora.
Finalmente, en el descenso, cae el caballo de Vinla lo que os obliga a ir a pie.
Tras el largo viaje, exhaustos y hambrientos, divisáis a lo lejos Helvang.
Motivo: ¿Tiene alguno orejas de ratón peludo?¿Cuántas?
Tirada: 1d6
Resultado: 1(-1)=0 [1]
Motivo: Etapa 1 del camino TS Fortaleza Veneno para los caballos: Brendr
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 8(+1)=9 (Fracaso) [8]
Motivo: Etapa 1 del camino TS Fortaleza Veneno para los caballos: Vinla
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 16(+1)=17 (Exito) [16]
Motivo: Etapa 1 del camino TS Fortaleza Veneno para los caballos: Horeg
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 2(+1)=3 (Fracaso) [2]
Motivo: Etapa 1 del camino TS Fortaleza Veneno para los caballos: Úlfur
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 3(+1)=4 (Fracaso) [3]
Motivo: Etapa 1 del camino TS Fortaleza Veneno para los caballos: Adela
Tirada: 1d20
Dificultad: 11+
Resultado: 9(+1)=10 (Fracaso) [9]
Motivo: Etapa 2 del camino TS Fortaleza Veneno para los caballos: Vinla
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 4(+1)=5 (Fracaso) [4]
Así vamos agilizando.
Con sorprendente facilidad, incluso para mi pericia, logré dar con el rastro seguido por el viejo. Daba la sensación de que Locligan había logrado evitar males mayores en la caída y junto con Pandora seguir avanzando en su camino. No tenía una mayor necesidad de disimular en aquellos momentos que la vista no era el mejor de mis sentidos para reconstruir los pasos de aquellos dos, pero de todos modos fui con cautela mientras permitía que el resto del grupo me siguiera.
-Aquí se detuvieron, pero hay algo extraño, mirad.- Con algo de esfuerzo aún podía verse en la nieve una figura geométrica circular cuyo perímetro estaba delimitado por extraños símbolos que no lograba llegar a distinguir ¿Runas tal vez? Pero no fue eso lo que captó mi atención, si no otro detalle. -Desconozco si el círculo estaría relacionado con algún rito de protección, como dije antes, dos de los yetis todavía podrían morar por los alrededores. Pero además hay otra cosa, ambos se introdujeron dentro del perímetro pero solo uno salió, por el tamaño y peso de las pisadas diría que se trata de Locligan, además...- Fue entonces cuando alcé la mano para mostrar lo que tenía en la mano, al haberme adelantado había encontrado semioculta en un pequeño montículo de piedras similares a los levantados por pastores y montaraces para marcar los senderos seguros, una nota escrita, presumiblemente, por la mano del viejo. Tras desplegarla se la ofrecí a Adela.
-...está esto, es una nota lo que sigue a las primeras palabras "ObjPan" es el símbolo del auspicio, generalmente usado por montaraces para marcar las zonas que pueden usarse como refugios seguros y tras ello puede leerse "Helvang ->
Loc".- Sacudí la cabeza y me froté las sienes compulsivamente para tratar de despejar la ideas "A la mierda" pensé para mis adentros.
-Mirad, se que para la mayoría de vosotros, si supierais con mayor detalle lo que en verdad me distingo de vosotros no me extrañaría que me tomaseis por un monstruo no muy diferente de los grandes trasgos que atacan ahora vuestras tierras pero para mi, hasta hace poco más de un mes, los trentis, los yetis, todo lo que rodeaba a los no nacidos y la magia no eran más que cosas pertenecientes a las leyendas de tiempos remotos.
-Lo que quiero decir es que esto me supera pero que aún así seguiré dando lo mejor de mi para seguir adelante, especialmente después de prometer a Aya y a Pandora mi ayuda... ¿Sabéis si sería posible que el viejo hubiese usado alguna clase de rito para enviar a Pandora y lo que fuera que arrebató Arne a las brujas lejos mediante alguna clase de truco?- Realmente decir todo aquello en voz alta me hizo pensar que sonaba aún más estúpido de lo que había creído que sonaría al pensarlo, lo que me llevó a arrepentirme de no haber vuelto a repasar las pisadas de Locligan otro par de veces para asegurarme de que lo que hubiera pasado no fuera que hubiese pedido a Pandora que utilizase sus pisadas para ocultar las otras. Pero eso ya lo había revisado varias veces, en fin, había que seguir, si querían darme coba, contradecirme o reírse de mi, tendrían tiempo de hacerlo por el camino.
Desde luego Locligan no tardó demasiado en demostrarme que era un perro viejo, siempre tratando de evitar la nieve virgen, aprovechando el hielo a la sombra y las rocas para evitar que sus pisadas quedaran expuestas, pero esos trucos no lo hacían invisible y su olor y otras marcar eran igualmente perceptibles si se sabía hacia donde mirar, aunque mi instinto me decía que en parte, el que fuera capaz de localizar esas pistas era porque quería que diese con ellas. Fue entonces cuando fruncí el ceño nuevamente acelerando el paso para después regresar de nuevo al punto conflictivo y detener allí al resto.
-Definitivamente sigo sin acabar de comprender como aún no hemos logrado alcanzar al viejo, no debería de llevarnos tanta ventaja, pero no es por eso por lo que me detengo ahora, si no por esto, salvo que me equivoque su intención sigue siendo la ir a Helvang pero aquí el camino se divide en dos rastros, uno hacia el norte y otro hacia el este, pero eso no es todo, el segundo, más adelante vuelve a dividirse cambiando a una tercera dirección al sur. Además, pareciera que alguien fuera tratando de ocultar su rastro pisando sobre las huellas ya marcadas...- O soy imbécil y se me ha pasado algo o las setas de la chamana me están empezando a afectar al coco ¿Al final me equivoqué atrás y realmente Pandora ha seguido con él todo este tiempo?
-Y eso no es todo, los ritmos son distintos, el rastro en dirección al norte es errático, el del este va con paso acelerado y el del sur diría que se ha realizado corriendo.- Me quedé dubitativo por unos instantes. -Esta clase de trucos son comunes cuando tienes que andar haciendo y deshaciendo el camino para dejar distintos rastros pero se suelen usar para despistar a un perseguidor y, hasta ahora, solo he visto este rastro y el nuestro propio, así que no tiene mucho sentido que se dedique a perder el tiempo con algo así sin un motivo de peso, ahora mismo toda la energía de más que gaste es un riesgo mayor de caer presa del frío invierno... Necesito dirigirme a un punto elevado, lo único que se me ocurre de ese estilo, a parte de algún depredador que haya sido capaz de ocultarse de nuestra vista son los jinetes alados de los trasgos pero de tratarse de ellos esto de poco le habría servido.-
Motivo: Investigación rastro Locligan
Tirada: 2d20
Resultado: 18(+4)=22, 5(+4)=9 (Suma: 31)
Motivo: Supervivencia (buscar otros rastros)
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+7)=23 [16]
Creo que se me ha ido un poco de las manos así que lo voy a dejar aquí y lo de las muertes de los caballos ya respondo cuando lo haga Adela que pasaría justo después XD. Voy a tratar de encontrar cualquier otro rastro distinto del que he seguido hasta ahora o indicio de que pudiera haber pasado cualquier otra amenaza o si el rastro realmente no es de Locligan.
El rastro es de Locligan, sin duda. Las mismas huellas y, como dices, el olor. Es el olor el que delata el rastro real. Los "otros" no tienen el olor de Loc. -¿Cómo ha hecho lo que ha hecho?-
Con esto en el pensamiento, al llegar a terreno elevado distingues demasiado cerca el pasar de una cuadrilla de exploradores hobgoblins. Están algo más al norte de vuestra posición y van de Oeste a Este (hacia la ciudad en ruina y la guarida de las sagas).
No obstante, el rastro real de Loc se aleja de este grupo. Es intermitente, pero cercano. Os lleva ventaja pero distinguirás al llegar a la cima (tras la muerte de vuestros caballos) que gira hacia el Este por la cordillera en dirección al lugar desde el que divisasteis el campamento hobgoblin y desde donde empezasteis a seguir a los hombres de Édedro.
Tras la muerte del caballo de Vinla, en la linde del valle de los dracosaurios encontráis las huellas del caballo de Darla. Mantiene buen ritmo. Quizá Darla (o Aya con sus "dotes chamánicas del sur") han podido ralentizar el veneno. No hay duda de que van a Helvang.
Adela maldijo no haberse llevado ninguna oreja de ratón orejudo, habrían podido ayudar a los caballos, pero de nada servía lamentarse ahora. Se detuvo cada vez que uno de los animales moría, les cerró los ojos y dejó que Vinla hiciese el rezo encomendando sus almas a Hilkra. Esperaba que aquellos animales corrieran para siempre en compañía de la madre de ciervos, felices para toda la eternidad.
Sobre el círculo extraño que habían encontrado, Adela lo examinó y leyó la nota.
-Sé que a veces los seguidores de Saktar son capaces de dar un paso que se convierte en cientos en un instante, trasladándose sin esfuerzo distancias que no recorrería un caballo a galope tendido en un día. No sé si es lo que ha pasado aquí, pero puede ser.
El ascenso fue duro en la cordillera, perdiendo además su último caballo, pero Adela estaba acompañada de duros norteños y todos pudieron con ello. Al otro lado, se extendía la llanura de dracosaurios, vacía ahora, porque si todo había ido bien, los Vanerland los habrían llevado a destrozar a los grandes trasgos.
Recordar eso le hizo pensar en si todo habría salido bien según los planes. Había tenido que abandonar a la leidang en un momento crítico, y aunque no se arrepentía de ello, le preocupaba. ¿Cuántas bajas habría habido? ¿Habrían detenido todos los grupos? ¿Incluso aquel para el que no tenían hombres y habían tenido que pedir ayuda? ¿Estarían sus hombres de confianza bien?
Demasiadas preguntas, y el rastro no ayudó a resolverlas, sino todo lo contrario. Adela también sabía de rastros y había cazado toda su vida, pero aquel era el más confuso que había visto nunca. Volvía, giraba, se dividía, nada tenía sentido.
-¿Qué demonios están haciendo? -le preguntó al suelo y a las huellas, frustrada.
Miró a Helvang, en la lejanía. Necesitaban ir allí, reponerse, descansar y pedir ayuda.
-Ve a un punto elevado si lo necesitas, pero debemos ir a Helvang rápido. La única forma de resolver esto es pedir ayuda, más gente, suficientes para dividirse y seguir todos los rastros con seguridad. Además, no conseguiremos nada si a mitad de la búsqueda nos caemos desmayados por cansancio o hambre. Hay que organizar una batida en condiciones, y yo necesito saber qué ha sido de la leidang. Vamos a Helvang, rápido, a no ser que alguien le encuentre algún sentido a esto que yo no pueda ver.
Asentí a lo dicho por Adela, creía haber localizado el punto al que dirigirme para ganar algo de perspectiva que me permitiera aclarar las ideas pero era cierto que dar con el rastro correcto de lo que aparentemente era un viejo loco solo sería solucionar uno de los varios problemas que teníamos.
-Con respecto al hambre... podríamos cazar, sí, pero tal vez sería mejor aprovechar la carne de los caballos... a no ser que os suponga algún problema.- Sabía de algunos pueblos nómadas para los que proponer algo así sería considerado un ultraje pero la necesidad podía hacer de tripas corazón. -Pocos venenos siguen afectando después de haber surtido efecto en la presa, de lo contrario no serían tan frecuentemente utilizados por algunos cazadores, eso sí, para evitar riesgos habría que dejar de lados las vísceras. Eso nos ahorraría bastante tiempo pero entendería si tenéis reservas con ello, ahora me adelantaré para tratar de confirmar mis sospechas.-
Dicho aquello apresuré el paso hasta dejar atrás al grupo, sentía cierta molestia en el pecho por forzar una respiración acelerada con aquel dichoso frío pero nada que no pudiese soportar. Aprovechando la ocasión seguí tratando de analizar los rastros de Locligan cuando estos no se alejaban mucho del camino que estaba tomando, seguía habiendo algo que no encajaba "Paral, dame sabiduría y paciencia porque esto se me escapa". Me detuve en seco y me incliné hasta casi ponerme a cuatro patas en el suelo e inhale por la nariz profundamente varias veces ¿Cómo era posible que solo uno de los rastros estuviera impregnado de aquel olor mezcla de sudor y pieles mojadas? Lo único que me encajaba era que se tratase de un truco similar al utilizado para controlar a los yetis, pero aún seguía sin entender para que había hecho algo así. Al menos no hasta alcanzar el risco al que me había dirigido.
Tras retroceder sobre mis pasos reaparecí ante el grupo. -Creo que por fin he dado con las respuestas que buscaba pero no todas son buenas. Ya se cual es el rastro de Locligan y el motivo de que crease esta confusión intencionada podría deberse a una patrulla de trasgos, no me aventuraría a decir un número pero son varios, al norte de donde nos encontramos ahora y van en la dirección de la que venimos nosotros, hacia las ruinas o la guarida de las sagas.
En cualquier caso, diría que Locligan se dirige hacia el este, hacia el campamento de los hobgoblins donde dimos con el grupo de hombres de Édedro. Y por otro lado puede que haya encontrado el rastro de Darla, al parecer su caballo sigue en pie rumbo al Valle de los Dracosaurios.- Torcí sutilmente el gesto para evitar que el resto se diese cuenta de mi malestar, no sabía que se proponía Locligan solo esperaba que si había decidido ir por su cuenta fuese por un buen motivo. -Salvo que penséis de otro modo diría que siguiéramos a Darla dirección a Helvang y evitásemos a los trasgos, el camino ya es lo bastante duro y complicado sin monturas y no sabemos lo que nos podamos encontrar más adelante.-
-Comernos a los caballos- el tono de la frase era neutral. Cuando cabalgabas creabas un vínculo con el animal y siempre era doloroso verlo morir cuanto más... sin embargo mi estómago llevaba horas vacío y aquello me ponía de mal humor y dificultaba controlar mi ira. Afortunadamente, Vinla intervino despejando toda duda -No- dijo -Ya sabemos que hay más de un Yeti, puede que quede algún dracosaurio. Sin monturas somos lentos. Los caballos entretendrán a cualquier depredador que siga nuestros pasos. Incluso si se trata de los trasgos.- En su frase había tanta sabiduría como dolor.
-¡A Helvang!- dije furioso. Estaba harto de aquella situación y en mi pecho sentía un sabor amargo. Habíamos salido con vida todos menos mi sabueso pero el sentimiento de victoria estaba lejos de aquellas montañas. Esperaba que con nuestros compañeros. -Estoy deseando reunirme y volver- además de apagar el escozor con un buen trago.
Miré hacia Helvang mientras me masajeaba la pierna herida. -Es un buen tramo. Nos va a pillar la noche pero si seguimos pese a la oscuridad llegaremos antes del amanecer.- Por mí seguiría hasta Helvang. Cierto es que el cansancio hacía mis músculos pesados pero continuar caminando nos mantendrá calientes.
El trayecto fue pesado, difícil por la gruesa capa de nieve y barro. Con todo, no avistasteis ningún dracosaurio. La nieve se había encargado de ocultar el rastro pero todo apuntaba a que habían ido al sureste. Acorde al plan.
Seguís hacia el sur. El último rallo de sol se ocultó tras las montañas a vuestra derecha y todo quedó sumido en un silencio tenso.
Tal y como Horeg había vaticinado, llegasteis a las murallas pasada la media noche. -¡Quien va!- se oyó una voz en algún punto elevado de las murallas. Tras identificaros, descorrieron las puertas y varios salieron a atenderos con una mezcla de admiración y miedo en sus rostros. El rumor de vuestra llegada se extendió como fuego en un granero y pronto salieron más a recibiros. En su mayoría mujeres y niños. El custodio de la puerta era un anciano. -Nuestros guerreros marcharon según sus órdenes, Adela. No deben tardar en volver.-
Os condujeron al salón del Jarl. Era el espacio más amplio de Helvang. Allí se encontraban Darla y Aya sucias, agotadas e ilesas. Sonrieron al veros entrar.
Gran parte de las gentes de Helvang os siguieron. Algunos pasaron, otros se quedaron fuera y unos pocos regresaron a sus casas.
-¡Adela!- Una voz surgió de entre la multitud en el interior. Adela y el resto la reconocieron al momento. Gunborg, el viejo lobo había sobrevivido a la batalla en el Valle del Viento Gélido. Tenía vendas en el hombro izquierdo y el abdomen. Perlas de sudor en la frente delataban que no se encontraba bien. -Su estado es febril- apunta Darla -Le hirieron con una flecha envenenada. Está estable pero la punta aún está dentro, clavada en el hueso de su cadera.- Miró a los ojos a Gunborg -Puedo sacarla pero no será una operación fácil y no podrá luchar tras hacerla.- Gunborg negó con la cabeza -Quiero seguir luchando. Moriré en el campo de batalla- sentenció con gravedad. -Si no hacemos nada, en los próximos días se enquistará y vivirás o el tuétano se mezclará con la sangre, enfermarás y morirás.- El viejo lobo esbozó media sonrisa -Entonces tengo que luchar antes de que eso ocurra. Siguen allí, Adela. Tengo que volver en cuanto descanse un poco.-
Su rostro adoptó una expresión de gravedad -Pero antes quiero hablarte, Adela. Vuestro Jarl murió asesinado en las tierras de Elfströn.- La conmoción se hizo patente en los rostros de Horeg, Vinla y Brendr. Las implicaciones de aquella afirmación eran incontables. -Adela. Tu padre es el nuevo Jarl de estas tierras y viene junto a Elfströn El Grande y sus hombres. Llegarán a Audhid en tres días. Ulvang El Pastor de Alma viene con los suyos aquí a Helvang. Llegará en cuatro días, quizá algo más.-
Dicho aquello, Gunborg pareció relajarse. Darla y Vinla seleccionaron a mujeres y empezaron a dar órdenes para atender las heridas de los recién llegados.
CLIMA: Brisas del norte traen las primeras nieves invernales. Despejado
NIVEL DE FRÍO: 4 de 6
EVENTO DEL DÍA: Frío de un día despejado + Órdenes de Adela + Interrogatorio
LUGAR: El NorteADELA
Pongo aquí las tablas actualizadas con todas mis órdenes, incluyendo las del post anterior y las de este. También he ajustado acorde con los cambios el número de caballos y búhos.Provisional a la espera de lo que hagan los sureños, claro.
Al Valle del Viento Gélido y Bosque Axajas Hacha a dos manos Gunborg (El viejo lobo) Mazo de Guerra
Rørj (el desterrado)T_T FExploradores Explorador
Engil (el certero)T_T FHuscarles - (Armas cortas y escudos) Espada y Escudo Einar Dundarson (El primogénito) Espada y Escudo Jens Dundarson (El agricultor) Espada y Escudo Gerd Dundarson (Escudo de Runas) Espada y Escudo Haakon Dundarson (El diestro) Espada y Escudo Gisli Dundarson (El rápido) Espada y Escudo Harald Dundarson (El generoso, ahora el benjamín) (Armas Largas) Martillo de Guerra Garados (El impresionante, Martillo Cazador Fenrisiano) Hacha a dos manos Dahlia Gavarasdóttir (La cicatriz) Hacha a dos manos Elmi Gavarasdóttir (Parte babosas) Arquero Cazador Gred Vanerland (El Duro) [padre] Arquero Cazador Gredsen (El pequeño) Vanerland [hijo de Gred] Un total de 44 almas por ahora. 6 caballos de tiro, 4 ligeros y 3 de guerra pesados. 14 sabuesos lanudos y 5 búhos rúnicos: 1 para Kjerem (enviados 2) y 1 a Elseir (enviados 2).
Órdenes:
El resto partiremos hacia Valle del Viento Gélido. Allí montaremos un campamento falso, con hogueras y tiendas, y buscaremos a los dracosaurios de Axajas. Montaremos trampas y emboscadas en todas las salidas del Valle del Viento Gélido, y lanzaremos a los animales en estampida cuando vayan a atacar al falso campamento. Se dispersarán y tratarán de huir directos a nuestras emboscadas y trampas. Ese grupo estará liderado por ti, Gunborg, y te acompañarán el resto de los Vanerland para ayudarte con los animales y las emboscadas. Además hay lobos de hielo en el templo de Akan, podríais usarlos también. Que los Vanerland se adelanten con caballos hacia Axajas y vayan reuniendo las manadas de dracosaurios, ellos saben manejarlas.
Mensajero a Helvang Jinete Hombre de confianza de Gunborg +1 Caballo ligero: Va a Helvang
Órdenes:
-Uno de vosotros, el que mejor cabalgue, que coja un caballo ligero y corra a toda velocidad a Helvang. Infórmales de todo y del grupo de cien guerreros que va por Descenso de Jorunn. Diles que no tenemos hombres para encargarnos de ese grupo, que necesitamos sus guerreros. Reúne tantos como puedas entre la población y ve a interceptarles. Confiamos en ellos.
Además le digo al mensajero que va a Helvang que si logran derrotar a los 100 a por los que van medianamente rápido y sin muchas bajas, que vayan a apoyar a los del Valle del Viento Gélido.
Mensajero a Audhid Jinete Hombre de confianza de Gunborg +1 Caballo ligero: Va a Audhid
Órdenes:
Voy a mandar a otro mensajero a caballo a Audhid para que les avise por si acaso no logran acabar con los 300 del bosque, y para que reúna refuerzos entre la gente. El plan es que llegue al asentamiento, les cuente toda la situación y salga con todos los que pueda reunir a apoyar al grupo del bosque o al de Valle del Viento Gélido.
A por los 300 que cruzan el Valle del Yak Muerto (A la Arboleda) Arquero Cazador Diederik Vanerland (El mayor) [tío] Arquero Cazador Absjörn Vanerland (Señor de Osos) [padre] Arquero Cazador Fulker Vanerland [hijo de Absjörn] Lanza Larga Finmir Serpiente de Hielo (El Trampero) +3 Caballos ligeros; Tres águilas de las nieves (de los cazadores) y 20 soldados (arqueros y cazadores) [24 norteños]
Estrategia: Los 5, cazadores y trampero, se adelantan en los caballos para preparar trampas y puntos estratégicos.Órdenes:
Para esos trescientos que bajan hacia aquí, el plan que ya teníamos. En cuanto Finmir se recupere, que ayude con las trampas, nadie las conoce ni las sabe hacer como él. Corred a la arboleda y llenadla por completo de trampas, ni un solo centímetro sin un foso, un árbol dispuesto para caer, unos abrojos en el suelo entre la hierba. Pondremos arqueros en los árboles, les acosaremos desde que entren en el bosque. Una vez estén mermados, usad los conejos que capturó Finmir para conducir a los lobos de hielo hacia ellos, están hambrientos y harán una masacre. Este grupo estará liderado por dos de los Vanerland, con Finmir, y compuesto por nuestros arqueros y cazadores.
*Poder en Nieve Vieja Hersir Adela Stormborn hija de Lokbar Hachas de batalla Brendr (la extranjera) Hacha a dos manos Horeg el Oso (el inmune a los susurros) Valkyrias - Elegidas de Hilkra Lanza larga y rodela Darla (la rápida) Lanza larga y rodela Vinla (voluntad de hierro) Hacha corta y daga Arne (La Chamán) +6 Caballos Ligeros y +3 Sabuesos Lanudos
Llegados a este punto os propongo tres opciones descritas en el off-rol
Al ver los problemas con Vinla me pregunté en que proporción se reflejaban en sus palabras el corazón y la mente. No tenía pensado meterme en un debate que nos retrasara y pusiera a unos contra otros, en situaciones extremas, discusiones de ese estilo nos conducirían a la discordia y esta podía transformarse en una condena a muerte igual de poderosa que el frío y el agotamiento, pero los vientres vacíos me pesaban más así que traté de mostrar algo de mano izquierda y no extralimitarme en mi respuesta ciñéndome solo a aquello de lo que si sabía.
-Es cierto, seremos más lentos sin nuestras monturas y tampoco podemos olvidarnos de los depredadores que podrían estar rondándonos, por eso mi propuesta es que solo nos llevemos lo justo para sustentarnos del último de los caballos que ha caído, los cuartos traseros y a lo sumo parte del costillar, dejemos el resto para los lobos y los yetis, la sangre de las vísceras los atraerán por la sangre.- Agache levemente la cabeza y me detuve por unos momentos, no me hizo falta fingir pesar, en verdad admiraba la fortaleza mostrada por aquellos animales a quienes muchos posicionaban como las más nobles de entre las bestias. -Su sacrificio no habrá sido en balde por partida doble, no solo por habernos traído hasta aquí si no además por incluso tras la muerte ayudarnos a alcanzar nuestro objetivo.-
*Si tras aquello apareciera cualquier otro signo de resistencia cesaría en mi insistencia y si fuera necesario, me disculparía por ello ante Vinla, de lo contrario, mi intención era la de usar el cuchillo y hacha junto con la ayuda de alguno de quien estuviera dispuesto a prestar su ayuda para separar la pata trasera y abrir el vientre para dejar salir parte de las tripas y cortar una sección del costillar, seguramente las dos piezas de más sencillo acceso, tal y como me había enseñado Härelf. La piel de los caballos no era la mejor de todas pero si lograba sacar la suficiente y aprovecharme del frío, apenas dejaríamos rastro de sangre alguno tras el despiece, haciendo que el interés se centrase en los restos de la última de nuestras monturas.
Tras dar por acabada la debacle continuamos con nuestro camino, mantener el ritmo fue duro, apenas podíamos parar a recobrar fuerzas pero por lo menos todos conocíamos bien el terreno, lo que nos ayudó a prevenir sorpresas no deseadas y alcanzar Helvang en plena noche.
Sin separarme del grupo, seguí el camino hacia el salón del jarl, aunque apenas pude atender a lo que sucedía a mi alrededor a causa del agotamiento. Al menos aquello fue así hasta que Darla y Aya aparecieron ante nosotros, ignorando al resto eliminé la distancia que nos separaba hasta alcanzar a la joven y sostenerla en un abrazo. Había estado a punto de colapsar hacía nada pero saber que al menos ella seguía a salvo pese a todo lo sucedido me hizo recuperar parte de las fuerzas.
No tardé mucho en darme cuenta de que aquella muestra de afecto lo mismo no era lo más apropiado para aquel momento y que mi abrazo del oso lo mismo podía estar provocando que la salud de Aya se resintiera, así que ligeramente ruborizado la solté y me aparte de ella para volver junto al grupo no sin antes disculparme.
-Siento que Pandora no pueda haberse reunido contigo también, pero se que Locligan la ha puesto a salvo, tan pronto como podamos salir de aquí cumpliré con mi promesa de juntaros.- Me giré hacia Darla. -Gracias por haberla traído sana y salva y te pido disculpas por haberos ocultado...- No supe muy bien como terminar la frase, recordaba el rostro de consternación de Darla cuando contempló mi verdadera forma, aunque admiré que por su parte permitiera que aquello la hubiese afectado lo más mínimo para hacer lo correcto, por lo que la estaría eternamente agradecido por ello.
Con las fuerzas ligeramente recobradas regresé a mi lugar junto a los hombres de Adela, quería escuchar también las noticias por amargas que fuesen, aunque evité interrumpir de manera alguna mientras los norteños hablaban, aunque la cadena de mando era algo difusa entre ellos sabía cual era mi lugar y hasta que la guerra terminase o la situación cambiase, mi palabra también me ligaba al destino que tuviese que correr la hija de la tormenta.
*: Esto lo dejo en cursiva por si Adela o algún otro miembro del grupo pone pegas a los que propongo, porque de ser así no llevaría a cabo estas acciones. Igualmente Úlfur es un explorador y he dado por hecho que no habría problema para que llevase estas acciones a cabo pero si consideras que es necesario que haga tiradas, las añado al post.
Adela veía bien que sus hombres estaban al límite, habían pasado un infierno, habían perdido mucho y la victoria ni siquiera había sido completa. Su padre le había dicho una vez que un hombre es como una rama, que solo puede doblarse hasta un cierto punto antes de romperse, y Adela no tenía intención de hacer que eso pasase. Asintió a sus hombres.
-Dejamos al caballo aquí. A paso ligero hacia Helvang, vamos. La prioridad es reunirnos con el resto, comprobar si están bien y conseguir noticias sobre el resto de frentes.
Adela echó a andar la primera, con seguridad y decisión, sin mirar atrás a ver si le seguían. Cuando ya llevaban un buen rato de camino, comenzó a explorar los alrededores en busca de algún sustento para su grupo, algo que sustituyera al caballo que habían tenido que dejar. Sí, habérselo comido podía ser la opción más lógica y fácil, pero no sabían hasta qué punto el veneno había afectado a la carne y en todo caso aquello habría tenido su mella en la moral.
Hilkra estaba con ella aquel día, porque encontró un arbusto de bayas y una madriguera de liebres salvajes, que dieron para alimentar a dos personas, y luego un meandro de un pequeño río lleno de percas, grandes y deliciosas. Al final todos comieron perfectamente entre unas cosas y otras, y Adela dio gracias a Hilkra por aquel regalo en aquellos tiempos de hambre y guerra.
Tras un trayecto duro, lleno de barro y frío, por fin llegaron a Helvang. Adela notaba las extremidades tan pesadas como hechas de plomo, pero se esforzó en que no se le notara. Cuando el hombre les dio el alto, alzó la voz e intentó que sonara enérgica y autoritaria en vez de cansada y dolorida, que era como se sentía.
-Adela Stormborn, de la leidang de la Tormenta. ¡Abrid las puertas!
No sabía bien si le había quedado convincente, pero el caso es que las puertas se abrieron y les recibió una estampa en cierto modo desoladora. Era la estampa de la guerra: ciudades y pueblos solo llenos de mujeres jóvenes, niños, ancianos demasiado mayores para combatir. Era lo que la Horda y sus instigadores humanos habían provocado sobre su país, sobre su querida tierra. Al final, fuesen asuntos de magia, fuesen asuntos de codicia, o de mero barbarismo, todo se pagaba con la sangre de su pueblo.
La ira desapareció de Adela al llegar al salón del Jarl y ver sanas y salvas a Darla y a Aya. Aún quedaban como incógnita Arne (y su valiosa carga, fuera lo que fuese) y Locligan, pero el anciano tenía recursos y sabría mantenerse a sí mismo y a la chamana a salvo. Adela saludó a Darla y sonrió al verla bien.
Mientras Darla y Vinla y Ulfur y Aya se abrazaban, Adela avanzó y escuchó una voz inconfundible: Gunborg, el viejo lobo. Corrió hacia él, tenía mil preguntas. Escuchó el diagnóstico de Darla, y por un momento estuvo tentada de ordenar a la mujer que le hiciera la operación sí o sí, pero luego lo pensó mejor. Era cierto que Gunborg era muy necesario y que su experiencia era insustituible, pero si se operaba le estaría condenando al terrible destino de yacer en una cama mientras se decidía en batalla la suerte del Norte entero, le estaría negando los salones de Hrutgar, y eso no podía hacerlo. Asintió.
-Nunca te negaría el derecho a ir a ver a Hrutgar, Gunborg. A ti menos que a nadie. Claro que irás a la batalla, y todos los enemigos huirán ante ti.
Las noticias que le contó a continuación eran graves, muy graves. Y aunque saberse de pronto hija del Jarl debería haberla alegrado, tan solo notaba preocupación en su interior. Había que actuar rápidamente si querían conservar la ventaja, pero para eso necesitaba información, toda la información.
-Gunborg, ¿qué pasó? ¿Cómo fue la batalla? ¿A quiénes perdimos? Necesito que me lo cuentes todo, este enemigo no nos va a dejar relajarnos.
Gunborg miró las llamas. Inspiró hondo y soltó el aire despacio. -Partimos hacia el Valle del Viento Gélido. 44 guerreros curtidos, 6 caballos de tiro, 4 ligeros y 3 de guerra pesados. 14 sabuesos lanudos y un puñado de búhos rúnicos.- Hizo una pausa -Los Vanerland se desviaron hacia Axajas y los Dundarson y yo montamos el campamento falso. Esparcimos a los mejores tramperos para que prepararan el terreno. Nos dividimos en pequeños grupos de tres, no nos alejamos mucho. Nos dispusimos por la cara suroeste y Noreste del valle ya que los animales entrarían en diagonal desde el noroeste. No queríamos que se distrajeran por nuestra presencia. Los Vanerland lo hicieron bien. Tenían los sabuesos preparados tras los dracosaurios en las zonas más espaciadas del bosque Axajas mientras que las hermanas Gavarasdóttir mantenían a los lobos en la espesura. Éstos gruñían intranquilos y su tensión la transmitieron a los dracosaurios pero lograron mantenerlos hasta que el enemigo llegó.- Hizo una pausa para tomar el aire. Darla le trajo un cuerno con bebida. Bebió. -Para entonces yo me encontraba con 1[...] y con [...]-
Gunborg volvió a beber, saboreando el contenido. Ya sabíais que el ejército enemigo está acomopañado por cuatro bandas de osgos (Jarro, Roja de Zaskir, Púas Negras y Khul) y tres tribus distintas de trasgos (Fef, Jacor y los Caracuero).
-Entonces no lo sabíamos, pero nos enfrentábamos a los hombres de 2Kiria Kogo. Capitán Hobgoblin. Con ellos iban parte de la banda de Jarro dirigidos por dos jefes osgos. Entre ellos también había pequeños trasgos esparcidos aleatoriamente por la formación de los anteriores.-
1Arvael, ¿Con quién se encontraba Gunborg?¿La lucha de quién vas a protagonizar? y, además de eso, ¿qué otro personaje os acompaña a ambos? Al resto los distribuiré en grupos de tres, separados pero lo suficientemente cerca como para tenerlos a los tres o cuatro más cercanos a la vista.
Hacha a dos manos | Gunborg (El viejo lobo) |
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Exploradores | |
Huscarles - (Armas cortas y escudos) | |
Espada y Escudo | Einar Dundarson (El primogénito) |
Espada y Escudo | Jens Dundarson (El agricultor) |
Espada y Escudo | Gerd Dundarson (Escudo de Runas) |
Espada y Escudo | Haakon Dundarson (El diestro) |
Espada y Escudo | Gisli Dundarson (El rápido) |
Espada y Escudo | Harald Dundarson (El generoso, ahora el benjamín) |
(Armas Largas) | |
Martillo de Guerra | Garados (El impresionante, Martillo Cazador Fenrisiano) |
Hacha a dos manos | Dahlia Gavarasdóttir (La cicatriz) |
Hacha a dos manos | Elmi Gavarasdóttir (Parte babosas) |
Arquero Cazador | Gred Vanerland (El Duro) [padre] |
Arquero Cazador | Gredsen (El pequeño) Vanerland [hijo de Gred] |
2Maligoch ¿Qué prefieres: El capitán Hobgoblin, uno de los jefes de guerra osgos o un jefe goblin?
En cuanto sepa vuestras preferencias os busco un avatar y asigno los personajes para jugarlo aquí.
Arvael, ¿Con quién se encontraba Gunborg?¿La lucha de quién vas a protagonizar? y, además de eso, ¿qué otro personaje os acompaña a ambos? Al resto los distribuiré en grupos de tres, separados pero lo suficientemente cerca como para tenerlos a los tres o cuatro más cercanos a la vista.
A ver, si se dividieron en grupos de tres, ya que los Dundarson son seis, lo suyo sería que los grupos fueran: tres Dundarson, los otros tres, Gunborg con los Vanerland y Garados con las gemelas, que creo que puse que eran sus hijas o algo así, ahora no me acuerdo, jajaja. Pero si tengo que llevar a un personaje prefiero llevar a una de las gemelas o a Garados, y entiendo que tengo que llevar a un pj que acompañe a Gunborg, porque es el que nos cuenta la historia, no?
En principio lo había pensado así, que fuera alguien junto a Gunborg pero realmente da igual. Vamos a construir la historia como más nos guste. Puedes escoger a quien quieras. Es Gunborg el que, por vicisitudes del destino, terminará conociendo y comunicando lo ocurrido. Es él quien terminará junto o cerca del personaje que elijas.
Muy bien, en ese caso me quedo con interpretar a una de las gemelas, que llevar un bárbaro siempre es divertido xD. Por cierto, es buen momento para pensar en qué hace la piel de lobo fenrisiano como material de armaduras ya que Garados lleva siempre la suya encima.
-...y los que no murieron en batalla los recogieron. Se los llevaron vivos.- Gunborg dejó de mirar las llamas y sostuvo la vista de Adela -Sólo cinco conseguimos llegar aquí- añadió con dolor en sus ojos. -Debí haber caído en esta batalla- pensaba el anciano guerrero, pero no fue así. Los dioses aún tenían un papel reservado para él.
Tras aquello, los días pasaron entre hambre y desesperación para los habitantes del Norte. El ejército comandado por Lokbar llegó restaurando la esperanza aunque pocos fueron los alimentos y muchas las bocas que trajeron. Además de la certeza de que sí cogían prisioneros.
Llegamos a un momento de interludio entre lo sucedido y el combate "gordo" que será lo próximo que juguemos. Esto son varios años de contienda en el norte mientras en el sur Raedrik intenta avisar a los dirigentes del peligro que se avecina.
Durante ese tiempo, hubo expediciones a la guarida de las sagas. La mayoría no encontraron el lugar y, los que lo hicieron advirtieron que no se encontraron allí. Las sagas se habían marchado (aunque no para siempre).
A la Leidang de la Tormenta se unieron tropas de refuerzo. Ella dirigía casi la totalidad de los efectivos en los alrededores del Yunke Blanco (su tierra) mientras Lokbar hizo lo mismo con los norteños del resto de clanes que subieron a luchar.
Úlfur se runió con Aya en uno de los campamentos y ésta le anunció que Locligan de Ïluf se hubo marchado al sur pero que volvería.
Quise terminar con el combate ya porque se estaba prolongando demasiado.
¿Cómo vas?
Podemos continuar (1 post semanal) o te doy tiempo y mientras avanzo con Úlfur y el resto. Lo que tú me digas. ;-)
Arvael está medio desaparecido. Quise terminar con el combate ya porque se estaba prolongando demasiado.
Durante el tiempo que comento de inactividad Úlfur y Aya suben a nivel 3.
Las sagas han desaparecido pero, junto con Aya, puedes seguir su rastro. Como Arvael está ausente. Continuaríamos la trama por ahí. ¿Cómo lo ves?
Año y medio en guerra. El invierno pasó sin aliviar un ápice su crudeza. Algunos ancianos no lo superaron. Todos los hijos del norte habían perdido peso a causa de la escasez de alimento y la tierra se había transformado luciendo heridas de batallas allá donde sucedieron. Pero los norteños habían recuperado terreno, haciendo retroceder a los invasores hasta más allá de Axajas.
Si bien no volvió a saberse nada de las Sagas, Ismene o de los hombres de Édedro, la horda conquistadora parecía multiplicarse con cada semana. Las montañas del norte estaban plagadas de cuevas ocupadas por trasgos, osgos o hobgoblins mancillando aquella tierra como jamás hubiese creído tu pueblo posible... y se estaban preparando para una gran marcha para tomar el sur. Ahora que el invierno ha pasado es cuestión de tiempo. Debíais estar preparados y dedicabais cada día a ello hasta que la noticia llegó.
-La Horda está bajando de las montañas del norte.- Había notificado un mensajero -¿Por qué parte de las montañas?- preguntó alguien -Por todas ellas- dijo el hombre más alterado que temeroso. -¡Es la hora!-