Partida Rol por web

Ars Diavoli Et Literari

Justicia y Ley

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20/10/2009, 13:07
Rodrigo de Rivas

Pues no ha debido ser tan bueno el teatro, pues la hospitalidad se ha tornado en hostilidad.

No tenemos ningún interés económico -enojado porque ese hombre piense que me vendo como un vulgar mercenario tudesco-, si es lo que le preocupa al señor hijo del marqués.

Voy a decir algo más pero callo por un momento, mientras le miro bien las facciones de la cara y me rasco la barba con el pulgar.

No hemos de forzar la situación, el enojo ha sido oportuno, pero ahora no debemos llevarlo a más.

Hay algo que su excelencia acaba de decir...-empiezo, con voz pensativa y una ojeada por donde se ha marchado el alguacil- y me ha dejado un poco aturdido, pese a su pregunta que me ha molestado, aunque no en exceso pues es una pregunta natural, le responderé que lo hago por la terrible visión que he contemplado y que sus causantes han de ser encontrados para Ad maiorem Dei gloriam y porque Amor patriae nostra lex.

Tal vez el latinazo haya sido apropiado, me da cultura y por ello credibilidad y palabra de honor.

No obstante, me ha alagado en un primer momento que confíe en nosotros, mas he aquí una pregunta y esta vez dirigida a su excelencia. ¿Por qué no se fía de los corchetes?

Notas de juego

Latinazo al canto, que quizá ayude.

¿Haces tirada oculta de detectar mentiras para su respuesta?

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30/10/2009, 15:04
Ambrosio de Casares

Asisto en silencio al intercambio, preocupado por el cambio del tono y cuidándome de no añadir más leña al fuego, sin perder de vista la cara del hombre mayor, tratando de desentrañar el misterio de su misión aquí. 

No me gustan las bravatas del imberbe, pero no es momento de intervenir aún.

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01/11/2009, 18:08
Francisco de Ayala

Mueve la cabeza apresurado negando repetidamente tras la acusación de Don Rodrigo.

No, no, no. No me entienda mal vuestra merced. Que no quise decir que no me fiara de la guardia, qué Dios vele por ellos que buena falta nos hacen, sino que vuestra merced es de mejor ralea y entenderá mucho mejor el problema por el que paso.

Termina la frase persignándose raudo.

Sus actos le honran, Don Rodrigo, vaya que si le honran y no seré yo quien se oponga a su causa que ahora también es la mía, es más, les ayudaré en todo lo que tengan a bien en preguntarme.

- Tiradas (1)

Notas de juego

@Rodrigo: no te parece observar ningún gesto sospechoso en las respuestas de Don Francisco salvo el lógico nerviosismo por el malentendido.

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02/11/2009, 23:48
Ambrosio de Casares

Discúlpenme si me entrometo - digo con un tono servil que confirma mi mirada de cordero degollado al de Ayala, y un asentimiento a "mi Señor" como pidiendo permiso para hablar - No es que tenga mucho bagaje en este tipo de asuntos, pero aseguraría que no es una muerte "habitual" la que ha sufrido el que parece, o mejor, parecía ser vuestro servidor.

No deja de ser extraño que un hecho perpetrado con tanta pompa y simbología le haya acaecido a un simple criado, que quizá no supiera ni siquiera leer con soltura... - hago una pausa, esperando que mis oyentes consideren las implicaciones de mis palabras y aprovechando para levantar la mirada hasta el hombre mayor, que permanece callado - ¿Hay algo que os haga pensar que este crimen pueda estar relacionado con algún enemigo personal de Vos mismo, o quizá de vuestra honorable familia?. Quizá eso explicaría, en parte, la virulencia y espectacularidad de la acción, quizá trató el asesino de enviaros una señal, de alguna manera...

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03/11/2009, 12:29
Rodrigo de Rivas

Bien pensado es lo que se os dice, señor Ayala. Tal vez, y ruego al Todopoderoso que no sea así, la muerte de vuestro criado sea la primera de una cadena.

Dedico un poco de tiempo a pensar en la posibilidad de que no sea el primer muerto.

¿O es posible que este...hecho ya haya ocurrido antes? ¿Sabe vuesamerced algo sobre eso?

Tal vez la pregunta haya sido algo indiscreta, pero esta situación me está forzando a pensar cada vez más en él como sospechoso, y me resulta difícil seguir aparentando servidumbre. También me pregunto qué estarán haciendo nuestros dos compañeros.

Estas cosas suelen ser bastante públicas, y no dudo de que si ya ha ocurrido antes cualuiera lo sepa. Pero se lo pregunto a vuestra merced para que quizá podáis ilustrarme sobre enemigos vuestros y, como ya se ha visto, de la Verdadera Religión.

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03/11/2009, 12:53
Francisco de Ayala

Pues tiene razón su criado, Don Rodrigo. No es para nada ilógico lo que nos hace ver pero no tengo yo en mente a nadie del que pueda sospechar de tal acción —dice encogiéndose de hombros.

Don Francisco se mesa la escasa perilla, pensativo y pronto vuelve a confirmar lo dicho.

No, no me viene a la cabeza tal persona.

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05/11/2009, 17:06
Ricardo Vargas

El acompañante de vuestro entrevistado se levanta y os ofrece un seco saludo.

Si a vuestras mercedes no se les ofrece nada más, mi alumno debe retirarse a descansar —dice en todo frío y serio.

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06/11/2009, 02:56
Ambrosio de Casares

Por supuesto, ha sido un placer - comento, alargando mi mano hacia la tendida por el nuevo contertulio - ¿Tal vez a su ilustre persona le venga a la cabeza alguna idea más antes de despedirnos? - pregunto, usando un tono gélido, sin soltar su mano por un incómodo instante.

Tras estas palabras, permanezco con la mirada fija en su expresión, tratando de captar una mirada o gesto que manifieste inquietud o inseguridad, o en definitiva que denote que sabe más de lo que quiere transmitirnos.

Notas de juego

Ambrosio trata de incomodar un poco a Ricardo, pillandolo por sorpresa.

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06/11/2009, 09:30
Rodrigo de Rivas

Sí, desde luego, no quisiéramos robarle más tiempo -añado con una ligera sonrisa-, si necesitan ayuda no dude en solicitarla. Aún no he decidido dónde me alojaré, pero en cuanto lo sepa le haré llegar a vuesamerced una carta a su residencia, para que pueda encontrarme.

Aunque aún no sé si es buena idea.

Ahora mismo me encuentro algo indispuesto, el viaje y los recientes acontecimientos me han dejado algo inquieto. Pero en cuanto pueda me presentaré ante la corchetería para seguir ayudándoos. Señor de Ayala-añado despidiéndome de él y luego del otro hombre- caballero, ha sido un placer; renuevo mi intención de ayudarles.

 

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06/11/2009, 10:14
Rodrigo Castro

Ambos hombres agachan la cabeza un tanto y os invitan a volver por donde habéis venido. El tal Ricardo asume arregañadientes que don Ambrosio estreche su mano no sin antes mirar a Don Francisco extrañado.

Salís de la sala. La noche está a punto de caer. Se ha levantado viento y este viento trae cierto olor acre. Ya han retirado el cuerpo del joven sirviente y ahora caéis en la cuenta de un montoncito de las que se desprende ese olor acre.

Don Rodrigo Castro, el teniente de alguaciles, os espera en la puerta de la universidad.

Tengo que cerrar aquí. Si son tan amables vuestras mercedes —dice invitándoos a salir.

Notas de juego

Podéis tirar Botica o Venenos si queréis examinar esas hojas.

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11/11/2009, 11:43
Ambrosio de Casares

¿Qué pueden ser esas hojas, habrán tenido la piedad de atontarle o dormirle antes de escribirle los clásicos sobre la piel?. No, eso no cuadra. Tal vez lo hayan hecho para facilitar la "colaboración" del infeliz... - Asiento con la cabeza a las palabras del alguacil, avanzando hacia la puerta - Ni idea, nunca las he visto ni oído hablar de ellas, quizá...

Un momento, Don Rodrigo, quisiera... - adelantándome antes de obtener un no por respuesta, me agacho y cojo fugazmente, ayudándome de la manga de mi camisa para no hacerlo con mis propias manos, un puñadito de las hojas en cuestión. Después, levantándome con la misma rapidez con la que me he agachado, sigo hacia la puerta.

Vámonos, mi Señor. Se os nota cansado..., es tarde, y viene lloviendo como se suele decir - digo como si nada hubiera sucedido - Adiós, señor teniente. Es tranquilizador ver que alguien de sus cualidades protege a los ciudadanos, tened por seguro que daremos noticia de vuestro sacrificado desempeño donde fuera menester... - añado a modo de despedida, ya bajando la calle con "mi Señor".

- Tiradas (1)
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11/11/2009, 16:01
Rodrigo de Rivas

Señor alguacil un placer haberle conocido.

Mientras Don Ambrosio recoge las hojas que yacen a los pies del moribundo se me ocurre una última pregunta.

¿Cuándo murió el pobre infeliz? ¿O cuándo fue hallado?

Tras escuchar la respuesta salgo al exterior seguido del bravo bardo y ojeo, nunca mejor dicho, las hojas que él guarda.

Verá Don Ambrosio, creo que estás hojas son...en fin, yo diría que son...no lo sé. Desconozco qué es lo que son.

De plantas y venenos escasos conocimientos tengo, habrá que solventarlo en el futuro.

¿Qué opina vuesamerced del acompañante, el tal Ricardo? ¿Hombre de su confianza?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Perdón.

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11/11/2009, 16:33
Rodrigo Castro

Un placer —replica el teniente de alguaciles.

Acto seguido Don Rodrigo aborda con otra pregunta y el teniente responde mientras cierra la puerta de la universidad.

Esta mañana, Don Rodrigo, temprano. Dicen que fue el primero que abrió la puerta quien lo encontró en ese estado.

Acto seguido termina de cerrar la puerta y levanta el sombrero con una mano cerrando el saludo.

Buena noche tengan vuestras mercedes —dice mientras mira al cielo.

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11/11/2009, 16:37
Director

La noche avanza rápidamente y ya no es simplemente esa tenue sombra de cuando salierais de la universidad.

Habéis caminado un rato bordeando la catedral en busca de vuestros compañeros cuando llegáis a la cuesta donde dicen se encuentra la llamada cueva de Salamanca, donde dimes y diretes enturbian la realidad.

La mirada de Don Rodrigo se cruza momentáneamente con la de otro hombre indistinguible entre la oscuridad. Tras un rato de atenta mirada sin reconocimiento la figura camina raudo hacia vuestra posición. Por los sonidos que se oyen según se acerca afirmaríais que va fuertemente armado.

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12/11/2009, 13:04
Ambrosio de Casares

ALTO!, ¿QUIÉN VIVE? - pregunto en alta voz, echando mano a la empuñadura de la espada sin desenvainarla, confiado en mi soltura para hacerlo y atacar con un solo movimiento en caso necesario.

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12/11/2009, 13:13
Rodrigo de Rivas

¡Pardiez!

Imitando a mi compañero pongo la mano en el pomo de la espada, mientras miro detrás mío, haber si alguien puede vernos, en caso de que haya violencia. Me giro hacia la sombra.

¿Sois vos, Don Álvaro?

Tal vez nos estuviera esperando. ¡Aiba! Guardo una pistola, quizá haya que usarla.

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12/11/2009, 17:03
Director

Vuestro indicio se confirma cuando la cercanía revela el semblante de don Álvaro.

Ahora distinguís dos figuras más unos pasos más atrás y pronto les reconocéis como don Emilio y el fraile Juan de la Rosa.

Notas de juego

Pasáis a: De una noche salmantina