Rosa que en ese jazmín se va enredando... - entono a media voz, colocándome a "la Paca" en el regazo y emitiéndo un tímido acorde.
Si la memoria no me falla son verdad como puño vuestras palabras, maese Remigio - comento, al ritmo de la música, en referencia a las palabras de don Emilio - Pues ni una sola fémina hemos visto hoy, aún en pintura...
Separemos a nuestro burdo amigo de sus nuevos compadres y veamos de buscar un entorno más... lleno de estímulos a los que poder ofrecer unos versos surgidos de las musas...
Como Álvaro podrá escuchar seguramente la música he creído mejor no desmarcarlo
Antes de que el jugador la aparte agarro el brazo y tiro del naipe que se le asoma para mostrarlo bien alto ante su rostro. El brazo que le he agarrado lo tengo firmemente sujeto, para impedir que ese truhán se mueva. Levanto el naipe acusadoramente mientras alzo la voz para que toda la taberna se fije:
- Vaya... Que suerte la suya contar siempre con un as en la manga... ¡MALDITO TRAMPOSO!
Siento la furia que embarga todo mi ser. ¡Trampas! ¡Han hecho trampas!
- ¡DE AQUI NO SE MUEVE NI UN REAL! ¡EXIJO UNA COMPENSACIÓN! ¡PENSE QUE JUGABA CON CABALLEROS Y NO CON VULGARES BRIBONES!
Pese a mi mala leche desbordada mi mirada se fija en todos los de la mesa, exceptuando al buen Emilio que ha caído como yo en las trampas de estos malandrines.
Si el interpelado o sus amigos intentan hacer cualquier gesto agresivo mi primer movimiento será golpear al que tengo agarrado del brazo. Luego intentaré hacerme con el taburete para enfrentarme a los demás si hace falta.
- Creo que Rafael tiene mejor ojo para estas cuestiones del que tengo yo.- Alzando una ceja y vaciando el vino de un trago para dejar el vaso en la barra, Emilio aparece molesto.- Caballeros y amigos, será mejor que nos preparemos para lo que va a venir, pues puede acabar mal.
Acercándose de vuelta a la mesa de juego, Emilio se esfuerza en adoptar una actitud conciliadora, con intención de calmar los ánimos.
- Señores, sería muy indecoroso invitar a resolver esta situación a terceros, pues ni amenazas, aceros ni alguaciles tienen cabida en un juego. Cierto es que han probado ser más habiles que nosotros en estas lides, pero visto que mi amigo ha demostrado maña bastante averiguando que se traían entre manos, lo justo sería dejar las cosas tal cual empezaron, cada real en la bolsa en que llegó. Entre personas inteligentes sería justo reconocer las cualidades de todos.
Tirada: 3d6
Motivo: Diplomacia
Dificultad: 12-
Resultados: 1, 1, 3
Exitos: 3
Tirada: 2d6
Motivo: Diplomacia
Dificultad: 12-
Resultados: 2, 3
Exitos: 2
Tirando por diplomacia, aunque no recuerdo si son 2 o 3 dados :S. Por agilizar dejo una tirada con 2 dados y otra con 3. Coge la que corresponda (si es que corresponde alguna).
Algo sorprendido por el giro que están tomando los acontecimientos, interrumpo mi canción y tomando con gran cuidado a "la Paca" me agacho para colocarla apoyada en su clavijero en un rincón alejado del paso.
Después, calmosamente, tomo la jarra de vino blanco con la mano derecha y el vaso de arcilla en la otra y me coloco con discrección enfrente de don Álvaro, al otro lado de la mesa, y convenientemente situado detrás de los jugadores con los que tiene la trifulca, preparado para estampar ambos sobre el cogote de los aludidos si se tercia la ocasión.
Alarmado por la situación, echo la mano atrás para coger la pistola mas no la encuentro y miro hacia las esclaeras donde está el teutón, junto a mi pistola, mi espada y la daga.
¡Pardiez! Lo había olvidado, ¿y ahora con que me defiendo yo? Ir a los puños es indigno de un caballero, imitemos al poeta y hablemos.
Me acerco pues en actitud tranquila y amistosa más falsa que el beso de Judas.
Mi buen amigo tiene razón, es de sabios recoger los dineros de cada cual, irnos de este lugar y olvidarnos de este hecho, que iniciar una pelea en la que alguno de los presentes, incluida mi persona, puede acabar llamando a las Puertas de San Pedro, que si bien es un buen lugar, no creo que tengamos ninguna prisa en llegar a él. Así pues, señores, es mejor dejar las cosas en paz, no vaya a ser además que a nuestro querido tabernero le estropeemos el local y encima llamemos la atención de la..."gura"
¡Puaj! Gura, asquerosas palabras de villanos, mas creo que así se habrán sentido más reconfortados....
Tirada: 3d6
Motivo: Diplomacia
Dificultad: 11-
Resultados: 6, 1, 1
Exitos: 3
Éxito en Diplomacia
El hombre se sonríe ante Don Álvaro y quita la mano de la mesa.
- Sea pues esa compensación. ¿Qué tal le parece en un par de horas en la torre del Moro? - dice en tono no muy alto acercandose a Don Álvaro.
Se trata de un sitio harto conocido por los duelistas, pues es un lugar discreto, aunque precisamente por ello, por ser muy poco frecuentado, es también paraje peligroso, en especial tras anocher.
Las palabras conciliadoras de Don Emilio y Don Rodrigo han calmado un poco el tenso ambiente tras las palabras de Don Álvaro.
- Esta ronda corre de mi cuenta. Disfrutela vuestra merced - dice mientras saluda con el sombrero y deja unas monedas sobre la barra.
Hace un gesto con la cabeza y su compañero de juegos le sigue fuera del garito. Las monedas jugadas han quedado sobre la mesa.
Mientras recojo las monedas y antes de que se vayan los individuos grito bien alto:
- ¡Dentro de dos horas! ¡No me haga esperar! Y por ventura espero que sea más honrado con los aceros que con las cartas. ¡Puedo perdonar a un tramposo, pero nunca a un cobarde!
Mi sonrisa se ensancha y solo hay un asomo de duda al ver los rostros de mis compañeros clavados en mi:
- Vamos señores... ¿No pretenderían que dejase pasar esa afrenta y el desafío, no? Además así como ustedes entrenan su lengua ¡yo debo darle bríos a mi espada para que no se me oxide! ¿Tendrá a bien alguno de ustedes venir como padrino al duelo? Don Rod... Ricardo, ¿me haría el honor?
Sin aguardar la respuesta me giro hacia la barra:
- ¡Tabernero! ¡Otra ronda que pago yo!
Lo que para otros podría ser un peligroso compromiso para mí es un motivo de alegría y diversión. ¡Un duelo! ¡Jugarse la vida y sentirse vivo! Solo espero que no me chafe la cita nuestra misión... Pero bueno, un duelo es cosa rápida. Unas cuantas estocadas y asunto arreglado, para bien o para mal.
Emilio agarra el nuevo vaso recién servido y acercado a su boca cerrada, quedando a medio camino de un rostro ceñudo y meditabundo. Es consciente de la alegría que embarga al valentón, pero no puede sino comentar lo ocurrido en voz baja a su compañero de partida:
- No dudo que habéis elegido bien vuestro oficio si este hecho os llena de júbilo, mas pronto ha aceptado tentaros con un duelo ese mequetrefe que acaba de irse. Es probable que por su costumbre de jugar con argucias oscuras también sea dado a tirar estocadas. Y por vuestro bien espero que no le de tiento a soltar también puñaladas. Como sea yo sí que os acompañare. Si el lance no es justo, haré por ajustarlo.- Y dicho esto vacía el vaso lentamente, saboreando el largo trago. Por lo que pudiera ocurrir.
- ¡Cuanta razón tienes!- digo guiñando un ojo al goliardo - Eso mismo estaba pensando yo. Y me alegra saber que cuento con tu acero si las cosas se complican. Espero que no haga falta, sobre todo por ellos...
Lanzo una alegre risotada tras la bravuconada. No es fingida, ni afectada... Es totalmente sincera y alegre. Luego, recordando por que estamos aquí bajo un poco la voz:
- ¿Y vuesas mercedes se han enterado de algo del asunto que nos trajo hasta aquí?
De poco... - contesto pensativo, sirviéndome vino de la jarra que parece que ha perdido su papel como arma improvisada - al menos hasta mañana no volverá el tal Rafael al que buscamos, tiempo tendréis de batiros, pues por largo que fuera el lance no creo que sea costumbre llegar al día siguiente trabado con el oponente...
Poco me ha gustado a mi también lo rápido que ha sacado el rufián el tema del duelo - continúo, tras una pausa - creo que también os acompañaré si no tenéis inconveniente, no vaya a ser que no sólo en la desencuadernada acostumbre a hacer fullerías,... diré si me preguntan que soy admirador de vuestro estilo y que pienso escribir un romántico cantar de gesta del combate, que eso siempre impresiona.
Abandonando la jarra sobre la mesa, vuelvo al rincón en el que he dejado la guitarra y la recojo con sumo cuidado.
Bien, amigo - digo al regresar a Álvaro, alegremente - tal vez sea ahora mejor idea la que ya era buena. Vayamos en busca de unas sirenas que nos encanten durante un rato... os conviene llegar relajado, jajajaja.
...y tal vez, Dios Nuestro Señor no lo quiera, sea la última vez... - pienso lúgubremente.
No hay sosiego
que pueda apagar el fuego
que enciende en mi alma Amor...
Entono apoyándome en los alegres rasgueos de "la Paca" una atrevida coplilla para animar el ambiente un tanto.
- ¡Excelente plan sin duda! ¡Un duelo por delante, unos amigos a mi vera y unas damas que nos cubran de cariño! ¡La vida no puede ser más luminosa!
Y apurando de un trago mi bebida me dispongo a seguir al juglar.
El rufián abandona el lugar y mis compañeros comentan el hecho y el asunto que nos trajo aquí. Hablo un poco sin pensar.
Por supuesto contad con mi presencia, en caso de que hubiere malos perdedores o duelistas de más, sólo por esas posibilidades acudiré ahí, además por si hubiere la aparición inesperada de la ronda, por si, Dios no lo quiera, aparezcan por ahí, creo que Don Dinero, que todas voces calla y todas voluntades abre, acompañado de mi hábito de Santiago decantarán la balanza en contra de rufianes de baja estofa. Todo ello claro está en el peor de los casos. Recemos por que sea unos cuantos movimientos de mano sin más, con esperado éxito de nuestro valentón...
Apuráis los últimos vinos y os disponéis a abandonar el poco fortuíto garito de juego de Don Francisco de Robles.
Poca cosa más que enemigos habéis encontrado en este garito del que os disponéis a marchar.
Os acercáis al teutón que guarda la puerta y le pedís vuestras pertenencias. El hombre os las devuelve de buena gana.
- Si, tomad, sin duda necesitarán - aduce con una sonrisita peligrosa como una cuchillada bailándole en la comisura de los labios.
Si no queréis hacer nada más en el garito pasamos a la siguiente escena:
Si tenéis algo más que añadir hacedlo aquí. Si no, escribid directamente en la próxima escena.