Partida Rol por web

Hordu, por favor, sé razonable... La compuerta de la bodega ha sido cerrada manualmente desde dentro. Si mi azafata os abre, ¿cómo puedo saber que no la capturaréis a ella también?

¡Pues vuelve a activar los ascensores para sacarlos de ahí! Lo vimos con la puerta, tienes el control de un montón de funciones de la nave, preciosa.

¿Cómo sabré que si activo los ascensores tú y los tuyos no usaréis las tarjetas de empleado de mis dos guardias para asaltar también el resto de la nave?

- Señora - dirigiéndose a Willmourd - tal vez podríamos reducir el nivel de oxígeno, no al punto de ahogarlos, pero sí de debilitarlos. ¿Tenemos gente armada, o ducha en peleas? - a Danaón no se le daba la negociación; es cierto que tampoco la pelea, si bien no sentía la convencional repulsión de la gente por la violencia. - Si los hay, podríamos intentar llevarlos a un punto en el cual no puedan reaccionar físicamente y, entonces, realizar un rescate.

''Aunque tal vez no sea la mejor idea'' se dijo a sí mismo; no era raro que en momentos de excitación, de tomar decisiones extremas, su mente analizara todas las ventajas y desventajas de un plan ''Quizás traten de presionar agrediendo aún más a los rehenes''

- Otra alternativa es intentar deshabilitar las tarjetas de sus empleados, Gloria - No era mucho mejor, por cuanto también necesitarían retomar un acceso a la red de la nave - De esa manera podemos evitar que las utilicen.

Se quitó los lentes y paso la palma de su mano derecha por sus ojos... definitivamente, estaba cansado.

Ah, no... No-no-no-no. Como médico desaconsejo cortar el aire. Estamos hablando de un espacio que se divide en dos niveles: por un lado, el área de descanso y los pasillos; por otro, el área de bienvenida. El dióxido de carbono es más denso que el oxígeno, así que tiende a bajar. Si les cortamos el aire, los rebeldes de la planta baja morirían antes de que afectara a los de la planta intermedia de la nave. Y no solo estamos hablando de muertes... la falta de oxígeno puede provocar daños cerebrales. Aunque pudiéramos hacerlo sin matar a nadie, el riesgo de que algunos queden como unos vegetales...

No quiero inhabilitar las tarjetas de los dos guardias. Son lo más parecido que tiene la tripulación a dos luchadores, por muy torpes que sean a veces. Si los rehenes logran liberarse por sus propios medios, y se hacen con sus tarjetas, puedo volver a activar los ascensores y traerlos de vuelta.

Sí sería posible inhabilitar las tarjetas temporalmente para volver a activar los ascensores y traer a la gente de la bodega de carga hasta la zona bussines, o bajar a un grupo de voluntarios hasta allí. Pero en cuanto vean a los ascensores subiendo o bajando, sabrán que estamos tramando algo.

De modo remoto, tenemos control del aire, la iluminación, la calefacción, la gravedad y las escaleras mecánicas. Podríamos abrir más módulos para hacer que saliese más gente a los pasillos, pero eso solo empeoraría las cosas.

En cuanto a la tripulación... Contamos en esta planta con un camarero, tres azafatas (una de ellas coja) y una pianista... Los dos guardias capturados en la planta intermedia... Y otra azafata más en la bodega de carga. Con el resto no se puede contar: Sean, el de mantenimiento, está muerto, y los pilotos están aislados en la cabina y no responden a nuestras llamadas. Podríamos pedir voluntarios entre los pasajeros de la clase Bussines, aunque dudo que quieran exponerse de semejante forma. Además, primero necesitaríamos un plan.

Un pitido en el comunicador dió a entender que entraba una segunda llamada.

¿Señorita Willmourd? Seguimos sin contacto con los pasajeros Jonas y Dido, pero Mindy ha tenido una idea para arreglar el tema del oxígeno y la calefacción.

Recibido, Sindy. Adelante con ello. Mientras no interfiera con nuestra crisis de los rehenes, estupendo. Corto.

Gloria cerró la comunicación con Sindy y Mindy. Seguían teniendo a Hordu a la espera.

Tras unos minutos de silencio incómodo, y a falta de que alguno de los prisioneros trataran de suavizar tiranteces, Hordu acabó perdiendo la paciencia.

Es obvio que no deseas negociar. Si cambias de opinión, puedes llamarme a este mismo número, putilla.

Hordu colgó.

¡Es increíble! ¡No nos respetan!-dijo a sus fieles-¿Y sabéis porqué? ¡Porque no somos los suficientes! Pasamos a la fase dos. Dividíos por los pasillos. Cada uno tendrá asignadas cuatro puertas. Sacaos el zapato, y usadlo para golpear en cada puerta la siguiente cadencia: tres golpes seguidos, pausa, cinco golpes seguidos, pausa, cinco golpes seguidos, pausa, dos golpes seguidos, pausa, cuatro golpes seguidos, pausa, siete golpes seguidos, pausa, cuatro golpes seguidos, pausa, cuatro golpes seguidos. Repetidlo al menos cinco veces en cada puerta antes de pasar a la siguiente. Id.

El código no se parecía al morse, ni a ningún otro código militar o civil que Gaheris y Jake conociesen. El grupo de rebeldes abandonó el área de descanso y se disgregó por los pasillos. El constante repiquetear de las suelas de zapato y los tacones golpeando las puertas les perturbó a los prisioneros el descanso.

Al cabo de unos minutos, el móvil de Hordu volvió a sonar. No se trataba de Gloria en esta ocasión, por lo menos según lo que le escucharon a Hordu hablar por el teléfono.

¿Hola? ... Mi nombre es Hordu, es un placer conocerle. ¿Tienen el mismo problema con la calefacción que nosotros? ... Ajá... Ajá... Mmmh... Trataremos de liberarles. Todavía no sabemos cómo abrir esas puertas para que puedan escapar del frío, pero... ¿Qué? ... ¿Dice que usted sabe cómo forzar las puertas? Soy todo oídos...

Hordu entró por uno de los pasillos y fue poniendo una mano en cada hombro de los suyos para que parasen de golpear las puertas. Durante las siguientes horas, siguiendo las instrucciones de la voz al teléfono, desmontaron una de las máquinas del área de descanso. El fruto de ese esfuerzo fue una especie de disco con un asa, conectado por un cable con uno de los enchufes de la pared del área de descanso. Por problemas de longitud del cable, solo podían usar ese artefacto con los módulos más cercanos: K-1, K-2, L-1 y L-2, pero conectándolo a otros enchufes más cercanos a los otros tres pasillos, podría afectar también a otros doce módulos.

No llegaron a ver el modo de utilización del invento, pero al cabo de unos minutos se escuchó un chisporroteo, y nuevos pasajeros empezaron a llegar al área de descanso. Todos ellos tiritando de frío.

Bffffff... ¡Es usted un genio, Doctor Amarak!-dijo frotándose los brazos para entrar en calor.

Oh, tonterías, se-se-señorita Godfrey... Se le habría podido ocurrir a cualquiera. El "hornillo" que ca-ca-calienta el café en el interior de la máquina expendedora se pone contra la pared para transmitir ca-ca-calor a los circuitos. Cuando los circuitos se derriten, se activa el sistema de emergencia que abre las pu-pu-puertas. ¡Y menos mal! ¡Me estaba helando allí dentr...!

Amarak llegó al área de descanso desde el pasillo entre un grupo numeroso de gente afectada por el frío. Se quedó perplejo con la presencia de cinco individuos (Jake, Gaheris, Jisoo y los guardias Stan y Steve) maniatados en unas sillas.

¿Qué está pasando aquí? ¿Qué significa esto?

Mientras, en el interior del camarote del Doctor Fallter...

¿Putilla? Ogh... No me respeta, ese es el problema. Necesitamos un negociador duro, en un cara a cara. Alguien que capte toda la atención. Alguien... con muchísimos tatuajes, que asuste a ese Hordu con jerga de Ha'la'tha. ¿Qué me dice, señor Káleros? ¿Quiere ser mi pacificador?

Ni siquiera se puede mantener en pie... No es que mi paciente pueda imponer demasiado en su actual estado...

Vale, pero... ¿cuánto tiempo de recuperación necesita para hacerlo? ¿Para caminar por su propio pie, bajar en el ascensor y mantener una conversación con Hordu? ¿Hay alguna manera de acelerar la curación?

Podría... si estuviésemos en un hospital. En los casos por accidente, los cirujanos abren al paciente y drenan la sangre de las hemorragias internas. Pero... en fin... Estamos hablando de cirujía. Una intervención quirúrgica practicada en un entorno no esterilizado puede acarrear infecciones a largo plazo.

Estoy dispuesto a realizar la operación, si el señor Káleros lo desea. Pero las consecuencias serán con toda probabilidad que acabe enfermando tras un periodo de incubación de cualquier germen que haya en el lugar dónde se realice la operación. ¿Está dispuesto a ello, caballero?

 - Pues creo que somos rehenes... - Respondí con sarcasmo al doctor, mientras señalaba lo obvio. - Por si no se a dado cuenta, estamos en medio de un motín.

Danaón escuchó la propuesta de Willmourd y un gesto de disgusto cruzó por su rostro.

''Ahí está ... todas las colonias, tal vez toda la Humanidad se ha ido al Hades, pero los prejuicios siguen en píe'' - se sentía ofendido - ''Llamen a un tauronio, un cometierra, alguien violento, para resolver el desastre''

- Señora Willmourd; no sé que sabe o cree saber sobre el Ha'La'Tha. Si bien para los criterios capricanos somos criminales, no somos todos violentos y nos guiamos por un estricto código de honor. - había cierta dureza en su voz, una frialdad que no resultaba casual.

- Dr. Fallter: estoy dispuesto si es necesario.

''Me cansé de ser un cordero postrado en una cama'' 

''Tal vez sea una operación peligrosa ... ya no importa; prefiero controlar mi regreso a la tierra'' pensó con cierto pesimismo.

- Sólo le pido un favor: si muero, lancen el cuerpo rumbo a Tauron... dividan mis cubits en tres y coloquen un tercio a nombre de Lúson Káleros, y otro tercio a nombre de Dikea Ayión. El Barquero nos dejará pasar.

Dudo mucho que esas personas sigan vivas tras el ataque Cylon-dijo fríamente el doctor-. Perdón. En cualquier caso, haremos como indica, pero trataré que eso no ocurra bajo mi bisturí. Tendré que usar parte de los sedantes que estaba guardando para Martin Zemus-Jerry lanzó una mirada a su paciente de la "unidad de quemados"-. Señorita Willmourd, ¿puede pedirle al señor Zettou que me ayude a mover al paciente a una mesa? Necesito que el paciente esté sobre una superficie rígida durante la operación.

Quitaron el monitor del ordenador de encima de la mesa y la separaron un poco de la pared. Movieron a Káleros entre Jerry y el camarero, cuando llegó, y Gloria Willmourd se ausentó del camarote para poder seguir monitorizando las actividades rebeldes desde la sala de control sin gravedad de las dependencias de los tripulantes.

El Doctor escatimó en la anestesia, quizás para ahorrar en medicinas, así que hubo un breve momento en el que mareado y aturdido, Dan estuvo consciente. La imagen que registraron sus ojos fue borrosa. Jerry y Platodeus estaban cada uno a un lado de la mesa. Hablaban entre ellos, pero el taurano estaba demasiado desconcertado para escuchar la conversación. En un momento poco nítido antes de volver a perder la consciencia, las pinzas de Jerry sujetaron un aparato pequeño, del tamaño de un reloj de muñeca sin correa, con cierto brillo metálico. Le pareció escuchar la palabra bomba, no sabría decir si a Platodeus o a Jerry. Y el doctor introdujo las pinzas con el aparato en el interior de las entrañas de Dan. Quién sabe, puede que solo fuese una alucinación...

Despertó en la misma cama en la que estaba antes de ser operado. Su abdomen estaba vendado. Además, en la cama de al lado seguía estando el escritor quemado durante sus aventuras en los túneles de ventilación, Martin Zemus. Un par de minutos después, la puerta electrónica ascendió dejando entrar desde el pasillo al Doctor Fallter.

Buenas tardes, señor Káleros. Veo que se encuentra mejor. No se levante, antes quiero comprobar una cosa.

El Doctor apuntó alternativamente a los ojos de su paciente con un puntero que emitió una luz. La típica comprobación para asegurarse que la dilatación de las pupilas era la correcta.

Bien, su cuerpo ya ha metabolizado la anestesia. Vuelve a estar en plena forma. Venga, le ayudaré a levantarse... La señorita Willmourd le espera en el área de descanso de la zona bussines...

¿Un mo-mo-motín? ¿Cómo que un motín? Creí que nos venían a rescatar por la bajada de las temperaturas del módulo...