Partida Rol por web

-Voy contigo Khanos, siempre viene bien un militar cerca. ¿Vamos?-

Jake llegó al final de la cocina. Incluso abrió la puerta con bastante soltura. Por el umbral, se distinguía un pasillo a oscuras, perpendicular a la puerta. Del otro lado se veían por una puerta abierta las mesas y bancos atornillados al suelo de lo que parecía un comedor. El pasillo era bastante estrecho, lo que facilitaba avanzar apoyándose en las paredes.

Gaheris quedó rezagado, en la cocina. Flotaba sin puntos de apoyo cerca con los que poder impulsarse.

Espere... le ayudaré...

Platodeus saltó desde el ascensor. Al chocar con Gaheris, el militar salió impulsado hacia delante y el camarero desvió su trayectoria hacia arriba. Gaheris alcanzó el final de la cocina gracias a eso, pero Platodeus se golpeó la cabeza con el techo, quedando inconsciente y a la deriva en total ingravidez.

Si alguno de ellos, ya en el pasillo estrecho, trataba de volver a por Platodeus, se exponía a quedar en medio de la cocina sin posibilidades de salir de ahí.

Por otro lado, el pasillo oscuro seguía hacia la izquierda. Con la luz de la cocina y el comedor se dejaban ver dos puertas cerradas más adelante, a izquierda y derecha, enfrentadas entre sí. Tras eso, estaba demasiado oscuro para saber qué otras salidas les reservaban ese corredor sin gravedad.

 Decidido a no dejar a Platodeus en la estacada, me apresuro en ir en su ayuda, esperando que esta vez me vaya mejor lo del moverme a gravedad cero...

Ambos seres desinteresados pensaron lo mismo, lanzándose de nuevo a la cocina para tratar de ayudar al camarero. Pronto comprobaron que moverse desde la puerta era más díficil que hacerlo cogiendo impulso con la puntera de la bota en la moqueta del ascensor. Jake y Gaheris quedaron flotando en medio de la cocina, lejos de las paredes, y lejos de ellos entre sí. Tampoco pudieron llegar hasta el camarero.

Pasaron los minutos en ingravidez, preguntándose qué estarían haciendo el resto de pasajeros, y con la sensación de que seguirían así durante horas. Tuvieron tiempo de charlar... sobre la vida, sobre aquella situación. Cualquier tema era bueno para no pensar en lo vulnerable de su situación. Finalmente, la situación se desatascó.

¡Iiiiiih!-gritó una vocecita aguda, desde la puerta que separaba la cocina del pasillo-Ah, perdón... Me asusté al verles. Me llamo Arena. Arena Lugdver. ¿Quiénes sois vosotros? ¿Está bien Platodeus?

 - Inconsciente, aunque no hemos podido examinarlo... - Le respondí a la mujer, amablemente, tratando de mantener la calma. Confiaba en no dar un aspecto tan lamentable como me estaba sintiendo ahora mismo en este momento. - ¿Podía ayudarnos, por favor?. Estamos incapacitados para poder movernos y ayudarle a él.

-Nos vendría bien una ayuda. Con la tonteria hemos acabado aqui, "colgados"...-

Sí... pero cómo se supone que voy a... ¡Ah! Esperad un momento...

Arena se alejó por el pasillo, quedando fuera del campo de visión de los dos pasajeros. Volvieron a pasar los minutos. Gaheris y Jake pensaron que ya se habían olvidado de ellos. Al cabo de un tiempo, una tela blanca, como si se tratase de una gigantesca tenia hecha de sábanas, asomó flotando por la puerta.

¿Hola? ¿Siguen ahí?-preguntó la voz de Arena desde el pasillo, sin mostrarse-¿Sindy, puedes tratar de pasar por encima mía?

¿Hola?-asomó una cabeza desde el lateral del marco de la puerta-¿Cómo han acabado así? Agárrense a la sábana...

Maniobrar el extremo de aquel gusano de tela no era nada fácil. La falta de consistencia y rigidez lo volvía muy díficil de encarrilar. Pero tras muchos intentos infructuosos...

Aten el extremo alrededor de la cintura de Plat. Después, vengan trepando hasta aquí y ayúdennos a tirar de él.

El ancho del pasillo permitió a aquella patrulla de rescate a encajarse y anclarse, con la espalda contra una de las paredes, y la suela de los zapatos contra la otra. Ese agarre fue suficiente para recuperarles a los tres, pero el camarero seguía inconsciente.

La enfermería está al final del pasillo. La camilla tiene anclaje magnético al suelo, y correas para atar al paciente. Es lo más parecido que podemos hacer con Plat para tumbarle y que descanse.

Por deformación profesional, Sindy fue presentando las puertas a los pasajeros...

Las dos puertas más próximas que pueden ver a su izquierda en este mismo pasillo-aún a oscuras-pertenecen a los camarotes de los tripulantes. El más cercano es para las chicas, luego viene el de los chicos. Al fondo a la izquierda, está la enfermería.

A la derecha tenemos el comedor, la despensa, un corredor perpendicular, la lavandería y la centralita, en la que está la azafata Mindy.

Por el corredor perpendicular se llega al camarote de la sobrecargo, a la puerta presurizada de la cabina de pilotos y a la sala de seguridad, donde está la sobrecargo Willmourd.

Y entonces, las paredes del raptor empezaron a alabear: la Olympic Carrier estaba entrando en FTL.

- FIN DEL CAPÍTULO II -