Partida Rol por web

Ezcuchazme un momento... Mi nombre ez Zteve Sharp, Jefe de Zeguridad del Olympic Carrier. Yo eztaré al mando en ezta mizión. En mi auzenzia, mi zegundo al mando zerá Ztan. Ztan, prozigue...

La compuerta lateral del raptor se cerró, dejándoles a todos bastante apretujados.

Solo lo voy a repetir una vez, malditos sacos de mierda: vamos a aterrizar en Hypatia, vamos a buscar una comisaría y vamos a coger todas las armas y munición que veamos. No quiero héroes, ni lobos solitarios al estilo Rudi Biante. Ir, coger y marcharnos. Y a los que participaron en el motín os diré...-Stan se inclinó hacia Hordu Priest para gritarle al oído-¡OS VOY A TENER MUY VIGILADOS! ¡NADA DE MOVIMIENTOS BRUSCOS U OS JURO QUE VOY A USAR TODAS LAS BALAS DE LA COMISARÍA COMO SUPOSITORIOS PARA METERLAS DENTRO DE VUESTRO GORDO Y GRASIENTO CULO DE IMBÉCILES! ¡¿LO HABÉIS ENTENDIDO?!

Hordu trató de alejarse, molesto.

Te recuerdo, brazo ejecutor del sistema autoritario que oprime al Pueblo, que los hermanos Wings y yo nos hemos presentado voluntarios a esto. No vamos a aceptar órdenes, bajamos con vosotros a Tauron como camaradas, no como enemigos y en ningún caso como subalternos.

El raptor despegó, y voló lentamente hasta situarse encima de la compuerta del suelo de la bodega. Rick saludó con la mano a las cámaras de seguridad de aquel voluminoso almacén, y la compuerta bajo la nave se abrió. El raptor empezó a descender lentamente hasta quedar dentro de un compartimento estanco en forma de cilindro. La compuerta sobre sus cabezas se volvió a cerrar, mientras el sistema de aire succionaba el oxígeno. Una nueva compuerta se abrió en lo más bajo del cilindro, y el raptor con todos sus pasajeros salieron al espacio exterior.

Y ahora llegó el momento del chute mágico. Karen, he oído que tú eres enfermera, pero aquí soy yo la que sabe manejar mejor una jeringuilla. Jijijiji. Extended un brazo remangado y decid: aaaaaaaah.

Pixie abrió el botiquín que le había dado el Capitán Apolo y empezó a suministrar las inyecciones antirradiación. Cuando terminó con todos, volvió a sentarse junto a su hermano Robin.

El paso del raptor a la atmósfera de Tauron fue movidita. Significó pasar de la ingravidez del espacio exterior (aunque en el interior funcionaba la gravedad artificial) a las turbulencias y resistencias de la estratosfera. La nave se sacudió varias veces antes de dejar de sentir que estaban en una montaña rusa.

Ya se ve Hypatia, a vista de pájaro. Hay varios puntos de aterrizaje factibles...

-El estadio de Luxor.

-El helipuerto de lo que parece un hospital.

-Un vertedero de chatarra.

-Las afueras de la ciudad, en esas planicies desérticas rojas.

¿Dónde queréis que aterrice?

Mientras caminaban hacia el raptor Jisoo intentaba encontrar los motivos por los que se había visto envuelta en aquella misión tan peligrosa y sin lugar a dudas algo suicida. Si alguien la hubiera conocido bien sabría que la muchacha hubiera preferido quedarse en la nave, segura y echando una mano con lo que pudiera. Quizás eso le enseñaría a no emborracharse más, así no le dolería tanto la cabeza, no estaría a punto de perderla en una misión peligrosa y no tendría que ir con la cabeza gacha para no cruzar la mirada con nadie que la hubiera visto el día anterior. Aunque en el fondo sabía que la gran ingesta de alcohol solo había facilitado una decisión que hubiera tomado igualmente, no se hubiera quedado sola en la nave sabiendo que Dido y Karen estaban jugándose la vida y podía perderlas sin hacer nada, eso le daba mucho más miedo aún. Mientras pasaban por la bodega de carga no pudo evitar mirar con cierta desconfianza al cylon de los doctores, era un modelo muy antiguo, de antes de la primera guerra, pero le recordaba lo mal que lo habían pasado en la base y toda la gente que había perecido en las colonias. La vista de la carretilla que la había atacado le hizo acelerar el paso un poco, temiendo que en cualquier momento se encendiera y pudiera volver a hacerlo y la vagoneta le trajo a la memoria a los compañeros que habían quedado en la base, ahora completamente abandonados a su suerte. Aquello le entristeció en gran manera, tanto que estuvo a punto de llorar. En la lanzadera todos parecían estar esperando y eso significaba que su llegada no pasaría desapercibida, como temía el piloto las saludó cuando vio que se acercaban mientras les hacía gestos para entrar.

-Buenos días señor Walters, yo soy Jisoo.

Le miró fugazmente y después agachó la cabeza mientras se dirigía a la compuerta, cuando volvió a levantarla vio a Oyuyua levantándoles el pulgar, eso la hizo esbozar una tímida sonrisa. 

-Hola Oyuyua, me alegro de verte. ¿Qué tal estás?

Miró al interior y reconoció a casi todos los rostros del interior, la mayoría habían estado en la reunión aunque echó en falta a Rudi Biante y al Capitán Guapo.

¡Mierda! ¡Tengo que dejar de llamarlo Capitán Guapo!

Pero para su desgracia no recordaba su verdadero nombre, quizás podría preguntarle más tarde a Dido o a Karen por él. Antes de poder decir nada el piloto les explicó el motivo por el cual el actor no estaba allí. En cierta medida se alegraba, así no tendría que mirarlos a la cara durante el viaje y morirse de vergüenza cada vez que lo hiciera, aunque por otro lado seguramente con ellos la misión hubiera sido más fácil, eran dos hombres de gran experiencia. El acercamiento de Ragger la sacó de sus pensamientos y cuando vio el motivo que lo había traído hasta ellas alargó los brazos para coger ambas armas mientras las observaba en silencio durante unos segundos.

-Hiciste un buen trabajo Ragger. -Lo dijo con un tono algo triste, le hubiera gustado hacerlo ella, era lo único que le quedaba de Skorpy. Se giró hacia sus amigas ofreciéndoles sus armas.- Tomad chicas, me sentiré mejor sabiendo que vais protegidas. Si lo necesitáis puedo ayudaros a ponerlas.

Jisoo escogió un asiento asegurándose que había plazas libres cerca para Dido y Karen y se quedó sentada con las piernas juntas y las manos sobre las rodillas. Observó como Rick volvía a la cabina y comenzaba a tocar interruptores, parecía que sabía lo que hacía, en otras circunstancias le hubiera gustado acercarse y observar detenidamente pero estaba demasiado nerviosa y Steve  y Stan no estaban ayudándola a calmar su estado. Cuando Stan comenzó a gritar al oído de Hordu, Jisoo cerró los ojos asustada, tenía miedo a que en algún momento el guardia se acercara y comenzara a gritarle a ella.

-Hordu tiene razón, estamos todos en el mismo bando, nuestro único enemigo son los cylons.

Lo dijo con un hilillo de voz, tan bajo que a Dido y a Karen incluso les costaría escucharla, pero no quería que sus palabras llegaran a Steve o Stan y le gritaran al oído. Cuando Pixie se acercó con las inyecciones simplemente estiró el brazo y después cerró los ojos y miró hacia otro lado mientras cumplía con las instrucciones.

-Aaaaaaaaah.

Sintió un leve pinchazo y después nada más. Abrió un ojo y giró la cabeza mirando su brazo para comprobar que Pixie seguía pinchando a otros, lo peor ya había pasado. O al menos eso creía porque cuando llegaron a Tauron el raptor no paraba de moverse y Jisoo se agarró a su asiento todo lo que pudo hasta que los dedos le quedaron blancos. Como no había comido mucho no tenía nada que vomitar esta vez, lo que suponía una ventaja, sobre todo para los que tenía cerca.

-En el lugar que esté mas cerca de la comisaría ¿No?

Volvió a hablar bajito, mirando de reojo a Steve y a Stan para asegurarse que no la escuchaban. Si primero tenían que ir a por las armas sería mejor aterrizar cerca de allí, de encontrarse con cylons prefería que fuera cuando ya estuvieran sus compañeros armados.

Desde que he salido de la operación estoy callada. Podría parecer que estoy pensativa pero no es verdad. Apenas he pensado. Sólo miro aquí y allá.

Me he atado un pañuelo en la cabeza para parecer más bruta todavía y me hago con el taladro electrónico.

Pongo el brazo para que la chica me pinche. Lo hace bien, no me ha dolido nada. Creo que ha insinuado que es una adicta. Me pregunto qué se debe sentir. En mi estado de ánimo me apuntaría a un bombardeo. Le sonrío.

—Yo estoy con Jisoo, al sitio más cercano. Pero evitaría el estadio.

- Ir, coger y marcharnos, dice. Ir, coger y marcharnos. Se nota que ese no ha visto a una de esas putas máquinas en su vida. Yo tampoco, pero tuve suficiente en la base, con aquellas cositas matonas... No quiero ni imaginar a sus papás-rezongó por lo bajo Karen al escuchar a Stan proponer el plan en voz alta. Simple y, supuestamente, eficaz. Pero tenía la sensación de que no iba a ser todo tan fácil.

No le había contestado a aquella chica rubia que les habia pinchado aquella sustancia contra la radiación. Si pensaba que por saber poner una jeringuilla era una buena enfermera, aun le quedaba mucho por andar y no iba a ser Karen la que le sacase de su error. Cualquiera de los que iban en aquella nave podía hacerlo mucho mejor que ella... si no tenían cuidado allí abajo.

-Pues nada tiene buena pinta realmente. Aterrizar en ese estadio nos deja solamente salida en vertical y en la diana de todas las gradas. La chatarrería... muchos sitios donde esconderse y poder pasar desapercibidos, pero si hay cilons podrían camuflarse bien ¿no?. El hospital, si a la vuelta necesitamos material, no sería mala opción. El desierto no me gusta-contestó de mala gana y con un humor de perros-Realmente no me gusta ninguna opción... pero votaría por el hospital, le veo un lado bueno si lo necesitamos en un momento dado

Se volvió hacia Dido. No se le había pasado por alto que había estado en silencio durante todo el viaje y este no había sido, lo que podría decirse, tranquilo.

-¿Te encuentras bien?¿Duele la herida? Recuerda... no te esfuerces demasiado ahí abajo, Jisoo y yo queremos que vuelvas enterita y, a ser posible, sin ningún agujero nuevo en tu cuerpo, ¿vale?

¡Estoy genial, Jisoo! ¡Vamos a patear culos metálicos! ¡Uaaaaaah!

Por lo dicho por, sobretodo Karen, Rick escogió como lugar de aterrizaje el helipuerto del hospital. Estaban a cien pies de altura, y desde la azotea se veían calles con coches parados, algunos haciendo atasco, otros directamente volcados. Lo que no veían era personas, o cafeteras, caminando por la calle.

Rick y yo noz quedamoz aquí para proteger el vehículo de ezcape. Necezitamoz una perzona máz... Tú, Robin... tú te quedaz aquí, para tenerte bien vigilado. Ztan, tú eztaz al mando. Conzígueme ezaz armaz.

No voy a ir a ningún lado sin mi hermano, yo también me quedo aquí arriba.

Pixie se abrazó al brazo de Robin. Esa relación tan cercana entre hermanos era muy rarita.

Stan tuvo uno de sus estallidos de ira.

¡Tú harás lo que yo te diga que haga, drogadicta de mierda!

Aaaah... Karen comprendió mejor porqué decía Pixie aquello de que era muy buena pinchando. Robin sacó un trozo afilado de cristal del bolsillo y agarró a Stan por detrás poniendo el filo en el cuello. La situación se volvió tensa, pero con proponer que otro ocupase el puesto de Robin podrían rebajar la tensión y tener un par de manos más para acarrear con las armas.

¿Pero quién debía quedarse en el helipuerto con Rick y Steve para que pudieran llevarse a Pixie y a Robin? No había mucho dónde elegir, todas las personas parecían útiles...

 Hordu Priest, el sindicalista. Lideró el motín en la zona turista de la Olympic Carrier, liderando a Robin y Pixie, así que tal vez pueda controlarlos. Pero Robin le traicionó para encabezar el motín, así que a lo mejor no puede controlarlos tanto.

 Oyuyua Mandrake, la universitaria. Sufrió un secuestro en la Olympic Carrier, pero a pesar de todo siempre tuvo carácter y fue muy valiente.

 Ragger Nayal, técnico minero. Bastante parecido a Stan en lentitud (por su sobrepeso) y capacidad de cargar cosas (por su fuerza).

-Eso, las tres tenemos que volver enteras. -Afirmó apoyando el argumento de Karen y después miró al resto del grupo.- Todos debemos volver enteros.

Dido sonrió ante el entusiasmo de Oyuyua, aunque la idea de patear culos metálicos le parecía dolorosa, por fortuna tan solo era una forma de hablar.

-¡Siiii! -Intentó parecer entusiasmada, pero en realidad no lo estaba demasiado.- Aunque quizás ya se hayan ido, si es que alguna vez bajaron. 

Quizás no habían bajado a la superficie del planeta, aunque después de ver lo que había pasado en la luna se temía lo peor. Cuando Steve comenzó a hablar de como se organizarían prestó atención, aunque los gritos de Stan a Pixie volvieron a asustarla, por desgracia no sería uno de los que se quedara allí y tendría que ir con aquel hombre tan irascible, eso no le gustaba. Tampoco la idea de tener que desprenderse de nadie del grupo. 

-Creo que cuantos más vayamos más posibilidades tendremos de conseguir las armas señor Steve y más rápido podremos irnos.

Aunque Jisoo puso empeño en parecer convincente sabía que era muy difícil que le hicieran caso a ella, nadie solía prestarle demasiada atención, así que miró a sus amigas esperando que ellas pudieran hacer entrar en razón a Steve.

—¡No tenemos tiempo que perder o moriremos todos!

Digo con voz firme. Señalo con el taladro.

—Señor Sharp, los hermanos parecen rápidos y necesitamos velocidad. Allá donde vamos tendrán que estar más unidos que siempre. Aquí, separados, le serán un estorbo y la nave es vital.

Mi giro hacia Ragger, me cae bien y sé que es valiente y cabal. Lo necesito custodiando la nave para que no se asusten y nos abandonen. Le suelto una indirecta y espero que la pille. Miro hacia Ragger.

—Perdona tío pero eres lento y calmado. Señor Sharp, creo que le hará mejor papel aquí. Si las cosas se ponen feas, necesitará sangre fría y Ragger es su hombre

Sin problemas, Dido. Yo me quedaré con Rick y Steve. ¿Veis? No es necesario separaros. Podéis ir los dos juntos.

Robin soltó a Stan y levantó las manos para mostrarse menos amenazante, solo que en una de esas manos todavía llevaba el cristal con el que casi le rebana el pescuezo. Sin embargo, Stan no aceptó esa pax romana, y trató de propinarle un puñetazo a su asaltante. Robin se apartó sin esfuerzo, y el puño se perdió en el aire.

¡Ztan! ¡Para! Ve a por laz putaz armaz de una vez.

Stan gruñó, como un jabalí inmenso, pero obedeció. Incluso dió la espalda a Robin de camino al ascensor. Era un ascensor amplio, con botones para diez plantas, y Stan pulsó el de la planta baja...

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Podríamos pasar por una boutique, me vendría bien algo de ropa nueva-la frase de Pixie se perdió en la planta sexta, mientras el ascensor seguía bajando.

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Tsk, me he roto una uña durante la entrada a la atmósfera...-protestó Pixie en la tercera planta.

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¡Clink!

Las puertas se abrieron en la planta baja. Un cartel en frente indicaba "URGENCIAS" en la entrada de un amplio corredor, otro indicaba "ASEOS <-" y un tercero indicaba "SALIDA ->".

¡Ratatatatata...! ¡Bang, bang!

¡Disparos! ¡Agachaos!

Les estaban disparando desde la salida, y en la pared izquierda del ascensor se empezaban a formar agujeros de bala, así que tenían cierto ángulo como para hacerles mucha pupa si no se apelotonaban todos en el lado derecho, junto a los botones.

Pixie sacó un estuche de maquillaje y lo abrió para usar el espejo para ver la salida sin asomar la cabeza. Mientras jugaba con el ángulo, Dido, Karen y Jisoo también pudieron ver por el espejo pequeños retazos de la salida...

-No les estaban disparando cafeteras, sino personas de verdad. Llevaban máscaras de gas y chalecos antibalas. Y sobretodo pistolas y uzis.

-Había un mostrador pegado a la pared contigua al ascensor. El mostrador les daba cierta cobertura: las balas solo podían entrar en el ascensor a cierta altura, e incluso podían gatear hasta la silla del mostrador, la papelera y el ordenador de la recepción, sin que nadie les pudiese disparar.

Cinco tiradores. Humanos. Chalecos. Dos de ellos armados con Heckler & Koch mp5k. Una Mossberg. Una Glock 20. Un revólver Colt Python. Si subimos una planta en el ascensor, se podrán reubicar y nos volverán a tomar por sorpresa. Si dejamos el ascensor aquí para que sigan disparando, Stan podría retirar el techo y aupar a alguien hasta el hueco del ascensor.

Que Ragger aceptara quedarse allí vigilando supuso un alivio para Jisoo al ver como los hermanos podrían continuar juntos y la tensión casi desaparecía. Abrió los ojos al ver a Stan intentando golpear a Robin y por fortuna falló su golpe.

-Uf, menos mal...

Con los ánimos más calmados todo el grupo se puso en marcha. Jisoo estaba nerviosa y el silencio le resultaba incómodo, por fortuna Pixie tampoco parecía dispuesta a callarse.

-Oh! Una boutique... -Respondió a la propuesta dejando claro que ella apoyaría la idea, la ropa que llevaba estaba ya sucia y con restos de sangre y Jisoo siempre había sido muy coqueta y le encantaba ir de compras.- A mi también me vendría bien algo de ropa, el compartimento de las maletas es un desastre y no encuentro la mía.

Unos pisos más abajo no tuvo más remedio que apoyar a Pixie, romperse una uña era algo muy grave.

-Lo siento Pixie, cuando volvamos a la nave podríamos buscar un neceser, yo te ayudo a arreglar esas uñas. -Jisoo cogió las manos de Dido y Karen, ellas también necesitarían una buena manicura y hacer cosas de chicas siempre era divertido.- Lo pasaremos bien.

No le dio mucho tiempo a disfrutar de la diversión imaginaria que su reunión de chicas le iba a proporcionar cuando se abrió el ascensor y comenzaron a dispararles. Lo extraño era que no eran robots. Jisoo creyó que no haría falta usar ninguno de los planes para salir, cogió aire y gritó enfadada.

-¡Eh! ¡Vosotros! ¡Estamos en el mismo bando! ¡También somos humanos, hemos venido a ayudar!

Sonrío contrariada ante la idea de ir de compras en un mundo postapocalíptico. Por un lado me aterroriza la escena de ir de ese plan en un sitio en el que acaban de morir millones de personas, por otro tengo unas ganas infinitas de comprarme vestidos bonitos. En mi pueblo sólo había un par de tiendas y no había mucha variedad.

Me sorprenden los disparos, como a todos. No quiero creerme que los humanos nos estemos matando entre nosotros así que grito con una potencia inusitada (por algo solía ganar en los concursos de gritos que hacíamos los chavales)

-Joder, somos ayuda. ¡SOMOS AYUDA PANDA DE IMBÉCILES! ¡NO HAGÁIS EL TRABAJO A LAS TOSTADORAS TONTOS DE CAPIROTE!

Pienso que el último insulto ha sido ridículo pero ya es tarde, ya lo he dicho.

No había querido entrar en la discusión sobre quien se quedaría o no allí, el grupo era lo suficientemente heterogéneo como para que cualquier decisión fuera errónea o correcta. Iba a depender mucho de las circunstancias y ella no era buena en cuestiones tácticas. Que Ragger se quedara finalmente con la nave le dio la tranquilidad de saber que la encontraría allí a la vuelta, pasara lo que pasara. El defendería aquel puesto.

Pero, bajando en el ascensor, no pudo evitar mirar a todos los que bajaban junto a ella. Aquella parejita de hermanos le daba grima. Ahora, que sabí a ciencia cierta que los acompañarían, saber que tonteaban o habían tonteado con drogas, le daba un ánimo tétrico para confiar en ellos. ¿Que grado de compromiso tenían con todo aquello? ¿En qué momento iban a salir corriendo y los iban a dejar en la estacada? Estuvo tentada de mirar la hora para poder saber el tiempo que tardaban en poner pies en polvorosa.

Cuando la puerta se abrió y los tiros comenzaron a sonar, se agachó en el suelo, intentando cubrirse como pudiera.

-Mierda, ¿como sabían que estabamos aqui? ¡Nos estaban esperando, ¿no?! Pero si han visto llegar al helicoptero, ¿por qué disparan? tendrían que saber que no somos cylons... ¿subir a donde?-miró hacia la compuerta que la rubita había visto en el techo del ascensor. Y no le hizo gracia.

Miró sorprendida a Dido. Y no pudo evitar reirse ante la expresión que había usado para insultar a los tiradores.

-Sigue, sigue así... no nos van a matar por ser cylons sino por insultarles. ¡Tienen más armas que nosotros, Dido!