Partida Rol por web

-¡Estamos vertiendo todo el agua al espacio!-exclamó el Coronel Tight desde el punto de control de daños lo suficientemente alto como para que el resto del personal del CIC lo oyéseis. En ese momento, la oficial Dualla desde su puesto en la central de comunicaciones llamó la atención del Coronel al mismo tiempo que como si de un misil se tratara, la teniente Thrace pasaba ante vosotros como una exhalación y se unía al grupo que se arremolinaba entorno al panel de daños.

-Coronel, señor, es el suboficial Tyrol...pide hablar con usted urgentemente-comunicó alzando la mirada de la pantalla.

- ¿Qué se puede hacer? - lanzó Starbuck, con urgencia mientras miraba a su alrededor a ver si alguien se lo decía - ¿Hay algo que se pueda hacer que no sea técnico?

Tras intercambiar una breve mirada con el Comandante que seguía observándolo todo con gesto adusto, Tight descolgó el auricular de la consola más cercana y pareció escuchar lo que Galen tenía que decirle. Las primeras palabras no pudisteis oirlas porque el ruido ambiental os lo impedía pero las siguientes las pudisteis oir con claridad.

-"...ni se le ocurra poner las bombas de trasvase a trabajar-"ladró haciendo honor al apodo que algunos en la nave le habían puesto"-Si hacemos eso, la fuerza de descomprensión proveniente del espacio podría arrancar las bombas y provocar una nueva rotura con lo que perderíamos irremediablemente el poco agua que nos queda a salvo. Me temo, señor Tyrol que no hay ninguna solución-"

Al oir estas palabras una exclamacion ahogada se escapó de la boca de la Presidenta, la cual había estato escuchando tan atentamente como tu, y el secretario Keykeya no pudo evitar exclamar.

-¡Por los Dioses! ¡Estamos perdidos!

Justo cuando te parabas junto al oficial Gaetta exigiendo que te dijesen qué podías hacer, oiste la voz de la suboficial Dualla detrás tuya, hablando desde la central de comunicaciones.

-Coronel, señor, es el suboficial Tyrol...pide hablar con usted urgentemente-comunicó alzando la mirada de la pantalla.

Tras intercambiar una breve mirada con el Comandante que seguía observándolo todo con gesto adusto, Tight descolgó el auricular de la consola más cercana y pareció escuchar lo que Galen tenía que decirle. Las primeras palabras no pudiste oirlas porque el ruido ambiental t lo impidió pero las siguientes las pudiste oir con claridad.

-"...ni se le ocurra poner las bombas de trasvase a trabajar-"ladró haciendo honor al apodo que algunos en la nave le habían puesto"-Si hacemos eso, la fuerza de descomprensión proveniente del espacio podría arrancar las bombas y provocar una nueva rotura con lo que perderíamos irremediablemente el poco agua que nos queda a salvo. Me temo, señor Tyrol que no hay ninguna solución-"

Detrás tuya proveniente del grupo que formaban Apollo, la presidenta y el que debía ser su ayudante escuchaste una exclamación ahogada.

-¡Por los Dioses! ¡Estamos perdidos!-dijo una voz de hombre joven.

Con el corazón en un puño y una gran duda corroyéndote por dentro te abriste paso a empujones por los pasillos, agobiada por llegar cuanto antes al puente de mando. Las horas de entrenamiento y unos cuantos empujones te permitieron salvar la distancia que te separaba de tu destino en cuestión de pocos minutos, aunque cuando cruzastes las puertas te faltaba el aliento y un agudo pinchazo te presionaba el plexo solar. Mientras corrías la alarma había seguido sonando en toda la nave y un brusco viraje que te había hecho resbalar ligeramente mientras subías la escalerilla te había dado a entender que de alguna forma se estaba modificando la inclinación de la misma. Por donde pasabas todo era confusión y caras de preocupación, ya que aunque la gente parecía haber comprendido que no se trataba de un ataque todo el mundo se preguntaba qué estaba pasando.

-¡Por los Dioses! ¡Estamos perdidos!-fue lo primero que oistes cuando pasando como una bala ante los dos marines que custodiaban el puente entraste en el mismo. Intuyendo dónde tenían que mirar tus ojos se desviaron automáticamente hacia el Punto de Control de daños, situado en el extremo más alejado de babor y en donde gran parte del personal parecía haberse reunido. De un rápido vistazo distinguiste al oficial Gaetta junto al Comandante y Starbuck cuyas expresiones daban a entender la seriedad de la situación. Junto al panel de control de daños, colgando un auricular por el que parecía haber estado hablando distinguiste al Coronel Tight, aunque no pudiste ver su expresión pues estaba de espaldas. Detrás de ellos, un poco más alejados pero sin perderse ni un sólo detalle de lo que estaba ocurriendo estaban Apollo, la Presidenta y un joven de pelo rizado y traje impoluto que te pareció recordar que era el ayudante de la misma o algo así. Laura Roslin, quizás conmocionada por las últimas palabras se había llevado la mano a la boca y miraba al capitán Adama con los ojos desorbitados como si no pudiera creérselo.

Al entrar en la sala paseo mi mirada por ella para situarme rápidamente. La preocupación se respira en el ambiente. El nudo que atenaza mi estómago parece apretarse un poco más.

Me acerco decidida al control de daños repasando rápidamente el panel de luces para localizar dónde se han dado las alertas, mientras trago saliva para intentar controlar mi nerviosismo y aparentar calma. Me planto erguida y seria al lado de Starbuck, e inclinando la cabaza saludo a los tres - " Comandante, solicito informe de los daños. " - Sin poder contener un tono más informal miro al comandante con preocupación - "¿Qué demonios ha ocurrido? La confusión reina en los pasillos ¿ha habido víctimas? ¿Debemos prepararnos para el ataque?" - Me doy cuenta de pronto de que acabo de interrumpir la conversación y de que he perdido la compostura con mi impaciencia. Vuelvo a ponerme firme -"...Señor"-

Antes de que ninguno pudieseis decir algo más, Boomer pasó junto a Apollo y la Presidenta en dirección al Punto de Control de Daños donde se detuvo al lado del Comandante respirando agitadamente.

-Comandante, solicito informe de los daños. " - preguntó a Adama con preocupación tras saludar con un cabeceo a éste y a Starbuck - ¿Qué demonios ha ocurrido? La confusión reina en los pasillos ¿ha habido víctimas? ¿Debemos prepararnos para el ataque? - luego como dándose cuenta de que había perdido en gran medida la compostura y las formas que debian guardarse agregó -"...Señor"-

William Adama pareció comprender por fin que tendría que pronunciarse ya que hasta entonces se había limitado a observar el desarrollo de los acontecimientos. Una vez había saltado la alarma toda el personal implicado se había puesto en funcionamiento demostrando una vez más que la nave funcionaba como una maquinaria bien engrasada en la que cada pieza conocía perfectamente su lugar. Por lo tanto, el Comandante solamente había tenido que dar unas pocas órdenes y controlar que todo se hacía como debía hacerse. Sin embargo, en aquel momento decidió tomar las riendas de la situación, si es que alguna vez no las había tenido entre las manos. Volviéndose ligeramente hacia Dualla comenzó por ladrar una única orden.

-Pase al modo silencioso de la alarma..a estas alturas media nave ha debido de entrar en pánico- a continuación se volvió hacia el Coronel Tight- a la velocidad que perdemos agua calculo que en aproximadamente cuarto de hora sino menos abremos vaciado los tanques dañados. Encárguese de que las medidas de descompresión pertinentes sigan aplicándose. En cuanto el acceso a los tanques dañados sea seguro quiero que el suboficial Tyrol y un equipo seleccionado por él bajen ahí y comprueben sobre el terreno qué demonios ha pasado-añadió en tono duro desprovisto de emoción salvo por la ida de tono al final. Acto seguido se volvió hacia la Presidenta que seguía con la mano sobre la boca junto a Apollo- no se preocupe, señora Presidenta, tenemos la situación bajo control. La pérdida del agua de los tanques dañados es imposible de detener por lo que habrá que evaluar el daño que eso va a causar en nuestras reservas de agua. Pero primero necesitamos saber qué ha pasado. Creo que lo mejor es, señora, que se retire a un lugar más cómodo y seguro hasta que tengamos más información. Capitán Adama, acompáñela por favor a mi camarote y asegúrese de que tiene todo lo que necesita. Luego vuelva aquí- pidió inclinando la cabeza en señal de despedida hacia la mujer. A continuación, olvidándose de su presencia y dando por hecho que su orden se cumpliría miró fijamente a Starbuck y Boomer. Su mirada era dura como si las estuviera recriminando su falta de respeto una vez más hacia su autoridad, pero quizás por lo urgente de la situación decidió pasarlo por alto- teniente Valerii...un raptor será necesario para evaluar los daños del casco de la nave desde fuera y coordinar la labor de examen con el equipo del suboficial Tyrol...vaya preparándolo todo para estar lista en cuanto se requiera su asistencia. En cuanto a usted, teniente Thrace, creo recordar que hay por lo menos seis civiles miembros del equipo de la Presidenta que han desembarco en la estrella de combate. Con todo este caso, probablemente ahora deban estar un poco perdidos y no es recomendable que anden por donde no deben estar. Vaya a buscarlos por favor y asegúrese de que permanecen todos juntos. Se me ocurre que quizás la cafetería puede ser un buen lugar y si hay alguno herido ocúpese de que recibe la adecuada asistencia médica- sólo aquellos que conocían muy bien al comandante se dieron cuenta de que el hecho de estar haciendo de niñera de un puñado de civiles en su nave no le hacía ninguna gracia. Pero se abstuvo mucho de decir nada. Una vez acabado de hablar volvió a contemplar el panel de daños donde ahora las luces sólo parpadeaban. El silencio, un silencio angustioso pero silencio al fin y al cabo se había hecho por fin en la nave.

Antes de que pudiera responder a Starbuck, la teniente Valerii irrumpió como un rayo en el CIC y perdiendo totalmente la compostura se acercó directamente al Comandante . No esperaba aquella reacción, me parecía fuera de lugar, pero igualmente antes de que pudiera hablar mi padre comenzó a organizar y dar las ordenes pertinentes.

- Si señor.

Al igual que todos no podía dejar de pensar en lo ocurrido, en la posibilidad de un ataque desde el interior, la peor de las situaciones posibles. Los tanques habían reventado y no parecía ser obra de un fallo técnico, muchos de los presentes sabían reconocer los efectos de una explosión.

- Señor Presidenta el Comandante tiene razón, será mejor que espere en su camarote.

Antes de partir crucé una mirada con Starbuck, quería saber que pensaba de aquello, pero por el momento tendría que esperar para hablar con ella.

Laura pareció ligeramente contrariada por el hecho de hubiera sido despachada de manera tan tajante pero tras una breve mirada a la espalda del Comandante y a las luces parpadeante del Panel detrás de él se limitó a asentir en dirección a Apollo. Quizás había comprendido que su presencia allí más que ayudar estorbaba.

-Comprendo, capitán Adama. Le estaría muy agradecida, teniente...Thrace-añadió dirigiéndose a ésta a pesar de que nunca habían sido presentadas- si pudiera ir con usted mi secretario, Billy Keykeya. Me gustaría ser informada del estado de las personas que han venido conmigo-le solicitó en tono amable.- Billy, acompaña por favor a la teniente y una vez te hayas asegurado de que todos están bien ven a buscarme-le pidió al joven que se apresuró a asentir vigorosamente con la seriedad que le caracterizaba y que contrastaba vivamente con su juvenil semblante.- Señores...-esbozando una sonrisa de despedida la Presidenta se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta del CIC, seguida de cerca por Apollo.

Agua. Perder agua era como perder parte de la esperanza, incluso peor que perder parte de la nave. Estaban preparados para pensar en que un pedazo del Galáctica desapareciera, se escindiera o destrozara, y pasara a formar parte del polvo del espacio sin que pudieran hacer nada. Estaban preparados para soportar esa contingencia y soportar sentirse impotentes por ello. Pero un daño de ese estilo significaba mucho más que una simple tragedia. Podía ser más desmoralizador que la derrota ante un ataque Cylon. A pesar que estaban entrenados para ganar, todos ellos estaban preparados para perder: ¿quién estaba preparado para perder la lucha o perder la supervivencia por falta de algo tan esencial como el agua? Y perdido por algo como eso, un mero accidente, una circunstancia en medio de un tiempo de tregua, de escape.

Starbuck estaba seria. Miró al Comandante atravesada por la emoción violenta de la pura frustración. No era que no entendiese que no había nada que hacer, y menos algo que pudiera hacer ella, y que por eso su repentina asignación a niñera de un grupo de civiles le resultaba denigrante. La verdad tenía que ver pura y exclusivamente con la impotencia. El agua se iba, y sus pensamientos se alejaban con ella, volatilizándose en su mente para caer luego por pura decantación. Podía ser un fallo o no, pero si no lo era, sólo había una respuesta. Sólo un enemigo que no encontrase uso para un elemento tan vital podría haber pensado en debilitar a su adversario atacando por ese lado. Si aquello no había sido un fallo, eso significaba varias cosas, una peor que la otra: el Cylon humano existía; estaba en la nave; se había filtrado deliberadamente a la zona de los tanques; lo próximo sería algo como el oxígeno; estaba preparando el terreno para que, al volver un ataque Cylon, les encontrara débiles y preocupados. Ningún otro tipo de enemigo atacaría un elemento tan vital y escaso en el espacio como el agua.

Cruzó una mirada con Apolo. No necesitó decirle nada: se habían visto demasiado tiempo. Apolo pudo leer en su expresión una larga cantidad de sospechas y una certeza militar alarmante. Incluso la pudo leer en la extraña y repentina apariencia de sumisión que desplegó al mirar al Comandante. Starbuck pensaba con tanta intensidad que ninguna de sus ácidas o directas palabras podrían haberlo dicho más claro que su actitud.

- Sí, señor - y luegó miró a la Presidente, que se comportaba con la soltura que sólo un civil podría tener - Así se hará.

Sin cambiar el gesto de seriedad, la máscara que escondía sus verdaderos pensamientos, hizo un gesto al muchacho y se dirigió para salir del CIC.

- ¿Dónde les viste a los demás por última vez? - preguntó a Keykeya, antes de que ambos salieran al pasillo.

El cruce de miradas con Starbuck me había confirmado lo que pensaba, no era difícil de intuir pero lo que más me preocupaba era aquella inusitada mansedumbre a la hora de acatar aquellas órdenes, claramente el Comandante había dispuesto mantenernos ocupados para evitar por el momento conversaciones incómodas, sin duda esperando un momento mejor o tener algún informe sobre lo ocurrido.

Una vez se habían alejado lo suficiente y se encontraban en los pasillos casi desiertos que les llevaban al camarote del Comandante me decidí a romper el silencio incómodo que había surgido tras abandonar el CIC

- Cuando comenzamos a albergar nuevas esperanzas un nuevo golpe nos hace tambalearnos, pero no caer, no sé cuanta agua podremos salvar, pero está claro que habrá racionamiento y con ello, antes o después problemas.

No podía negar que tenía cierta confianza con la presidenta, aunque apenas realmente se conocían o habían coincidido, desde un comienzo le había parecido una persona inteligente y más fuerte de lo que muchos creían.

Caminando a tu lado en actitud meditabunda Laura Roslin asintió ante tu comentario mostrando su acuerdo. Antes de que te decidieras a hablar, cada uno había estado sumido en sus propios tenebrosos pensamientos y, al igual que tu, la mujer pareció bastante aliviada de romper el silencio tan incómodo que había surgido entre vosotros.

- Sí, me temo que habrá que declarar racionamiento no sólo en esta nave sino en todas las naves de la flota. Por no hablar de, dependiendo de cuánta agua se haya perdido, intentar encontrar algún planeta donde llenar nuestras reservas de nuevo...- la Presidenta chascó la lengua meneando la cabeza ante las implicaciones de ese pensamiento- estamos siendo acosados, Capitán Apolo, pero ¿sabe? Les demostraremos que no nos rendimos- agregó mirándote a la cara mientras esbozaba una sonrisa de ánimo- he jurado a esta flota que llegaremos a la Tierra y así será, cueste lo que cueste- algo en su forma de hablar y expresión facial transmitía confianza y certeza, casi como si ella supiera algo que tu no sabías.

Las palabras del capitán calaron en mi mente confirmando mis peores pesadillas. Hubiero preferido mil veces que la causa hubiera sido un ataque, algo que muy a nuestro pesar se había convertido en una especie de rutina a la que sabía cómo enfrentarme. Intenté borrar de mi mente semejantes deseos egoistas y centrarme en retomar el control de mi misma para cumplir con mi deber y ser de utilidad en una situación tan desesperada.

Afrontando las miradas de reproche ante mi actitud irrespetuosa, escuché las palabras del capitán. La noticia de la pérdida de agua me hace palidecer levemente al comprender lo que ello significa. Sin agua no hay vida, y la vida en estos momentos es lo poco que nos queda en esta nave llena de desterrados. Cuando el capitán se dirigió a mí directamente dándome órdenes, asentí con firmeza - Sí señor, de inmediato- Saludando según el protocolo giré sobre mis talones sin esperar siquiera a ver que hacían los demás, el tiempo apremiaba. Me dirigí rápidamente al exterior del CIC camino de los hangares a preparar mi nave.

Mientras salía de la sala la preocupación me encogía el estómago. Recordé el momento en que desperté cubierta de agua...agua...un escalofrío recorrió mi espalda. Agité la cabeza intentando espantar las ideas que se empeñaban en aflorar a mi mente y me dirigí al hangar resuelta a descubrir la causa de la explosión.

Afrontando las miradas de reproche ante mi actitud irrespetuosa, escuché las palabras del capitán. La noticia de la pérdida de agua me hace palidecer levemente al comprender lo que ello significa. Sin agua no hay vida, y la vida en estos momentos es lo poco que nos queda en esta nave llena de desterrados. Cuando el capitán se dirigió a mí directamente dándome órdenes, asentí con firmeza - Sí señor, de inmediato- Saludando según el protocolo giré sobre mis talones sin esperar siquiera a ver que hacían los demás, el tiempo apremiaba. Me dirigí rápidamente al exterior del CIC camino de los hangares a preparar mi nave.

Inmersos en vuestra conversación no tardásteis en recorrer la escasa distancia que separaba el CIC del camarote del Comandante. La confianza y respeto que empezábais a sentir el uno hacia el otro había logrado relajar el ambiente, a pesar de que la amenaza de los Cylon había vuelto a irrumpir bruscamente en vuestras vidas.

Al ver que os acercábais, los marines que estaban siempre de servicio ante la puerta del camarote se cuadraron en señal de respeto y ante una explicación tuya uno de ellos se apresuró a abrir la escotilla franqueándoos el paso. Creías recordar que la Presidenta no había estado nunca antes en aquel sitio y la expresión un tanto evaluadora de Laura Roslin así lo demostró cuando una vez dentro miró entorno suyo, fijando su atención tanto en la madera pulida del escritorio como en el sillón semicircular sobre el que pendía un cuadro rectangular de diseño modernista. Si estaba tomando meramente nota de la decoración o si estaba intentando desentrañar algún misterio ligado a la figura de tu padre no supiste decirlo.

- No se preocupe, Capitán Apollo..estaré bien- te tranquilizó la mujer sonriendo levemente al suponer que sentías cierta reticencia a dejarla allí. Con confianza se dirigió hacia el sofá y tomó asiento en una esquina cruzando las piernas en gesto recatado- Mi secretario no tardará en llegar y en cuanto lo haga me pondré manos a la obra preparando la reunión que supongo tendremos dentro de un rato- te informó mientras apoyaba el brazo derecho en el reposabrazos en actitud relajada. Considerando, por tanto, que no eras necesitado, ordenaste vía teléfono que trajeran algo de refrigerio para ella y, tras asegurarte una última vez que estaría perfectamente cómoda, finalmente te marchaste. Mientras te alejabas a largos pasos por el pasillo pudiste oir cómo la escotilla era nuevamente cerrada por los marines y, aunque no te volviste para comprobarlo, estabas casi seguro que inmediatamente después habían recuperado su característica expresión de alerta de siempre. 

En cuestión de minutos estabas de vuelta otra vez en el CIC. Todo parecía seguir igual, sin ningun cambio aparente salvo que tanto tu padre como el coronel Tight se habían movido del Punto de Contrl de Daños al centro del puente donde parecían estar inmersos en una profunda conversación.

-Señor...el suboficial Tyrol informa de que está ante la puerta del tanque y solicita permiso para comenzar el examen- informó la teniente Dwalla sentada ante la consola de la Central de Comunicaciones mientras tu te acercabas a los hombres.

-Permiso concedido, teniente. Abra las comunicaciones sólo para el CIC.

Anastasia asintió seriamente.

"-Suboficial Tyrol, permiso concedido. Proceda."

Un clic y un leve ruido de estática os informó de que estábais en comunicación con el equipo del jefe de la Cubierta.

-"CIC, DC1...entrando al tanque"- informó Galen Tyrol antes de que la línea quedase en silencio, roto a intervalos regulares por el sonido de su respiración.

-Habrá que organizar una reunión para estudiar la situación en cuanto terminen el examen, nosotros, la teniente Thrace, la Presidenta y algunos miembros de su equipo- te comentó William Adama cuando te paraste a su lado- Ya he pedido al teniente Gaetta que haga un análisis de cuanta reservas de agua nos quedan tanto a nosotros como al resto de la flota- pareció dudar antes de añadir- he visto que pareces llevarte bastante bien con la Presidenta.

Mientras hablabais los informes de la misión de reconocimiento fueron llegando. Una voz os llamó la atención en concreto:

-“¡Jefe! Mire esto…”-dijo una voz joven de mujer que reconocisteis como la de la especialista Henderson

-“¿Qué hay…?”- contestó Galen Tyrol.

-“No lo sé…parecen quemaduras de explosivo..”

Con el ceño fruncido, Adama escuchó esas últimas palabras y miró significativamente al coronel Tight que se hallaba al otro lado de la sala leyendo un informe. Los ojos de aquellos viejos lobos del espacio se encontraron y una conversación sin palabras pareció tener lugar.

-Bien…coronel Tight encárguese de recibir el informe del suboficial Tyrol cuando regrese del reconocimiento. Nosotros estaremos en mi camarote preparando la reunión de emergencia- dijo finalmente William Adama volviéndose hacia ti- Capitán Apollo…por favor, acompáñeme.  

Sumidos en un silencio ominoso no tardasteis en llegar al camarote. Laura Roslin seguía sentada en el sofá de cuero y tenía la mirada clavada en las manos entrelazadas en su regazo. Al veros entrar pareció regresar lentamente de donde quiera que le habían llevado sus pensamientos y esbozó una sonrisa vacilante.

-¿Hay alguna novedad, comandante?- se limitó a preguntar mientras tomabais asiento junto a ella.

Adama se sentó pesadamente y meditó unos segundos antes de hablar como si no estuviese seguro de qué decir.

-Aún es pronto para decirlo, pero de momento parece que han encontrado señales de quemaduras por explosión…-dijo al fin tensando la mandíbula ante lo que implicaba tal descubrimiento.- En cuanto vuelvan, nos presentarán un informe pero de momento deberíamos de pensar en hacer una reunión de emergencia para tratar el asunto. Tanto los problemas que va a traer la escasez de agua como la investigación de qué ha causado los daños en los tanques.

No hubo tiempo de que la presidenta contestase. Tras un leve toque en la puerta ésta se abrió con el característico sonido metálico y de presión y las figuras de la teniente Thrace, el doctor Baltar y el secretario Keykeya se perfilaron en el dintel.

-Pasen teniente, señor Keykeya, doctor Baltar...veo que ha resultado herido. Espero que no haya sido nada grave. Por favor, siéntense unos minutos…-invitó William Adama levantándose de su asiento a la vez que hacía un gesto con la mano señalando los asientos libres.

-¿Pudo encontrar a todos los miembros de mi equipo, Billy?- preguntó Roslin a su secretario mientras este tomaba asiento al lado suyo.