Partida Rol por web

La voz serena de Apolo pero ligeramente cargada de reproche os llegó por el intercomunicador respondiendo a las palabras de Starbuck.

- Teniente no es el momento ni el lugar, céntrese.-Apolo maniobro el Viper hasta situarlo más cerca de la nave comercial-- Olimpic Carrier, ¿tienen algún problema con sus motores?.-preguntó sin molestarse en enmascarar la tensión que comenzaba a sentir-Starbuck sitúate tras la Olimpic. Boomer, ¿qué dicen los scanners?-preguntó en canal cerrado.

Haciendo gala de su característica habilididad en el pilotaje, el CAG barrió la parte frontal de la nave y colocó su Viper al lado de ésta. Las ventanas se veían vacías desde su posición, ningún rostro se asomaba para entrever la inmensidad del espacio a través del cristal.

- Olimpic detengan su avance de inmediato, es una orden-ordenó Apolo en tono tenso y tajante.

-Capitán, por aquí no detectamos absolutamente nada extraño, parece que todo está en orden, incluso las escasas abolladuras del casco...-informó Boomer por el canal cerrado en tono profesional-A mí también me parece injusto que tenga que venir un sabelotodo de otra nave para que le escuchen pero... valdrá la pena si tiene razón, ¿no crees? Dejemos que el tal Amarak se reúna con Adama con un par de escoltas-añadió respondiendo a la pregunta de Starbuck mientras pilotaba el raptor y se situaba junto a los dos Vipers.

La línea fue interrumpida por un chasquido y hasta vosotros llegó la voz de la teniente Dwalla, hablando alto y claro a pesar de la estática.

-Galáctica a patrulla de reconocimiento....sus órdenes son bloquear la transmisión con la Olimpic Carrier, no se autoriza más contacto hablado...-sin esperar contestación continuó instruyéndoos-Galáctica a Boomer...la orden es enviar a la Olimpic Carrier el siguiente mensaje por señal de luz...el mensaje dice: Mantener posición actual y no, repito, no acercarse a la flota hasta que se le notifique..fin del mensaje.  

Otro chasquido os informó del fin de la comunicación. Mientras sentíais como los acontecimientos se precipitaban, vuestros ojos fueron atraídos por el reloj que imparable continuaba su cuenta atrás. Quedaba escasamente dos minutos para el fin del ciclo. ¿Volverían a aparecer los Cylon?  

-Vaya...- musité algo sorprendida al recibir una orden directa del Galáctica. Estaba claro que habían tardado algo más de lo habitual en tomar una decisión al respecto pero me pareció acertada, sobretodo prudente. Todo era demasiado sospechoso y teniendo en cuenta nuestro estado de agotamiento no podíamos bajar la guardia por mucho que nos hubiera gustado recibir al Olimpic con los brazos abiertos y plena confianza.

-Recibido Galáctica. Procedo a transmitir el mensaje- informé a Dwalla escuetamente antes de empezar a pulsar los botones necesarios para reproducir su mensaje mediante luces, dejando que Crashdown se encargara de filtrar y limitar las comunicaciones tan solo a los Vipers y a nuestra propia nave de batalla estelar.

-Esperemos que se detengan... si no lo hacen para mí será un claro gesto de hostilidad- comenté por el canal cerrado de Apolo y Starbuck, retrocediendo hasta una distancia prudencial de la Olimpic antes de aguardar su respuesta o reacción expectante.

Starbuck obedeció instantáneamente, pues hacer lo que le mandaba Apolo era algo que tenía pensado hacer aunque nadie le dijera nada. La luz verde del tablero empezó a reflejar su cambio de posición en el plástico que había delante de sus ojos, sujeto al casco, mientras el Viper ascendía y giraba en el medio del vacío. Estaba tan cerca de la Olimpic Carrier que le daba la impresión de que podría tocarla, si pudiera abrir la coraza de vidrio y pudiera sacar el brazo hacia el espacio. Estaba tan cerca como para poder ver, a través de todos los cristales que se interponían, los rostros de los pasajeros de la otra nave. Pero sólo la nada le devolvía la mirada desde el interior de las paredes acorazadas de hierro. No había ningún curioso que quisiera otear las figuras o los rostros de sus salvadores. La Olimpic Carrier, a simple vista, era como una cáscara vacía de vida.

Aquello no alarmó tanto a Starbuck como las palabras de la teniente Dwalla. Al fin y al cabo, no se necesitaba ser militar para meter a todos los sobrevivientes en un sitio en el centro mismo de la nave, intentando así que cualquier impacto desde cualquier sitio les agitara lo menos posible. Sólo se necesitaba una cabeza fría y con cierto instinto de estrategia, cosa que no era privativa de la milicia. También era algo que podría habérsele ocurrido a un Cylon. Starbuck no tuvo más tiempo junto a sus pensamientos, antes que la voz de Dwalla les ordenara guardar distancia. Había en aquella orden algo que no pudo identificar, pero que le sonó peor que si hubieran ordenado un ataque.

Alcanzó la altitud esperada, detrás de la Olimpic Carrier, y sus pulgares acariciaron los mandos que disparaban el Viper. Miró al reloj, y descubrió la cercanía de la hora C, el fin de otros fatídicos treinta y tres minutos de tensión. Apretó los dientes, mirando la superficie metálica de la nave delante suyo, para intentar mentalizarse. Allí adentro podía ya no haber nadie vivo, y que estuviera infectado de Cylons. Allí podían haber tres o cuatro Cylons, y todo el resto de humanos necesitados de salvación. Allí podían haber sólo humanos, horrorizados y alterados ante su cercanía a la muerte y frente a los que podían ser sus salvadores. No podían estar seguros de cuál de todas las opciones era la correcta. Y en un par de minutos, o quizás en el próximo segundo, quizás le llegaría la orden de abrir fuego contra la Olimpic. O quizás se viera en necesidad a abrir fuego frente a la amenaza de un ataque repentino. Y se vería forzada a hacerlo, todo aquello, con su precisa frialdad militar, sin saber cuál era la opción correcta. Tenía que prepararse.

- Starbuck a Apolo - su voz abrió de nuevo el canal privado, pero esta vez sin ninguna rudeza ni acidez: era la profesionalidad y la seriedad hablando, por sobre la tensión que se había generado - Estoy en posición. ¿Existe orden de utilizar un medio preferente para evitar un acercamiento indeseado de la Olimpic?

Si no tuviera suficiente con Kara, ahora Boomer también decidía soltar su comentario, el momento cada vez era más tenso, la Olimpic mantenía su rumbo y velocidad pese a las múltiples advertencias, nuevamente se aproximaban al final del ciclo y no sabían si los Cyclon volvería a aparecer, el tiempo se agotaba y no le apetecía estar empantanado con la Olimpic si las tostadoras reaparecían. - Boomer deje los comentarios para más tarde, corte las comunicaciones con la Olimpic y envie el mensaje. Kara en formación cerrada, sígueme.

Maniobrando nuevamente seguí el perfil de la nave de pasajeros, ya era extraño no ver nadie en el puente, pero por lo que había dicho Starbuck ella tampoco había avistado a nadie. - ¿Dónde diablos están los pasajeros?- Dejé la pregunta en el aire, inconscientemente la había pronunciado en alto sin esperar respuesta. Finalmente situé mi viper tras la Olimpic siguiendo su rumbo.

La voz de Apolo no os dejó cuestionaros durante demasiado tiempo lo que ocurriría en los próximos minutos.

- Boomer deje los comentarios para más tarde, corte las comunicaciones con la Olimpic y envie el mensaje. Kara en formación cerrada, sígueme.- ordenó por el canal privado mientras maniobraba su Viper para hacer una nueva pasada a la nave comercial.

Mientras tanto, la joven teniente pilotó el raptor hasta situarlo enfrente y lo suficientemente cerca para que sus señales de luces fuesen correctamente recibidas. Los haces luminosos surcaron el espacio y durante unos segundos a intervalos regulares el casco de la Olimpic se vio iluminado por la luz amarillenta y fría.

-Esperemos que se detengan... si no lo hacen para mí será un claro gesto de hostilidad-comentó Boomer virando bruscamente la nave para alejarla de la trayectoria de la Olimpic y evitar impactar frontalmente contra ella.

Como haciéndose eco de sus palabras, la nave comercial continuó su imparable avance hacia la flota colonial sin dar muestras de tener intención de apagar los motores. Las dudas os asaltaron en los segundos que siguieron ¿no habrían entendido el mensaje? ¿tendrían algun tipo de problema alli dentro que les impedía llevar a cabo la orden?...

Haciendo gala de su habitual destreza, Starbuck siguió a Apolo en su pasada a la nave y se situó por detrás de la Olimpic, siguiendo la estela dejada por los motores de ésta. Lee situó su Viper a su lado.

- ¿Dónde diablos están los pasajeros?- preguntó con voz extrañada sin esperar realmente una respuesta mientras seguía el rumbo de la nave comercial. 

-Starbuck a Apolo - la voz de Kara abrió de nuevo el canal privado, pero esta vez sin ninguna rudeza ni acidez: era la profesionalidad y la seriedad hablando, por sobre la tensión que se había generado - Estoy en posición. ¿Existe orden de utilizar un medio preferente para evitar un acercamiento indeseado de la Olimpic?

No sabía qué estaba ocurriendo allí, la Olimpic Carrier estaba haciendo caso omiso de las ordenes que se le habían dado, continuaba con su avance hacia el conjunto de naves que formaban el convoy. Tanto Boomer como Starbuck estaban nerviosas, aquello no era lo esperado, nadie lo esperábamos, tras la sorpresa de la no aparición de los Cyclon y la alegría de ver de nuevo la nave de pasajeros, ahora llegaba la incertidumbre de lo que aquella podía traer dentro y lo que esto suponía.

- Starbuck dispara una ráfaga, dales un aviso. Boomer repite el mensaje quizás no lo vieran.- Debían asegurarse de que la Olimpic viera las señales antes de tomar ninguna decisión. - Comandante Adama, la Olimpic continua su rumbo haciendo caso omiso de las ordenes.- No cabía duda que algo estaba pasando, algo no funcionaba y la situación no tenía visos de ir a terminar bien.

- Starbuck dispara una ráfaga, dales un aviso. Boomer repite el mensaje quizás no lo vieran.-contestó Apolo sin dejar traslucir nada en su tono de voz.-Comandante Adama, la Olimpic continua su rumbo haciendo caso omiso de las ordenes.-añadió dirigiéndose a su padre.

-Tendrían que estar ciegos para no haberlo visto...- dije en voz alta pero sin usar ninguno de los intercomunicadores. Miré de reojo a Crashdown y mi frente se arrugó cuando mis cejas adoptaron una expresión de preocupación y cierta frustración. Ahora estaba bastante claro, la Olimpic no era la misma de antes y, pesara lo que nos pesara, probablemente tendríamos que acabar tomando una decisión que no nos gustaría demasiado. Aunque supuse que no sería lo mismo que tener que disparar contra ellos realmente pues no parecía haber nadie a bordo de la gran nave.

Finalmente suspiré sonoramente y repetí la secuencia de diálogo, algo más despacio para que el error fuera nulo, dándoles tiempo a transcribir e identificar el código... aunque podría apostar a que tendrían un experto que se lo tradujera al instante pero era más prudente no arriesgarse a una confusión.

-Esto no me gusta... No nos han seguido este salto porque intentan engañarnos con la Olimpic. Está claro, ¿no? Si van cambiando sus estrategias puede ser incluso más difícil que no dormir...- si un pequeño golpe frustado a mi propio asiento y me resigné. En momentos así me sentía afortunada de no pertenecer a un alto cargo que tuviera que tomar decisiones globales. Adama debía estar sufriendo su propio infierno interno.

El viper de Starbuck viró 180 grados y se situó frente a la Olimpic a distancia de tiro. Los misiles surcaron el espacio en dirección a la proa y no la alcanzaron por poco, pues la nave de carga continuó su avance imparable. Mientras tanto, situándose al lado de Starbuck, el raptor de Boomer y Crashdown volvió a emitir la señal codificada en vano. Los acontecimientos se precipitaban a vuestro alrededor, el tiempo se escapa entre vuestros dedos...un minutos...cincuenta segundos...la voz del Comandante os sobresaltó en el interior de vuestras cabinas.

-Ordene el salto dos cuarenta...que nos ponga entre la nave y la flota...-y justo cuando su voz se apagaba un agudo pitido os hizo mirar hacia vuestras pantallas. Vuestros corazones se detuvieron durante unos segundos al ver como cientos de puntos rojos cubrían poco a poco vuetras pantallas DRADIS. Los dioses no os habían escuchado. Los Cylon habían vuelto a encontraros si es que alguna vez los habíais despistado.

- ¡Joder! - gritó Starbuck por canal privado, abierto, o el que fuera. Traía los dientes tan apretados que cualquier otra cosa que pudiera decir luego, iba a ser inentendible.

Los dedos, antes crispados sobre los mandos intentando prepararse para decidir, se cerraron por completo en ira fría. Los Dioses no les habían escuchado; les habían tendido una trampa. Aquellos Cylon se habían aprovechado de lo único que la tripulación del Galáctica no estaba dispuesta a disparar sin preguntar: civiles sobrevivientes. Habían capturado una nave, sabiendo que con el alivio que les representaría verla de nuevo, podrían acercarse hasta casi tocarlos sin que ellos intentaran detenerles. Y gente como ella, como Starbuck, se había dado cuenta de aquello. Habían visto nítidamente la trampa, o al menos, la gigantesca posibilidad de que la hubiera. Y aún así, no habían sido capaces de disparar y extinguir tanta esperanza de la humanidad, no mientras existiera un leve asomo de posibilidades de que hubiera gente perdida allí dentro. Gente cuyo mundo también había terminado. Errantes del espacio, huyendo de la muerte, buscando un hogar.

Había intentado prepararse, temiendo tener que decidir. Ya no necesitaba preparación. Ni siquiera necesitaba pensarlo. La decisión ya estaba tomada. No podían arriesgar lo que tenían seguro; eso era lo que había que defender.

El Viper de Starbuck se inclinó hacia un lado. Una nueva ráfaga trazó un arco boreal en el espacio, rozando la cubierta metálica de la Olimpic Carrier. Si los misiles anteriores habían estado a punto de alcanzarla, estos fueron una caricia directa contra el fuselaje, como la mano helada de una madre que recibe a un hijo problemático que le ha vuelto a decepcionar. Inmediatamente luego de su maniobra, se alzó sobre su posición hasta sobrepasar la altura de la enorme nave. Estudió los puntos más cercanos en su pantalla. Vio la distancia que separaba a las naves, a los Cylon de las naves, y a ella misma en relación a todos.

Luego no lo pensó más, y apoyó los pulgares en su sitio, a un segundo de volver a disparar.

- Hay que detener a la Olimpic. Debemos evitar un impacto contra el Galáctica a toda costa - Starbuck consideró la idea de dejar esa tarea a los demás, y hacer frente disuasivo a los Cylon consigo misma como carnada - ¡Si hay órdenes de ataque, que sean ya!

Parecía que todo aquello era simplemente una nueva táctica de las tostadores, les habían dado algo de margen, quizás para que se confiaran y tomarles por sorpresa, algo que no parecía haber sucedido pues todos aun esperaban el asalto, los pilotos aun se encontraban en alerta sin embargo muchos de los supervivientes tuvieron que volver a resignarse a continuar con aquella huida desesperada, aquella tregua había dado quizás unas mínima esperanza que nuevamente se veía destruida por la presencia de los Cyclon.

Sin embargo yo apenas percibía todo aquello, lo único que sentía era como la tensión aumentaba, así como los problemas. La Olimpic carrier seguía su curso, impertérrita y ajena a todas las órdenes y advertencias, mientras los dradis despertaban nuevamente pitando y alertando de la llegada de sus enemigos. - Boomer regresa a tu posición, Starbuck escolta y organiza las defensas.- Mi voz sonó enérgica y directa, ya habían perdido demasiado tiempo allí y ahora quizás se arrepintieran de ello, debían salvaguardar la flota y no necesitaba a nadie más para ocuparse de la Olimpic. - Comandante, no tenemos tiempo y la Olimpic ignora nuestras comunicaciones. Sigue sin detenerse y se aproxima cada vez más a la flota.- Necesitaba ordenes, no podía detener aquella nave y los Cyclon no tardarían en aparecer.

- ¡Joder! - gritó Starbuck por canal privado.

El Viper de Starbuck se inclinó hacia un lado. Una nueva ráfaga trazó un arco boreal en el espacio, rozando la cubierta metálica de la Olimpic Carrier pero sin llegar a producir ningún daño de consideración en el fuselaje. Inmediatamente luego de su maniobra, la teniente se alzó sobre su posición hasta sobrepasar la altura de la enorme nave.

- Hay que detener a la Olimpic. Debemos evitar un impacto contra el Galáctica a toda costa - exclamó casi grito Starbuck, la tensión de la teniente era evidente en la forma cortante de expresarse- ¡Si hay órdenes de ataque, que sean ya!

- Boomer regresa a tu posición, Starbuck escolta y organiza las defensas.- ordenó Apolo con voz sonó enérgica y directa - Comandante, no tenemos tiempo y la Olimpic ignora nuestras comunicaciones. Sigue sin detenerse y se aproxima cada vez más a la flota.-

Mientras la tensión casi os hacía saltar en el interior de vuestras cabinas cientos de puntos rojos empezaron a brotar desde las nave base Cylon y avanzaron surcando el espacio a toda velocidad directamente hacia vosotros y la flota que estaba detrás.

-Los Cylon interceptan el rumbo-informó Crashdown en tono alterada-estarán al alcance en....dos minutos..-de repente se hizo el silencio y cuando volvió a hablar su voz estaba cargada de alarma-¡alarma radiológica de la Olimpic Carrier!

El silencio se hizo en las comunicaciones. Aislados del resto del mundo por el frío espacio, sin forma de saber qué estaba pasando en la Galáctica, que decisiones se estarían tomando, que acciones se os ordenarían emprender, los segundos se arrastraron y dilataron como si fueran años mientras en el interior de vuestros corazones un terrible peso se instalaba. Ninguno os atrevísteis a decirlo en voz alta pero sabíais que, si queríais tener una oportunidad de sobrevivir y llegar quizás algún día a la tierra prometida, no os quedaba otra opción. Finalmente la voz de la teniente Dualla, rota por el dolor de lo que os estaba ordenando llegó hasta vosotros.

-Galáctica a patrulla de reconocimiento...se os ordena destruir la Olimpic Carrier y regresar a Galáctica...

En el espacio en muchas ocasiones daba la sensación que el tiempo se detenía y avanzaba lentamente, sin embargo esa sensación podía invertirse en un instante ínfimo, todo se precipitaba con insoportable rapidez, aquel era uno de aquellos momento en que me veía sorprendido por esa cualidad del tiempo que le hacía incontrolable. Según tomaba una resolución algo sucedía antes si quiera de que pudiera pronunciarme, debía actuar con rapidez, sin embargo las últimas palabras me helaron la sangre, pues pese a no ser inesperadas, deseaba que nadie hubiera dictado aquella orden que inevitablemente era necesaria.

Dudé, pensé y no encontré salida o respuesta que reconfortara mi espíritu, nunca sabríamos si dentro de la Olimpic aun seguían vivas las más de un millar de personas que iban en su interior, si los cyclon al interceptarla habían matado a sus pasajeros o simplemente les habían dejado partir, escondiendo en su esperanza la muerte y destrucción del resto de la flota.

Lentamente mi dedo fue aplicando la presión necesaria para accionar el disparador de mi viper, los haces luminosos de las ráfagas de proyectiles de los cañones surcaron el espacio que nos separaba, directos hacia la Olimpic carrier. Incapaz de pronunciar palabra, sólo obedeciendo aquella inevitable orden.

-¡Es imposible! Le, le hemos escaneado, los DRADIS...- dije con cierto grado de tartamudeo provocado por el estallido de tensión y culpabilidad repentinos. Creía que lo había calibrado bien, realmente no habíamos detectado nada peligroso y de repente eso... me sentía tan inútil que no sabía si aporrear la butaca o echarme a llorar así que me limité e contenerme y serenarme para controlar la situación y al propio Raptor.
Había cometido un error garrafal, pero no era el momento oportuno para auto-compadecerse, en ese momento más que nunca debía conservar la sangre fría y la atención en las ordenes que nos transmitían desde el Galáctica.

-¿Destruirla...?- me quedé bastante anonadada y aturdida, por lo que giré mi rostro lentamente a Crashdown antes de empezar a calibrar el objetivo automático de nuestra nave hacia el enorme crucero que se nos venía encima -Objetivo en el punto de mira. Capitán, ¿confirma la orden?- no iba a arriesgarme ni a ser la primera, pero en cuanto recibiera un "afirmativo" mi mano pulsaría el botón de disparo. "Que los Dioses se apiaden de sus almas... si aún las tienen"

Las ordenes llegaron. Starbuck reaccionó.

Los primeros misiles del Viper cruzaron el espacio antes que ningún otro. Quizás ninguno de ellos estaba aún preparado para tomar la determinación, o al menos, no lo estaban todavía. Starbuck sólo había pedido órdenes de ataque por cortesía, por inconsciencia, como última barrera de la moralidad y la razón para detenerse a sí misma. Pero la verdad era otra: la verdad era que, como ya se había dado cuenta antes, la única oportunidad que tenían de salvarse era destruir a Olimpic. El Galactica era lo seguro; la Olimpic era sólo un quizás. Y frente a la destrucción y al holocausto humano, no podían ceder lo que tenían a ciegas, esperando que lo que fueran a ganar fuera superior.

Perdónenme, señores. Pero no hay otra alternativa. La encrucijada en la que nos han puesto no admite otra opción.

La voz quebrada de la teniente Dualla debería haber hecho mella en Starbuck, pero no lo hizo. Por el contrario, aumentó su decisión, y endureció su instinto. Mientras el Viper disparaba y se corría para ponerse delante de los otros, y encabezar una especie de defensa ofensiva, tuvo un momento para preguntarse qué podía hacer por los demás. Todos sabían como ella que no había otra salida. Todos sabían que lo habían intentado, y que posiblemente ni siquiera quedara ya un humano dentro. Pero la posibilidad y la desesperación podían ser más fuertes que la razón militar, o la razón fría. Cualquiera de ellos podía dudar. Starbuck no podía permitir ver caer más de los suyos.

- ¡Vamos! ¡Adelante! - gritó por el intercomunicador, intentando alentar a los demás - ¡No lo duden!

Ella ya había superado el horror. Ya no lo dudaba.

La voz quebrada de Dualla se exinguió dejándoos durante unos segundos a solas para meditar lo terrible y doloroso de lo que os acababan de pedir. El futuro de todo lo que quedaba de la humanidad, escasamente cuarenta mil personas, pendía de vosotros y de una única acción, sencilla, pero tan definitiva que sabíais que las consecuencias de ello os seguirían toda la vida, sumándose a los fantasmas que insistentes os acosaban por las noches cuando os ibais a dormir. Los rostros de las cientos, miles de personas que habíais dejado atrás en las Colonias, abandonadas a una muerte segura, se os aparecían cuando cerrabais los ojos y os asaltaban en los momentos más inesperados, asaltándoos cuando menos lo esperabais. Y en aquel momento estaban allí con vosotros, en medio del vacío infinito, bañados por las luces de las lejanas estrellas, mirándoos acusadores... ¿Lograríais sacar la fuerza suficiente como para seguir adelante?...Cada uno en la soledad de su propia cabina hizo balance, apeló a su integridad, a su propio código de valores...y tomó una decisión.

-¿Destruirla...?- la voz de Boomer, en tono anonadado, incrédulo rompió el silencio plasmando en voz alta lo que vosotros mismos estábais pensando-Objetivo en el punto de mira. Capitán, ¿confirma la orden?-

Pero su pregunta cayó en saco roto, porque, mientras las ondas se transmitían y recibían, un haz de proyectiles brillante y hermoso como una estrella fugaz en una noche de verano surcó el espacio procedente del viper de Starbuck y se unió a los misiles lanzados por Apolo en su impacto contra la Olimpic Carrier.

- ¡Vamos! ¡Adelante! - gritó por el intercomunicador la teniente Thrace, intentando alentar a los demás - ¡No lo duden!

Ondas de fuego recorrieron el casco de la nave mientras el impacto de los misiles provocada el estadillo de las cabezas nucleares que había en su interior. En cuestión de segundos la Olimpic Carrier se transformó en un sol rojo y amarillo que iluminó vuestras cabinas y la naves cylon que desde detrás de ella se acercaban hacia la flota colonial. La onda expansiva creció más y más y al alcanzaros sacudió vuestras naves como ramitas en un estanque, obligándoos por unos segundos a desviar la vista de tan macabro y hermoso espectáculo. Acuciados por las órdenes de Dualla a través del intercomunicador y, quizás incapaces de afrontar lo que habías hecho, maniobrasteis vuestras naves y avanzásteis a plena potencia hacia la Estrella de Combate, hacia vuestro hogar.

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FUNDIDO EN NEGRO