Una brecha en media de la nada, donde los rios son de magma y las montañas, escarpadas, pareden costillas de un cuerpo muerto que a pesar de su condición posee un corazón palpitante. Esta bomba de calor y energía mágica representa el poder de uno de los grandes demonios de este plano, un lugar donde se forja algo más que armas...
Rencor descendía del firmamento rocoso para atrapar entre sus potentes garras a Iktos, el demonio ascendió atrapado, como estaba mientras agitaba sus brazos tempestuoso. Decenas de rayos rojizos brotaron de aquel cielo de nubes y mineral de hierro, atravesando el espacio hasta el suelo, a punto de alcanzar a Rencor en su contienda.
Iba a llevarselo sin más, como a un bulto cualquier, y los rayos continuaron cayendo estrepitosamente, hasta que uno de ellos, en el agitado vuelo del dragón de izquierda a derecha, zigzagueando para evitarlos, golpeó uno de sus alas precipitandose al vacio. De fondo, la majestuosidad de aquella forja viva, que manaba sangre y lava.
Se alzó una incontrolable nube de polvo, rojizo mezclado con el material de aquel infierno, el azufre a pesar de estar presente no demostraba su terrible hedor, por lo que sendos demonios no tenían problemas para convivir allí. Como...si eso fuese a importarles. El ambiente era agradable para la vida, y esque era una presa natural, un matadero para atraer a jovenes promesas sedientas de venganza o experiencia, Iktos atrapaba a las criaturas que osaban adentrarse en sus dominios, y las convertía en obras de arte, en demonios capaces de igualar la velocidad de Ragnar, superar su fuerza, o incluso ser capaces de resistir sus golpes. Aquel era su trabajo, forjar ejercitos para el Dios Demonio Heshar, aquello era lo más parecido a un infierno, y no eran pocos los ángeles que se precipitaban en su red, y caían. Pero esta vez...Iktos se encontró con un ángel que ya hacía mucho tiempo que había sumido su alma, si quedaba algo de ella, en la oscuridad.
Un ala, que se movía en un vaivén...y la mandibula del dragón incrustada en la roca carmesí, casi inmovil, pero aún con vida. Sus ojos reflejan dolor, y furia, y humea su cuerpo, habiendo sido impactado por un sólo de aquellos relámpagos.
Iktos, se levantaba, caminaba con la cabeza hacia adelante, el ceño fruncido. Sus pasos hacían temblar su propia morada y se desprendían pequeñas rocas del techo ígneo, sus cuernos formaban una corona, su piel rojiza, de áspecto áspero se confundía con todo cuanto le rodeaba, sus ojos estaban seguros de si mismo en una mirada intensa, profunda. Pero...sonreía.
- ¿De veras pensaste que sería tan fácil...? No me he resistido...Si te opones a mi, te opones a Heshar. Piensalo...él puede darte muerte. ¿Vas a darle motivos para hacerlo?
Seguía siendo uno de los mejores diplomáticos entre los demonios, y esque lo que proponía no era ninguna tontería. Ragnar se jugaba mucho trabajando para su hermana, se jugaba tener aún más enemigos.
Le había golpeado, pero iktos se mostraba completamente regenerado, e incluso...lo suficientemente seguro de si mismo como para poder representar un rival digno.
Avanzaba hacia él, y sus intenciones eran imperceptibles para el demonio del caos, con los anchos hombros desplazandose con el movimiento de sus brazos al caminar. Tenía agallas...
- Puede que seas más poderoso que yo. Pero no...en mi morada...
Espetó confiado. Y dio un último paso que hizo temblar todo el suelo. No sucedió nada, y se quedó mirandolo, la mirada era de furia, pero su sonrisa...era la misma que usaba Ragnar antes de una traición, o ante un castigo. Esperaba sus movimientos, planeaba algún truco...
Por una vez al demonio le hubiera gustado parlamentar, razonar...¿ Por que no? La voz de su enemigo resultaba tan confiada, tan segura de si mismo...le ofrecía una alianza con el mismisimo Hestar rey del Inframundo... Por uno instantes se imaginó dirigiendo gigantescos ejercitos en su poderoso nombre, ejercitos que harían temblar la misma tierra con sus pasos.
Necros...
Ese simple nombre le golpeó su castigada mente como si de un latigazo se tratase... tenía que matar a Necros y nada y nadie se interpondría en su camino.
El cuerpo de Ragnar se convulsionó en una aspera carcajada que golpeaba con fuerzas la puerta que separa la cordura de la demencia, su mano derecha enguantada en frío metal rodeó su mascara sujetandola...
- !Necros! - Siseó más para si mismo que para Iktos destilando cada sílaba de ese nombre más veneno que podría tener una víbora..
La presión que ejercía su mano sobre su púlida mascara de frío metal aumentó antes esas palabras haciendola crugir hasta que con un sonido sordo explotó al no poder aguantar más la fuerza con la que era agarrada.
Lo que Iktos puedo ver fué el rostro de Ragnar el asesino de Dioses adornado con una demente sonrisa su cara estaba llena de arañazos hechos por los trozos de su mascara al romperse de los cuales manaba unos pequeños hilillos de sangre negra y sus ojos con las pupilas fuertemente diltadas a causa de la demencia y el odio que le producían ese nombre se clavaron en los de él.
Su aura se aremolinó con violencia alrededor de Ragnar mientras este imbuido en poder demoniaco y con un gesto sistematico desenvainó ambas espadas, una de ellas latía con fuerza y voracidad la otra una desconocida en manos del demonio esperaba con ansias su trozo de cuerpo de Iktos al que desgarrar.
La capa de Ragnar hechar con cientos de hojas de dagas tinteneaba con violencia al moverse al compas de los vientos de magia que rodeaban a este al desencadenar su aura, el suelo crugía a sus pies agrietandose mientras los ojos del demonio brillaban con un extraño matiz hecho por el oido, la demencia y el poder que recorría su cuerpo.
- Nadie se va interponer entre yo y Necros ! Nadie ! ni tu, ni tu señor ni el mismo abismo -Su Voz retumbaba en cada pared de la poderosa sala, antes de que Ragnar se volviera un borrón dificil de seguir con la vista para acortar la distancia que los separaba, el suelo se levantó con violencia a su primer paso.
Las dos espadas describieron un feroz arco hacia el torso de Iktos con intención de dañarlo, era un ataque de prueba pero sin dejar de ser peligroso que tanteaba la destreza y la fuerza de su adversario.
- ¡JAH! - Rió en sarcasmo Iktos cuando interpuso su vara entre las dos espadas, y detuvo tu ataque, pudieron ser solo segundos los que pasaron cara a cara, mientras Ragnar descargaba parte de su poder e Iktos permanecía inmovil con su báculo alzado, interpuesto, resistía...
- ¡AQUÍ NO TIENES PODER!....Hijo de....Kathiros....
Su diestra se tensó, sus músculos de color rojo carmesí vibraron un instantes para hacer fuerza y empujarlo hacia atrás, sólo pretendía quitarselo de encima. Se oía el ruido de unas campanas de fondo, unas camapanas pequeñas, posiblemente escondidas en algún lugar entre las ropas de Iktos, y su sonido estridente penetraba como cuchillos en los oidos y la mente de Ragnarok.
- ¿Crees que lo habeis destruído? ¿Tu hermana y tu? ¡Servid a Heshar o perecereis! ¡Es un presagio! ¡SUFRIRÁS! ¡SUFRIRÁS MIL MALES! ¡Y ELLA LE PERSEGUIRÁ HASTA LOS CONFINES! ¡DESTRUIRÁ A SU PROPIO HERMANO! ¡Y TU...NO PODRÁS HACER NADA PARA EVITARLO!
¡ESCUCHA ESTE REGALO PARA TUS OIDOS! ¡ESCUCHA EL FUTURO DE TU ESTIRPE DE TRAIDORES! ¡MUCHOS PAGARÁN POR TUS PROPIOS MALES!
Iktos no estaba libre de culpa, y sus palabras no tendrían demasiado sentido para Ragnarok, aunque quizás pudiese malinterpretarlas, era lo malo de las profecias, Iktos había dedicado gran parte de su existencia a interpretarlas, a percibirlas, y seguramente el orgulloso Ragnar creyese que aquellas palabras ya habían sido tomadas en cuenta por él, que sabía que eso sucedería...
Pobre iluso..
- Detente ahora...y el castigo será nímio.
Realmente no esperaba que entrase en razón...por ello estaba dispuesto a luchar.
Ragnar puedo sentir la inmensa fuerza de su oponente mientras ambos intentaba imponer su poderio fisico el uno sobre el otro. El demonio entrecerro los ojos dejandose llevar por la embestida de Iktos siendo desplazado varios metros en el aire, con un giro sobre si mismo tomando como eje el centro de su propio cuerpo Ragnar consiguio caer de pie, pero era tal la fuerza de Iktos que aun asi se desplazo unos escasos metros en el suelo clavando sus espadas en este para refrenar la acometida.
El polvo levantado por la caida del demonio cubria su silueta, este agarraba con fuerza sus oidos intentando alejar el sonido de esas campanas intentado olvidar las palabras de Iktos.
Estas solo, todos quieren tu caida tu muerte tu desgracia.... ¿ En quien te vas a apoyar? ¿Quien te va dar palabras de animo cuando vuelvas a caer? Hasta tu hermana te quiere traicionar...
Las palabras como dagas al rojo vivo se clavaban en la desiquilibrada mente de Ragnar, que a cada acometida se agarraba con mas fuerza su cabeza al borde del abismo.
- No... aun no... Necros - siseo en un susurro para si mismo hablando consigo mismo.
Ragnar se incorporo lentamente con la cabeza agachada y los ojos cerrados, su mandibula tensa apretaba con fuerza sus dientes los musculos como cables de acero se dejaban entrever entre las facciones de su semblante.
El demonio cerro los puños enguantados en metal con fuerza clavando su mirada en Itkos.
- Que venga ella... que vengan todos...Ragnarok... - Las faciones del demonio tomaron un seriedad repentina y sus ojos amarillentos del color de la luna llena tomaron un brillo desafiante - Ragnarok ... hace tiempo que esta muerto -
Un sonrisa destello como un relampago en los labios del demonio mientras la espadas como si tubieran voluntad propia salieron disparadas del suelo a las manos de este.
- Y tu pronto lo acompañaras en la noche eterna -
Ragnar señalo con su espada demoniaca a Itkos desafiandolo para simplemente desaparecer en la nada saltando al astral para colocarse a su espalda y lanzar una violenta estocada con la espada que sostenia su mano diesstra, el combate volvia a comenzar.
Te quiero por volverme a abrir esta escena
La sorpresa se dibujó en el rostro de Iktos cuando Ragnar saltó al astral, sin embargo, resultaba predecible, nadie atacaría cara a cara saliendo desde el astral, su flanco derecho estaba cubierto por su vara, su flanco izquierdo por su brazo un arma tanto o más letal que la anterior, ¿realmente piensa que tiene alguna posibilidad?
Ragnarok trataba con un demonio con mucho más experiencia y eones a sus espaldas, pero un demonio que no había tenido que empezar de cero, al que no le habían arrebatado todo su poder. Aquello podía inclinar la balanza, y nadie podría saber bien hacia cual de los dos oponentes.
Iktos se dio la vuelta e interpuso la vara, como si preveyese su ataque. ¿Qué será lo próximo? ¿Dividir tu poder? Craso error...erras ahora, y erraste con mi profecía, simplemente no entiendes nada...
- ¡Me necesitas vivo! - Le recordó mostrandole sus dientes, afilados. Su rostro carismático parecía sonreir aunque...no lo hacía.
- Ella me necesita ...ergo...¡tu me necesitas!
Una modalidad de ataque astral poco común entre los demonios, atacar la voluntad, parecían simples palabras pero destruirían a un humano entre dudas. Ragnar podía oponerse o sucumbir.
No será sensato provocarle demasiado...
Por primera vez en mucho tiempo Ragnar peleaba con la mente despejada libre de los ataques de ira a los que era tan propenso
Cuando reaparecio en el plano material sus ojos reflejaban una fria inteligencia y una tranquilidad desconcertante, clavando con fuerza su pies derecho en el suelo sostubo con ambas manos la empuñadura de su espada imprimiendole con todo su cuerpo una fuerza que estaba lejos de ser la anterior con la que habia golpeado al demonio, ahora jugaba con todo estaba golpeando con casi toda su plenitud de sus fuerzas.
Estaba claro que su enemigo la bloquearia pero eso estaba dentro de sus planes.
La espada pronto se convirtio en un borron ante el inexpresivo rostro de Ragnar acompañado a ese momento estallo una leve e inofensiva onda explosiva fruto el la velocidad del golpe y de la potencia que la acompañaba que levanto las pequeñas piedras y el polvo que se interponian entre el frio acero creado apartir del caos y el cuerpo de Itkos.
El presumia de lo predecible que era Ragnar... quizas ahora el raton se habia convertido en gato.
Demasiado...predecible....
La espada de Ragnar, la propia, de fulgor azulado, aquella que aún portaba la marca de uno de los clérigos de Silmar, aquella que había sido desterrada con el demonio que la portada, una espada que no dejaba de ser simple metal para Iktos, conocedor de secretos de forja que harían de esa espada algo similar a un simple trozo de madera.
- Ugh......- La espada del hijo del Caos atravesó el vientre de Iktos de lado a lado, incrustada con fuerza en sus entrañas que al instante se habían solidificado casi por completo, cerrando su herida aunque conservando la espada, que desgarraba su interior allí. Con su siniestra, colocó sus afiladas garras sobre la mano de Ragnarok, sobre la empuñadura, mientras todo a su alrededor saltaba por los aires debido al impacto...
- ¿Qué...pretendes? No...ahora, sino...¿en el futuro? ¿Ser grande? ¿Ser el más grande? Naciste como lo que eres...y perecerás siendo lo que eres...un simple general.
Sonreía mientras un hilillo de sangre recorría su mentón. Esperaba su inmediata reacción, sus acciones en curso.
¿Esperabas tu...esto?
Ragnar observo la cara de su enemigo al ser aferrado por este, sus labios lentamente se separaron mostrando una lave sonrisa agarrando a su vez al demonio con fuerza.
El suelo comenzo a temblar con violencia a sus pies agrietandose.
El verdadero demonio aquel a que llamaban el asesino de Dioses habia estado preparandose bajo tierra intentado sincronizar su esencia con aquella espada que hasta ahora lo ignoraba. No le rogaria que le enseñara sus secretos pero le podia prometer y le prometia grandezas mas alla de las que habia saboreado a manos de su padre, ella era un arma un objeto diseñado para dañar y Ragnar le prometia el sabor de diversas sangres, de angeles, de demonios de dioses.... Todo estaria a su mano si se decidia abrirse a el.
Y ahora era un buen momento.
Ragnar salio disparado de la tierra a los pies de Itkos abriendo una gran brecha a sus pies el frio acero de la extraña espada destello con rapidez mientras el demonio lanzaba una rapida y cruel estocada al cuerpo del demonio.
Obedeceme y ambos haremos cumplir sueños con los que jamas ningun ser se atreveria a soñar
Mas no hubo respuesta por parte del Hijo de Kathiros, el mismo traidor que empuñaba su espada, una espada que no estaba en afinidad con su alma, una espada rebelde que no desdeñaría la oportunidad de matar. Antes de que Ragnar pudiese dar marcha atrás en su toma de decisiones, puede que fuese demasiado tarde...la piel rojiza del demonio Iktos se resquebrajó, una intensa luz brotaba de su interior, mientras aferraba la espada y la de Kathiros, el ojo del caos, las fauces de la destrucción quebraban piel, carne y hueso. En ese momento, cuando el cuerpo de Ragnarok estaba en paralelo con el del demonio servidor de Heshar, él...rió...
Una voz, proveniente del firmamento rojo de nubes eléctricas que se formaban en el techo opáco de aquella región infernal, anunció su error.
- Tengo entendido...que esta es una de tus artimañas preferidas...
La explosión fue ensordecedora, habiendo creado una copia de si mismo desde el principio Iktos había logrado reunir a los dos ragnar en un solo punto, explotando lo barrería de un solo ataque sin haber tenido que moverse más rápido para atraparlo, todo estaba a favor de Ragnar, era más fuerte, era más rápido, pero...¿era más inteligente?
La sonrisa, socarrona de Iktos levitando en los cielos con magna presencia y sus pupilas, rasgadas, contemplando una vorágine de fuego y destrucción que consumía piedra, lava, carne y hueso por igual, creando un daño inmenso por fuego y energía libre demoníaca.
¿Qué se siente...Ragnarok? ¿Qué se siente cuando utilizan tus técnicas contra ti?
- No...está mal...aunque prefiero otro tipo de ataques menos autodestructivos... - Su voz resonaba como un eco inestable por todo el lugar, inestable ante la explosión que no parecía cesar y crecía consumiendo incluso el aire. La copia de Ragnar que portaba la espada maldita desapareció consumida, siendo un duro golpe para el demonio del caos, ésta vio frenada su caida cuando su filo penetró en el gran cráter perfilado por la terrible hecatómbe. El cuerpo principal de Ragnar había resistido, pero las quemaduras serían graves, posiblemente estuviese muy mal herido...pero ante todo...tendría muy dolido su orgullo.
Como siempre, puedes describir tu mismo los daños :)
Jadeaba...le costaba respirar...¿Asi que esto era el dolor? ... demasiado tiempo sin sufrir... pero estaba acostumbrado a ser golpeado...tanto en su cuerpo como en su alma...
El demonio se sentia desdichado...derrotado en un duelo de inteligencias y humillado... sangraba por multitud de heridas y su hornamentada armadura solo era una burlona copia donde las placas de metal derretidas chocaban con aquellas que a duras penas habian resistido la explosion.
Ragnar apoyo sus manos en el suelo de rodillas en este mientras trataba de asimilar los daños sufridos...¿Habia sido derrotado? le costaba ponerse en pie y habia partes que antes eran su cuerpo y ahora eran trozos de carne calcinadas.
Por unos instantes se cansado cuerpo lleno de cicatrices y psique destrozada por continuas humillaciones estubo apunto de decir basta...de entregarse al frio y acogedor abrazo del olvido.
Aunque solo fuera por un momento esa idea le repugno.
Haciendo acopio de una fuerza voluntad titanica Ragnar poco a poco se puso de pie...bajo sus pies el charco de sangre cada vez se hacia mas grande alimentado por las terribles heridas de las que no dejaba de manar sangre negra.
Pero...el era Ragnar... nunca se habia rendido...nunca habia dejado de luchar...depues de todo el era Ragnar el asesino de Dioses el parricida...
Estaba herido y era consciente solo le quedaba un recurso y era arriesgado...pero jamas se podria decir que Ragnarok habia muerto sin antes utilizar todos los recursos que tenia a su mano.
Ragnar abrio sus brazos como dando la bienvenida al poder que estaba dispuesto a desatar, ccerro sus ojos con tranquilidad llamando al Caos..el era el Caos y el Caos era el...lo reclamaba...
Poco a poco su cuerpo comenzo a desatar un vortice de energia demoniaca mientras su piel se teñia de oscuridad...sus musculatura ya de por si formidable se incremento mientras dos correosas alas negras surgian de su espalda
Ragnar tomaba su forma verdadera como creacion que era del Caos....desatando su poder sus ojos eran ahora dos pozos rojos sin fondo que brillaban como si las forjas del infierno de Kathiros se trataran...
Clavo su mirada en itkos...
- Parece que depues de todo...volvere hacer lo que quiero...y ahora mismo es destruirte....lo siento por mi hermana-
- ¿A mi? Me honras y me halagas...pero estás equivocado. Simplemente quieres destruir, te da igual el que...y...puestos a elegir, estoy seguro de que elegirías a tu hermana.
¿No prefieres que aunemos fuerzas contra ella?
Demasiado tarde para negociar...
- Destruyamos a tu hermana y luego te concederé un duelo justo en igualdad de condiciones.
¿Caes en la trampa?
Iktos descendió unos metros, para que Ragnarok pudiese contemplar su rojizo cuerpo, no igualó el poder del hijo del caos, no liberaría su forma.
¿Realmente piensa que le soy más útil muerto que vivo? Tsk...poco inteligente...
con la diestra aferraba su vara, alargada que ahora resplandecía con un fulgor rojizo como alimentada por el poder desprendido por Ragnar, había sentido su esencia, vaporizada flotando en el aire sulfuroso.
- ¿Qué me dices?
Iktos era un diplomático, no trataba de encontrar un trato o un pacto porque quisiese evitar morir a manos de u enemigo superior, si pensaba eso realmente no conocía la malvada inteligencia del consejero de Heshar, el sabía que si colaboraban Ragnar le traicionaría, pero le ofrecía algo que ls dos querían, la muerte de su hermana, le ofrecía ayuda para que la matase con sus propias manos y luego...¡ah! ¡ya se verá! Todo en Iktos era oscuro y lleno de embauques por eso atacarle sin pensarlo podía ser lo único que Ragnar hiciera...
Ragnar observo en silencio su mano derecha que era una poderosa garra negra hecha por pura materia del Caos al igual que todo su cuerpo, absorto en esa contemplacion empezo a reunir poder demoniaco en ella, en silencio
- Se acabo -
Ragnar señalo hacia su derecha con su mano abierta....
El demonio entrecerro los ojos liberando la energia demoniaca que habia acomulado en silencio...en uno de sus hechizos preferidos el Matadragones. Girando sobre si mismo libero la poderosa energia demoniaca a inundando todo en llamas destrucion y humo que le serveria como cortina.
Sin mas parpadeo en el astral en medio de las llamas pero esta vez en vez de atacar a la espalda de Itkos aparecio a su frente lanzandole un poderoso gancho con su puño cerrado que iba directo a su estomago.
Las manos de iktos detuvieron el ataque en el aire, pero no pudo impedir que el impacto lo desplazase junto a Ragnarok unos metros hacia arriba. Sus manos, entrelazadas había hecho suficiente fuerza como para no sufrir daño considerable por parte del ataque del demonio, y a pesar de eso mostraron magulladuras con quemaduras negras que dieron paso a una regeneración bastante rápida y eficaz por su parte.
La vara descendía ahora en caida libre, pues había tenido que prescindir de ella para cubrirse de un golpe que podría haber sido letar. Se encontraban muy cerca, a escasos centímetros, e Iktos pensaba que aquella forma de combate era ineficaz para Ragnarok, era una forma de combate que no dominaba al completo, aunque...eso no significaba que si bajaba la guardia no tuviese más opción que perecer...
- Aquí no se acaba nada. Aunque me mates no acabará absolutamente nada. -
Vamos..piensa un poco, inepto.
Iktos abrió la boca, parecía que iba a hablar, pero de su garganta brotó un aliento de fuego que estuvoa punto de cubrirlos a los dos, ¿o no fue así...?
Ragnar ahora luchaba por instinto dejando que las energias del caos fluyeran libres por sus negras venas, cuando su mente pudo vislumbrar el ataque de Itkos conjuro con una palabra de poder un escudo magico que de no absorver totalmente el ataque lo liberaria de parte de el ( Otro de los hechizos q le distes al memoño) Mientras a su vez giraba en el aire para lanzar una poderosa patada contra el cuello de su enemigo.
En el aire y de cabeza al suelo el demonio acompaño ese movimiento juntando ambas manos que se rodearon de pura energia de caos, estaba conjurando otro hechizo por si su golpe era bloqueado...
Como muestra de su brutralidad en combate no espero a ver los resultados de su primer golpe si no que libero la energia con sus manos lanzando una bola de fuego que ahora mas bien era caos a boca jarro contra el cuerpo de Itkos.
Estare hasta el miercoles en madrid sin internet :_
Iktos no se sorprendió mas sus ojos, bien abiertos mostraron unas pupilas rasgadas más afiladas de lo normal, lo observaba, aún en su calma, comparado con Ragnarok se trataban de dos polos completamente opuestos, Iktos estudiaba sus movimientos, y no negaría que no esperaba tan pronto una defensa por su parte.
Después de todo...eres tanto o más débil que yo.
Hablar de debilidad ante aquellos demonios sólo era posible en comparación a sus señores, iktos interpuso la diestra en la dirección de la patada, ésta se encajó con un ruido sordo a la altura de su muñeca mientras permanecía inmovil, el segundo ataque golpeó de lleno en el demonio rojo consumiendo su alrededor en una terrible explosión de fuego que precipitaría al demonio del caos hacia el suelo con inusitada violencia.
Antes de que el fuego y el humo negruzco desaparecieran para poder distinguir la silueta de Iktos o lo que quedaba de ella
Ragnar presintió un nuevo peligro, decenas de demonios esclavos, los mismos que trabajaban en las pozas de la brecha magmática avanzaban reptando, impulsados por sus cuatro extremidades hacia su montura, Rencor, que yacía desde hacía minutos gravemente herida en el suelo de aquel infierno.
La propia onde expansiva de la explosion la precipitaba con violencia contra el suelo. El demonio observaba con rencor como era alejado de la silueta envuelta en humo a la que queria destrozar y eso le provocaba una ira que era dificil de describir, era como si mil espadas agujerearan su pecho una tras una.
Actuando mas por instinto que por inteligencia o sagacidad, Ragnar creo una copia a su semejanza a su lado y esta caia con la misma violencia que el.
Por extraño que pudiera parecerle a un observador el demonio no se mostraba preocupado simplemente sonreia de manera afilada mostrado unos largos colmillos de manera amenazadora.
Ragnar se limito a cerrar sus ojos dejando escapar un leve suspiro, tratando de tranquilizarse ante su proximo movimiento. con un golpe seco de su mano derecha atraveso el pecho de su doble mal hiriendolo, mientras que su mano libre aferraba por la muñeca a este, con fuerza. Con un gesto brusco y girando sobre si mismo lanzo con violencia a su doble contra el suelo, pero a la vez usando la fuerza cinetica de ese movimiento para catapultarse de nuevo contra Iktos.
El doble de Ragnar se extrello con violencia contra el suelo entre la muchedumbre de criaturas que salia de las forjas del sabio demonio, rebotando varias veces contra el suelo como una muñeca rota, hasta quedar tendido en una postura que sugeria que un par de huesos o tal vez varios no debian de estar en su lugar.
Mientras Ragnar trazaba varios gestos con sus manos a medida que se acercaba a Iktos manipulando los vientos de la magia a su voluntad para desencadenar su proximo hechizo.
En el suelo, como respondiendo a la llamada arcana hecha a las energias del Caos, la espada de Ragnar aquella que este habia creado con almas de cientos de seres vibraba con un sonido agudo...
Los ojos de Ragnar encendidos en rojo carmesí reflejando la sangre consumida por su espada mientras a su espalda la vorágine de fuego y caos lo consume todo, es ahora cuando Ragnar muestra su faceta más temeraria, Iktos quiso copiar su técnica, incluso mejorarla, pero hay algo que Iktos no se arriesgaría a copiar, hay algo a lo que ningún demonio renunciaría a la ligera...a su propia integridad. Ragnarok, hijo del Caos no temía a la destrucción, ni al dolor, de tal forma que se lo autoinflingía en combate para hacerse más poderoso que sus adversarios...si un oponente desea la victoria...ha de anhelarla tanto como él...no es cuestión de poder, es cuestión de conocer los límites...y Ragnar, no parecía conocerlo.
Nadie hubiese puesto la mitad de su poder en una copia para hacerla estallar por los aires, nadie salvo él, y aunque lo que quedaba de su cuerpo, maltrecho, era sólo una sombra del poder que podía liberar sin haber sufrido tantisimo daño, pero no, no era cuestión de poder, era cuestión de voluntad y obstinación. Había traicionado, había vendido a los suyos, había derrotado a cada uno de sus amos, había tocado fondo...y cuando tocas fondo, cualquier cosa es mejor, no temes a perderlo todo...porque no tienes nada que perder.
Consumidos los cuerpos de los demonio soldados, descerebrados lacayos se desintegraban en el fuego, haciendose cenizas y partículas de azufre, todo el esfuerzo para nada, y aunque alguno de aquellos ilusos sobrevivió presentando grandes quemaduras y deformaciones, no era suficiente, no cuando Rencor cuidaba las espaldas de su amo, el portentoso dragón negro masticaba la carne de los malditos sin mostrar piedad, atravesaba sus patéticos y delgados cuerpos con sus garras afiladas de azabache.
El rostro de Ragnar mezclaba en su sonrisa la sangre de Iktos y la propia...lo tenía a escasos centímetros, exactamente donde lo quería para realizar cualquier conjuro, Iktos con piernas y brazos cayendo por su propio peso estaba extendido y empalado por la boca del estómago, ensartado en la espada del hijo del Caos, también sonreía pero...no con tanta práctica como su oponente, en su rostro se observaba dolor, mucho dolor...
- No...conseguirás...nada...con mi muerte... - Musitó de nuevo, mientras un hilo de sangre manaba de entre sus labios y recorría su poderoso mentón...
El dolor...que sensacion tan familiar y a la vez tan desagradable...pero...pero mientras exista el dolor significa que estoy vivo....
La vista nublada del demonio, a cusa del esfuerzo y dolor y de la impura mezcla de sangre de ambos demonio, le impedia ver con exactitud pero no estaba ciego...aun no, podia observar como la silueta de Iktos se acercaba y ahora si era vulnerable.. Ragnar sonrio mostrando unos afilados colmillos blancos...tambien estaban manchados de sangre...pero esa sangre era suya, quizas de una hemorragia interna.
Ragnar estendio su brazo derecho hacia el suelo...apretando su puño con fuerza, alrededor de el, como si la oscuridad o el humo tomara vida propia...poco a poco se formo una Guadaña expectral..era un hechizo recien aprendido, legado de su padre...Ragnar le gustaba pensar en el como el Requiem de los Demonios.
Su mano izquierda embuida en poder, brillaba con fuerza, por unos instantes la parte cuerda el demonio se alarmo, era consciente de que tenia el impulso suficiente para impactar con Itkos, la caida al vacio seria dura pero no fatal...la parte demente del demonio sonrio con sorna , reflejandose en una seca carcajada que salio de la destrozada garganta del hijo del Caos. Queria sangre y era indeferente la suya o la de Itkos, queria destruir y le era indiferente que sonido de huesos rotos oir...ambos serian musica para sus castigados sentidos.
Ragnar señalo tambien con esa mano la destrozada superficie de lo que antaño era el dominio de Itkos y ahora era un Pamdemonium de fuego y destrucion.
Una runa negra impregnada de energia emergio de su mano desencadenando el hechizo "Matadragones" y todo ello para impulsarse con mas fuerza contra Itkos...que locura.
Todo rugio cuando la energia mano de su mano...estrellandose con violencia contra el suelo...envolviendolo todo en energia pura del caos...habia desatado de nuevo su pequeña aportacion del Apocalipsis, su brazo incapaz de resistir el impulso de aquella energia se astillo en varias partes con un sonido seco, musica para sus oidos.
Los ojos rasgados de Ragnar se abrieron con violencia presa de la sorpresa y subidon de adrenalina, pronto su silueta se convirtio en un borron a los ojos de Itkos...Que no lo veria, pero si todo salia bien pronto lo sentiria.
Ragnar lanzo un fuerte rodillazo contra el pectoral de Iktos que de impactar seria terrible, pero no frenaria su ascenso , mientras la guadaña con un sonido silbante al corta el aire se dirigia al cuello de aquel principe demonio que lo habia desafiado.
En estos momentos no existia en su mente ninguna mision dada por su hermana...solo el deseo irrefrenable de destruir y devorar a aquel que lo habia desafiado y humillado.