Partida Rol por web

Tras unos dias de calma donde el viaje ha sido lo mas normal del mundo, bueno, normal considerando que has matado a alguien, que tienes  a todos tus viejos amigos esperando para darte caza y llevar tu cabeza a la casa capitular, es normal que estes perfectamente bien y te mantengas asi. Una sonrisa recorre tu rostro cuando ves por fin tierra, las Tierras de la Tormenta, no es Desembarco del Rey pero podras empezar alli a hacerte un nombre. El barco atraca en tierra y ponen la pasarela, el capitan da las ordenes a los marineros, mientras en tierra, las putas se arremolinan sabiendo de su pronto dinero de mas alla del mar para llenar sus escotes y olvidar el frio de estos dias.

Mercaderes esperan su pronta llegada de mercancias, nobles esperando un barco y...encapuchado en un callejon observando todo, parece que no le importa que le vea nadie, a la vista mientras la gente pasa a su lado, o es listo o es redomadamente tonto.

Mire a mi alrededor evaluando a la gente, fijándome en lo que me traía mi nueva vida. Mas de uno de estos les encantaría contratar mis servicios, y sin duda tendría que trabajar pronto pues no tenia demasiado dinero. Examine las caras de la gente, sus ánimos. Luego me fije en lo que había por el puerto. Una puta se me acerco y se me insinuó de mala manera, por lo cual recibió una media sonrisa y una palmada en el trasero, con la excusa de que tenia prisa.

Me dirigí al centro, para adentrarme en las calles. Me di cuenta de que había alguien como yo, que vigilaba y buscaba a alguien. Era curioso así que me aparte ligeramente, acercándome a un puesto ambulante me fije en lo que hacia.

Sigue un rato alli, observando los barcos, como si esperara a alguien y se marcha despues de tirar una piedra contra un charco con aire frustrado. Antes de caminar mira de nuevo y se va por la calle entre la gente, no parece importarla que nadie le siga.

Tras un rato en que se para en algunos puestos comprando comida, bebida y algo de ropa o telas no sabes bien, sigue adentrandose y va a la parte mas pobre de la ciudad a una casa donde entra. La puerta esta desvencijada y algo carcomida, no hay contraventanas y no sale humo de su interior. Pobre posiblemente, asesinos o ladrones, no lo sabes bien.

Oyes un ruido de metal y un chillido agudo antes de que salga una enorme rata de dentro con una herida en su lomo, se cierra la puerta con un golpe que la descuadra mas, silencio, silencio y el ruido de una mosca cercana.

Con una sonrisa miro a la casa, lo mas seguro que podría encontrar trabajo ahí, por que los ladrones y asesinos de poca monta eran buenos contactos para sus superiores y tenia que darme a conocer.

Me acerque sin hacer ruido a la puerta y comprobé mis armas, quien sabe como reaccionarían ante esta intromisión los anfitriones. Al verlo todo en orden di un ultimo repaso a la calle con una mirada y llame a la puerta. Aparte mis manos de las armas y puse una media sonrisa para aprecer inofensivo. No ganaría nada si me atacaban directamente.

Ya voy replico mientras abro la puerta y me apoyo en el quicio mirando al hombre que hay en la puerta con una media sonrisa No se que buscas, pero no tengo nada de lo que estas buscando. La mano sobre la cadera mientras le recorro con la mirada.

Es guapo y tiene un aire no se bien a que Pero claro todo por un precio tiene respuesta, como una habitacion, las mejores de la ciudad, libres de ratas y de parasitos, por una miseria mi señor. Una hombrera de mi vestido se desliza con suavidad pro el hombro no mostrando mucho.

Siempre en mi casa hay buena comida, y cama caliente.

Mire con una sonrisa a la moza, había pasado casi un mes en travesía hasta llegar hasta aquí y digamos que estaba falto de cariño. Además no estaba nada mal de cuerpo y parecía sana. Saque una moneda y juguetee con ella con los dedos. Para dejar entrever que falto de dinero ahora mismo no estaba y que sus servicios, tanto la cama como calentarla serian los servicios…

Bueno tal vez podamos llegar a un acuerdo – le pase la mano libre por el hombro donde dejaba caer la prenda – acabo de venir de Braavos y la travesía ha tomado su tiempo, estaba tan solo…

Sabia como solía afectar mi sonrisa y mi complexión física a las mujeres así que no desaproveche la situación, no era seguro que fuera fulana, pero todas tenían un precio. Además podría aprovecharme para obtener algo de información para encontrar algún encargo rápido, las rencillas y los marujeos corrían fácil de posada en posada.

MIro la moneda y su jugueteo mientras no dejo de sonreir y su mano sobre mi hombro. Odio que me toquen, el que sea, sobre todo un hombre que se cree con derechos por tener unas pocas monedas, mi cuerpo es mio y no lo entrego ni por todo el oro que hubiera en Roca Carstely.

Pongo mi mano sobre la suya y no pierdo la sonrisa Una larga travesia, por lo que he oido. Habeis tenido suerte de no toparos con los piratas, pasad y os invito a una copa de vino mientras os calentais junto al fuego quito su mano y me subo la hombrera, maldito vestido, por eso no me gusta llevarlos, cierro la puerta en cuanto pasa y miro orgullosa el interior, limpio, cuidado y sin una mota de polvo.

Sentaos junto a la chimenea, os pondre vino caliente y os preparare una habitacion. El pago se hace a la semana, incluyo las tres comidas, limpieza del cuarto, uso de las letrinas y del baño. Un groat o lo que es lo mismo cuatro peniques. Si quereis algun servicio mas se añadira al pago.

Entre en local, no parecía para nada la mejor posada como dijo la chica, pero tampoco me lo esperaba. Mire a mi alrededor para fijarme en las caras de la gente y por supuesto en sus manos. Nadie parecía fijarse demasiado en mi así que me relaje y espere al vino. La moza era bastante guapa y parecía tener carácter ellos resultaría un reto. Luego podría charlar con ella para averiguar algo sobre las cosas de la ciudad y obviamente a ver si con ello podía conseguir trabajo.

Cuando llego saque algunas monedas y se las di, el pago de dos semanas por adelantado para que no desconfié al menos de eso.

Sonrio tendiendole una copa y una jarra para que se la rellene, no hay muchos en la posada ahora, solo un par de parroquianos que han venido de su trabajo en el mercado, alguno que se levanto hace poco y nosotros dos.

Guardo las monedas Bien, un buen pago, si no deseais, nada mas os llevare luego a vuestro cuarto en cuanto lo tenga listo y ya sabeis, si hay algo que pueda hacer por vos solo debeis pedirlo

Hago una reverencia antes de alejarme hacia las desvencijadas escaleras y subir al piso superior, se a quien voy a echar para que ocupe la habitacion, prefiero alguien que pague a un viejo amigo que solo se emborracha.

Me sirvo el vino con una sonrisa, antes de probarlo vuelvo a echar una ojeada a la gente. Nunca me fiaba de nadie, siendo lo que era yo mismo. Era curioso como podía la gente tener confianzas, tus mejores amigos y compañeros te vendían antes que un desconocido casi. Ya sea dinero, poder, lujuria… Empecé a comer con calma, la comida no estaba mal después de llevar varias semanas en un barco. Una pena que la dueña no quisiera nada, de momento. Me habría ahorrado buscarme a alguna fulana decente.

Termine de comer y me quede apurando el vino esperando a Elia, para que me dijera donde me alojo para dejar las cosas y echarme un rato. Luego vería lo que haría.

Tras un rato bajo sacudiendo las manos y alisandome el vestido Si me acompañais caballero os llevare a vuestros aposentos. Sonrio desde el final de las escaleras y miro a dos de los parroquianos.

Vosotros en cuanto vuelva a bajar quiero vuestro dinero sobre la mesa o no volvais a aparecer por aqui. Esto no es un hospicio, ni yo soy una maldita Septa. Id al Septon Supremo a pedirle ayuda, no quiero vagos en mi casa

Bufo mientras se levantan y dejan unas monedas sobre la mesa. Soplo el mechon de pelo que cae sobre mi rostro y vuelvo a sonreir Seguidme. Es la mejor de las habitaciones de la posada, recien adecentada por partida doble para vos, una amplia cama, bañera si deseais y la intimidad que un caballero de vuestra condicion necesita para sus negocios.

Le sonreí y me pregunte que tenia yo de caballero. Pero lo mas curioso era que suponía ella que yo hacia? Me hizo bastante gracia y no pude evitar una carcajada. Apure la copa de vino y la seguí escaleras arriba. No me esperaba gran cosa de la habitación.

Le pediría que me llamase Alex, señorita Elia. No soy ningún caballero ni mucho menos, mas ben un simple viajero a la deriva en busca de algo. Y si me pregunta de que, pues no sabría contestarle ni yo. Supongo que como todos los hombres, que vulgares que somos, la riqueza, el poder… las mujeres. Es algo en lo que poco me distingo a los hombres de este continente, supongo – decía inventándome un cuento para no atraer sospechas de ningún tipo. Tenia que averiguar las noticias de la ciudad y los cotilleos, pero lo mejor para so seria bajar mas tarde cuando haya mas gente bebiendo.

Solo Elia, no soy noble, mas bien una bastarda. Elia Tormenta, como se nos conoce a todos los bastardos en estas tierras. replico con una medio sonrisa mientras subo las escaleras y atravieso el pasillo hasta donde esta la habitacion y abro la puerta para mostrarla.

Digna de un rey es la frase, es la mejor habitacion de la posada, con una cama de maderas nobles recuerdo de otras epocas en que nos fue mejor las cosas, dosel, muebles de ricos adornos.

ESpero que sea de vuestro agrado. En cualquier otra posada os pedirian el doble por una habitacion asi, pero ya os he dicho que esta posada es la mejor de la ciudad, no solo por sus precios.

Mujeres, ya sabia yo que algo de eso iba a salir a la luz, todos los hombres pensaban en lo mismo. Seguro que encontrais a la mujer adecuada señor, la mas indicada.

Desde luego, mi padre intentaba casarme ya con 13 años. Pero no me sentía a gusto con la esposa que me encontró y se lo dije. Parece que es de los pocos que quedan de su tipo, me comprendió y me dejo buscar a la chica que me guste por mi mismo. Y aun la sigo buscando… - Trataba de parecer inocente o idiota según como se mire. No se que opción logre, pero me daba igual. Mientras no sospechara, lo que realmente soy.

Mire la habitación y la verdad es que en relación calidad precio no estaba nada mal. Deje mis cosas al entrar, que tampoco eran muchas. Mi capa ocultaba mis armas. Me acerque a la ventana y deje correr el fresco.

Supongo si quiero algo, le avisare. De momento me tomare un descanso para luego estar en forma, la primera noche en una ciudad nueva siempre suele traer sorpresas. – Le dije mientras se iba. Yo simplemente me acosté, lo que acababa de decir era verdad. Necesitaba descansar, quien sabia lo que podía ocurrir esta noche. Y con esos pensamientos me dormi.

Arqueo una ceja. O es tonto o muy listo, no me importa su historia, no sere de ningun hombre, no sere mi madre que se entrego al hombre que creia amar para que luego la abandonara a su suerte conmigo en su vientre

Bastion es un buen lugar para empezar a vivir, seguro que encontrais a la mujer con la que pasar el resto de vuestra vida si es lo que deseais. Para cualquier duda solo tocad la cuerda que hay tras la columna derecha, subire en el acto a ver que os ocurre, por las noches no espereis que lo haga todos dormimos.

Cierro la puerta tras de mi mientras se duerme y niego para mi ¿se creera que me engaña?

Antes de dormirme estaba acostado en la cama, me fije en la cuerda que dijo Elia. No se si se trago la historia pero en un par de días me creerá, siempre se me dio bien engañar a la gente, parece que era mi don natural. Pero de momento tenia otras prioridades, encontrar algún trabajo rápido me iría bien. Siempre me necesitaban en ciudades grandes. Además quería ir al Desembarco del Rey. Pero bueno veremos a ver lo que se cuece por aquí primero.

El Bastión era de dominio del hermano menor del rey, no me acuerdo como se llamaba. Según dicen de el, aun es un crio aunque tiene 20 años o por ahí. No me será fácil acercarme a el, así que primero tendré que hacer encargos para gente que le conozca y luego pueda recomendarme. Hoy tratare reunir algo de información…

Sueño profundo mientras fuera se oye el traqueteo de carros y de algunos mercaderes vendiendo sus productos. Se esta fresco en la habitacion y todo es tranquilo.

Te relajas y tras un rato descansando consigues dormir por fin. Pero por primera vez sueñas, sueñas con tu madre, con aquella noche, sueñas con la mujer que has amado y como murio, sueñas con fuego, con llamas que purifican todo.

Con una mujer de negra melena que esta en medio, con ojos torvos, con la mirada encendida y con poco que ocultar.

Alexander tomala, hazla tuya, es tu derecho susurra mientras se clava su mirada en la tuya mientras el mundo parece detenerse, mientras notas como te acarician y como te besan quitandote la ropa.

Se quien eres asesino de mil rostros y me perteneces desde que naciste replica poniendo su mano sobre tu pecho, quema, duele...Te despiertas sudando y con dolor donde puso su mano.

No entendí que había pasado, sentía aun el tacto de la mano. La mujer me resultaba familiar pero no sabia quien era. Olisque el aire pero no olía ni a perfume ni nada. Nadie había estado aquí. Mire por se acaso a mi alrededor, pero todo estaba tal como lo deje al acostarme.

Me levante y me lave la cara con el agua del jarro. Me seque con la toalla y me vestí con una túnica limpia y unos pantalones de cuero. Guarde la daga y el kukri bajo la túnica para que no se viera. Y me acerque a la ventana para mirar la ciudad nocturna. Luego decidí bajar y cenar algo. Aun sentía ese contacto, no entendía como una pesadilla pudiera ser tan real.

Al quitarte la camisa, ves una marca en tu pecho, como si hubieran marcado a fuego algo alli, como si hubieran marcado algo con...parece una mano, femenina o tal vez es para tu imaginacion.
La rozas y duele, reprimes un gemido de dolor, quema y duele.

Bajas al piso de abajo, no hay mucha gente, los mismos de la mañana, Elia discutiendo con un anciano sobre algo de una cesta que hay sobre el mostrador, un regateo en toda regla.

Solo os dare cinco y me parece abusivo, los pollos estan famelicos, no merece la pena ni mirarlos. NO podre sacar ni carne de sus huesudas pechugas
SE gira y te mira a los ojos, aunque ves como tiembla su cuerpo, como si algo hubiera cambiado en esas horas, como si deseara algo.
Mi señor si deseais tengo preparada la cena. Tendreis hambre