Partida Rol por web

Desembarco del rey, la capital de los siete reinos o mas bien deberia llamarse la pocilga del rey aunque a espaldas y oidos de ambos consorte reales la llaman el Lecho del Rey, pues todas las putas de la ciudad y posiblemente la mayoria de las tenderas y plebeyas han compartido su lecho. Corretean los bastardos por las calles, seguro que cualquier chiquillo dira que es hijo del rey y su madre lo corroborara aunqeu tenga el pelo rubio o tenga 20 años dira que lo concibio hace tres.

Pero hoy no es importante eso, es por el movimiento que hay en palacio, en las calles, el rey parte de viaje al norte, tras la larga enfermedad de su Mano, su muerte y la partida de la mujer de este, se marcha al norte a Invernalia, no se sabe para que pero los pajaritos cuchichean que es para pedir a su amigo que sea su Mano, que como dicen limpie su mierda.

Demasiada mierda tiene el rey para que la Mano se la limpie, demasiada mierda para permanecer oculta. Voces de desacuerdo acalladas por dinero y el filo de una daga, hay algunos que preferian al rey demente al borracho que tienen ahora.

Desembarco del rey, la capital de los siete reinos o mas bien deberia llamarse la pocilga del rey aunque a espaldas y oidos de ambos consorte reales la llaman el Lecho del Rey, pues todas las putas de la ciudad y posiblemente la mayoria de las tenderas y plebeyas han compartido su lecho. Corretean los bastardos por las calles, seguro que cualquier chiquillo dira que es hijo del rey y su madre lo corroborara aunqeu tenga el pelo rubio o tenga 20 años dira que lo concibio hace tres.

Pero hoy no es importante eso, es por el movimiento que hay en palacio, en las calles, el rey parte de viaje al norte, tras la larga enfermedad de su Mano, su muerte y la partida de la mujer de este, se marcha al norte a Invernalia, no se sabe para que pero los pajaritos cuchichean que es para pedir a su amigo que sea su Mano, que como dicen limpie su mierda.

Demasiada mierda tiene el rey para que la Mano se la limpie, demasiada mierda para permanecer oculta. Voces de desacuerdo acalladas por dinero y el filo de una daga, hay algunos que preferian al rey demente al borracho que tienen ahora.

En palacio se mueven, la reina esta hastiada por que no quiere ir, el Gnomo desaparecio hace unos dias y Ser Jaime, ahora mismo anda reunido con sus hermanos de la guardia real, mientras los principes estan ocupados, al menos la pequeña anda sentanda cosiendo a tu lado.

La joven Lady Elia, se encontraba en una pequeña habitación, junto a Mircella. Los nervios de inminente viaje se podían palpar en el ambiente, así que se llevó a la princesa, para que hiciera costura, y de esta manera estuviera entretenida. También tenía que aclararse ella. Le habían indicado que iría también, que vigilaría a los pequeños. Pero, nunca había viajado tan lejos, y tenía entendido que en el Norte hacía mucho frío. Dejó un momento la costura a un lado, y dirigió la mirada hacia la ventana. Desde allí podía ver el patio, los sirvientes iban y venían atareados, mientras los soldados hacían sus prácticas y los miraban molestos.

Un suspiro se escapó de sus labios. Preocupada miró hacia la princesa, pero ésta, estaba tan concentrada que parecía ajena a todo su alrededor.

Volvió a mirar el patio, desde donde se encontraban no podía divisar bien la torre donde se hallaban los capas blancas. Se levantó de su asiento y se acercó a la ventana, pero estaba en mala posición y no conseguía ver nada. Se giró y esta vez sí, la princesa la miraba con una de sus cejas levantada.

¿A ver que tal te está quedando? Preguntó interesándose por la labor de la pequeña princesa y acercándose a su lado nuevamente.

la princesa sonrie y te enseña su labor, es un pañuelo. En el borde esta bordando sus iniciales con bastante pulcritud  y perfeccion, dicen que tiene unas manos prodigiosas.

Realmente lo esta haciendo bien, te giras a la ventana al oir como alguien esta hablando o gritando en el patio. Es Ser Jaime que esta dando ordenes a algunos de sus hermanos y a los mozos de cuadra. Le queda tan bien la capa, si solo, si solo te mirara, si solo dejara la capa y asumiera su lugar para con su familia. Si no fuera el gnomo el que heredara si el no rectificara, podrias, si podrias ser su esposa.
Creo qeu tio Jaime esta enfadado dice la pequeña mientras se acerca para mirar ella tambien aunque la queda algo bajo

¡Qué bonito! Dijo Elia con verdadera admiración ante el pañuelo que la princesa le mostraba. Ella sabía coser, como decía su madre cuando era pequeña, la espada de una dama era su aguja. Pero al ver como se manejaba Mircella, entonces entendía más a lo que se refería su madre.

Los gritos provenientes del patio le hicieron volver a la realidad. Se levantó dirigiéndose nuevamente a la ventana, y sí, allí estaba sir Jaime. Su corazón latía fuertemente mientras sus pupilas seguían sus movimientos. Sin darse cuenta casi había dejado de respirar, en ese momento sólo existía él. Era tan perfecto, tan varonil y a la vez tan encantador. De repente sintió la presencia de la princesa, que se había levantado y estaba mirando junto a ella el patio.

Cita:

Su voz consiguió despegarla de la ventana. La miró al principio como si no la reconociera. Grabada en su retina todavía se encontraba la imagen de él, con su nívea capa, en medio del patio... Pestañeó un par de veces, reprendiéndose su actitud delante de la pequeña. Era su tío y debía ir con mucho cuidado.

¿Enfadado? Puede, pero ahora mismo no debemos preocuparnos por ello. Venga, continuemos con la labor. Aunque princesa, ya sabeis que si os cansais podeis dejarla. Dijo con voz suave y volviendo nuevamente a la silla donde llevaba media tarde sentada, no sin antes echar una nueva mirada fugaz hacia la ventana.

Tras un rato abro la puerta, con mi dulce sobrina esta su niñera, una noble de no se exactamente donde que parece amorosa con ella.

Carraspeo para atraer su atencion. Pense que tambien estaban los principes aqui, pero veo que estaran posiblemente con el maestre o el sept.
Me marcho pues...Mircella, espero que ese sea el regalo que me has prometido para llevar en el proximo torneo su participo.
hago una leve inclinacion y antes de salir oigo de nuevo ruido en el patio.
Atravieso la sala hacia alli con grandes zancadas y miro mientras maldigo en voz baja...
Maldi...Por los Siete voy a tener que volver a bajar por que ya estan otra vez con ese maldito carruaje Cersei esta loca por ir en el.

Vuelvo a dirigirme a la puerta, esta noche mas de un criado dormira con las espaldas en carne viva.

La puerta se abrió, y allí, en el umbral se encontraba sir Jaime. El corazón de Elia empezó a latir fuertemente, nunca había sentido su presencia tan cerca y tuvo que hacer un esfuerzo muy grande para que no se notaran las emociones en su rostro. A las palabras dichas por él solo atinó a asentir con la cabeza. Por mucho que lo intentara, su voz parecía haber muerto, sucumbido en lo mas profundo de su garganta.

Parecía que se iba, pero algo en el patio llamó su atención, recorrió la pequeña habitación para poder asomarse. Al pasar por delante de Elia, le llegó el aroma a cuero y acero que desprendía. La joven dama siguió con la mirada los movimientos de Jaime, tan estudiados, tan elegantes... Se moría por poder ser abrazada por esos brazos fuertes...

Sonrojándose levemente, la joven deshechó cualquier pensamiento romántico de su mente. Tenía que evitar cualquier gesto que pudiera delatarla. Sabía que era un capa blanca, y estaba casado con su deber. Así que era un sueño tan imposible... Una vez salió del dormitorio, Elia sin decir palabra volvió a concentrarse en la costura que tenía delante, aunque le costaba poder ver por donde iban los puntos....

Una sonrisa en mi rostro al ver quien salia y entro dentro.

Elia, por favor, necesito que hagas algo. Baja al patio y comprueba que estan subiendo bien los baules que han bajado. Si uno solo de esos vestidos no continuo con la frase y me acerco a mi pequeña mirando su labor

Es precioso, seguro que sera un regalo precioso para tu tio Jaime me giro y miro a la niñera esperando No era una sugerencia

La puerta se abrió nuevamente, y Elia levantó los ojos ilusionada, imaginando que sir Jaime se habría dejado algo y volvía. Pero en seguida comprueba que estaba equivocada, en vez de su apuesto hermano se encontraba la reina. Tan parecidos y a la vez tan diferentes los dos hermanos siempre estaban muy unidos. La reina tenía una belleza abrumadora, y consciente de ello era una persona soberbia y manipuladora. Siempre conseguía abrumar a Elia, se sentía torpe e inútil a su lado.

Ante la orden de Cersei, Elia se levantó de su asiento colocando con cuidado la labor que estaba haciendo. Siempre había sido muy detallista en estas cosas y, con temor a que se le enredaran los hilos, fue un poco pausada.

Cita:

La reina, cortante, le recordó su impaciencia... Perdone señora, ahora mismo voy. Y finalmente dejando la labor de cualquier modo salió corriendo de la estancia para dirigirse a toda prisa al patio.

Sales cerrando la puerta y te parece ver una sonrisa en los labios de la reina que poco dista de dulce, pero claro no sabes extactamente que podria ser o es tu imaginacion.
Bajas las escaleras y sales al exterior, no hace mucho frio, pero tal vez...
Meñique viene con una sonrisa hacia el palacio, te ve y hace una reverencia

Os veo hoy muy atareada os hacia con nuestra joven princesa

A lo lejos se sigue escuchando a Ser Jaime dando ordenes autoritarias a los criados

Al salir de la habitación, Elia observó una sonrisa en el rostro de la reina. No le presagió buenas cosas, pero intentando no pensar mucho en ello, la joven bajó hacia el patio. El tiempo, aquí en Desembarco del Rey, era muy agradable. Elia sintió un pequeño escalofrío al imaginarse el frío que haría en el Norte. Ella había intentado proveerse de suficiente ropa de abrigo, pero temía que no fuera suficiente.

Su corazón latía fuertemente al imaginarse nuevamente junto a Jaime, pero a quién vió venir sonriente fue a lord Petyr. Se detuvo cortesmente y saludó con una suave inclinación de cabeza. Buenos días lord Petyr. La princesa se encuentra ahora mismo con la reina. La voz de Jaime continuaba llegando dulcemente hasta ella. Saludó nuevamente a modo de despedida a Meñique y continuó su camino hacia el carruaje.

sonrio mientras se aleja y la sigo con gesto ausente como si fuera a ver a alguien

Extraño la hacia aun molestando a su majestad Robert para que la diera algun nuevo capricho como el carruaje que vamos a llevar. Mucho me temo que solo nos retrasara miro a Ser Jaime un segundo...

Pero claro seguro qu al que pregunte le parecera un buen motivo para gastar dinero de las arcas reales. Todo sea por la diversion y la...

por cierto ¿he oido que hay alguien que os esta cortejando? decidme que es un noble caballero para que pueda apartarme de su camino y no comience yo a cortejaros.

Las palabras de Meñique hicieron detenerse a Elia. La joven se giró mirando sorprendida al hombre que tenía al lado. Las palabras sobre el carruaje y la reina las había estado ignorando. Aunque pudiera tener razón ella se cuidaría mucho de meterse en los asuntos de su majestad. Pero de allí a decir lo de los pretendientes, el rumbo había cambiado mucho.

Disculpad, no sé a qué os referís, ahora si me lo permitís debo hacerle un encargo a la reina. La respuesta de la joven resultó ser un poco cortante, pero en su rostro se podía apreciar un leve rubor que teñía sus tersas mejillas.

Sonrio para mi Vamos mi noble doncella, sabeis qeu os digo, sabeis de qu os hablo. Toda doncella siempre tiene a alguien que l corteje y mas siendo tan bella como vos. Solo debeis pensar quien os mira tan bien..

Algun caballero, alguno de los jovenes Lannister que hay en palacio tal vez...hmm me quedo pensativo un solo segundo

Tal vez el primo de nuestra reina y de Ser Jaime, el joven Tyrek...seria un buen partido y mas considerando que puede ser el heredero de Roca.

¿El joven Tyrek? Disculpad, pero no sé de qué me estais hablando. Si algún joven me cortejara ya lo sabría. O supongo. Terminó pensando Elia mientras un color rojizo teñía sus pálidas mejillas.

Elia todavía recordaba cuando soñaba con algún príncipe azul que viniera a buscarla en su gallardo corcel. Desde pequeña había soñado con caballeros galantes y princesas en apuros. Pero ahora, con la edad había aprendido que las cosas no eran tan bonitas como cuando las soñaba. Se sentía tontamente enamorada, y sabía que era algo imposible. Pero el reino estaba tan lleno de intrigas que un sueño siempre era bonito de recordar.

Además, también era consciente de que los Lannister aspirarian a alguien de más alta cuna para Lord Tyrek, así que una dulce sonrisa se dibujó en su rostro mientras se despedía cortesmente de Lord Petyr.

Os agradezco vuestro interés, pero debería volver a mis quehaceres. Si me disculpais. Y con una ligera inclinación de cabeza volvió a emprender el camino hacia el carruaje.

no me digais que no le conoceis. De aspecto extranjero, pelo negro como sus ropas, con ese ave en su brazo. Primo de Jaime y de nuestra amada reina.

Todo un partido para cualquier mujer replico con una sonrisa Una pena que no lo conozcais desde luego, seguro que seria muy feliz con vuestras atenciones y el dandoos las suyas.

me marcho alejandome de alli con lentitud saludando al os que me encuentro, una pena si señor...

Las últimas palabras de Petyr llegaron hasta los oídos de Elia. La joven se detuvo un momento, pero pensándolo mejor decidió no hacer comentario alguno y continuar caminando.

Finalmente llegó junto al carro. Buscó con la mirada al criado que se encargaba de las pertenencias de la reina y decidida se encaminó a su lado.

Vengo a informarme como van los preparativos. Le dijo quizás con un poco de brusquedad, todavía resonaban en sus oídos las palabras de Meñique, y no había conseguido quitarse de la cabeza lo que habría querido decir.

El criado te mira y hace una reverencia.
Hacemos lo que podemos , pero su majestad se empeño en llevar demasiado equipaje tanto para ella como para  los principes y tenemso que hacer milagros.
El carruaje estara listo en su momento de partida, pero desde luego no si Ser Jaime sigue gritando de esa manera, menos mal que se ha ido ya.

Mi señora decidla a la reina que todo va bien y que estara listo cuadno ella y su majestad Robert decidan la partida.  Si vais a ir con ellos deberiasi pensar en traer vuestra ropa tambien para haceros un hueco.

Vuelve a hacer una reverencia antes de volver a dar unas ordenes.

 Ante la mención de Jaime por parte del criado, lo buscó con la mirada, comprobando como bien había dicho el hombre que ya no se hallaba presente. Sus labios se torcieron en una pequeña mueca de disgusto, aunque en el fondo de su corazón sabía que era mejor no encontrárselo, ya que siempre se comportaba como una tonta ante su presencia.

Asintió con un suave movimiento de la cabeza. De acuerdo, traeré mis cosas e informaré a la reina de que estareis a punto para la partida, murmuró y dando media vuelta volvió a dirigirse hacia el interior de palacio.