Partida Rol por web

Horacio no parecía contento con la contestación evasiva de Ehrich, pero no podía hacer mas. Un buen mago nunca revela sus secretos. Rápidamente el dinero empezó a cambiar de manos, concretamente de la cartera de Horacio a la de Tyrus y a la de Sebastián. Aunque el anfitrión no perdió su estúpida sonrisa.

Finalmente se giro hacia Sebastián. Bien. Ahora la pregunta no es: ¿Dónde está Neally? Ahora la pregunta es: ¿Por qué debería de ayudarte después de que hayas apostado contra mí?

Sebastian sonrió cuando Horacio comenzó a tratar el tema en cuestión, como si fuera un ministro dando una conferencia empezó a gesticular y moverse con su gracia habitual.

-no e apostado contra usted, e apostado a que era capaz de hacerlo, usted fue el que se equivocó en su apuesta, pero entiendo su postura, me cae usted bien...como gesto de buena voluntad y para comenzar una fructifera amistad entre ambos, tome-dijo entregandole su dinero-¿y bien? podría decirme quienes son ustedes, a que se dedican y sobre todo ¿donde esta Neally?-el psicologo se acomodo en un sitio listo para escuchar el monologo de su anfitrión.

Ehh, eh. Que aquí el forastero eres tú, Dice Tyrus, mostrándose algo ofendido. Lo que deberíamos de hacerte preguntas somos nosotros, no tu. La primera ¿de donde vienes? Y la segunda ¿Qué a que vienes? Y espero que la respuesta de la segunda no sea “causar problemas”. 

Venga Tyrus, relájate, ya has ganado la apuesta, vete con tus amigos a celebrarlo. Dijo Horacio con tono conciliador, a lo que Tyrus respondió girándose y empezando a contar el dinero.

Eres un chico inteligente, pero la inteligencia no-lo-es-todo. Pronuncio rítmicamente las últimas palabras de la frase mientras recuperaba el dinero y comenzaba a contarlo. Cada vez que pasaba uno de los billetes su sonrisa aumentaba. Bien Sebastián, vienes buscado a Neally, eso solo supone una cosa quieres hablar con Lodin ¿verdad? Pues vayamos a un sitio más tranquilo y con teléfono. 

Horacio se despidió de Tyrus y su banda de moteros, y de Ehrich, que esperaba en una esquina buscando el momento más oportuno para marcharse. Luego te condujo al pasillo y desde este a una de las puertas que daba a una oficina pobremente amueblada con los básico: escritorio, sillas, barios archivadores y un teléfono antiguo de rueda. Por cierto, ¿de dónde vienes?

Sebastian miró seriamente al motero molesto por contestar a sus preguntas con las mismas preguntas, pero sin embargo cuando contestó con una sonrisa y con el mejor humor que tenía.

-Vengo desde Gary, y vengo a hacer amigos divertidos...y si me lo preguntas, creo que ya e encontrado un par para divertirme la próxima vez que venga-le tendió la mano al motero y trató de darle un fuerte apretón con la firme convicción de que o bien al canoso le caia en gracia o le destrozara los huesos de la mano.

cuando se hubo ido volvió hacia Horació mientras le seguía en silencio

-ese....es uno de mis objetivos, si-de nuevo sonrió-el otro es saber si la amiga de Mordius "Marianne" esta bien, hace tiempo que ni Alexander ni Mordius tienen noticias de ese vastago

¿Así que de Gary? si, conozco ese barrio de chabolas. Dijo con sorna el motero devolviendo el saludo. Verdaderamente Sebastián había encontrado a unos amigos divertidos. Creo que volveremos a vernos.

Horacio sonrió complacido al comprobar que su hipótesis era cierta. Bien, entonces llamare a Neally para que te concierte una entrevista con Lodin.  El vampiro levanto el teléfono y comenzó a marcar el número, el teléfono rugía con cada número que marcaba el vampiro. Mientras marcaba el número trato de responder la otra cuestión. ¿Te estás refiriendo a Marianne, la ultima chiquilla de Lodin? Porque esa es a la una vampiresa que conozco con dicho nombre. Horacio parecía un poco sorprendido. ¿Marianne era chiquilla del príncipe de Chicago? Podría ser, Marianne apenas había hablado de su no-vida contigo. Me parece raro que una de las chiquillas de Lodin pueda hacer tratos con Mordius. Lodin y Mordius fueron aliados hace mucho tiempo, pero desde que Mordius trato de destituir a Lodin son enemigos mortales. Si Lodin se enterase de que Marianne hace “buenas migas” con su enemigo, no sé que le podría pasar a esa elegante vampiresa.

Sebastian se mordio la lengua para no soltarle un corte a Tyrus y enarcó una ceja cuando Horacio le contó aquella historia...

-que cosa tan rara, en Gary si le preguntas a Mordius o Lucian ellos te cuentan que fue Lodin quien traiciono a Mordius....-dijo con la cara ladeada-parece que la verdad es algo subjetivo, en cuanto a Marianne...puede que no sea una aliada de Mordius pero lo que me dices explicaría por que dejo a su cargo a su chiquillo...-el vastago se mantuvo con una expresión imperceptible que usaba para el trabajo y continuo-cuenteme todo lo que sepa sobre esa mujer refugio, edad, criados y como encontrarla.

Supongo que cada cual cuenta la historia de la manera que más le favorece. Dice encogiéndose de hombros. Pero la historia finalmente la escriben los vencedores y está claro que aquí el vencedor es Lodin. Chicago sigue siendo una ciudad prospera mientras que Gary ha caído en desgracia. Esa era una gran verdad. Aunque Gary había tenido una época dorada en la cual había rivalizado con Chicago, ahora no era más que una sombra de aquella época dorada. ¿La caída en desgracia de Gary será fruto de los planes de Lodin y no de la incompetencia de Mordius como dirigente?

Sobre Marianne, se lo normal, ningún vampiro va contando donde vive o cuanta edad tiene. Es información y en este mundo eso equivale a poder. Puede que Neally te pueda decir algo más, después de todo es su “hermana”. Seguramente Horacio se estaba refiriendo a que Nelly y Marianne compartían sire, no que fueran hermanos biológicos.

Levanto el teléfono y se lo acerco a la oreja, alguien respondió al otro lado de la línea, aunque no podías oír su voz.

 Nelly, so Horacio el propietario de la Cueva. Tengo aquí a un vástago que pregunta por “L”.

…. …. …..

Se llama Sebastián y viene de Gary.

…. …. …..

Si, Si, eso le alegrara mucho.

Horacio te pasa el teléfono con una sonrisa de satisfacción. Chico hoy es tu día de suerte. Lodin quiere confirmar una cita para esta noche.

Sebastian  asintió ante la argumentación de Horacio-No podría estar mas de acuerdo-La idea de que su "abuelo" fuera el príncipe de Chicago le hizo pensar que "quizás" solo "quizás" podría ser lo suficientemente estúpido como para no barajar la idea de quedarse en aquella ciudad o crear lazos familiares con su abuelo, y mas si podían haber "concesiones especiales" 

si Lodin quiere gary yo puedo proporcionarsela en bandeja...y adjudicarmelo como mi dominio ¡adios antorcha! ¡hola Gary!

Sebastian volvió de la nube cuando horacio le tendió el telefono y miro este como si fuera una serpiente venenosa

 -siempre es mi día de suerte, no lo sabes por que no me conoces-si, siempre estoy hasta el cuello de mierda y cuando me la consigo quitar de encima me echan un cubo mas ¡nunca libro!-¿hola? ¿señor Neally?

Una voz autoritaria se escucho al otro lado del teléfono. No, Lodin. Tu “abuelo” vampírico estaba al otro lado de la línea. Tu debes de ser Sebastián ¿No?  Aclaremos todo esto cuanto antes, reúnete con migo las 3 en el Museo de Historia Natural. Sólo tenéis que decir al guardia que venís a verme y os dejará entrar. Ven tú y tus otros 4 compañeros, nada de ghouls o acompañantes innecesarios.  El príncipe era autoritario al dar las instrucciones sin dejar lugar a dudas.  Pero en todo ello había algo extraño ¿Cómo se había dado cuenta tan rápido que el grupo era de 5 vampiros? No le habías comentado nada a Horacio.

-si, entendido, así se hará-y colgó el teléfono luego se dirigió a Horacio y le estrechó las manos afectuosamente-Gracias...a sido un placer conocerte, tome mi nº por si le interesa hacer negocios conmigo...o tiene entre manos otra estimulante apuesta como la de hoy, por cierto ¿como es la situación Política de Chicago?-mientras hacia la pregunta iba marcando el número de su "poli cachas"

El teléfono al otro lado cuelga cuando acabas de hablar. Las intrusiones son claras, no hay nada más que hablar. Horacio sigue sonriendo, parece bastante satisfecho ¿será por no haber perdido el dinero de la apuesta, haberte ayudado o será otra razón? Acepta la tarjeta y se escusa diciendo que el no tienen ninguna a mano, pero que sabes dónde encontrarlo. Siempre será bien recibido en La Cueva, pero por hoy no hay más diversión.

La situación política de Chicago es todo un mundo donde uno se pierde con mucha facilidad. Es imposible de entenderla, lo que hoy te podría contar mañana será de otra forma. Cada barrio tiene sus intrigas, incluso cada bar y antro de mala muerte. Demasiadas palabras para no decir nada, fue la única conclusión posible.

El teléfono dio señal, ahora había que esperar a que Resse contestara.

Resse recibió la llamada, sin darle oportunidad de hablar indicaste el sitio de reunión: el parquin del museo de Historia Natural de Chicago. El asunto de la visita al museo era demasiado delicado para explicarlo por teléfono. Tratar con un príncipe importante como el de Chicago era un asunto fino y peligroso, y las noticias importantes era siempre mejor darlas en persona.