Partida Rol por web

Estaba contenta de llevar a todos a mi habitación, aunque estaba un poco nerviosa. Nunca había jugado con tantos niños y tampoco sabía a qué jugar, así que dejé que fueran los demás los que dijeran cosas, diciendo que sí a todo muy contenta.

- ¿Un nombre de súperhéroe? - pregunto a Kaoru, pensando. ¡Tiene que ser algo que pegue con el traje! - ¡Ah, puedes ser... Komoru! De komori* y Kaoru... ¡Red Komoru, por el pelo! 

Tampoco sabía muchos nombres de superhéroes, pero me sonaba chachi por los animes que veía por la tele. Después de jugar con los demás, y aunque no quería dejar de jugar, tuvimos que ir al salón otra vez. ¡Pero aquí tenemos juegos también chachis!

- Pero no podremos ir todos todos juntos, ¿no? - pregunto ladeando la cabeza y dando saltitos al ver una de las misiones - ¡Yo quiero ir a la tele! Taro-san, ¿a que tú sabes muchas cosas? ¡Y seguro que lo pasamos bien! 

No me gustaron nada las respuestas de Kantoku sobre a los mundos perdidos. ¡No podía ser que no hubiera forma de salvarlos! Los cuentos siempre tenían un final feliz, así que tenía que haber una forma de arreglarlo todo. Dijera lo que dijese, yo no me daría por vencida.

Luego, en la habitación de Karin, lo pasamos muy bien jugando a diferentes juegos, como el Umanori o el teléfono estropeado. Estaba bien tener un rato para jugar a juegos sencillos, en vez de estar todo el rato de aventuras. Además, casi nunca tenía ocasión de jugar con otros niños.

—¡Eh! ¡Pues lo del nombre de héroe es una buena idea! ¡Yo podría llamarme Fairy Girl! ¿Qué os parece? ¡Y tú podrías llamarte Iron Hands!

Después de pasar un rato divertido juntos, volvimos al bar, donde los adultos estaban haciendo cosas aburridas de adultos. No entendía cómo podían pasar el rato así, sin hacer nada.

—Sí. ¡Yo me lo he pasado muy bien! —Me acerqué a los adultos que estaban en la barra—. ¿Por qué bebéis esas cosas? ¡Saben muy mal! —comenté, recordando lo fuerte que había sabido la bebida que llegué a probar la otra vez. Luego me acerqué a Tobías, porque me llamó la atención el libro que tenía en sus manos—. ¿Qué es ese libro? ¿«Don Quijote de la Mancha»? Me suena… ¿Es divertido? ¿Puedo leerlo? —Me coloqué a su lado para leer un poco por encima de su hombro. Era larguísimo, pero tenía buena pinta.

Llegó el momento de la siguiente misión y, a diferencia de las otras veces, esta vez nos dejarían elegir. Miré atentamente la lista. La primera no me interesaba en absoluto. La tercera parecía muy divertida, aunque tenía una recompensa más baja. La segunda fue la que más me llamó la atención: parecía que había varios grupos se peleaban y no llegaban a un acuerdo; y eso hacía que los habitantes sufrieran.

—¡Yo quiero ir al bosque! ¡Quiero hablar con ellos y convencerlos de que dejen de pelearse! ¡Seguro que puedo conseguir que lleguen a un acuerdo! —Fuera cual fuese el problema, seguro que se podía solucionar hablando. Ante la propuesta de Kailani, yo me encogí de hombros—. A mí me da igual el tema de los equipos. Me lo voy a pasar bien con cualquiera. Pero quiero ir al bosque. ¿Quién más quiere venir al bosque?

-¿Y que pasa si nuestro deseo es regresar a la normalidad a los mundos perdidos? - Preguntó al tiempo que se acercaba al televisor a leer bien cada misión.

Frunció ligeramente el ceño complicada al escuchar las conversaciones a sus espaldas. -Bueno, me gustaría ir con todos, pero creo que queremos ir a distintos lugares - Señaló la misión del bosque - Yo quiero ir ahí - Miró a Aina y sonriendo levanto la mano invitándola a chocar los cinco.

-Ey Red Komoru es un buen nombre - Pensó un poco en que nombre se pondría a si misma, y no le costó mucho llegar a una conclusión pero no se sentía en lo más mínimo heroica como para querer usarlo. - Lo siento Karin pero prefiero mantenerme lejos de los programas de juegos - Admitió con una mueca al recordar la misión anterior, cuando menos gente y más monstruos, más sencillo era todo. -Nos vemos al final de la misión - Prometió mirando a su equipo amarillo.

 -Se les cumplirá: anteriores ganadores ya lo han hecho, pero tarde o tempranos nuevos mundos caen y se forman nuevos -respondería la bartender a la duda de Erika.

 Cuando Aina se acercó a la barra a cuestionar sus pasatiempos, la mayoría voltearía a verla con distintas reacciones mayormente de leves risas, siendo Navy quién respondería por todos.

 -Eso dices ahora, pero cuando crezcas ya verás como le agarras el gusto -aseguraría.

 Por otro lado, la curiosidad de la pequeña nunca estaba saciada, llamando la atención de Tobias para acercarse a leer su libro.

 -Es un libro muy interesante -opinaría el hombre con una cálida sonrisa, acomodándose para que Aina pudiese leer más fácilmente junto a él. Esto seria visto por Adele, quién tras mirar durante unos segundos se acercaría para ponerse del otro lado de Tobias, apoyándose suavemente sobre él para leer también. Ante este gesto, Tobias usaría su mano libre para darle unas suaves caricias en la cabeza a la peliazul.

 Ya al momento de tomar misiones, varios plantearían varias opciones para hacerlo, desde ir juntos hasta variar los grupos.

 -P-Pero... Los equipos... -Marco, por otro lado, parecía estar procesando el cambio competitivo a uno más cooperativo entre todos, suspirando de forma derrotista mientras se acercaba a Karin. -. Lo de ir a la tele suena bien... -como líder autoproclamado, sentía que había fallado al haber resuelto las cosas con el equipo contrario de forma pacifica... Vaya mentalidad la del niño.

 -Bueno... Los concursos nunca han sido lo mío, pero podría intentarlo -respondería Taro con una sonrisa a Karin.

 -El bosque de la última vez despertó mi curiosidad -opinaría Tobias cuando Aina preguntó por quienes querían ir con ella.

 -P-Pero Tobias, ahí había un monstruo feo... -le intentaría persuadir Adele, recibiendo otra caricia en la cabeza por parte del hombre.

 -Tranquila: creo que esta vez nos irá mejor.

 -Lo de probar grupos distintos suena divertido, PEEEEERO nunca está de más repetir -opinaría Yuki, acercándose al grupo formado por Erika, Adele y Aina.

 Según iban mencionando a donde querían ir, en la pantalla aparecería el rostro de cada uno junto a la misión correspondiente.

 -Por cierto -intervendría nuevamente la bartender. -. Antes de irse, pueden comprar cosas para llevar que les pueden ser de utilidad durante las misiones. Solo recuerden no comprar demasiado, pues si bien pueden cargar con muchas cosas de forma "invisible", llevar mucho peso en ese espacio imaginario podría hacer que algunas cosas se pierdan en el camino de vuelta.

Kailani se acercó a la barra para estar junto a Kazuya y entonces miró a Aina con una sonrisa divertida. - Porque tienen una vida tan deprimente que tienen que ahogar sus penas en un vaso de droga, por cinco minutos de felicidad. ¡Y como se termina en cinco minutos, beben más! Le daría una palmada en el hombro a Kazuya, este tenía claro que lo que el chico decía era porque lo había visto de cerca. -¡Así que ya sabes! procura ser lo más feliz que puedas Soltó una ligera carcajada y se levantó de la silla para por fin ir a la elección de misión.

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-Red Komoru mola. ¡¿Y vienes conmigo?! ¡Genial! Seremos un grupo explosivo. Jejeje. Sonreiría al ver que su nuevo amigo estaría con el en la misión. Había que prepararse bien y vio que vendían cositas por lo que no dudó ni un segundo en escoger lo que quería. -¡Quiero dos Brotes de Línea Ley! Podía parecer egoísta en un principio querer coger dos de esos, pero teniendo en cuenta que en su misión solo serían dos, igual que sucedía con Karin y con Marco así como el hecho de que todas las que podían curar y paliar efectos mágicos se iban a la misma misión, más les valía a Kaoru, Karin, Marco y el mismo comprar todo lo que pudieran para no caer en cinco segundos. Cualquiera pensaría que en esa situación debería escoger la vida por encima del maná pero... Kailani tenía sus propias razones sin lugar a dudas.

- ¡Fairy Girl suena muy bien, Aina! - digo contenta. 

Asiento orgullosa al ver que a muchos les gustan mis nombres. ¡Mis amigos nunca se quejan cuando les pongo nombres así que lo estaré haciendo bien! Eso sí, parece que cada uno quiere ir a una misión distinta y luego miro a Erika-senpai ladeando la cabeza. 

- ¡No pasa nada! Ya os saludaremos desde la tele y y y seguro que podemos verlo luego en las habitaciones cuando volvamos. - le doy unas palmaditas a Marco en la cabeza al verle tristón - No pasa naaaada, luego nos juntaremos para jugar otra vez, ¿chi? ¡Nosotros tenemos que esforzarnos mucho y responder bien las cosas!

Después veo que Lena-san tiene una tiendita para que podamos llevar cosas extra. Me quedo mirándolas, como hacen los mayores antes de comprar cosas importantes. Me queda para... De pronto caigo en algo y niego con la cabeza, sin comprar nada. Solo vamos a la tele, ¿qué podría pasar?

—Así que Red Komoru...

Pensó. Le gustaba cómo sonaba. Pensó un poco más. Le gustaba lo que significaba. Pensó todavía más. Sí, le gustaba. Le gustaba en presencia y esencia. ¡Red Komoru! ¡Oh, sí! RED. KOMORU. ¡Sí señor, eso sí que era todo un nombre!

—¡AJÁ! ¡Te tendré en buena consideración cuando sea el número uno del Hero Billboard Chart, Karin! —exclamó alzando un puño al cielo... o al techo.

La diversión llegó en cualquier caso a su punto final después, y casi como si fueran adultos, llegó el momento de trabajar. Pero pocos adultos podían decir que disfrutaran de su trabajo tanto como Kaoru disfrutaba de aquello. Entrecerró los ojillos, y por lo que tardó en apartar la vista del televisor, uno podría suponer que el pelirojo no poseía la virtud de leer rápido.

—¡Yo también quiero ir a esa! —exclamó, señalando la primera—. Curse of the Red King palito palito. ¡Le voy a enseñar quién es el verdadero Rey Rojo!

En cierto modo le daba algo de pena que ya no existiera el Equipo Kaoru... pero quizá podía suponer que el Equipo Kaoru era simplemente el lugar donde estuviera él. O que era una idea, una filosofía, algo que superaba las barreras impuestas por cualquier tipo de organización.

—Así que tú y yo, ¿eh? ¡Con que lo hagamos la mitad que bien que en el Mortal Kombat...! —Sonrió de una forma adorablemente amenazadora—. Hm... supongo que me compraré un coctel recuperador. Por lo que pueda pasar.

Me quedé completamente helada de repente. Entonces podíamos usar el deseo para salvar los mundos perdidos… Pero entonces… no podría pedir salvar a mamá. ¡No! ¡No quería tener que elegir! ¡No era justo!

—¡Entonces sí que podemos salvarlos! ¡Cada vez decís una cosa! ¿Por qué nos mientes, Kantoku? —Lo miré con suspicacia—. ¡Pues yo encontraré una forma de salvar los mundos perdidos sin utilizar mi deseo! ¡Conseguiré salvar los mundos y a mamá! —exclamé decidida. Nunca me daría por vencida.

Luego fui un momento con los mayores, y Navy me dio una respuesta que me dejó incrédula. ¿Cómo iba yo a cogerle el gusto a eso? ¡Si estaba malísimo! Además, Kailani también vino y dijo algo extraño.

—¿Droga? ¿¡Esos vasos son droga!? Eso es malísimo, ¿no? —¡Y yo lo había probado!—. ¡Yo jamás tomaría de esas cosas! —dije con total convicción.

Después, iría con Tobías, curiosa por el libro que estaba leyendo. Enseguida se acercó Adele y, viendo que se apoyaba sobre él y no le importaba, yo hice lo mismo. Aunque a ella la acariciaba y a mí no… Traté de leer un poco. ¿«Sancho Panza»? ¿«Don Quijote»? Eran nombres muy raros, pero lo poco que podía leer parecía muy divertido. —¿Dónde lo has conseguido? —pregunté con curiosidad.

Sin embargo, no pude leer mucho, porque había que elegir misión. Todos eligieron la que cada uno prefería y se formaron los grupos, que acabaron estando un poco desigualados. Eso significaría que recibiríamos menos esencia… Pero lo más importante era poder arreglar las cosas en el bosque.

—Seguro que esta vez podemos enfrentarnos a él, o evitarlo. Somos un equipo, y ahora somos más fuertes —dije respondiendo a las dudas de Adele—. Yo creo que ir siempre los mismos es aburrido. No me importa cambiar —opiné, aunque echaría de menos a Kaoru.

Para mi sorpresa, la chica del bar nos ofreció cosas para comprar a cambio de esencia. ¡Debería habernos avisado antes! Me separé de Tobías y me acerqué a la tienda. Era todo muy caro… Tras pensarlo por un rato, me decidí.

—Yo quiero un muñeco vudú, un brote de Línea Ley y un antídoto —dije al final.

 - ¡Ha, ha, ha! Puedes contar con eso - respondería Kazuya a la afirmación de Kailani, aunque a Aina parecía sin hacerle gracia. -. Pues al principio parecías muy orgullosa de intentar tomar.

 Mientras Lena iba haciendo entrega de lo que todos iban pidiendo, Kantoku nuevamente seria victima de los señalamientos de Fairy Girl.

 - E-Es que como tal pueden salvar los actuales, pero seguirán apareciendo, y...

 - Es idiota y se le olvidan los detalles - interrumpiría Lena, haciendo decaer al peliverde.

 Las palabras de ánimo de Karin servirían para que a Marco se le quitase un poco el desanimo (para eso eran las palabras de ánimo), al igual que la afirmación de Aina serviría para que Adele, si bien dudosa, asintiese convencida de que esta vez podrían intentar algo y conseguir un resultado distinto.

 - Adele tuvo la amabilidad de llevarme a una biblioteca para pedirlo prestado - explicaría Tobias a Aina con una cálida sonrisa.

 - Si quieres... Podemos traerte uno la próxima vez... - comentaría Adele timidamente, sin despegarse de Tobias.

 Una vez todos escogieron sus misiones y tuvieron sus cosas de Lena, tocaría el momento de partir.

 - ¡Buena suerte! - se despediría Kantoku, viendo como iban desapareciendo en aquel aura mágica junto a sus guardianes.

Me puse un poco roja cuando me recordaron que había insistido en probar aquella bebida. Ahora me arrepentía.

—Yo… solo quería probar un poco. Por… curiosidad.

Tras mi insistencia, Kantoku acabó admitiendo que sí podíamos salvar los mundos perdidos. Yo torcí los labios y le clavé una mirada cargada de disgusto. ¡Nos había mentido otra vez! Luego fui con Tobías.

—Ah… Entonces, ¿podemos traernos cosas del mundo real? —Me acaricié la barbilla, pensativa—. Pues… ¡Estaría genial! Me encantan los libros de fantasía. Y sobre todo los cuentos de hadas.

Después de comprar, llegó el momento de partir. Yo no contesté a Kantoku. Ni siquiera lo miré. Estaba muy disgustada con él.