Partida Rol por web

 No recordabas el momento exacto en el que cerraste los ojos: el mundo de los sueños era un lugar extraño, indescriptible, donde las sensaciones y los recuerdos se mezclaban y creaban nuevas realidades que, al despertar, no eran posible de explicar.

 Delante de ti estaba lo que describirías como una vieja sala de oficinas, con grietas por el suelo y paredes así como agujeros en el techo desde el cual sobresalían cables y tuberías. Las ventanas de las paredes estaban empañadas por la lluvia, y distintas puertas y pasillos se encontraban bloqueados por muebles o escombros.

 En uno de los cubículos de las oficinas, encontrarías el típico escritorio con un computador y varios papeles tirados por el suelo, así como una foto enmarcada cuyo cristal estaba tan roto que no permitía ver que había en el retrato. Seria otro breve recorrido por los pasillos entre los cubículos lo que te llevaría a un sitio que, al igual que toda la oficina, estaría en completa oscuridad de no ser por unas luces pestañeantes en el techo, misma que con los segundos jurarías empezaba a pestañear más y más, y aún así había una especie de sombra que permanecía justo debajo de una de las bombillas, como una mancha negra en el suelo que no desaparecía y, en su lugar, decía con una voz profunda y distorsionada:

E̸̬͐s̵͚̉e̶̱̐n̵̰̈́c̷̗͑í̵͜ą̵̏.̴̺̒.̶̣͗.̶̫͐

D̶̠̈ë̸͉ḃ̷̤o̴̱͊ ̶̻̈́r̸̬͗e̵̪͑ċ̷̼ó̶͔l̸͍͐e̷͝ͅc̷͖̐t̶̡͌ä̵̮ŗ̵͒ ̴̂͜l̶̻̍ǎ̴̰ ̶̫̄e̵͕͝s̵̬̅ê̸̙n̴̥͒c̸̹͌i̷̧̔ă̷̬.̵͉̓.̴̹͑.̶͍͝

  El lugar parecía estar completamente abandonado, y a pesar de lo terrorífico que podría resultar, a ti te provocaba una extraña sensación de nostalgia que te traía fugaces visiones de una discusión, una pelea, una completa oscuridad...

 Dado ninguna de las puertas del lugar parecía que fuesen a abrirse, y acercarse a la mancha no parecía buena idea, optarías por seguir revisando cubículos en busca de algo que te pudiese ayudar, acabando por dar una vuelta hasta reencontrarte con la mancha y el cúbiculo del retrato: entonces, observarías sobre el escritorio una esfera de luz que flotaba sobre él, desprendiendo un suave aura mágico que te llamaba. ¿Seria aquella la esencia que mencionaba la voz?

-¿Mhm? - Miró alrededor vagamente confundida, no reconocía ese lugar, ahora que lo pensaba no reconocía ninguna sala de oficinas, solo había visto una en las películas. Caminó con cautela esquivando las grietas y los cables que caían del techo. Parecía un lugar a punto de derrumbar. -¿Hola? - Llamó más bien en voz baja, de pronto no estaba tan segura de querer que alguien le contestara. El ir y venir de la luz la estaba poniendo nerviosa, no confiaba en que no se apagara de la nada y la dejara a oscuras. "Quizás es mejor solo salir de aquí" La salida no podía estar muy lejos, ¿verdad?. Sin embargo había tantos caminos bloqueados que no le quedaba otra que ir siguiendo los recorridos ya marcados. El camino como siguiendo pisadas invisibles la guió hasta uno de los cubículos. Miró la puerta antes de entrar, el marco, algo que le dijera que esperar adentro, y cuando comprendió que no hayaría nada suspiró, y dió un paso dentro. Parpadeó sorprendida. Había esperado algo más. Levantó la foto intentando reconocer las caras "¿Que habrá pasado en este lugar?" La gente suponía que usualmente se llevaba sus cosas, aquello parecía como si alguien lo hubiera abandonado de pronto, una sensación de congoja le apretó la garganta como si hubiera sabido quien estaba en esa foto. Dejó el marco sobre el escritorio, y siguió caminando, mirando con curiosidad alrededor, fugaces recuerdos de gente peleando le cruzaban cada tanto los ojos. Cuadrando sus hombros como había visto en las películas por si tenía que golpear a alguien antes de salir corriendo continuó el camino, cada vez con más intriga de saber donde se encontraba. Se detuvó frente a lo que parecía una mancha de brea en el medio del suelo. A punto estaba de retroceder, cuando la escuchó hablar. 

Retrocedió de un salto como un gato asustado apretando los puños preparada para escapar. Pero la cosa no se movió. Mantuvo los ojos sobre esta caminando lentamente hacia atrás hasta perderla de vista tras una pared. Y aún seguía mirando cada tanto sobre su hombro para comprobar que no la siguiera. "Ok, ESO no es conocido" Iba pensando que demonios podía ser cuando la vió de nuevo -¡Mierda! - Exclamó volviéndo a saltar, captando la foto rota en el escritorio, ¿cuando había dado la vuelta?. Se hubiera ido si no fuera porque había una bola brillando encima del escritorio. -Mmm.... - Meditó si debería acercarse, dió una mirada de reproche a la mancha, y con mucha cautela la esquivó de puntas de pie, intentando alcanzar la bola luminosa con la punta de sus dedos.

 Como si algo en tu interior te hubiese indicado exactamente lo que tenías que hacer, te extenderías a alcanzar aquella esfera de luz que, según acercabas la mano, iba aumentando su brillo, hasta que finalmente entraste en contacto con ella, y fuiste bañada por una sensación de paz y tranquilidad.

 Mientras tu cuerpo se movía por si solo en la nada, tus ropas se iban desvaneciendo en un aura blanca que, en su lugar, cubría tu cuerpo con la forma de otras vestimentas, tomando forma de múltiples hojas. Como si un coro de ángeles cantase a tus oídos, danzabas entre las hojas mientras te cubrían por aquellas vestimentas que pronto adoptarían color y textura: una chaqueta rosada con una línea negra atravesando horizontalmente el torso, así como un pantalón y unos zapatos deportivos que resultaban cómodos y poco entorpecedores, aunque claramente lo más destacable era la máscara de zorro con un par de flores a un costado que cubría tu rostro: para cuando las hojas se disiparon, estabas completamente cambiada, física y mentalmente...

 Tal vez no dejabas de sentir miedo, sin embargo, ahora también tenías un sentimiento de confianza y poder, como si hubieses sido dotada de la capacidad de enfrentar a los seres de la oscuridad que atormentaban tus pesadillas...

 Con tu cambio realizado, aquella mancha en el suelo empezaría a "vibrar", empezando a crecer y a moldearse como una masa negra que iba formando una silueta. Era más alta que el adulto promedio, con largos cuernos que recordaban a las ramas crecientes de un árbol; poseía largas extremidades, y como si sufriese de algún tipo de desnutrición le colgaba la piel de las costillas. Así mismo, iría completamente desnudo, solo cubierto por gruesas capas de pelaje negro que bajaba desde su cabeza, en donde en lugar de haber un rostro se encontraba la calavera de algún animal o criatura, en cuyas cuencas resaltaban un par de brillantes luces amarillas a modo de ojos.

E̸̬͐s̵͚̉e̶̱̐n̵̰̈́c̷̗͑í̵͜ą̵̏.̴̺̒.̶̣͗.̶̫͐

D̶̠̈ë̸͉ḃ̷̤o̴̱͊ ̶̻̈́r̸̬͗e̵̪͑ċ̷̼ó̶͔l̸͍͐e̷͝ͅc̷͖̐t̶̡͌ä̵̮ŗ̵͒ ̴̂͜l̶̻̍ǎ̴̰ ̶̫̄e̵͕͝s̵̬̅ê̸̙n̴̥͒c̸̹͌i̷̧̔ă̷̬.̵͉̓.̴̹͑.̶͍͝

  Repitiendo nuevamente aquellas palabras, la bestia soltaría un baboso rugido, claramente con intenciones agresivas.

-Wow, así que... Sailor Moon? - Fue lo único que pudo decir mirandose a si misma sorprendida. "Vaya sueños raros que tengo" Pero no se quejaba era un buen atuendo, flexionó un poco los brazos, sintiéndose más fuerte, y formó una sonrisa bajo la máscara. -Akemi debería ver esto - Murmuró pensando en los gritos de emoción que pegaría su hermanita, estaba segura que hasta sentía lo mismo que las chicas mágicas cuando se transformaban. Se miró a sí misma, buscando el objeto especial que la había transformado, hasta que sus dedos tocaron la máscara. "???" Como fuera no iba a comprobarlo quitandosela en ese momento, menos cuando la mancha parecía no haberse tomado a bien, su cambio. 

-Wow... espera, espera, yo no te hice nada - Dijo retrocediendo al ver como crecía aquello. Era tetrico, quizás un poco bonito, le recordaba a un ciervo en halloween y le gustaban esas cosas, si no fuera porque estaba demasiado cerca para su gusto, y los colmillos se le hacían posibles de partirla en dos en cualquier momento. -¿Quieres esencia? Puedo buscarla - Juró sin saber de que estaba hablando, intentando poner distancia entre ella y esa cosa, miró alrededor buscando algo que interponer, pero su mirada solo dió con el caño que tenía colgando arriba. Dió un salto y se aferró con ambas manos usandolo para balancearse y lanzarse con ambos pies hacia la cara de la criatura, sabía que siendo tan grande solo le quedaba usar todo su peso si quería hacerla retroceder, dispuesta a salir corriendo en cuanto pudiera. 

Emitió un pequeño gemido de terror al ver que la criatura ni siquiera parecía molesta por su golpe. -Mierda, mierda, mierda - Dijó muy rápido al tiempo que veía con preocupación la garra acercarse a ella, tratandola como si fuera un simple mosquito. Cruzó los brazos frente a la cara recibiendo el golpe que la arrojó con la misma facilidad que un trapo sucio. La caída fue sucia, aterrizó entre papeles y escombros, que amortiguaron parcialmente su caída. -Auuuh - Musito frotandose la cabeza y levantando la vista para ver a su oponente. Bue "oponente" "Tanto como una hormiga es oponente de un sapo". -Mierda, eres duro - Masculló frunciendo el ceño preocupada. Creía que hasta su hermana aceptaría el uso de ese lenguaje en esa situación. 

Sentía que algo le decía que revisara sus bolsillos, y cuando lo hizo sacó un montón de pequeñas pelotitas que nunca había visto, pero que de alguna forma sabía exactamente que eran. "Gracias espirítu del traje" -Aquí va nada - Murmuró esperando que aquello funcionaba y tirando una de las bolitas directo a la cara del monstruo.

 El golpe de la sombra te hizo volar un par de metros, pero eso no logró que perdieses la compostura y siguieses tus instintos al revisar tus bolsillos y sacar de allí una herramienta que, al arrojar al rostro de la criatura, provocaría una explosión de humo que nublaría su visión durante un tiempo considerable. Naturalmente, la bestia agitaría las manos alrededor de ella intentando disipar la cortina, pero incluso de esa manera sus ojos tardarían en acostumbrarse: suponiendo que tuviese algunos, claro...

Se quedo de pie mirando al bicho, con miedo de mover un músculo que la pusiera en su dirección de nuevo. "No me ve, no me ve, no me ve" Repitió como un mantra, dando con muchísima cautela un paso atrás, para poner distancia entre ellos. La puerta abriendose la sobresalto, haciendola encogerse en el lugar hasta que vió entrar a una mujer allí. "¿Que demonios hacia allí?" Parecía vestida para una fiesta o algo, pero como fuera era alguien que esa cosa quería fuera -¡Cuidado! -Le gritó mirando alrededor freneticamente en busca de algo para parar a esa bestia, aprovechando el tiempo comprado.

Un cable colgaba del techo, antes de pensar dos veces lo sujeto con ambas manos por la parte engomada tirando de el, e intentando hacer llegar el extremo metalico hacia la espalda del monstruo. -¡¿Eres tonta?! ¡Sal de aquí! - Gritó a la mujer, sin poder creer que fuera tan ridícula como para estar parada como si nada cuando esa cosa quería hacerlas brochette a ambas. Pensaría que era un juego. Al menos había abierto una salida. Así que funcionara su plan o no, lo siguiente que haría sería arrojarse hacia la puerta por la que la mujer había entrado allí.

 -¿¡Qué!? ¿¡A quién le dices tonta!? -se quejó la mujer, indignada al punto de cruzar los brazos haciendo una especie de puchero.

 Pero por supuesto, la albina no tendría tiempo para discutir contigo sobre lo mal que estaba insultarla de esa forma, y tú tampoco, pues la criatura, más rabiosa que antes, se dispuso a correr nuevamente hacia ti con las garras alzadas con el fin de arretemer nuevamente, pero gracias a tu destreza fuiste capaz de sortearla de un salto para alcanzar un cable colgante de techo y tirar de él hasta lograr pegarlo en la espalda de la criatura, la cual rápidamente seria recorrida por una descarga eléctrica que paralizaría momentáneamente todo su cuerpo.

 Habías visto tu oportunidad de huida, y aprovechaste aquel breve momento en el que la criatura tardó en separarse del cable para correr hacia la salida, pero estando a escasos metros de ella, cuando estabas apunto de saltar al otro lado, la puerta se cerró de golpe.

 -A̴̗̪͇͒R̷̛͉̳̒G̷̜͕̅H̴͍̏̔̉Ḣ̶̦̟̲͘H̵̛͖̃ͅ.̷̖̝̈́̐͗.̶̛̲̲́.̴̹͔̊̐  -en ese estado de ira, la criatura soltó un feroz rugido que resonó por toda la habitación, provocando que la mujer se cubriese los oídos mientras corría hacia ti nuevamente, y entonces la bestia empezó a hacer lo mismo.

  Si bien querías asegurarte de que aquella criatura no te asustase nunca más, poco luego de que empezase a correr te percataste de como tu visión se iba nublando poco a poco por una luz, teniendo como última imagen la figura de la mujer indignada sacando un bolígrafo y la criatura encarando a ambas, siendo que el resultado del combate quedaría como una imagen de los tres enfrentándose antes de que simplemente todo acabase, como nada más que un sueño...

[Fin del Prólogo]