Partida Rol por web

 No recordabas el momento exacto en el que cerraste los ojos: el mundo de los sueños era un lugar extraño, indescriptible, donde las sensaciones y los recuerdos se mezclaban y creaban nuevas realidades que, al despertar, no eran posible de explicar.

 Delante de ti se abría un largo corredor de una vieja estructura, con grietas por el suelo y paredes así como agujeros en el techo desde el cual sobresalían cables y tuberías. Las ventanas de las paredes estaban empañadas por la lluvia, y distintas puertas en mal estado permanecían cerradas a lo largo del pasillo. No había ningún sonido más que el de tus pasos y las goteras, y aun así podías sentir como alguien, o algo, te llamaba hacia el final del corredor, donde una de las puertas se encontraba ligeramente abierta a la espera de recibir ese último empujón para revelar lo que había al otro lado.

 En aquella habitación encontrarías un cuarto bastante desastroso, con apenas una cama metálica con un viejo colchón sucio, una mesa de madera con su silla tirada en el suelo, unas estanterías vacías, y otra puerta que seguramente llevaba al baño.

  Poco luego de dar unos pasos en el interior de aquel cuarto, la puerta se cerraría detrás de ti, y lo único que te impediría caer en una profunda oscuridad seria la bombilla parpadeante del techo, misma que con los segundos juraría empezaba a pestañear más y más, y poco a poco la oscuridad debajo de ella iba permaneciendo como una mancha a pesar de tener que estar iluminada completamente, y con ello unas palabras pronunciadas por una voz profunda y distorsionada llegarían a tu cabeza...

E̸̬͐s̵͚̉e̶̱̐n̵̰̈́c̷̗͑í̵͜ą̵̏.̴̺̒.̶̣͗.̶̫͐

D̶̠̈ë̸͉ḃ̷̤o̴̱͊ ̶̻̈́r̸̬͗e̵̪͑ċ̷̼ó̶͔l̸͍͐e̷͝ͅc̷͖̐t̶̡͌ä̵̮ŗ̵͒ ̴̂͜l̶̻̍ǎ̴̰ ̶̫̄e̵͕͝s̵̬̅ê̸̙n̴̥͒c̸̹͌i̷̧̔ă̷̬.̵͉̓.̴̹͑.̶͍͝

  El lugar parecía estar completamente abandonado, y a pesar de lo terrorífico que podría resultar, a ti te provocaba una extraña sensación de nostalgia que te traía fugaces visiones de un encuentro íntimo en la cama, una discusión, una completa oscuridad...

 Dado que la puerta por la que entraste no parecía que fuese a abrirse, y acercarse a la mancha no parecía una buena idea, optarías por revisar la otra puerta, la cual también parecía estar cerrada por el otro lado: entonces, al voltear, observarías sobre la sucia cama una esfera de luz que flotaba sobre ella, desprendiendo un suave aura mágico que te llamaba. ¿Seria aquella la esencia que mencionaba la voz?

Abrazada a mi osito me quedé profundamente dormida, quizás con la intención de que el ingreso al mundo de Morfeo fuera lo más rápido posible y por esa razón es que más pronto que tarde, caí completamente rendida tras aquella larga jornada. Navegando en ese mundo donde la fantasía y todo eso bonito que en el mundo real cuesta más cumplirse, lo disfruté aunque muchas veces no suelo recordar nada de lo que sueño, pese a que la sensación siempre queda presente. No obstante de alguna manera tras abandonar todo aquello por un despertar un tanto apresurado, perezosa abrí mis ojos y al encontrarme con un lugar completamente distinto a mi casa, tuve miedo. 

—Tommy... ¿Tommy?—llamé a mi hermanito—. Tengo miedo, Tommy... 

Algunas lágrimas comenzaron inundar mis ojos cuando al recorrer con la mirada ese pasillo, estaba todo oscuro, feo y peligroso. Quería salir de esa pesadilla ya mismo, esto no tenía que ser real porque está muy malo y sé que mi hermano jamás me dejaría sola. ¡Jamás! Ya muy atemorizada, recuerdo que había estado con él en la cama y me estaba haciendo dormir, así que no sé en qué momento se fue, ni como terminé aquí. Sin saber que hacer camino por ese sitio y busqué con la mirada una salida de ese lugar hasta que escuché una voz que me hizo correr hacia un rincón tras acceder al cuarto donde estaba el colchón para abrazar mis piernas, haciéndome una bolita. 

—To-mmy... ¿To-mmy...?

Sin dejar de hamacarme en esa posición, pregunté a esa voz si es mi hermano. De todos modos algo hizo que levante la cabeza y cuando busco con la mirada, allí estaba esa esfera de luz. No supe que hacer al principio, no sabía si estaba bien tocarla, aunque esa voz habló de esencia. Yo no sé que es eso, así que estuve dudando porque no sé si está bien y no tengo nadie que me diga que hacer. 

[...]

Los minutos pasaron, me mantuve allí abrazadita a mis piernas hasta que de repente me incorporé para tocar la esfera. Tenía miedo, los ojos muy llorosos y mi corazón hacía pum pum pum por todo esto. Ya con mi manita extendida, intento que mis dedos la rocen y cierro los ojos, no quería ver. 

 Como si algo en tu interior te hubiese indicado exactamente lo que tenías que hacer, te extenderías a alcanzar aquella esfera de luz que, según acercabas la mano, iba aumentando su brillo, hasta que finalmente entraste en contacto con ella, y fuiste bañada por una sensación de paz y tranquilidad.

 Mientras tu cuerpo se movía por si solo en la nada, tus ropas se iban desvaneciendo en un aura blanca que, en su lugar, cubría tu cuerpo con la forma de otras vestimentas, tomando forma de una nube de mariposas que volarían a tu alrededor. Como si un coro de ángeles cantase a tus oídos, danzabas entre las mariposas mientras te cubrían por aquellas vestimentas que pronto adoptarían color y textura: un hermoso vestido azul corto que seguía suavemente la forma de tu cuerpo, con un par de mangas largas separadas en piezas individuales, todo con bordes que recordaban a las alas de estos hermosos animales, así como unas cómodas pero elegantes zapatillas: para cuando las mariposas se disiparon estabas completamente cambiada, física y mentalmente...

 Tal vez no dejabas de sentir miedo, sin embargo, ahora también tenías un sentimiento de confianza y poder, como si hubieses sido dotada de la capacidad de enfrentar a los seres de la oscuridad que atormentaban tus pesadillas...

 Con tu cambio realizado, aquella mancha en el suelo empezaría a "vibrar", empezando a crecer y a moldearse como una masa negra que iba formando una silueta. Era más alta que el adulto promedio, con largos cuernos que recordaban a las ramas crecientes de un árbol; poseía largas extremidades, y como si sufriese de algún tipo de desnutrición le colgaba la piel de las costillas. Así mismo, iría completamente desnudo, solo cubierto por gruesas capas de pelaje negro que bajaba desde su cabeza, en donde en lugar de haber un rostro se encontraba la calavera de algún animal o criatura, en cuyas cuencas resaltaban un par de brillantes luces amarillas a modo de ojos.

E̸̬͐s̵͚̉e̶̱̐n̵̰̈́c̷̗͑í̵͜ą̵̏.̴̺̒.̶̣͗.̶̫͐

D̶̠̈ë̸͉ḃ̷̤o̴̱͊ ̶̻̈́r̸̬͗e̵̪͑ċ̷̼ó̶͔l̸͍͐e̷͝ͅc̷͖̐t̶̡͌ä̵̮ŗ̵͒ ̴̂͜l̶̻̍ǎ̴̰ ̶̫̄e̵͕͝s̵̬̅ê̸̙n̴̥͒c̸̹͌i̷̧̔ă̷̬.̵͉̓.̴̹͑.̶͍͝

  Repitiendo nuevamente aquellas palabras, la bestia soltaría un baboso rugido, claramente con intenciones agresivas.

Todo sucedió muy de repente, tanto que en cuanto mis pequeños dedos acariciaron la esfera todo se tornó muy distinto y especial, no sólo porque sentí que estaba flotando en el aire sino porque comenzaron a surgir muchísimas mariposas muy bonitas en tonos azules y verde. ¡Mi color favorito! Ya sin tanto miedo, siento que estoy como en los cuentos de hadas y quizás un hada madrina me ayudó en esto, daba igual. Era linda la sensación porque al igual que Cenicienta mis ropas se fueron transformando en un vestido diferente y especial. 

Durante todo ese momento me sentí especial, incluso una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro pero todo aquello se diluyó un poquito cuando vi que esa mancha comenzó a tomar forma, se hacía cada vez más grande y más fea. ¡Qué miedo! y eso no me gusta en absoluto, podía darme pesadillas. Sin dudar pensé en que debía pegarle con algo, necesitaba un palo o algo parecido y de repente... Apareció esto con una piedra brillosa, parecía genial para dar golpes. 

Pero no sé como usarlo, así que me muevo como quien le pega con un palo a alguien. Esa criatura es muchísimo más grande que yo, así que el golpe es un poco impreciso, más aún porque nunca hice algo semejante. 

—¡Me asustas! ¡Maloooo! —grité con fuerza, queriendo darle con el báculo—. ¡Toma! ¡Toma! 

 Al verte correr hacia ella, la criatura apenas dejo escapar algo de aire de entre sus fauces antes de verte alzar el báculo con ambas manos y propinarle un golpe con este, haciendo el gesto con una de sus manos de intentar pararte, pero siendo más bien lento, recibió así un golpe en una de sus piernas que, a pesar de todo, no pareció dolerle mucho.

 -G̸̦͌r̸̳̾h̵̪̀ḥ̶́ ... -como la bestia que era, soltó un pequeño gruñido antes de disponerse a alzar una de sus garras y lanzarte un golpe con el dorso de esta, siendo un ataque capaz de lanzarte un par de metros debido a su tamaño.

 Mientras el combate se desarrollaba, tu mente seguía trabajando en lo que sea que estuviese sucediendo, y mientras el poder aún recorría tu cuerpo eras capaz de sentir como las ideas se formaban en tu mente, en un idioma imaginario que no podías leer ni decir, pero que entendías a la perfección.

[Nigromancia: Garra esquelética]

Adele invoca en el suelo una gran mano formada por largos huesos, la cual ataca inmediatamente a un objetivo provocando 3d4+1 de daño.

1d10+INT+Armas a Distancia para el ataque
10% de crítico
Coste: 3 MP

Intenté como pude asestar este báculo contra el bicho, pero apenas le hice algo y rápido comprendí que no podía vencerlo, no de esa manera. Esto provocó que las ganas de huir fueran cada vez más grandes, aunque eso conllevó a que deba liberarme de él para lograrlo siquiera. 

Más aún cuando tras ese gruñido que me hizo temblar las piernas, intentó lanzarme un zarpazo como si fuera un gato malo y eso me impulsó a dar unos pasitos hacia atrás con la idea de que no me alcance. Podía ser peligroso, pero debía intentarlo como sea. 

No obstante algo más sucede, es que sentí una energía recorrerme al igual que con el vestido. Era magia, sí, como en los dibus que miro y por alguna razón dije una palabra extraña que desde la firmeza en la que pronuncié aquello, surgió una mano de esqueleto del suelo. 

Mis ojos se abrieron de par en par y no dudé, con mi báculo extendí mi brazo como si estuviera amenazando mientras surgía aquello. Quería hacerle daño, terminar con ello. ¡Cómo sea!

 El golpe de la sombra te hizo volar un par de metros, pero eso no impidió que te aferrases al deseo que nacía en tu interior y así despertar aquel mágico poder que haría surgir desde el suelo una mano formada por múltiples huesos alargados, mismos que en los dedos se juntaban de forma que simulaban una afilada garra que seguiría tu movimiento hacia la sombra, la cual a pesar de cruzar los brazos para intentar recibir mayores daños fue igualmente rasgada por los afilados huesos, provocando que de sus brazos brotase un líquido negro que mancharía el suelo mientras soltaba un rugido de dolor. [1]

 -G̸̦͌r̸̳̾h̵̪̀ḥ̶́ ... -a pesar de haber sido dañada significativamente, la criatura parecía poder seguir en pie sin mayores esfuerzos, empezando a andar nuevamente hacia ti dispuesta a continuar con su persecución.

 Seria entonces que el ruido de una puerta abriéndose te haría desviar la atención a aquella otra puerta que había en la habitación, revelando que esta había sido abierta por alguien al otro lado, haciendo acto de presencia en la habitación.

 -Vaya, que encuentro tan... curioso -declaró aquel hombre alto de cabello rubio y ojos rojos, vistiendo unos formales ropajes formados por un clásico conjunto de pantalón, camisa manga larga y corbata bajo un chaleco. Al permanecer en pie, se apoyaba sobre un elegante bastón delgado con un pomo brillante cuya punta simulaba la figura de una gema hexagonal.

 -¡̸̡̣̩̖͒̏͛̃G̵̝̾R̴͈̾̿A̷̻̟̹̐̈̕A̶͎̒̈A̷̭͉͇͕̓̈́͘͠A̴̝͖͂Á̷̻̠͝H̸̩͙̬̏͊H̷̰̺̏H̷̝̾̚.̴̯̓.̷̩̪̲̆̑̿̕.̵̨̧͙̃͘!̷̺̬͂̄̂  -fuese quién fuese aquel hombre, no parecía ser alguien que agradase a la criatura, pues tan pronto como apareció esta soltó un feroz rugido y, en lugar de lanzarse a por ti, empezó a correr con las garras levantadas hacia él.

 La bestia se puso delante de él y se dispuso a alzar una de sus garras para tomar impulso y soltarle encima un feroz zarpazo, pero el rubio demostraría una gran destreza y confianza al adelantarse en tomar con ambas manos su bastón desde la parte de abajo y proceder a darle un fuerte golpe en la cabeza a la criatura con la punta de arriba, siendo esta la parte más dura del bastón. [2]

 -Muy grande, pero demasiado lento... -crítico con una leve sonrisa el hombre mientras deslizaba el bastón por una de sus manos para que volviese a tocar el suelo, momento en el que aprovecharía el instante en el que la criatura estaba desconcertada delante de él por el golpe para asomarse a un lado y verte. -. ¿Acabamos juntos con esta cosa, pequeña?

La garrita estaba funcionando como esperaba, aunque era un descubrir constante el hecho de que la magia fluya sin saber cómo a través de mi. Esto me impulsó a aprender sobre la marcha mientras tenía un adversario muy fuerte delante, aunque sí que era un poco lento. De repente tras aquel funesto golpe que había recibido, me vi así misma con un coraje que jamás creí tener. Y justo cuando me había preparado para hacer que esa mano vuelva a atacar a la cosa esa oscura, apareció de repente un hombre de cabellos rubios y lo observé con cierta curiosidad. 

Al parecer le tenía muchísima bronca ese monstruo a él, debido a su reacción. Esto hizo que le dedicase una sonrisa al desconocido y lo ayude a pelear contra la sombra. Sin miedo ya que no me encontraba solita ahora, decidí usar mi báculo para ordenar a la garrita que vuelva a atacarlo. De esta forma lo tendría apresado y ese hombre podía golpearlo con todas sus fuerzas. Eso quizás sería divertido, es trabajo en equipo.

—Te ayudo. 

Un poco tarde lo dije, se veía que estaba colaborando. Sólo que me había centrado en esa cosa fea para que no vuelva a hacerme daño de nuevo. 

 El hombre sonreiría amablemente al escucharte decir que le ayudarías, tras lo cual dirigiría nuevamente su atención hacia la criatura que, luego del golpe, ya se había recuperado y parecía más rabiosa que antes, clavando su mirada en ti antes de correr con sus garras alzadas dispuesta a acabar contigo, pero serias más rápida al mover aquella mano esquelética para lanzar otro zarpazo a la bestia, y ya de paso intentar detener sus movimientos y que así el hombre rubio pudiese rematarla, algo que haría al acercarse velozmente por detrás de la criatura para acertarle otro golpe de su bastón. La bestia soltó un grito desgarrador, y poco a poco su cuerpo empezó a derretirse en aquel líquido negro que empezaría a brotar de todo su cuerpo, desmoronándose también en pedazos que explotaron en motas de polvo al tocar el suelo, dejando nada más que una mancha negra en el suelo como último rastro de la criatura.

 -Vaya -observó el hombre, con una expresión de satisfacción mientras permanecía en pie, apoyado en su bastón. -. Muy bien hecho, pequeña: eres más fuerte de lo que pareces.

  Fuiste invadida por un sentimiento de victoria y calma, sabías que aquella criatura no te asustaría más, de momento, y es que poco luego de su desaparición empezaste a percatarte de como tu visión se iba nublando poco a poco por una luz, teniendo como última imagen la figura del hombre sonriente antes de que simplemente todo acabase, como nada más que un sueño...

[Fin del Prólogo]