Partida Rol por web

¡Oh, estoy en un sueño! Es lo primero que pienso al abrir los ojitos. No siempre sé si es un sueño o no, pero esta vez parece uno. Por más que intento asomarme a las ventanas no se ve nada y me llevo las manos a los brazos para darme calor, notando una especie de frío por toda la espalda. A Karin no le gusta este sitio... Avanzo cada vez más rápido por el pasillo, intentando encontrar rápido a la persona que me está llamando. ¡A lo mejor sabe cómo salir de aquí!

Empujo de golpe la puerta del final del pasillo, quedándome parada en seco y cogiendo aire mirando esa habitación. Parece una habitación de almohadas... Me llevo la mano a la frente para taparme los ojos al mirar hacia el techo y a las bombillas. Aunque haga eso, noto cómo las lucecitas se me quedan en los ojos, como una mancha que no termina de irse... Y que habla. Eso es... No... No lo sé... No me gusta la oscuridad. No me gusta esa mancha fea... Aunque... 

Me echo hacia atrás unos pasitos, buscando la puerta que ya no está ni se abre. Hay otra puerta... Pero no sé si se abrirá. Aún abrazándome los brazos, miro a la habitación, desviando la mirada de la mancha fea hacia la bolita de luz que me llama. 

- A lo mejor tengo que ser buena y traer la "ecensia"... - murmuro, esperando que la mancha me crea y me deje en paz mientras me acerco a la bolita y la cojo con las manos, mirándola con curiosidad - Hola. ¿Eres tú la "ecensia"?

 Como si algo en tu interior te hubiese indicado exactamente lo que tenías que hacer, te extenderías a alcanzar aquella esfera de luz que, según acercabas la mano, iba aumentando su brillo, hasta que finalmente entraste en contacto con ella, y fuiste bañada por una sensación de paz y tranquilidad.

 Mientras tu cuerpo se movía por si solo en la nada, tus ropas se iban desvaneciendo en un aura blanca que, en su lugar, cubría tu cuerpo con la forma de otras vestimentas, tomando forma de múltiples rosas a tu alrededor. Como si un coro de ángeles cantase a tus oídos, danzabas entre las rosas mientras te cubrían por aquellas vestimentas que pronto adoptarían color y textura: un hermoso vestido rojo  con varias cintas decorativas, así como unas medias largas por encima de las rodillas y unos cómodos tacones rojos: para cuando las rosas se disiparon, estabas completamente cambiada, física y mentalmente...

 Tal vez no dejabas de sentir miedo, sin embargo, ahora también tenías un sentimiento de confianza y poder, como si hubieses sido dotada de la capacidad de enfrentar a los seres de la oscuridad que atormentaban tus pesadillas...

 Con tu cambio realizado, aquella mancha en el suelo empezaría a "vibrar", empezando a crecer y a moldearse como una masa negra que iba formando una silueta. Era más alta que el adulto promedio, con largos cuernos que recordaban a las ramas crecientes de un árbol; poseía largas extremidades, y como si sufriese de algún tipo de desnutrición le colgaba la piel de las costillas. Así mismo, iría completamente desnudo, solo cubierto por gruesas capas de pelaje negro que bajaba desde su cabeza, en donde en lugar de haber un rostro se encontraba la calavera de algún animal o criatura, en cuyas cuencas resaltaban un par de brillantes luces amarillas a modo de ojos.

E̸̬͐s̵͚̉e̶̱̐n̵̰̈́c̷̗͑í̵͜ą̵̏.̴̺̒.̶̣͗.̶̫͐

D̶̠̈ë̸͉ḃ̷̤o̴̱͊ ̶̻̈́r̸̬͗e̵̪͑ċ̷̼ó̶͔l̸͍͐e̷͝ͅc̷͖̐t̶̡͌ä̵̮ŗ̵͒ ̴̂͜l̶̻̍ǎ̴̰ ̶̫̄e̵͕͝s̵̬̅ê̸̙n̴̥͒c̸̹͌i̷̧̔ă̷̬.̵͉̓.̴̹͑.̶͍͝

  Repitiendo nuevamente aquellas palabras, la bestia soltaría un baboso rugido, claramente con intenciones agresivas.

Al coger la bolita de luz, siento como si algo fuera distinto. Como esas veces que suena una canción muy chachi y te pones a bailar y cantar sin pensarlo. Doy una vuelta sobre mí misma cuando veo que aparece ese precioso vestido rojo a mi alrededor y doy un saltito justo antes de que aparezcan las medias y los taconcitos. Cada vez más emocionada, sonrío de forma muy amplia y cierro los puños sobre mi falda, agitándola de un lado a otro con ilusión. 

En cuanto me aseguro de que todo eso es de verdad, o por lo menos de verdad en mi sueño, levanto la mirada hacia esa sombra que sigue aquí. Noto mi corazón latiendo fuertemente y aunque sigo sonriendo, aprieto los labios, preparada para enfrentarme al monstruo que poco a poco va tomando forma. No... ¡No me vas a asustar esta vez! Y cada vez más segura de esto, me pongo las manos en la cintura y suelto una risa divertida con los ojos brillando un poco más de lo normal. 

- ¡Espero que estés preparado para jugar, bicho malo! - en ese momento empieza a hablar otra vez y suelta ese horrible rugido que me obliga a cerrar los ojos un momento, pero sigo plantada en el sitio, sonriendo - ¡Jajaja!¡Me lo tomaré como un sí! Vamos a jugar... ¡Al tú la llevas! 

Espero a que el monstruo se acerque... Todavía no, todavía no... ¡Ahora! Y cuando está a punto de acercarse del todo, me echo a un lado con otro saltito y le aparto con una patada bien dada en la pierna. 

- ¡Ahora la llevas tú!

Al verte básicamente quieta, la criatura apenas dejo escapar algo de aire de entre sus fauces antes de caminar hacia ti dispuesto a alcanzarte con una de sus manos, solo para caer en tu finta y recibir así una patada en una de sus piernas que, a pesar de todo, no pareció dolerle mucho.

 -G̸̦͌r̸̳̾h̵̪̀ḥ̶́ ... -como la bestia que era, soltó un pequeño gruñido antes de disponerse a alzar una de sus garras y lanzarte un golpe con el dorso de esta, siendo que el impacto inmediato fue capaz de lanzarte un par de metros debido a su tamaño.

 Mientras el combate se desarrollaba, tu mente seguía trabajando en lo que sea que estuviese sucediendo, y mientras el poder aún recorría tu cuerpo eras capaz de sentir como las ideas se formaban en tu mente, en un idioma imaginario que no podías leer ni decir, pero que entendías a la perfección.

[¡Bam!]

Karin imita la forma de una pistola con una de sus manos y, tras hacer "¡Bam!" dispara una bala imaginaria a un objetivo, inflingiendo 2d3 de daño.

1d10+DES+Armas a Distancia+2 para el ataque.
13% de crítico
Coste: 2 MP

A-ah... Pues sí que parece fuerte. Por un momento sonrío de forma incómoda, apartando la pierna después de haberle dado la patada, y pensando en pedirle perdón para ver si se enfada menos conmigo. Pero no me da tiempo. Abro los ojos asustada al ver la enorme garra disparada contra mí pero no soy capaz de moverme. Abu... ayuda. Doy un par de vueltas rodando por el suelo y cuando intento levantarme me tiemblan las piernas un momento. Empiezo a notar lagrimitas en los ojos, ¡pero no me voy a rendir! 

- Aaauauauauau... - murmuro, levantándome y tragando saliva para volver a sonreír al monstruo - Vaaale, ahora la llevo yooo... ¡Y esta vez no te lo voy a poner tan fácil!

No sé si es mi abu o el mismo sueño que me está ayudando, pero aunque tenga pupas me siento mucho más confiada. ¡Y ahora puedo disparar! Así que como hay algo de distancia entre el monstruo feo y yo, echo a correr hacia el otro lado de la habitación para quedarme más a salvo y le señalo con el dedo, haciendo forma de pistola y cerrando un ojo porque así se apunta mejor.

- ¡Laaaa llevas tú! ¡BAM!

Doy un saltito de emoción al ver que la bala ha hecho algo pero luego miro al suelo y a ese líquido feo. ¡Qué asco! Levanto la cabeza rápidamente al ver que el monstruo me quiere pillar y entonces se abre la puerta. Parpadeo un par de veces, sorprendida, al ver a ese señor doctor entrar como si nada. No sé muy bien qué responderle, pero al ver que monstruo le responde con un rugido, doy un respingo y agito los brazos preocupada. 

- ¡Cuidado, señor doctor! ¡Es muy fuerte! - intento avisarle. 

Suspiro más tranquila al ver que ha podido apartarse del monstruo y luego asiento sonriente al ver que el señor quiere que le ayude. Ah, pero si es un adulto... y me ha pedido que le ayude... hmmm... ¡Entonces tengo que hacerlo lo mejor que pueda! 

- Yo me encargo. - le sonrío, muy segura de ello - ¡Eh, monstruón! ¡Que estabas jugando conmigo! - le grito al bicho feo, apuntando con el dedo a su cabezota y haciendo otra vez esa bala chachi invisible - Yyyy ¡bam!

 Luego de escuchar tu advertencia, el hombre no dudó en tirarse a un lado para evitar ser alcanzado por la criatura, y si bien podía notar la confianza que tenías en ti misma, no pudo evitar preocuparse cuando dijiste "yo me encargo".

 -O-Oye, ¡pero ten cuidado tú también! -te advirtió.

 En ese momento la sombra volvería su atención a ti, visiblemente más rabiosa que antes mientras alzaba sus garras para arremeter nuevamente, no obstante fuiste capaz de lanzar nuevamente uno de tus ataques que penetraría en uno de sus brazos provocando otra herida sangrante.

 -A̴̗̪͇͒R̷̛͉̳̒G̷̜͕̅H̴͍̏̔̉Ḣ̶̦̟̲͘H̵̛͖̃ͅ.̷̖̝̈́̐͗.̶̛̲̲́.̴̹͔̊̐  -en ese estado de ira, la criatura soltó un feroz rugido que resonó por toda la habitación, y mientras el doctor se colocaba a tu lado pensando en una manera de ayudarte, la bestia empezó a correr de nuevo hacia ti.

  Si bien querías asegurarte de que aquella criatura no te asustase nunca más, poco luego de que empezase a correr te percataste de como tu visión se iba nublando poco a poco por una luz, teniendo como última imagen la figura del hombre sacando de su bata unas jeringuillas y la criatura encarando a ambos, siendo que el resultado del combate quedaría como una imagen de los tres enfrentándose antes de que simplemente todo acabase, como nada más que un sueño...

[Fin del Prólogo]