Un sargento de la guardia se acerca a Rob, el sargento de la caravana. Bienvenidos! Traen los papeles?
Si claro...` responde Rob sacando aquellos papeles con el sello de Scofferishire que guardaba con celo, pues era el salvoconducto que les permitía viajar con total seguridad.
El guardia coge los papeles De la Britania! de Scofferishire... bien, bien, síganme. respondió el tipo al tiempo que con los papeles enrollados en mano, avanzó a paso rápido hacia las caballerizas. las doncellas ya pueden bajar, el suelo es seco y seguro. sonrió.
Por fin llegabamos aquel día a tierra firme, al pisar el suelo de Franconia me sentía renovada, con nuevas fuerzas, la brisa del oceano hacía que me adormilase y las olas mecían el barco cual cuna de niño, por eso, ahora que respiraba el vivo olor de los bosques quería llegar rapido a Parens, el nombre de aquella ciudad me hacía tanta ilusión... Poco despues de haber retomado el viaje por los bosques de aquella nación, nos detuvimos en el pueblo de Mossanet, era agradable aquel pueblo lleno de historias nuevas, arquitecturas diferentes y comidas exuberantes, Astiria y yo quisimos pasar por lo que parecía ser el mercado acompañadas por los guardias para admirar y aprender de aquella cultura nueva para nuestros ojos, Astiria se desenvolvía mucho mejor que yo al expresarse, era notorio la educación que la chica había tenido desde chica, aquel día hicimos algunas compras de joyas y regalos, mi compañera quería llevar un recuerdo a su padre para convencerle de que haberla enviado a este viaje había sido lo mejor que pudo decidir, ademas queria llevarle a su hermano un presente que le hiciera recordar a su familia en los tiempos de guerra y desesperación que tal vez pasaría estando en la tierra santa, yo, por otra parte le llevaba a Ghela un presente por todo lo que había hecho por mi, seguramente la chica ya había viajado y conocia de sobra aquella cultura pero aún asi creia que el presente le gustaría.
Al llegar la hora de almorzar, un chico de aspecto bastante dudable se acerco a nuestra mesa, aún no había expresado sus deseos cuando los guardias de la compañía le iban corriendo pero algo le había sucedido a mi compañera, sus ojos se cruzaron con los del chico y entonces pidió a los guardias que le dejaran acompañarnos en la comida, Astiria no dejaba de ver al chico que resulto llamarse Victor y ser poeta, mas detalles no nos proporcionó, solo que agradecía mucho nuestra bondad y que esperaba alguna vez volver a encontrarnos en una situacion mejor...
Más tarde, en ese mismo día los guardias nos llevaron a una posada que habia sido reservada solo para la caravana, mientras nos intalabamos para pasar la noche, Astiria me mostró algo que Victor había compuesto para ella, era de esperarse que mi compañera quedara perdidamente enamorada de aquel que sentía lo mismo por ella, y solo deseaba volverle a ver, mientras, yo recordaba los momentos que había pasado con Sighard, si bien el no era perfecto yo lo amaba con todas mis fuerzas, en ese momento deseé que las lunas pasaran mas rapido para que llegase el día de reencontrarme con el...
Por la mañana volvimos a retomar los caminos que nos llevarían hacia Parens, no sería un viaje tan largo desde alli por lo que no tendríamos más paradas en otros pueblos, aún asi nos imteresaba llegar lo mas rápido pues se decía que para esta epoca se celebraría un baile al cual tal vez podríamos entrar nosotras, hacía tanto tiempo que no bailaba... y Astiria era tán jóven que disfrutaría mucho de aquel baile si pudieramos ir... Con esos pensamientos en nuestras mentes proseguimos el viaje hasta la ciudad “que nunca dormía”
hielito necesito que me aclares algo, el guardia que nos recibe es el de la ciudad de parens ya? para terminar mi post ^^
si, lo es. Estáis en el castillo de parens ahora mismo y el guardia os invita a bajar del carruaje y llevaros a la corte donde se os dará de comer y hospedaje. sigue con el post :D
Al bajarnos del carruaje podemos ver muy de cerca el casillo de Parens, era aún mas grande que todos los que hasta ahora había visto, más lujoso y con muchisimos mas guardias, había quedado maravillada y mientras nos guiaban hacia el interior no paraba de sonreir y mirar cada detalle, de vez en cuando Cruzaba la mirada con Astiria, la jóven parecía sumida en sus propios pensamietos pero aún asi al verme sonreia divertida, los pasilos del castillo parecían poseer vida propia, por todos lados iban y venian los sirvientes con arreglos florales, bandejas con manjares, sillas y mesas, seguramentre habría un importante evento.
Muy entusiasmadas llegamos ante la corte, la sala era muy amplia, adornada con multiples armaduras y los señores esperaban sentados en los grandes tronos vestidos con muchas joyas y vestidos ornamentados. Mientras nos anunciaban, permanecíamos con la cabeza gacha en señal de respeto y solo les mirabamos cuando era solicitada nuestra atencion. Unos momentos despues y entre reverencias, la corte nos invita a comer en la mesa, aquellas personas eran muy agradables y amables aunque muchas veces no podiamos comprendernos una sonrisa educada compensaba aquello.
Nos fueron presentadas muchas personas en muy poco tiempo, en especial los hombres de la corte prestaban atencion a Astiria, aunque la comida no duró demasiado pues todos debían retirarse pronto a sus aposentos y alistarse para el baile de esa noche... Asiria y yo fuimos conducidas hasta una habitación e n una de las torres del castillo, habiamos cruzado muchos pasillos y atravesado tantas escaleras que dificilmente recordariamos el camino de vuelta, aunque en el recorrido nuestro guia habia mencionado varias historias y señalado muchas pinturas y obras de arte.
Luego de descansar largo rato en nuestra habitación, una sirvienta toca la puerta y al abrirle nos hace llegar una invitación al Baile de aquella noche...
Las dos mujeres procedentes de la corte inglesa, bajaron de la torre siguiendo a una de las sirvientas. Abajo, las esperaba un chico elegantemente vestido, que se presentó como Frei. Frei era el maestro de llaves del castillo y debía acompañarlas al salón. Tras recorrer un largo y estrecho pasillo llegaron a aquella gran sala llena de gente. Era todo un bullicio de voces y en la largas largas mesas no había más que dos personas sentadas en el centro. Eso delató a aquella mujer y aquel hombre como la esposa y el señor de aquella ciudad. Al fondo pudieron observar a un grupo de juglares quienes afinaban sus instrumentos lo más discretamente que podían. Frei les llevó ante el señor y su mujer.
Mi señor, les presento a las cortesanas llegadas del feudo de Scofferishire en la Britania. Por lo que conocemos, el mismo hijo del señor de Scofferishire y sus hombres acompañan al rey Sigmord y a nuestro rey también en la conquista de la ciudad de Misina. sonríe, gira sobre uno de sus pies y haciendo una reverencia deja paso a las dos cortesanas. Yda de Warndorf, prometida del hijo del señor de Scofferishire y su acompañante Astiria de Kriegghar, hija del señor de Nurburg en la germania.[/B]
Frei, parece muy bien informado en todo momento.
Sonríe a las muchachas. Esta corte está encantada de hospedar a dos mujeres tan bellas. Siéntanse en su casa, y por favor, acompáñenos en la cena cuando esta sea servida. Tendrán que contarme muchas noticias por seguro.
simplemente asiente con la cabeza.
Tras habernos presentado tan acertadamente aquel hombre Frei, Astiria y yo dimos un paso adelante haciendo una reverencia a modo de saludo y sonrientes agradecidas por la hospitalidad, luego, Frai se retira con un gesto de su brazo invitándonos a unirnos con la multitud, caminábamos como nos había enseñado nuestro buen amigo y profesor Ülrich, muy derechas y con la cabeza en alto, muchas de las jóvenes en el gran salón nos miraban extrañadas, preguntándose quienes eramos y seguramente criticando nuestra actitud, mientras caminamos hacia un lugar más cómodo, donde no hubieran tantas personas, me fijo en que mucho de los caballeros se quedaban admirando la belleza de mi acompañante, pero ella parecía distraída, un poco nerviosa desde luego, pero aún así no estaba disfrutando de todo aquello como creía que lo haría, tal vez aún pensaba en aquel hombre, se lo preguntaría pero seguramente se sentiria incomoda.
Por todo el salón se oía el murmullo de los invitados, hablaban rápido y a veces nos costaba entender sus frases al momento, Astiria tenía mas soltura para aquel idioma por lo que siempre dejaba que hiciera los honores de presentación cuando se acercaban otras cortesanas y personas de la corte, curiosos por saber de dónde proveníamos, poco a poco iba olvidándome de todas las preocupaciones que me afligían, todo el peso de aquel viaje tan largo iba aliviándose con cada copa de vino, con cada conversación olvidaba las voces de los habitantes del feudo que tan arduamente trabajaban para recuperar sus hogares. Eventualmente nos sentíamos muy a gusto en aquel baile, tanto, que seguramente se notaba del modo que disfrutábamos la fiesta.
En un espacio de tiempo en el que habíamos quedado solas, y mientras charlábamos en nuestro idioma, dos caballeros se acercaron a nosotras para pedirnos un baile, Astiria aceptó un poco resignada, y yo, aunque sintiendo un poco de remordimiento tomé la mano de aquel encantador jóven…
Bailar aquellas melodías era relajante y divertido a la vez, los jóvenes se llamaban Jane Antoine, y Jane Gregore, eran hermanos, de Parens y provenían de una familia de comerciantes, estaban allí disfrutando la velada en la compañía de uno de sus primos mas lejanos; luego de bailar algunas piezas más nos alejamos un poco del salón principal para poder conversar con mayor privacidad, fue entonces cuando nos fue presentado el primo que les acompañaba, al verle, no le reconocí de inmediato, mas sí mi compañera de viaje, que al primer instante en que su mirada se cruzó con el de él, su corazón se aceleró, su rostro se enrojeció y su voz enmudeció, era aquel poeta que tantos suspiros le había robado…
Victor y Astiria pasaron el resto de la velada juntos, conociéndose y divirtiéndose, yo les observaba constantemente y hablaba con un grupo de cortesanas que parecían muy interesadas en los caballeros que ya conocía. La velada había terminado pronto para mi, pasado poco tiempo despues de media noche, me despedí del grupo de personas con que había compartido la noche y de Astiria, que estaba radiante y feliz, sabía cómo se sentía la chica en aquel momento, si había encontrado el amor como yo encontré a mi Sighard, con esos pensamientos de amor y romanticismo me fui a la cama, al siguiente día partiríamos nuevamente después de la primera comida del día, y aquél, como mucho, sería el viaje más largo que por tierra haríamos.
Habían pasado ya dos días desde que dejamos Parens, y aún no me atrevía a preguntarle a Astiria que había pasado con Victor, el poeta. La chica actuaba normalmente, así que suponiendo que aquella historia no había acabado mal, le interrogué finalmente, lo que me contó me sorprendió un poco, al parecer Victor había quedado perdidamente enamorado de la chica desde la primera vez que se vieron, que le gustaría seguir conociéndose y que si ella aceptase, podrían acordar reunirse una vez más por cada parada que hiciese en aquel largo viaje, y así, al final, cuando llegasen nuevamente al Feudo, y si su amor seguía creciendo, le pediría la mano a su padre para casarse como era debido... Y así fué, por cada parada que hicimos el siguiente mes de viaje, Victor estaba allí esperando para encontrarse con su amada y poder pasar un tiempo juntos, yo les cubría de los guardia de la compañía pues si se enterasen de aquel desacato era muy probable que enviasen al pobre a enfrentarse con el padre de Astiria, pudiendo esperarse cualquier tipo de destino. Aún así no le perdía de vista, después de todo era mayor que ella y tendría que cuidarla por mi cuenta... Además ya comenzábamos a llegar a la costa y me preguntaba si podrían seguir viéndose en el momento de embarcar nuevamente, esta vez hacia Sibila...
jojojo... grandioso post. Me ha encantado :D mientras sigas así no me importa seguir con este ritmo :D Lo releeré bien para hacerte un nuevo post que esté a la altura :D