Lenora te miró de lado -Querida mía, ya estás que ardes -te dio una sonrisa malévola -No busco una hija, somos todas hermanas, ya lo sabes...
Elizabeth se mordió el labio y sonrió, se metió su mano de nuevo en la bata al ver que no se la estrechabas -Creo que es la primera vez que alguien me dice monada -acotó y las puertas del ascensor se abrieron.
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La médica las acompañó hasta una puerta de vidrio que daba una habitación similar a la de los hospitales -La paciente está en agonía, se le está administrando regularmente morfina aumentando la dosis paulatinamente hasta que su respiración deje de trabajar. Puedo despertarla si lo desean, pero no aseguro que esté lúcida.
Se quedó allí afuera mientras las observaba con detenimiento al entrar. Allí estaba el mismo pitido acompasado del monitor cardíaco, la misma figura frágil sobre la cama, tapada piadosa y pudorosamente con sábanas ligeras y sobrias, el suero con su goteo rítmico marcando el paso inexorable hacia el fondo de la bolsa. Su cabello estaba peinado pero parecía apelmazado, sin brillo, sus labios estaban resecos y su piel estaba ya ligeramente gris y opaca, presagio de un fin inminente. Una flor a medio marchitar, con sus colores deslucidos, los bordes de sus pétalos ajados, su corola arrancada. Una sombra maltrecha de aquella mujer exuberante de vida que había sido. Rota, irrecuperable, perdida.
-Despídete -admonizó Lenora desde detrás del hombro de Sofía, sin definirse si hacía el papel de ángel o demonio.
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Miro a Leonora sin disimular su sorpresa. Hasta ese momento había albergado la esperanza de que pudiera curarse, de que pudiera vivir.
—¿Para qué la has traído hasta aquí si no puedes hacer nada por ella? ¡Yo no he venido para despedirme! ¿Qué cosa retorcida es esta?
Recuerdo lo ocurrido en el hospital, con aquel desdichado. Nunca quise despedirme de Gloria. Sólo quería ganar tiempo para ataraerlos a ellos, a los vampiros, para rogarles un remedio.
Cambio el gesto porque lo último que quiero ahora es parecer desafiante. Abro las manos, me las pongo en el pecho y modulo la voz para que parezca que un ruego así conlleva un derecho que no tengo.
—Yo quiero que la traigas, no quiero que se vaya. Por favor.
Dunia lanzó una risotada sardónica -Hemos sobrevivido a muchas cosas, a esto también sobreviviremos... Quizás no todos -acotó malignamente divertida. -Hay liderazgos, los verdaderos siempre están ocultos, como el de Rosa, aquellos sin los cuales esta ciudad sería un completo caos -chasqueó la lengua pensativa -Recuerde: el titiritero nunca está sobre el escenario, señor Ortiz -dejó caer.
-El rumbo es claro: mantener la Camarilla gobernando la ciudad a como dé lugar, no ceder lugar al Sabbat. Controlar a la Príncipe, que es nueva y se está haciendo más enemigos que amigos -hizo un gesto que contenía cierta exasperación -Y jugar con lo que tenemos. Creo que por esta noche ha sido suficiente, lo pondré al tanto de lo que podamos averiguar sobre el trabajo que le comentamos.
¿Te parece si vamos dando cierre? Perdón por el parón.
Sonrió con cierta suspicacia y un claro orgullo - veo que he tenido suerte; me gusta tenerla - confesó - entonces hagamos porque así sea, que el control este donde debe estar, que los enemigos perezcan y los amigos sean vigilados - paseó la mirada por la estancia, observando a los feligreses que allí moraban, donde daban rienda suelta a sus pasiones o sencillamente lo usaban para pensar en sus demonios internos. Con deliberada calma, la mirada de Arn volvió a Dunia, aunque pasando de soslayo en la silenciosa acompañante - sea pues, esperaré que me informéis con todo lo que sepáis, si necesitáis algo más de mi, decidlo o sencillamente, localizadme - y se levantó con estilo, abrochando la chaqueta en el proceso con una sola mano, demostrando que aquel gesto era tan natural en él como lo podría ser el parpadear.
Tu Sire te observó con una ceja enarcada, parecía a un mismo tiempo sorprendida y airada por tus palabras -Ningún por favor va a traer de nuevo a lo que queda de esta mujer, despídete y mátala -te miró con seriedad absoluta -Es lo mejor que puedes hacer por ella, te la traje aquí para que te despidas y para que lo hagas tú misma... -sostuvo dándote una mirada directa a los ojos -¿O acaso no quieres tener lo que queda de ella en ti? -inquirió y la sonrisa volvió a aparecer.
-Yo no fabrico monstruos inútiles, si no lo haces tú, lo haré yo -sostuvo determinante y se fue a un rincón para observarte hacerlo.
No poderme quedar sin respiración es la cosa más rara que me había pasado hasta ahora.
Las palabras de la guía de mi nueva vida me golpean como un mazo y con todo, lo que más me duele, es que se autoproclame fabricante de monstruos.
No entraré en si yo soy o no un monstruo. Seguramente lo he sido desde hace algunos años. Me cabrea que piense que puede fabricar algo así ¿de verdad se lo cree?
Tiro aire frío por la nariz porque no sé si me molesta no sentirme abrumada. Qué demonios. Esto es lo que sabía que iba a ocurrir desde el principio. Llamarla al hospital cortándome las venas para que la reviviera a ella era de una candidez impropia de mi. Sabía que esto iba a pasar. Solo que no me he permitido pensar en ello hasta ahora.
Quería que esto pasara. Y la certeza de esa verdad que me define como ninguna otra me hace hablar a mi sire con decisión.
—No pienses que estamos en el punto en que engendras un nuevo monstruo. No eres una diosa. Si acaso la perversión de una madre. Y no es que que quiera quitar mérito o faltarte el respeto… Me has guiado hasta aquí, hasta el punto, el momento, el acto en que me convierto en quien de verdad soy.
Trato de no flaquear al acercarme a Gloria.
Gloria, nunca me había fijado en el significado de tu nombre. Oh, la desgracia me trae y quiero llevarte conmigo, llevarme tu olor como una fotografía… No te quiero, Gloria, ya no, ahora que no me sirves, solo quiero evocar quien fuiste para mi.
La voy a beber y a esa decisión la acompaña una sed que mueve mis colmillos como con la naturalidad con que el sexo se humedece cuando el roce se hace inminente. Siento algo jodidamente parecido, pero mejor.
Abro la boca y gimo, casi por contenerme, me retuerzo. No sé si sentirme culpable.
Huyo la mirada de mi maestra por miedo a saberme avergonzándola. Me Quito la chaqueta y la camisa y me acerco a la cara de mi Gloria.
—Adios, pequeño, desdichado, amor.
Le muerdo el cuello, no sé por qué ahí. Quizá por las películas, o porque siempre me gustó hacerlo. Noto su pulso y aprieto. Tengo que hacer más fuerza de la que me esperaba y eso me da pavor, como si por un instante fuera consciente del crimen que estoy cometiendo. Aprieto hasta sentir su sangre en mi boca, y notar los latidos de su corazón, dispuesta a conducirla a la extenuación, a su fin.
Paro aquí para no pasarme de largo. Si prefieres que siga sin intervenir tú dímelo y sigo sin problema.
Por otra parte... En la otra escena de presentación... ¿posteo o espero a terminar esta? Y en caso de que postee ¿qué situación ocupa mi personaje? ¿Está con los músicos?
La vampira te miró deleitada por tus palabras, entornó los ojos como si estas tuvieran un punto infinitamente sensual para ella y suspiró mientras deslizaba con voz sedosa -Así es, me alegra que abras finalmente tus bellos y ciegos ojos- volvió entonces su atención a ti que te dirigías hacia Gloria, expectante.
Al entrar la sangre en la boca de Sofía todo lo que compone el mundo y la realidad queda en segundo plano, alejado y temeroso. Es el exquisito sabor, la inigualable dulzura del envase de aquella sangre que te da la vida la que empieza a sacudir de su ensueño a las terminaciones nerviosas de aquel cuerpo en reposo, en descanso impasible. El sabor sedoso y dulce se abre paso garganta abajo.
Las voces de las hermanas intentar llenar otra vez la mente de Sofía, extendiendo la sensación onírica que hablaba de muerte: una física, otra espiritual.
Puedes relatar las impresiones de Sofía sobre el beber y la muerte de Gloria, si te place.
Estás con los músicos, igual lo que posteaste está bien, no van a tocar inmediatamente.
Solo con la música, con el sexo o con la droga –a menudo con las tres juntas– he llegado en mi vida anterior a ese punto de silencio que trasciende la soledad esencial y en el que ya nada importa. Esa sensación, adictiva, de desprendimiento hacia el devenir, engancha, y la buscas. La eternidad en un instante efímero. Pura impostura.
Ahora, mientras la mato como esos leones que muerden los frágiles cuellos de sus presas, noto sus latidos como míos, como mis únicos latidos, hasta que siento que se rinde, y se somete a la muerte, que soy yo. Y allí donde la oscuridad debería reinar se alza un cántico que me deja en un éxtasis imposible de explicar ¿Es el coro de mis hermanas el cántico del ángel de muerte, su eco? Me evoca al sonido de las olas y me siento como una niña que las escucha con el oído pegado a una caracola cuando dejo el cadáver ya sin vida. Un despojo de mi Gloria.
Miro a Leo y me incorporo sin limpiarme la sangre que corre por mi barbilla.
—Todo acaba en el mar.
Le digo sin saber qué digo. Pero me da igual.
Sobre la escena con los músicos ¿hago un post en el que Sofía se acerca a ellos o mejor esperar al tuyo?
Sobre la escena con los músicos ¿hago un post en el que Sofía se acerca a ellos o mejor esperar al tuyo?
Si quieres acercarte a los músicos y no te interesa hablar con ninguno de tus compañeros jugadores, acércate y vamos planeando qué tocar :-P
Todo acaba demasiado pronto, con la rapidez de la fatalidad, con la arrolladora precipitación de lo placentero. La imagen de tu Sire aparece junto a ti, sus ojos azules recorren el cuerpo de Gloria como cerciorándose silenciosamente de tu buen trabajo, luego parpadea lentamente y los dirige a ti de soslayo. -Haz hecho bien, Sofía. Para abrir etapas hay que cerrar otras y los sueños muertos son lastres que terminan arrastrándonos hacia abajo cuando menos lo esperamos -sostuvo con una expresión que hacía pensar que hablaba desde la experiencia.
-Es cierto, todo acaba en el mar -puso una mano sobre tu hombro y te giró el rostro hacia ella, se inclinó suavemente para rozar sus labios con los tuyos. -Este cuerpo, ya nada puedes hacer por él. Ven conmigo, y dejemos por fin el pasado atrás.
Si quieres cerramos la escena aquí :-)