La vampira le dio una vista alrededor al departamento, lo recorrió a grandes zancadas mientras Sofía se vestía y se alistaba sin tocar nada. Esbozó una gran sonrisa al verla, complacida. -Tú sabrás -sostuvo sin darle más vueltas al asunto -Mientras nuestro secreto esté a salvo tú estás a salvo -te dio una mirada significativa, ya sabías lo que pasaría si fallabas o por lo menos sus ojos azules que eran tan cálidos y tan fríos te lo hicieron saber.
-Vamos -dijo secamente y tomó a Renata, que te miraba absolutamente embobada, por el brazo para salir.