Partida Rol por web

Finalmente no pudo aguantar más, y si no estuviese sujeta, estaría en el suelo, muerta de la risa -Veamos, enumeremos la cantidad de chorradas que has dicho en 5 minutos, que bárbaro, ni yo lo habría conseguido, primero, no soy regalo de nadie, tócame y quizás pierdas esa mano, segundo, ¿pedir que? ¿tu mano? ¿para que narices quiero tu mano? además se me da mal pedir, cojo lo que quiero y listo, tercero, mi nombre es Cavatina, no pelo de plata, pero no me molesta del todo, y cuarto, pero no menos importante ¿que parte de tratarme bien no habéis entendido mentecatos? estar aquí atada no me parece que sea tratarme bien- miro un momento a lo que parecía ser un trasgo o eso habían dicho -¡¡exacto!! si he accedido y no soy una delincuente ¿porque estoy atada? además, si me da uno de esos "ataques" de fuga, vamos.... ¡¡sois tres hombres... y medio!! ¿crees que podría escapar de todos?-

Alzó las cejas ante el arrebato de la drow.
-Creía que ese punto había quedado suficientemente claro, muchacha...
Soy un hombre libre. Y por más que insistas voy a seguir siéndolo. No vayas a creer que me vas a confundir con la típica estrategia de querer hacer que suene a idea mia...
Negó con el dedo de forma teatral.
-Y con respecto a tu libertad y a los grilletes, me juego la mano que tanto quieres a que no eres precísamente tonta. Y por ello serás capaz de entender que por mucho que tu versión sea la de que no has hecho nada, nosotros no tenemos como comprobarlo y sería de necios el no tomar medidas.
Eso no quiere decir que no vayas ganándote nuestra confianza con hechos que impliquen más libertad para ti. Esto último lo dijo en un tono bastanet serio, algo fuera de lo común en el shaltiano.-Y no te creas la única de aquí con el privilegio de ser odiada por sus orígenes porque aquí el bueno de Shalt y el trasgo acorazado también sabemos alguna cosa de eso.

- Me temo que si... Desde que salí de mi clan, debo ir embutido en esta armadura y con este yelmo, para que nadie vea mi aspecto. Trato de pasar por humano para que los lugareños estén más tranquilos. Parece que mi aspecto les... Perturba. - Comentó Roht cabizbajo.

Volviendo a levantar la cabeza y mirar a la drow asintió. - Por mi está bien, Cavatina, si así lo prefieres, pues si algo te pertenece es tu nombre. Jamás nadie te robará eso. - Tras eso levantó su enorme martillo al cielo. - Nuestra tarea es muy importante y justa, Cavatina. Si nos ayudas a encontrar a la niña, te doy mi palabra, que es lo único que tengo y de lo que más te puedes fiar, de que te liberaré yo mismo, de ser necesario. Y cuidaré de que nadie se interponga. Pero ahora lo más importante es encontrar a la desaparecida. Cualquiera con un poco de compasión en su corazón estaría dispuesto a ayudar y no me creo que por ser drow no la tengas, pues yo, como bien dices, soy un gran trasgo y no por ello estoy carente de sentimientos.

- Permíteme dudar de tu falta de capacidad para escaparte, en efecto, somos más, pero seguro que eres más rápida que una armadura ambulante o medio humano, que dices tu. - espetó el enano a la drow atada.

- Yo personalmente no tengo nada en contra de tu especie. ¿Pero si eres tan inocente por qué ibas “escortada” por tres guardias de caminos? Responde a esa pregunta.

Creió entender un poco más el estilo jocoso de Shalt y la reacción de Ehaes, pero no comparte ninguna de las dos actitudes. Pero tenía que disimularlo. No era necesario colgarla del techo, sólo con atarla de manos hubiese sido suficiente, aunque eso no era lo más grave. Lo más grave era el trato vejatorio sin saber nada de su culpabilidad.

Sonrió fingidamente -más sandeces- negó con la cabeza -al guaperas respecto a la mano esa que dices que quiero, ni te voy a  responder, es inútil discutir con quien no quiere escuchar, así que muy bien, yo querré lo que tu quieras y bla bla bla, si- luego miro a los demás.

-Señor trasgo, si ayudo a este grupo, no es por mi buen corazón, ni por mi compasión, hágame caso, lo hago por otros motivos muy distintos, y sinceramente ¿esta seguro de ser trasgo? ¿seguro seguro? y no lo estaría tanto, pero entiendo porque huyo de los suyos, sin duda- sonrió maliciosa, luego miro al enano -Hemmm, veamos responder porque iba "escortada" por tres humanos mentecatos, por el simple hecho de que vieron a una drow dando un tranquilo paseo por el bosque y decidieron que seria un buen botín para su jefe y que seria bueno colgarme o quemarme para darle una buena diversión a este pueblo que se muere del aburrimiento, simplemente- miro al guaperas -si no es así, dime ¿de que se me acusa? ¿de tener la piel oscura o de tener los ojos rojos?- Suspiro -igualmente creo que con tenerme atada de pies y manos es más que suficiente para que no me escape ¿hace falta que este colgada como un saco de patatas? además si no descanso no garantizo que pueda seguir ningún rasgo, o pueda equivocarme... tengo que descansar cuerpo y mente para ello, hace muuuucho que no descanso, además por lo que habéis visto el tiempo no nos es propicio, solo diré una cosa chicos.... tic tac, tic tac- 

Por el amor de todos los dioses, uno no ha tenido tiempo de quitarse los zapatos al llegar a casa y la mujer ya está exigiendo tareas, de verdad que si esto no es un matrimonio, ¡que alguien me explique qé diantres es!-dijo gesticulando con los brazos.
-No, mi intención no era la de dejarte colgando como una longaniza toda la noche, querida. Creo que andas algo equivocada con nosotros... o conmigo almenos. Si pedí al bueno de Ripp que te colgase fué por pura precaución mientras lo tenía que dejar solo contigo.
Iba a decir algo pero contra todo pronóstico se lo guardó y lo cambió por un sonoro suspiro.
-Que quede algo muy claro, Cavatina. Nosotros no tenemos nada en tu contra; no almenos de momento, porque nada has hecho en contra nuestra. Tu cautiverio es únicamente circunstancial y temporal siempre que cumplas con tu parte del acuerdo. A día de hoy, si no me equivoco los aquí reunidos te hemos librado de pasar por el cadalso por lo que, si no gratitud si que me gustaría al menos un poco de consideración.Era dificil escuchar a Shalt hablar en serio.
Miró al resto de sus compañeros, reclamando su atención.
-Muchachos, si bien es cierto que todo está saliendo como lo había pensado, no podemos relajarnos. Esos guardas... sobreto el viejo, no me han dado buena espina y me extrañría que den el asunto por zanjado. Actuemos con precaución. se mesó la barba.
-Opino que lo mejor que podríamos hacer es tratar de actuar con normalidad, al menos lo que resta de noche. Mañana nos aseguramos que esos guardas se van con viento fresco y nos ponemos manos a la obra. ¿que opináis vosotros?alzó la mano derecha hacia el resto, dándoles la oportunidad de expresarse.
Hasta mañana podría quedarse aquí, yo la puedo vigilar y vosotros cerrad desde fuera, por si acaso

Arqueo las plateadas cejas -En realidad lo que habéis hecho hasta ahora, es cambiar una celda por otra, a diferencia de que esta no tiene gallinas, pero sigo estando encerrada, además de atada y colgada- sonrió -si me mandas con el grandullón y con la manera tan dulce que tiene de hablar y esa cara de..... amigos, directamente me cuelga del palo mayor, obviamente ¿que quieres que piense? ¿que sois sumamente amables por colgarme? si es así, si ¡¡muchas gracias por ponerme tan cómoda!! por suerte no estoy bocabajo- negó sonriendo.

-Pediste a Ripp que me atase por miedo a que me escapase estando con él, pero me puedo quedar toda la noche contigo, y de ti no podre escapar...- miro a Ripp, luego a Shalt -no digo que mejor, pero si mas cuerpo que tu tiene-

Suspiró con disgusto.
Primero, Ripp no iba a encerrarse desde fuera él mismo y segúndo jamás pensé que iba a encontrar a alguien que pudiese hacerme sombra en cuanto a charlatanería...
Se giró en dirección al resto
-¿Yo sueno así?se rascó la cabeza.
Lo cierto es que empiezo a arrepentirme de todo esto...¿que hacemos?

Los guardias de Nav Hidad estuvieron de acuerdo con Shalt en que lo mejor sería que Cavatina permaneciera junto a él, al menos hasta el amanecer. Si bien era vierto que los Vigilantes no solían ser de los más listos de la región, si solían ser persistentes y más Voran Tak, de quien Shalt se fiaba más bien poco.

El shaltiano descolgó a la elfa oscura y todos juntos comenzaron y alrededor de una mesa comenzaron a debatir acerca de lo que debían hacer nada más despertar. Dragor Melannyn salió un momento de la cabaña de Shalt guardándose bien de que nadie le viera y regresó con viandas que todos degustaron agradecidos.

Ripp fue el primero en partir de la morada de Shalt. Había dejado sola a Branda por demasiado tiempo y estaba ansioso por reunirse con ella. Quedó con el resto reunirse al alba, pues no iba a quedarse de brazos cruzados mientras la guardia buscaba a su pequeña. Él colaboraría en todo lo que le fuera posible.

Poco a poco todos se fueron quedando dormidos siendo Cavatina la última en cerrar los ojos. Pensó en fugarse, pero maniatada y con los pies entrelazados le iba a ser muy difícil huir. Más teniendo en cuenta que se encontraba rodeada por hasta tres hombres con cierta experiencia en custodiar arrestados.

Fuera como fuera amaneció muy pronto y unos golpes en la puerta despertaron a aquel extraño grupo compuesto por un enano, un gran trasgo, una elfa oscura y un humano. Fue Shalt el que se acercó a la puerta con sigilo para descubrir con cierto alivio que del otro lado de ésta se encontraba el gigantón de Ripp ansioso por emprender la búsqueda de Siria.

Lo cierto era que la tormenta no había cesado en toda la noche y los truenos les habían despertado en más de una ocasión. El amanecer no había hecho que el tiempo cambiara, pues seguía lloviendo en abundancia y las goteras de la casa de Shalt empezaban a asemejarse a cataratas procedentes el techo. Era el momento de decidir por donde seguir buscando.

El enorme trasgo se había levantado para asearse un poco. No podía dormir con la armadura puesta porque estaría muy cansado al día siguiente, pero tampoco quería dejar que le vieran el rostro y asustar a más gente, eso nunca. Así, Roht se fué a una habitación apartada del resto y se retiró la armadura para dormir, pero no el yelmo. Al menos, si alguien osaba entrar y mirarle mientras dormía, solo vería su yelmo y no su cabeza de gran trasgo.

Entre el rugir de la tormenta y las goteras en la casa provocadas por la incesante lluvia, Martillo Invencible había dormido todo lo bien que podría hacerlo, pese a la música ambiental que les daba la tormenta. Lo primero que hizo fue asease un poco con un barreño, quitándose para ello, momentáneamente el yelmo. Se enjuagó la cara y acto seguido volvió a colocarse toda la armadura y el yelmo. Una vez listo, bajó a bajo a tratar de desayunar. Rebuscó entre los armarios de la cocina y cogió un mendrugo de pan, algo de mantequilla, cecina, leche y un cuchillo. Ni que decir tiene que no dejó ni las sobras ya que por su tamaño y voracidad tendía a comer muchísimo, siempre que tenía la oportunidad y en aquel momento la tenía.

Cuando por fin tocaron a la puerta, fue Shalt quién se dirigió a abrirla y recibir a Ripp, que ansiaba comenzar la búsqueda cuanto antes.

- Buenos días Ripp. Comenzaremos la búsqueda en cuanto estemos todos listos. ¡Vamos gandules, es hora de ponerse manos a la obra! - Gritó a su camarada enano y a la drow, esperando que estuvieran ya bien despiertos.

Melannyn se despertó pronto, sin haver dormido mucho debido a la tormenta y a una gotera que le estubo fastidiando toda la noche dándole en la cara... durmió con la misma ropa de vestir, ahora medio empapada por el agua de la gotera.

¡A punto de marcha señores... y señorita drow! - respondió al resto del grupo.

¿No tendrá nadie por casualidad ropa de enano seca? 

Dragor no había tenido tiempo con las prisas de la misión de pasar por su hogar en las minas abandonadas a provisionarse suficientemente para su nuevo trabajo de guardia de Nav Hidad.

Asintió -Si, es algo que yo siempre llevo encima, ropa de enano- rió. Se estiro después de haber dormido echa un ovillo toda la noche, era difícil de creer pero no había dormido tan mal, después de todo igual el cansancio la había vencido más de lo que creía.

Aún sentada miro a Shalt -Te encanta verme aun aquí ¿verdad?- rió pícara -bueno aceptare que no se duerme tan mal contigo- volvió a reír, parecía de buen humor aquella mañana -¿me destaras al menos para comer algo? ¿o me darás tu de comer?- puso morros.

-Bueno, bueno... Se crujió el cuello, pues lo tenía agarrotado de haber dormido en mala posición.
-Por ahora me va a tocar conformarme con esto, me temo... Ya lo remediaremos en el futuro siempre que me prometas no caer presa de mis encantos
Tras dejar pasar a Ripp cerró con cerrojo.
-Como dice pelo de plata, comamos algo rápido y pongámonos en marcha
Se mesó la barba pensativo. -Está bien, Cavatina... supongo que es hora de empezar a darte esa confianza que ayer tanto reclamabas.suspiró. -Si voy a arrepentirme de esto, espero que hagas que valga la pena... se dirigió hacia la cautiva, se situó a su espalda y se dispuso a desatar la soga que mantenía sus muñecas atadas a la espalda. Tras un rato de forcejear y algunas quejas de lo muy fuerte que la había atado Ripp, entreteniéndose quizás un poco más de lo necesario en las partes del nudo cercanas al trasero de la muchacha, terminó por librar sus muñecas.
¡Listo! Ahora te traigo algo para comer. Y creo que tendré algo para tí, Dragor Hazme el favor y se una buena invitada.
Se dirigió a la trampilla situada en una esquina y, tras abrirla, descubrió una escalera de caracol que descendía no menos de 3 metros en el sub-suelo. Allí abajo se encontraba el almacén y la despensa de los productos no perecederos. en un abrir y cerrar de ojos descendió por las escaleras y volvió a subir cargando un saco en cada mano.
De uno de ellos sacó manzanas verdes, carne seca y algunos embutidos, que dejó sobre la mesa para que cada uno pudiese servirse. Del otro primero sacó lo que parecían unas pieles que lanzó hacia el enano. Una vez en sus manos pudo ver que se trataba de ropa de su tamaño consistente en un mono de cuerpo entero confeccionado en piel de oso. La procedencia era reconocible debido a que la capucha que cubría la cabeza aún mantenía lo que parecían las orejas del animal. Encima de esta capucha peluda,otra capucha de cuero curtido la cubría, convirtiendo esos ropajes en algo realmente caliente e impermeable.
-Para ti creo que no tengo nada que pueda valerte, Roth, pero para nuestra querida invitada si que tengo un regalo.dijo tendíendole una capa con capucha larga de cuero negro curtido.Está lloviendo y por nada del mundo querría que esa piel tan suavecita y al aire que tienes tuviese que enfrentarse a los elementos. No al menos si puedo evitarlo.