Partida Rol por web

Cavatina le había pillado el gusto al combate cuerpo a cuerpo. Quizás en parte, porque todavía no había recibido ni un solo arañazo. Las cosas podían cambiar muy rápido si llegaba a ser herida. Aunque de momento, aquellos adversarios no habían demostrado ser una gran amenaza.

La drow saltó por encima de los cadáveres de los lobos, situándose en paralelo con Voran Tak. No le gustaba aquel hombre, y ella tampoco le gustaba a él, o podía ser que sí, de una forma depravada y malintencionada, aunque ese era otro asunto que no valía la pena pensar en ese momento. No obstante, en ese momento estaban del mismo lado y aprovecharía su ayuda para flanquear al trasgo del gorro.

Decidió atacar con su espada corta. Sin duda era más ágil con ella que con la larga. El filo de su arma se incrustó entre las costillas del trasgo que aulló de dolor. Una sonrisa se dibujó en el rostro de la elfa oscura. El trasgo dio un paso atrás para zafarse del ataque. La afilada hora de la dorw había causado estragos en su organismo, pero no se iba a rendir tan fácilmente. 

T2 (-23): ataca a Voran y 4pg.

Roht (-6pg): ataca a L1 y 16 pg (te toca otra vez!)

 T3: desaparece en el interior de la cueva

Shalt (-18pg): ataca a L1, 5 pg y falla

Voran (-9 pg): ataca a L1 y 10 pg lo mata

T1: ataca a Voran y falla

Cavatina: mueve a L18 haciendo un rodeo, ataca y 23pg

L1 (-31pg): muere

- ¡Acabemos con ellos ante de que el otro feote que se metió en la cueva traiga a sus refuerzos! - Anunció Roht al resto de sus compañeros.

Pasando tras la drow, trató de posicionarse aprovechando nuevamente el flanqueo de Voran para impactar contra el gran trasgo que tenía frente a sí. Pero en esta ocasión la fortuna y el terreno no jugaron en su beneficio, errando el tremendo golpetazo de su martillo.

Una vez muerto el lobo que estaba amenazando su vida, el shaltiano se armó de valor y con su espada en alto cargó contra el trasgo que había hablado en primer lugar. El golpe descendente del buscador de tesoros no encontró a su objetivo.

- ¡Mierda! - Farfulló mientras se preparaba para repeler el ataque de aquel piel verde.

- ¡Así no ayudas mucho, shaltiano! - Le recriminó Voran en tono jocoso.

Acto seguido el vigilante golpeó con su espada contra el lomo del trasgo. Éste lanzó un quejido al aire y una maldición en su deforme y abisal idioma. Había abierto una herida poco profunda, pero suficiente para hacer que la sangre salpicara sobre su armadura.

- ¿Ves? - Sonrió complacido. - ¡Así se mata a un trasgo!

El trasgo atacó entonces a Voran tratando de devolverle la caricia. Sin embargo, fue tan sutil que pese a que su mellado filo rozó las placas de la armadura no llegó a penetrar y prácticamente no notó el impacto.

Cavatina estaba ansiosa por matar a aquellas criaturas. Conocía bien sus maneras. Había tenido el dudoso placer de compartir algún tiempo con ellos en el mundo subterráneo. Se trataba de criaturas traicioneras, seres que sólo miraban por su propio beneficio, alimañas en la que más valía la pena no confiar, gente como ella misma. Sonrió al pensar en aquello. - No, yo soy mejor que ellos. - Se dijo a si misma.

Entonces agarrando firmemente la empuñadura de sus dos espadas lanzó dos ataques contra aquel odioso trasgo. Por desgracia parecia que la diosa Midori no estaba hoy de su parte, pues aquella sanguijuela pudo esquivar ambos ataques.

- ¡Aaarg! - Gritó enfurruñada.

En ese momento el segundo trasgo lanzó un ataque contra la drow. No obstante, este fue tan efectivo como los que ella le había propinado a éste.

Viendo como los trastos no desistían en sus ataques sin sentido contra el grupo, Roht no lo dudó y volvió a responder con un fortísimo golletazo con su enorme martillo.

- ¡No te atrevas a atacarnos, trasgo del demonio! - Le esperaba.

El golpe de martillo de Roht provocó una severa fractura en el cráneo del piel verde. El golpetazo contra su sesera sonó hueco y acto seguido se cabeza se abrió como un melón esparciendo sus interioridades sobre la nieve. Pese a que el órgano que regía sus movimientos y le dotaba de conciencia a aquel cuerpo, éste continuó moviéndose unos momentos lanzando algunos golpes aquí y allá hasta finalmente caer desplomado contra el suelo.

El solitario trasgo que quedaba en pie miró a izquierda y derecha y lanzó una rápida ojeada hacia atrás. Se veía superado y con altas probabilidades de no poder contarlo. Evidentemente por su cabeza rondaba una única y clara idea, la de salir corriendo de allí a la menor oportunidad que se cruzara en su camino.

No obstante, Shalt no era partidario de dejarle escapar de allí con vida. No es que deseara especialmente su muerte, pero debían eliminar cualquier escollo, por pequeño que fuera, en pos de encontrar y liberar a los niños robados de sus padres. ¿Quién le iba a asegurar a Sahlt que más adelante, internándose en aquella caverna, ese mismo trasgo no le apuñalaba por la espalda? No era ya una cosa únicamente suya, sino que de su éxito o fracaso podía depender la vida de muchos niños, ya fueran los secuestrados, si es que seguían vivos, o los que pretendieran secuestrar en el futuro.

- ¿Donde están los niños? - Preguntó de forma imperativa antes de lanzar un espadazo contra el trasgo, que este esquivó dando un respingo.

Entonces Shalt aprovechó las dudas que tenía aquel sucio ser en su mente para hundir su espada corta cerca de su espinazo. 

- ¿Te hace recordar el frío acero? - Le preguntó antes de recuperar su espada.

- ¡És inútil que hables con esta basura! - Gritó Voran mientras lanzaba un ataque con su espada larga contra el trasgo. - ¿No ves que aunque te entendiera no te lo diría?

El impacto de la espada de Voran fue duro y certero. Una brecha de tamaño considerable se abrió en el costado de aquella bestia sin escrúpulos. Sangre de un color oscuro como su corazón, comenzó a manar empapando sus ropas y el suelo por donde pisaba. Por un momento el piel verde pareció capitular y a punto estuvo de dejar caer su hoja. Sin embargo, no lo hizo y a la menor oportunidad que tuvo y sin decir nada, salió corriendo huyendo del combate e introduciéndose en la caverna como un ser cobarde que era.

- Bueno... - Voran gruñó para sus adentros. - ¿Y ahora qué? - Preguntó. - Sin duda esa guardia debe estar infestada de trasgos y saben que estamos aquí...

- Echad un vistazo a ver si estos cadáveres llevan algo de utilidad para nosotros. Después seguiremos a esos engendros, me dan mala espina. Podrían tener algo que ver con las desapariciones. - Anunció Martillo Invencible, al mismo tiempo que sacudía su enorme martillo, regando con sangre el suelo nevado, mientras retiraba la mayoría del líquido vital de su arma predilecta.

Frunció el ceño -Espero que quieran al niño vivo, si no.... os aseguro que ya estará muerto ¿lobos y trasgos? dudo que sobreviviese a eso además me espina que ya no haya huellas del trineo- miro hacia el interior de la caverna. Se volvió a sus compañeros -Creo que iré yo primero, vosotros sois muy ruidosos, al menos hasta que pueda deciros cuantos son y lo que nos espera adentro- miro esperando conformidad.

-Tú no eres la única que sabe caminar sin sonar a cacharrería, Plata... y no está tdentro de mi lista de cosas que hacer antes de pasar cuentas con la parca el dejarte adentrar sola en una guarida de trasgos... Se encogió de hombros el shaltiano.

-Las damas primero...-dijo en tono divertido haciendole una exagerada reverencia.

Mientras su compañero Shalt y la extraña drow, que parecía estar ayudando después de todo, mantenían una tensa conversación, como de costumbre entre ellos dos, Roht, ajeno a aquello, continuó su cometido. Se agachó sobre el cuerpo de uno de los caídos trasgos y revisó lo que llevaba encima. Acto seguido, hizo lo mismo con los restantes cuerpos del resto de trasgos, buscando algo de utilidad en ellos.

- Bueno, dejadlo ya. Cualquiera de los dos puede entrar, después de todo yo si armaría mucho escándalo con mi enorme armadura, a decir verdad. - Añadió Martillo Invencible, algo molesto.

Lo cierto era que notaba cierta atracción entre aquellos dos, más por Shalt hacía Cavatina, por supuesto. ¿Por qué si no iban a estar discutiendo todo el santo día?

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