Partida Rol por web

Mary se había resignado, tenía que jugar. Aunque empezaba a no tener claro si aquello era un juego... algunos comentarios le hacía pensar en lo peor.

Esta vez no tenía duda sobre quien votar, ¿quién quiere ver morir a alguien de su familia?

Patrick creia firmemente en la libre empresa. Y si la empresa del indigente era liarse a palos, pues bien por el. Demostraba espiritu emprendedor.

Viendo que venia a por el trato de incorporarse como pudo para poder liarse a puñetazos con el pobre anciano.

Me molestaba sobremanera estar de acuerdo con algunos de los más cínicos entre los cínicos que iban en el vagón... realmente me producía indiferencia. A ver... no quería matar a nadie, no había que perder eso de vista... pero puesto que no teníamos más alternativa que seguir picando carne con la locomotora... pues debía decantarme por algún pobre diablo.

El tipo ese que parecía sacado una vieja serie de raíces me producía simpatías. Puestos a elegir... pues me parecía correcto matar al otro...

Perdone... mmm... señor... - le pregunté, pues no recordaba su nombre - ¿podría decirme quien es su sobrino? ¿Es Jesús? ¿O acaso es Luís? Me gustaría salvar a su cuñado si fuese posible...

Y de pronto todo se precipitó... el altivo Bateman lo atacó verbalmente... y menos verbalmente Elámez se "dirigió" hacia él... se avecinaba gresca... Así que hice lo único que un hombre de bien puede hacer... deposité mi sombrero sobre el asiento, me desabroché las mangas de mi camisa y me uní a la refriega...

¡¡¡Protejamos al biznieto de Jacinto, Elendil!!!

Otro vejestorio le dió por apuntarse a la refriega. Si es que las clases populares siempre eran lo mismo, juntandose para todo menos para arrimar el hombro y currar.

Por suerte iba bien enfarlopado y eso siempre ayuda a repartir buenas ostias. Especialmente contra pensionistas.

¡Eso era mejor que el gimnasio joder!

Al final resulta que el viaje iba a aportar algo de entretenimiento de verdad. La gente joven siempre menospreciaba a sus mayores. Lo que ese arrogante de Patrick Bateman no sabía es que este viejo lobo de mar había cruzado puños en más de un antro por todo el mundo... e iba a demostrarle lo que éstos sabían hacer...

Saco mi pistola... 

Saco mi crucifijo....

Tomo al señor Nocto cogiendo con una mano las patas traseras y con la otra las delanteras.

*  Señor Nocto II deja escapar un extraño ladrido*

-Lo mejor es no decir. Que el tren siga el camino que deba de llevar. Madre-  digo dirigiendome a la monja -¿Qué hubiera hecho cristo en su lugar? Es más, ¿porque no intentar parar esta cosa mientras mas gente sigue muriendo. Al fin de cuentas, en algún momento salvaremos a uno o a muchos. Los demás... ¿Es el destino y obra de Dios y el Diablo?

Volteo a ver a la "republicana" con las manos en la cara con gesto de pena y la cara ladeada se mi oculta -¿Es que alguien quiere pensar en los niños?

- Supongo que a estas alturas de la vida nadie cree en el mito religioso del medievo de que el cielo y el infierno existe, porque no es así... Las personas religiosas que seguimos el camino de Jesús, el camino del cristiano sabe que los males en el mundo suceden por la condición humana y solo nosotros, todos hijos de Dios, podemos volver a actuar con bondad, de ahí la parábola del hijo pródigo... Pecamos, nos equivocamos... Yo no deseo atropellar a nadie, pero solo hay dos vías y nada puedo hacer para parar el tren.... - la monja abrió mucho los ojos y se le ocurrió algo que dijo elevando la voz

¡¡¡REVISOR!!!....¿No hay manera de poder parar el tren y no seguir provocando más muertes?.... - y quizás aquello era una revelación divina -...¿no podríamos dejar de poner carbón para que deje de funcionar el sistema?... Salvaríamos todos la vida...

 Debbie se ve interpelado por el hombre de la máscara, pero apenas o mira para desestimar sus palabras. Tenía aspecto de anarquista, y ya había expresado su desdén contra su calaña. pero la monja, que era una persona ligeramente más respetable, dijo algo que le hizo hervir la sangre: que el tren tenía que detenerse en vez de ser la gente en las vías la que tenía que moverse. Para la senadora republicana, aficionada a la literatura de Ayn Rand, eso era repulsivo.

- ¿Por qué tendríamos que ser nosotros los que nos detenemos? ¡El tren debe llegar a su destino en tiempo y forma! Tiene sus vías y la gente que se pone en las vías tiene una cierta responsabilidad! Ustedes los católicos y demás religiones de doctrinas progresistas nunca hablan de la responsabilidad propia y de las consecuencias de los actos. En cambio, la buena iglesia protestante reconoce que cada uno siembra lo que cosecha. Y tanto José como Antonio deberían haber tenido más cuidado antes de ponerse en nuestro camino.

- Debemos detenernos nosotros porque es lo correcto, porque es menos importante perder tiempo que hacer perder la vida a las personas... - dijo la monja con serenidad pero convicción -...Cualquier persona que crea en Dios, sea católico o protestante tiene que tener moralidad..., no voy a discutir con usted el porqué yo sigo a mi iglesia y respeto que usted siga la suya..., pero algo tenemos en común, la moral... Las religiones siempre apuestan por respetar la vida y nosotros podemos hacerlo, a cambio de nuestro tiempo..., José y Antonio se han equivocado...¿quien no ha errado jamás?... ¿merecen morir por ello?... Por supuesto que no... Podemos salvarles, debemos hacerlo....

Cuando me despojé de mi chaqueta y la coloqué sobre la silla en que había dejado mi sombrero... todos pudieron comprobar (tanto los que me miraban con sorna, regocijo o esperando ver como me pateaban el culo, como aquellos que me miraban con respeto) que era bastante más de lo que aparentaba. Pese al aspecto frágil que había mostrado hasta ese momento, el tener menos ropa encima resaltaba mi excelente constitución. Fue bastante reconfortate ver el gesto ligeramente contrariado de Bateman, sin duda no se lo esperaba.

Me dirigí a un rincón y comencé a hacer sombras, en mi media guardia de zurdo, lanzando el jab varias veces y rematando con un cruzado de derechas y un uper con la siniestra... volver a la media guardia y vuelta a empezar... uf uf uf 

Al final parecía que no iba a haber pelea...

Miré a la especie de senadora ministra esa gringa... la de los pelos y la cara de membrillo... ¿iglesia católica progre? Jajajaja, disculpe que me ria, señora.. pero es que ya voy lanzado...

Cogí mis pertenencias y me senté junto a Jacinto, encendiendo nuevamente mi pipa...

Había quedado demostrado que los viejos eran todo incontinencia verbal y urinaria.

Una pena no haber podido acabar de jugar a "tundo al vagabundo" como cuando en sus años mozos él y los colegas de la privada tiraban billetes de dolar a los vagatas para arrearles con los palos de lacrosse.

Recomponiéndose, al ver el resultado de la votación, Jacinto lanza una última mirada cargada de odio a Patrick Bateman y escupe cerca de sus pies, mostrando el profundo desprecio que siente por él.

 Gracias a tós los que hebéis sío comprensivos con mi nieto. Dice con voz queda. Y se sienta en su asiento, enciende la pipa y le da una larga y profunda calada para relajarse.