Si no le importa - le dije al revisor, bajando un poco la voz - ¿podría darle al maquinista un par de lonchas de tocino y que los ponga a tostar en la caldera? Una vez me hicieron un bocadillo de panceta en la caldera de una locomotora en Alemania... y es de las cosas más deliciosas que he probado.
"¡El Maquinista soy yo! ¡Sin problema abuelo! Ahora mismo se lo cocino."