Partida Rol por web

Hacía años que no tenía este deseo, esta sensación. Este anhelo de algo más. Debemos ser almas gemelas como poco, porque con este baile, el.... todo. Dios, no se como explicarlo. 

¿Te puedes enamorar en una sola tarde? 

Podía pasar. Y pasó. 

Me daba igual el dinero, pero los niños si que los aceptaría. ¿Y sería buen padre? 

Recorrí la distancia que parecían ser kilómetros hasta que nuestros labios se rozaron y de ahí, esperaba que él como un principe azul, me besara con pasión desmedida.

El beso fue cálido y muy deseado, pero también breve. Como habías comprobado era todo un caballero y quizás aquello podía ser dar un espectáculo para él. Se aparta sonriendo y mordiéndo levemente su labio inferior.

-Espero que no te molestara, pero me apetecía...- retiró el pelo de tu cara, con una suave caricia que bordeaba tus facciones. Sus ojos no se apartan de los tuyos, mientras la canción termina y el grupo comienza a cantar otra canción distinta. Robert carraspea, como volviendo del todo a la realidad.

Respiraba con dificultad y le miraba como a través de un velo. Tan dulce, acariciandome la cara. 

- ¿Molestarme? Nada mas lejos. Estaba deseando que lo hicieras - te dice con un gesto tímido, mientras se sigue moviendo al ritmo de la música. 

El mundo se parecía haber parado a nuestro alrededor aunque nosotros seguíamos como si la música continuara

- ¿Te apetece....beber algo?

Su sonrisa vuelve a ampliarse cuando dices que estabas deseando que lo hiciera, como si incluso él estuviera en una nube. Trata de no parecer un bobo y carraspea, asintiendo a tus palabras.

-De ser así entonces me alegro... Y, claro, tomemos algo- él tampoco ha dejado de moverse al son de la música, bailando despacio contigo. -¿Qué quieres? Voy a pedir algo.

- Voy contigo - te dice sin querer despegarse de ti un instante - Me gustaría tomar un Te Long Island. Creo que aquí los hacen buenísimos. 

Sonríe con un gesto iluminado y le hace parecer más joven, con el pelo ligeramente rizado cayéndole por los hombros. 

- ¿Habías estado en un sitio como este? Muchas veces me encantaría vivir una vida paralela y terminar en un rodeo viviendo una fantástica aventura. 

Me senté el un taburete de la barra, con el codo apoyado en ella, mirándole casi embobada.

Asiente ante tu petición de ir con él y te toma de la cintura para acercaros a la barra. Él tiene las mismas pocas ganas de separarse de ti que tú de él. Al llegar a la barra llama a un camarero con un gesto con la mano, pide tu Long Island y pide para él un gin tonic. El chico de la barra va raudo a serviros.

Robert inclina la cabeza levemente mientras escucha con una sonrisa tus palabras.

-No, nunca había estado en un sitio así... Me temo que los sitios que frecuento difieren mucho de este. Son muchas veces menos agradables, al igual que las compañías- el camarero deja las bebidas frente a vosotros y Robert le paga con propina generosa. -¿Quieres vivir en un rodeo? Siempre puedo empezar comprando de nuevo el rancho de mis abuelos...- dice con cierto tono de broma, pero algo en su voz dice que es capaz de hacerlo si quiere.

Me siento en el taburete, dejando el codo en la barra de madera mirándole a los ojos. Me parecía tan dulce que no comprendía como este hombre vivia en esa jaula dorada que son las oficinas de los altos negocios. 

- No frecuentas los lugares adecuados - me río - Y por lo que se ve, tampoco las compañías adecuadas. Pero es el precio que hay que pagar cuando se tiene éxito en los negocios. 

Le doy un trago al combinado, mientras cruzo la pierna en la banqueta. 

- En la vida hay dos tipos de personas. Las que quieren tener éxito y las que quieren ser felices. Y generalmente es excluyente pertenecer a un grupo y otro. 

Escuché su propuesta sobre el rodeo y fruncí el ceño. 

- Es una forma de hablar. Pero, ¿ves? Es un buen paso. Comprar el rodeo de tus abuelos puede transportarte a tus raíces. 

Sus ojos transmitian cierta tristeza de una persona solitaria. 

- Tengo la sensación que mucha gente se te acerca por lo que tienes y no por lo que eres. Deberías evitar esas compañías. No benefician a nadie. 

Otro sorbo. 

- Espero que no te incomode que te diga eso.... no se, siento que eres especial, pero también noto cierta soledad en tí.

Sonríe, pues te tomas todo de buen humor y eso parece animarle.

-Estoy rodeado de interesados y voy a lugares horribles, lo sé, lo sé, mea culpa- levanta ambas manos en señal de rendición. -Tienes razón, es algo que tengo que pagar, pero me enseñaron a ser exitoso... No a buscar otras cosas. Supongo que para mi padre la felicidad era dinero.

Asiente ante tu reflexión.

-No creo que tener la vieja casa de mis abuelos me haga más feliz, por mucho que vuelva a mis raíces... Es otra casa opulente más y tengo muchas.

Bebe un trago pequeño de su gin tonic.

-No, no me ofende para nada que me hables de esto, lo prefiero... ¿Y tú? ¿Eres de las personas que son felices o de las que tienen éxito?

Acariciaba su mano que para ser de un hombre, era increíblemente suave y dulce. No se qué tenía este hombre que me hacía volver del revés. 

- El dinero no da la felicidad. Puede ayudar, pero no la da, eso hay que tenerlo siempre claro. 

Mi mano hacía formas en espiral en el dorso de su mano. 

- Yo.... yo creo que quiero ser de las personas que son felices. 

Asiente a tus palabras y mira como tus dedos acarician su mano.

-Si dices que quieres serlo quiere decir que no lo eres...- sus ojos te estudian de nuevo, seguramente estuviera acostumbrado a valorar todo lo que tenía alrededor y las personas no eran una excepción. Su otra mano acaricia la tuya y la sitúa para tener tu mano entre el dorso de una de las suyas y la palma de la otra.

Le miré a los ojos de forma dulce. 

- Hombre, no siempre se puede ser feliz al cien por cien. Es difícil sobre todo si te faltan algunas cosas de la lista de hacer antes de los 30 - me reí tranquila mientras el tacto de sus manos sobre mi palma  me tranquilizaba de cierta manera. 

Su cuerpo bien formado invitaba a acercarse y refugiarse, pero no era un hombre que pareciese extremamente familiar.

- Pero estoy en el camino - apostillo - Pensamiento siempre positivo. Y las cosas que me faltan, ya vendrán.  

-Creo que mi lista de "antes de los 30" queda muy lejos ya...- bromea, mientras sus manos no paran de procurarte atenciones. Nada inapropiado, seguramente su educación vaya por encima de todo y las manos no van más allá de las tuyas.

Asiente cuando dices que estás en el camino y queda pensativo, como si a él se le escapara algo.

-Comprendo... Quizás tengas que explicarme ese camino para saber si estoy o si no lo he visto en mi vida...- bromea, sin apartar sus ojos de ti y esbozando media sonrisa encantadora.