Apenas me he desperezado y ya ha habido lucha, heridas e intriga. Este mundo va más rápido de lo que recuerdo.
- Lo que decís tiene sentido, anciano - asiento -. Fui encontrada por Lobisome en el sepulcro donde, presumo, fui sepultada en el Sueño por mi gente...y mis hermanas - no quisiera nombrarlas -, eran hombres acorazados, con armaduras que podían resistir mi poder de Muerte y con armas que pudieron hacerme daño, si eso os dice algo. Quedé inconsciente pronto, así que no sé que fue de Lobisome, tal vez esté preso o muerto, pero no lo sé
Lázaro hace un gesto a uno de los hombres uniformados que andan por la zona, extendiéndose en una explicación que genera diversas reacciones. El tipo se muestra preocupado, y comienza a hacer gestos a algunos otros, quienes comienzan a montar en vehículos o a alejarse por los senderos. Algunos van armados, otros no, pero todos parecen bastante eficientes en las labores que les han signado. Finalmente, el hombre hace un gesto a Juan Pedro, llevándose una mano la sien mientras se pone completamente erguido, y se aleja también.
Te fijas en que, a lo lejos, Gavilán no pierde detalle de esos movimientos de hombres. Con una sonrisa, se mantiene atento como el ave rapaz desde la rama, observando a su presa.
Con esa información, espero que logremos encontrarle, directamente a él o al menos una pista que poder seguir -Dice Lázaro, ya dirigiéndose a ti de nuevo- Y ahora, mi señora, decidme. ¿Hablabais en serio en lo referente a ayudarnos? Porque, de ser así, el grupo del que os hablé antes seguro que agradecerá vuestra inestimable ayuda...
¿Ayudar a este reino? No puedo implicarme de nuevo. No con todo lo que pasó. Por otra parte, ahora que estoy despierta...tengo que empezar a buscar a alguien que pueda ayudarme a averiguar por qué he abierto los ojos. O a mis hermanas. Pero, ¿Por qué iba a venderme como una mercenaria? En otro tiempo la misma Gaia paseaba conmigo, en otro tiempo, derroté a dioses. No voy a venderme a un reino de pacotilla.
- No ayudaré a vuestro reino, anciano, os ayudaré a vos porque me habéis ayudado y porque quiero encontrar a Lobisome - digo -. Y porque creo que podréis ayudarme a descubrir qué ha provocado mi despertar
Le miro. Si no está conforme, tendré que buscarme la vida.
Juan Pedro analiza y sopesa detenidamente tus palabras. La media sonrisa que esbozan sus labios parecen evidenciar que no le disgusta tu respuesta. No parece un mal hombre, de hecho hay algo en él que te agrada y te invita a respetarle. Quieres creer que no desea simplemente utilizarte, como tantos hombres de antaño hicieron con los tuyos, pretendiendo emplear vuestro poder contra sus enemigos para obtener más y más poder y riqueza. Al contrario, sus reivindicaciones parecen tan justas, que quizás tan sólo esté velando por evitar que sean otros quienes puedan usarte contra su pueblo.
Lo veo justo, mi señora. -Termina accediendo- Vos nos ayudáis a encontrar a Lobisome, Melkart y los demás. A cambio, yo intercederé con el dios fenicio para que os ceda la sabiduría de su cetro, de forma que obtengáis la información que precisáis para comprender vuestra situación. Mientras tanto... -El sabio trata de recordar algo- ...creo que puedo tener algunas fuentes alternativas de información para vos. Las investigaré, por si pudieran ser de ayuda.
El hombre se ajusta esas extrañas lentes que tiene ante los ojos, antes de mostrarte el camino a un carromato sin caballos que cuenta con unas hélices sobre él.
Bien, pues si pensáis ofrecernos vuestra ayuda, un buen punto de partida sería el lago de la Cartuja -Comienza a decir- El grupo del que os he hablado, Hispania Inc, se ha introducido en la antigua base de operaciones de Iberia Inc. Hemos perdido el contacto con ellos, y no sabemos si tienen problemas o no. Se me ocurre que, con vuestras capacidades, quizás podríais acudir con ellos, buscarles y prestarles ayuda si la necesitaran. Creemos que en esa base hay información acerca del destino de Melkart y los demás.
Es astuto. Nombra a Melkart, el poseedor del cetro de la sabiduría, a la menor ocasión. Te recuerda su promesa y la recompensa a tu ayuda.
Asiento con la cabeza ante sus palabras.
- Os lo agradezco, anciano
Luego menciona sin rodeos el que, parece, será mi primer objetivo. Un lago que no recuerdo en una tierra que me parece que mi gente no llegó a pisar. Al sur, imagino. Nosotros seguimos la costa, y raramente atravesamos los valles interiores. Pero los cartagineses, los fenicios...estaban en las tierras meridionales. Sí, tendría sentido.
- No conozco bien el sur de vuestro reino - digo, pues creo que mi deducción sobre la localización de dicho lago es correcta -, pero ayudaré en lo que pueda, ¿Qué idioma habla vuestra gente? ¿Podéis prescindir de alguien que me lo enseñe?
Aunque lo hubierais conocido, mi señora, me temo que no lo reconoceríais -Dice Juan Pedro con una sonrisa resignada- Este mundo, que habitasteis en su día, ha cambiado demasiado.
Te indica cómo debes tomar asiento en el interior del carruaje, y el hombre que lo conduce hace gestos mientras pronuncia palabras que no comprendes. La barrera idiomática es un obstáculo complejo, de ahí tu petición.
No puedo poner a ningún hombre con los conocimientos necesarios sobre el idioma celta antiguo a vuestro servicio, mi señora. No sería seguro para él, allá donde vais, me temo. Sin embargo, puedo hacer algo mucho mejor, si me lo permitís.
Lázaro acerca una mano a tu rostro, posándola solamente cuando le das permiso para ello, en tu frente. Cierra sus ojos, y tú sientes un zumbido en tu cabeza, muy leve y nada molesto. En la parte delantera, el conductor del carruaje continúa hablando en ese idioma que no comprendes- kldbvlrw lksvg liuwepuq -Pero pronto, entre las palabras incomprensibles, comienzan a filtrarse conceptos que sí comprendes- lskdv vuelo sliug rasante lisd día -hasta que tu discernimiento del idioma es, no completo, pero sí lo bastante rudimentario para comprender lo más básico. Juan Pedro aparta su mano y te sonríe. ¿Qué brujería es esta?
Sólo puedo transmitirte lo más básico y rudimentario de mi idioma, mi señora, pero espero que pueda serviros lo suficiente para salir del paso. Este carruaje volador os llevará vuestro destino. Si no necesitáis nada más...
Parpadeo cuando el poder mental del anciano me alcanza. ¡Es uno de los dotados! Ha sido tocado por los dioses con habilidades extraordinarias. Será protagonista de leyendas y sagas, seguramente, ya que aquellos a quienes les han sido concedidos estos poderes suelen convertirse en héroes y participar en gestas.
- Yo...¿Hablo ahora la lengua de Iberia? - pregunto, luego intento encontrar palabras. No las hallo todas. Pienso en mi idioma, y me salen bastos términos en el que acabo de aprender -. Yo agradezco, anciano, ¿Dónde voy?
No es el castellano más correcto del mundo, señora... -Dice de repente el conductor del carruaje, levantando el pulgar de una de sus manos, y casi comprendes completamente lo que dice- ...pero es suficiente para entendernos.
El conductor se vuelve y comienza a pulsar palancas y botones, sin que comprendas la magia que impulsa esas acciones a hacer vibrar el carruaje y hacer girar las aspas que hay sobre él.
Os llevarán al lugar que os dije, mi señora, al lago de la Cartuja, en Sevilla, a la antigua base de Iberia Inc. -Te explica Lázaro- Hemos enviado un grupo para entrar y descubrir lo que está pasando dentro, y hemos perdido la comunicación con ellos. Toda ayuda que podáis ofrecerles será a buen seguro bien recibida.
El carruaje comienza a elevarse, justo después de que Juan Pedro de unos pasos hacia atrás, despidiéndose con la mano. La sensación es espectacular, puedes ver cómo el suelo se aleja, y los árboles, y contemplar el templo del que has surgido desde el aire. La compuerta se cierra y el sonido del exterior queda amortiguado, y el vehículo se inclina hacia delante, tomando velocidad. Bosques, campos, pequeñas poblaciones, todo va quedando atrás a gran velocidad, pues el vehículo es extraordinariamente veloz.
Pasa bastante tiempo, a pesar de la velocidad, hasta que alcanzáis vuestro destino. El vehículo hace una maniobra circular, reduciendo velocidad, y el conductor te hace un gesto para que mires abajo. Por la ventana puede verse una amplia extensión de terreno de lo que parece una pequeña y original ciudad y una gran extensión de pabellones. Puede verse un canal de agua que desemboca en el lugar, en cuyo interior hay un gran lago.
Este es el lugar, señora -Dice el conductor, sin apenas girarse, manteniendo el aparato en el aire sobre el lago- La base Duna está en nuestra posición, sumergida bajo el agua. Hay un túnel que lleva al interior desde la orilla, pero se ha venido abajo. Un equipo de los GOES, esto... soldados, la custodia. La verdad, no se por donde pretende acceder al lugar... -El hombre se gira, ahora sí, y te observa con curiosidad. Probablemente jamás en su vida ha estado en presencia de una diosa, ni sabe de lo que eres capaz. Pero tú misma no conoces nada de este nuevo mundo, de modo que ¿qué vas a hacer?
Para que te hagas una idea, este es el plano original de la Expo92, y abajo a la derecha de la imagen muestra en pequeño cómo quedó después:
http://media.grupojoly.com//0001081000/0001081100....
Es impresionante, esto de volar. Algunas de mis hermanas eran capaces de hacerlo, pero yo nunca supe. Me encanta la sensación de estar arriba, y la de velocidad. Es maravilloso. ¿La ciencia de esta gente ha avanzado tanto que pueden recrear poderes como el vuelo? Tal parece, teniendo en cuenta que me han disparado fuego que parecía del mismo Dios de la Fragua.
Recuerdo esta zona. Nunca fue nuestro territorio. Era el hogar de cartagineses, griegos y africanos. Pero este lago...si estaba cuando yo caminaba sobre la tierra ha cambiado mucho. Como las ciudades. Qué colosales ciudades. Es aún más inmensa que Roma, o que Bizancio. Y es...Sevilla...¿Hispalis? Gaia, tampoco era un lugar tan importante. Me pregunto cómo serán otras urbes mayores. Qué habrá sido de Lutecia, de Londinium y de los demás asentamientos de mi gente.
- Yo no puedo respirar bajo el agua - digo al anciano -. ¿Qué queréis que haga?
No lo se, señora. -Responde el conductor del carruaje volador, eso que ahora sabes que se llama "helicóptero", mirándote con una mezcla de admiración y curiosidad- Los otros que vinieron se repartieron por dos accesos. Un par de ellos saltaron y bajaron nadando, y los demás entraron por un túnel terrestre. Pero ese túnel se ha inundado, de modo que estamos en las mismas. Aunque, si le sirve de algo, uno de los dos que bajó a nado tampoco respiraba bajo el agua...