Partida Rol por web

La misión de recuperación de la base de Iberia Inc, Duna, había dado sus frutos. Aquello llevaría al nuevo grupo de superhéroes al servicio del gobierno español, Hispania Inc, a seguir una pista medianamente fiable acerca del paradero de los héroes desaparecidos. Con la incorporación de un agente de colaboración privada, Cai, acudirían a investigar una base submarina de rebeldes del pueblo atlante.

La batalla allí sería encarnizada. Los atlantes no serían demasiados, pero sí poderosos y bien equipados. Hispania descubriría que, en efecto, buena parte del grupo de superhéroes se encontraba allí retenido, sujetos al efecto de algún tipo de droga que anulaba sus capacidades y poderes. Allí estarían Trueno, Melkart, Aquaviva, Dolmen y Trasnu. . Tan sólo el dios fenicio Melkart lograría mantener la consciencia para poder hablar con sus rescatadores. Según él, habían sido víctimas de algún tipo de trampa bien tramada, al recibir una llamada de auxilio de un pesquero en aguas territoriales del cantábrico. Lobisome había logrado escapar durante su traslado, y el dios desconocía qué había sido de Drac de Ferro.

Sin embargo, lo más preocupante no sería eso. El propio dios les pediría que se olvidasen de ellos y regresasen a tierra inmediatamente, a la capital. Había descubierto cual era el verdadero objetivo de su captura. Fuerzas ocultas en distintos estamentos de poder del estado necesitaban quitarles de en medio para poder operar con libertad en contra de los derechos y libertades.

Se preparaba un golpe de estado.

El equipo de tecnificados cada vez tenía más claro que se encontraba a las puertas de algún tipo de trampa orquestada por sus superiores. Todo lo referente a aquella intervención contra presuntos terroristas era una pantomima, con la que parecía que fueran a usarles como cabezas de turco ante las acciones perpetradas en realidad por aquel sintético, la unidad Campeador.

Una mira láser pareció indicar un ataque contra ellos, pero el hecho de que ningún disparo lo siguiera les dio qué pensar. Tratarían de localizar al presunto tirador, y darían con él, pues no se ocultaba de ellos, sino únicamente de sus superiores. De hecho, sería un “rostro” conocido, el que encontrarían. El justiciero enmascarado Diada, que operaba habitualmente en Barcelona y alrededores, un tipo con una máscara ocultando su rostro tras la bandera estelada, hablaría con ellos con su marcado acento catalán. Les contaría que algo gordo se estaba gestando, y que estaba desesperado por encontrar ayuda. Investigaba por su cuenta el proyecto Fuerza de Control, por petición de uno de los héroes desaparecidos de Iberia Inc, Drac de Ferro, quien estaba malherido y había recurrido a él. Se había encargado de mantenerle oculto en algún lugar de tierras catalanas, y había seguido las pistas que éste le había indicado. Había sido él quien había intervenido en medio de la prueba de fuego en las instalaciones militares.

Lo que había descubierto hasta ese instante era preocupante. Fuerza de Control parecía un proyecto del gobierno con parte de financiación privada. Sin embargo, estaba controlado únicamente por determinadas fuerzas políticas y respondía a fines diferentes a los que se habían esgrimido. Para empezar, ellos tres no eran el verdadero valor del proyecto. La tecnoarmadura de Blindado, los implantes de Igor y el exoesqueleto de Victoria no eran la verdadera Fuerza de Control. Lo era Campeador, el sintético. Ellos habían sido desarrollados para ponerle a prueba. Pensaban fabricar aquella cosa en cadena. Un ejército de sintéticos. Pero ¿para qué, exactamente?

Eso lo tendrían que averiguar en las instalaciones del proyecto, en el cuartel militar de Lepanto, a donde habrían de regresar para presentar su informe. Era meterse en la boca del lobo, pero no había otra manera. Regresarían allí, soportarían el juicio de sus superiores, pero también tendrían y buscarían la ocasión de descubrir que aquellos camiones que habían visto acceder al complejo estaban cargados de material radiactivo y compuestos sintéticos, más que suficientes para crear un pequeño ejército de aquellos seres. Más aún, antes de tener que escapar del cuartel por la fuerza, descubrirían también planos detallados e informes sobre las defensas y protocolos del Congreso, el Senado, el palacio de la Moncloa y el palacio de la Zarzuela. Se encontraban ante un proyecto de golpe de estado.

Lo siguiente sería una cuenta atrás, contra reloj. Periódicos e informativos anunciarían un encuentro oficial de su majestad el rey al congreso de los diputados. ¿Cabía esperar que no fuera a ser aprovechado para aquel golpe? Toda la plana mayor institucional del país en un mismo lugar… Una sucesión de explosiones y asaltos comenzarían a sucederse por todo Madrid, destruyendo comisarías de policía e inutilizando cuarteles militares. Estaba en marcha, y nadie podía detenerlo ya.

¿Nadie?

Nuestros héroes lo harían. Hispania Inc, el nuevo grupo de superhéroes al servicio del gobirno, llegaría al país de nuevo con la información suministrada por Melkart. Fuerza de Control, los agentes tecnológicos que habían estado siendo manipulados para probar las armas que protagonizarían el golpe de estado, estarían sobre la pista de aquellos malnacidos. Puede que el encuentro fuera accidentado, pro finalmente todos acabarían por unir fuerzas contra aquel ejército sintético, repeliendo el asalto y protegiendo con ello el sistema de derecho. La lucha sería encarnizada, y a ella se uniría el líder de aquel levantamiento, Eduardo garcía, delegado del gobierno en Madrid, desde el interior de una gran tecnoarmadura bautizada como Pelayo.

Tras evitar el golpe de estado, España regresaría a la normalidad democrática. Iberia Inc volvería a ocupar su lugar como superhéroes gubernamentales, labor que compartirían con el nuevo equipo Hispania Inc. Los tres miembros de Fuerza de Control serían invitados a unirse al equipo, así como el agente de IDESS, Cai. Nurevos peligros acecharían en el futuro, pero entre todos los enfrentarían.

- Fin -