Partida Rol por web

Sentado desde su trono en el otro mundo en su propio planeta, el Gran Kaio sonrie al ver entrenar a tantos diferentes heroes de muchas epocas  y de todos los puntos de la Galaxia. Tras horas de entreno decide darles un descanso y explicarles una historia donde  el estuvo involucrado, la cual sucedio hace 300 años, pero para los muertos es como si fuera ayer.

Venid queridos luchadores, todo empezó hace 300 años mas o menos en la Tierra. Allí llegó un famoso Showman intergalático que es conocido por organizar grandes torneos y promocionar a los mejores luchadores. Posee una nave inmensa que es toda una ciudad de entrenamiento en su interior. Haciendo un pausa un momento mientras se recacica la barba. Sii todo fue realmente emocionante...

La tranquilidad que acontencía en la Tierra, tras la derrota de Majin Buu no duraría siempre. Pasaron varios años, y los famosos heroes se retiraron de los combates, solo dedicandose a sus familias y entrenando. Satán era mas famoso que nunca y cada año se celebraba un torneo de artes marciales que siempre acababa ganando tras chantajear a su rival de alguna manera.

Un objeto enorme de varios km atravesó la atmósfera. Su forma de bola negra fue sombreando alli por donde pasaba oscureciendo el cielo. Se paseó del norte al sur pasando por montañas, valles y ciudades, hasta aterrizar en las llanuras centrales del continente. Lo que era una esfera se desvaneció dejando presente una enorme nave oscura, de la cual no se veía su fin.

Eso hizo alertar al rey y ejercito, periodistas y mucha gente se acercó a las proximidades, recordando la epoca de Celula. Tampoco pudieron acercarse del todo pues una barrera energética impedía acercarse a menos de 1km, aunque eso no era nada comparada con la magnitud de la misma. Era la noticia del día, invansion, contacto, las cadenas se llenaban de rumores y noticias extrañas de las intenciones de los llegados. Pasaron dos días sin haber movimiento, aunque la nave era bien vigilada, pero ni armas ni nada pudo atravesar esa defensa. A las 12h del segundo día, todas las cadenas de TV e incluso radio fueron alteradas mostrando la imagen de un extraño ser el cual habló presentandose:

"Sed bienvenidos los presentes. Me llamo Torkiuger. Soy un alienígena que proviene del planeta KO. Es un planeta donde el deporte es el entrenimiento principal de la sociedad y yo me encargo de buscar a los mejores luchadores de las artes marciales. En cada planeta que visito, siempre organizo un torneo donde al ganador de este se le concede un deseo y tambien la posiblidad de labrarse un estrellato en el mundo de las artes marciales a lo largo del universo, enfrentandose a los mas poderosos. El torneo se abrirá en una semana y está abierto a todos los habitantes de este planeta"

Tras una semana de espera decenas de luchadores se apuntaron para el torneo. Extrañamente no habían solo terrestres que se apuntaron, sino multitud de seres extraños: aliens, robots, bestias, etc. se presentaron ante las puertas. El torneo paso a celebrarse en el interior de la enorme nave, preparada para la organizacion de torneos. Su interior era estar como en otro planeta, dado que tenia una tecnologia para recrear escenarios de todo tipo.

La entrada a la nave se habilitaba por una gran rampa donde decenas de personas entraban y trascendian a una pequeña ciudad con todo tipo de tiendas, restaurantes e incluso hoteles para el descanso tanto de luchadores como de publico que deseara pasar los días de duracion del torneo.

Como invitado especial se citó al Gran Kaio, un dios del otro, que organizo muchos torneos en el cielo, y gran aficionado a las artes marciales. A parte tendría un papel como árbitro y juez ante los posibles problemas que pudiera haber.

Una voz por los altavoces anunciaba la inscripción y los pasos a seguir para los luchadores: "Todo aquel que desee inscribirse en el torneo, por favor pase por la oficina habilitada en la explanada sur de la ciudad donde se les dará un numero el cual le indicará su plataforma de lucha. Dada la gran cantidad que se apuntando, la fase será un battle royal entre todos los luchadores de esa plataforma, donde solo debe quedar uno. Se considerará eliminado si cae del escenario o queda insconciente. Los ganadores se calificarán para el torneo propia mente, quedando un total de 16, uno por cada plataforma existente.

Luego cada luchador  en la misma zona sur podrá descansar en los dormitorios, entrenarse en la zona habilitada, disfrutar de la delicatesen en los restaurantes o pasearse por la ciudad para compras. La fase previa empezará mañana, y se anunciará por los altavoces. Por toda la ciudad hay pantallas donde el publico podrá disfrutar de los combates."

Mirando hacia el cielo se podían ver 16 plataformas de lucha suspendidas en el aire, las cuales tenian una zona de agua a su alrededor para que nadie cayera a la ciudad. En la explanada detrás de la oficina de inscripcion habían diferentes portales con un numero que indicaban a que plataforma te enviaban. Diferentes cámaras volantes revoloteaban por todos lados filmando los acontecimientos, a la gente y buscando luchadores. Algunos reporteros paseaban entre la gente buscando entrevistar a luchadores famosos.

Gidock llevaba una vida nómada, viajando de planeta en planeta, aprendiendo, descubriendo,... Llegó a sus oídos información acerca del Alien Tournament, y averiguó que el torneo iba de un lugar a otro. Fué entonces cuando se le ocurrió la idea para poder acceder al asesino de su padre sin que llamase la atención.

Participó en el torneo, y se dejó ganar. Actuando de forma sutil, hizo creer a los trabajadores del torneo que estaba enfadado y que querria volver a intentarlo, asi que les preguntó en que planetas se celebraría dicho torneo de nuevo.

Cuando oyó que uno de los planetas seria La Tierra, algo se encendió en su interior. Por fin... por fin podré vengarte padre.

Durante todo este tiempo, Gidock ha estado entrenandose para tan esperado encuentro, sabía que él estaría aqui, sabía que Kakarot no se lo perdería.

Al llegar, se inscribió y se sentó tranquilamente en uno de los muchos asientos que habia en los alrededores, concentrándose para el torneo.

-Gracias por cuidar de mí durante estos días, como muestra de agradecimiento vuestro planeta seguirá intacto tras mi marcha y si en algún momento puedo seros de ayuda, intentaré defenderos con mi vida.- Dijo Kên a la pareja de ancianos mientras estos se despedían de él desde la puerta de la casa donde habían sanado sus heridas y habían cuidado de él durante tantas semanas, dispuesto a buscar algún planeta donde poder enfrentarse a rivales de alto poder de batalla.

Su vida solo tenía sentido en el campo de batalla y, a día de hoy, su única meta era encontrar algún rival con el nivel necesario para ofrecerle un entretenimiento decente. Su última batalla lo dejó completamente solo y exhausto, pues su rival aniquiló su batallón de combate y casi acaba con él.

Mientras paseaba por la ciudad, un enorme objeto atravesó la atmósfera, Kên pensó que ese objeto no era normal, debido a que la tecnología de aquel planeta no estaba, ni de lejos, próxima a tener una nave espacial de ese calibre, por lo que decidió acercarse a investigar, quizá alguna amenaza se cierne sobre el planeta que había prometido proteger.

Al llegar allí oyó el mensaje de un tal Torkiuger anunciando la organización de un torneo de artes marciales donde "el más fuerte" sería compensado con un deseo y un gran renombre en el mundo de las artes marciales.

-Es precisamente lo que estoy buscando- Pensó mientras vio una larga cola de gente que recién se había inscrito en el torneo. Tras una larga espera se inscribió en el torneo y esperó en uno de los asientos que habían sido habilitados para los "próximos aspirantes a vencedor". Cerca de donde estaba sentado percibió la poderosísima energía que alguien de las proximidades desprendía.

Parecía un saiyan pero había algo extraño en él que no le resultaba del todo conocida. Decidió preguntarle: -¿Vas a participar en el torneo? Yo me acabo de apuntar y tan sólo espero que ambos lleguemos a enfrentarnos en una de las fases finales, desprendes una energía familiar y a la vez extravagante para mí, será interesante enfrentar nuestros poderes.- Ni siquiera esperaba una respuesta, pues parecía muy serio y silencioso su contrincante, así que se sentó en las proximidades esperando alguna otra indicación por parta de la dirección del torneo.

Beep - Beep!!! - Una señal de mi cerebro cibernético. Mientras me cercioro de que mi último adversario está KO en el suelo recibo señales de la frecuencia de la policía. Parecen alterados por la presencia de una enorme nave del espacio y comentan algo sobre un torneo entre los más fuertes. En cuestión de segundos confirmo la existencia y posición del objeto con el radar interno y trazo una ruta con el GPS. Salgo volando al encuentro mientras, internamente, busco información en las noticias, conectando con las frecuencias apropiadas.

Mis primeras opciones pasaban por enfrentarme a todos los luchadores que se inscribían en el torneo pero cambio rápidamente de opción. Descubro grandes cantidades de energía en varios de los participantes, entre ellos distingo un namekiano, un par de saiyas, razas que desconozco por completo y otros que solo pueden ser similares a mí por la ausencia de constantes vitales. Si quiero seguir evolucionando y aprendindo técnicas de lucha tengo que aprender de los combates ajenos y luchar contra mis adversarios uno por uno. Esta es una gran oportunidad que no dejaré escapar para aumentar mis capacidades de lucha.

Decido unirme al torneo y me acerco a la mesa de inscripción donde, tras un breve proceso, me asignan un asiento junto al grupo de luchadores que observé anteriormente. Accedo a mi asiento y cruzo los brazos sobre el pecho. Sigo callado, observando y recabando información de los luchares en mi base de datos. Algunos emanan tremendas energías y pienso que deben ser grandes luchadores. Solo me queda esperar a como se desarrollan los acontecimientos...

Unos días después de la llegada de la gigantesca nave, unos pájaros que volaban cerca ven interrumpido su camino por la súbita aparición de un ser flotando en el aire. Po-Pui, que últimamente no tenia ninguna tarea por parte de los Kais supremos y que acababa de completar un proyecto personal especialmente importante, había decidido tomar un descanso y disfrutar de la vida por una temporada y no se le había ocurrido nada mejor que el participar en un importante torneo en el que poner a prueba su poder, del cual se había enterado gracias a un comentario casual sobre el de uno de sus congéneres.

Tras unos días de espera hasta que se abriera el plazo de inscripción en los que Po-Pui aprovecho para recorrer y explorar el planeta, la oficina abrió sus puertas y Po-Pui fue de los primeros en apuntarse.

Edificio de la Fundación Kiddo
19:00. PM.
 

La fundación Kiddo siempre apoyó a Saouri, y dio soporte logístico a los Caballeros del Zodiaco, sus protectores. Sin embargo, saben que el trabajo de los santos de Athenea es peligroso, y que siempre estan al borde de la muerte. Un protector cada generación parece una apuesta demasiado arriesgada. Así que en los laboratorios se probaron nuevos intentos:

- Los Caballeros de Acero, fueron un exito apabullante, midiendose con otros seres sobrenaturales y quedando muy bien posicionados en la escala de poder.
- Los Caballeros de Gundamio, sin embargo, demostraron ser un mal chiste.

Asi pues, se probó una nueva idea: La mejor manera de tener soldados rápidamente, sería crear robots. Y que el conocimiento de uno pase al siguiente.

Así nació el programa T-Protector.
Uno de los exitos de diseño, fue el robot que sería conocido como T-950. No fue creado con la intención de ser inmortal, no es el más fuerte ni el más poderoso, sino con la intención de aprender, de crear un estilo de combate y adaptarlo a cada circunstancia.

Viendo esta oportunidad, el laboratorio no tardó en inscribir a T-950, con la idea de que aprendiese de los mejores...

Rensad medita en mitad del bosque. Rodeado de animales, seres que no le disgustaban.
Y observa a lo lejos la nave. Su información era la correcta.
Una sonrisa se dibuja en su cara.
Se levanta.

Es la hora. Vamos a por ello
 

A diferencia de los demás miembros de su familia, Froze llega a la Tierra sin llamar la atención en una pequeña pero rápida nave espacial. Una vez aterriza en una zona montañosa y baja de su nave, siente que hay demasiadas concentraciones de energía en un punto, sabía que la Tierra era un punto focal para seres de gran poder, pero jamás imaginó que pudiera sentir tantos en un solo lugar.

No pudo aguantar sentir la emoción así que simplemente cerró su nave espacial y despegó a volar en dirección al lugar de donde provenía esa cantidad de poder junto. Cuando está llegando ve una gigantesca nave espacial y piensa que los terrícolas no tienen tanta tecnología ni los recursos como para crear una nave de tal magnitud; era una nave muchas veces más grandes que cualquiera de las que haya visto antes en su familia.

Froze llega un poco nervioso a donde está la nave y ve que la gente se moviliza tranquilamente a su alrededor y escucha a la gente hablando de un torneo de artes marciales y abre los ojos de par en par; no lo podía creer, pues venía a la tierra por un combate y se encuentra con un torneo en pleno apogeo. Va directamente a la zona de inscripciones, y con una sonrisa en los labios se pasea pacientemente por la nave espacial viendo a los demás competidores esperando su primer combate.

Kurumo al momento de la transmisión televisiva se encontraba comiendo en una taberna de un olvidado pueblo ubicado en las montañas cercanas a la capital del sur. Tras vagar años en búsqueda de su venganza y luchar contra incontables oponentes finalmente tenia un objetivo en claro. Ganar el torneo y usar el Deseo de premio para encontrar a su maestro y vengar a sus captores. Desecharía la opción de la fama, no le interesaba el reconocimiento ni poner a prueba sus fuerzas por todo el universo. El se sentía a gusto en su planeta natal.

Tras el anuncio y por medio de sus habilidades se dirige a toda prisa a las llanuras centrales en búsqueda de la nave y cuando la encontró no pudo evitar la sorpresa por el tamaño colosal del aparato, en el interior albergaba una ciudad donde muchísima ente pululaba. Tras llegar se perdió entre la muchedumbre hasta la explanada donde se encuentra la oficina de inscripción, luego le dieron un numero donde tendría que pelear a saco contra otros en una plataforma suspendida en el aire. – ¿Mr. Satan estará presente? – pensó para si en voz alta. Kurumo tenia muchas ansias de pelear contra ese farsante mediatico. De momento nada por hacer tenia y por lo tanto fue a sentarse en los asientos donde otros luchadores aguardaban su turno. Los miro detenidamente y se acerco a dos que estaban hablando, si podía enterarse de algo mas seria beneficioso. Tenia una idea pero debía aparentar. – Hey ustedes, les interesa practicar hasta que comience esta farsa? La espera es insoportable… - se dirigió al tipo de armadura y al chico de pello rojillo.