La reina Caeli se encuentra sobre la Cima de la Montaña, está delante de un fuego, obserbandolo, como si intentara ver a traves de las llamas. La Reina es una mujer que impone respeto, en su mirada se puede leer una gran determinación y los numerosos tatuajes arcanos grabados en su piel indican que es una poderosa hechicera.
Al verte llegar dirige su mirada ferrea hacia ti, no dice nada, pero al mismo tiempo lo dice todo. Ella es una luchadora que esta dispuesta a darlo todo y sus ojos te preguntán si tu tambien estás dispuesta.
Hizo una reverencia algo despreocupada y torpe, no se le daban bien las formalidades pues jamás las había necesitado. Observó a la bella mujer y al fuego de reojo, el cual incitaba a quedarse mirándolo como si absorbiera los pensamientos.
Miró a la mujer a los ojos, con una mezcla de seguridad, respeto, fortaleza y vitalidad pues en ellos se demostraba que estaba dispuesta a luchar dando su vida por tantas miles que habitaban en el planeta. Volvió a hacer una reverencia y mientras la hacía, no despegaba la mirada de los ojos electrizántes y férreos de aquella mujer.
-Mi señora.-
Fue lo único que dijo, y con ello bastó.
- Debo asegurarme de que comprendes bien lo que te voy a decir.
La Reina te escudriña con sus ferreos ojos.
- El destino del mundo esta en juego, no podemos dejarnos llevar por nuestros odios personales, por justificados que sean o habremos fallado al mundo. El enemigo es duro, muy duro, imposible para un reino solo salvo la posible excepción de Viljahelm o Stheinar. E incluso con todos los aliados que podamos reunir las posibilidades seguramente no esten a nuestro favor. Ahora debo preguntarte ¿Lucharas por el mundo aunque eso signifique luchar codo con codo con Varya?
"Ojalá se pudrieran todos ellos en el infierno, aún así debo ayudar." Asintió levemente con decisión en su mirada, había cesado a media conversación la reverencia y ahora miraba a la reina Caeli totalmente erguida, a los ojos desafiante, escrutando los de la reina." ¿Me estará leyendo el pensamiento? Quizá simplemente intente echarme hacia atrás... si es así no lo conseguirá"
-Si mi señora, estoy dispuesta a luchar con ellos codo con codo.-
"Aunque eso signifique quizá mi muerte final por haber escapado de su lado. Debo hacer todo por la reina, y si ese es mi precio a pagar adelante."
Sonrió dulcemente sin dejar de mirarla a los ojos, aquellos ojos férreos que no dejaban tampoco de observarla, como si quisiesen sonsacarle toda la información que pudiesen. Como si quisiesen ver que de verdad Nariel no deseaba luchar codo con codo, que no lo haría. " No lo conseguirá, lucharé con ellos por los reinos."
La Reina Caeli coge dos cristales de su bolsa y te los entrega.
- El poder del frío invernal esta contenido en estos cristales, ponlos en un arma y transmitirán ese poder a la hoja.
La Reina se dirige al sendero que baja de la montaña.
- Ven conmigo, tenemos preparaciones que hacer, pronto se celebrara el Concilio.
Son dos cristales que cuando los pones en un arma hacen que haga 1d6 de daño de frío extra al atacar.
Cogió con sumo cuidado los dos cristales y se los metió en una de las bolsitas que le colgaban del cinto, al lado de una de las espadas que estaban amarradas al mismo una a cada lado de la cintura. Asintió a la petición de la reina y mientras esta no miraba, ya dirigiéndose hacia el sendero que bajaba la montaña, sonrió satisfecha. Había vencido a su mirada y eso le hacía crecer.
Tomando distancia prudencial para no ser maleducada esperó a que la reina estuviese a unos diez pasos suyos para empezar a andar, en el mas puro y tranquilo de los silencios, tras ella.