Partida Rol por web

Aquella criatura no era para nada como la terrible máquina de matar en que la dulce camarera del pazo se había convertido. Parecía incluso torpe, tropezando consigo misma cuando buscaba atacar.
Gonzalo aprovechó su desliz para volver a clavarle el cuchillo, con una saña que no recordaba haber tenido en su interior jamás. Tras comprobar que no había acabado aún con ella le pegó otro empujón, esperando que pronto llegara el momento de ayudar al académico, que continuaba recubierto por aquella cosa roja que le habían vomitado encima.

Las palabras de Nacho hicieron reaccionar al chico que apuntó con cuidado hacia el final de la calle, dejó salir el aire lentamente entre los dientes haciendo que una pequeña columna de vapor saliera entre ellos y su dedo acarició el gatillo haciendo que el arma escupiera una bala que fue directa a la cabeza de la criatura que había cubierto con una baba sanguinolenta a Tyler. Este daba manotazos al aire ciego completamente por la sustancia que le cubría.

-Que nadie le toque, nadie debe tocarle... le queda poco tiempo si no le llevamos con Madre. La voz del muchacho sorprendió a Gonzalo y a Nacho, sonaba mucho más madura de lo que indicaba su juvenil aspecto. Vamos. Estaba claro que la presencia de las criaturas no le había afectado demasiado.

Mientras, al lado de la conversación Gonzalo agarraba el brazo de su rival y hundía el cuchillo en su cuello haciendo que salieran burbujas rojizas de la herida. Gonzalo respiraba con fuerza, ni él mismo tenía claro qué estaba haciendo con el brazo ensangrentado hasta el codo y empuñando un cuchillo como si fuera un guerrero medieval. Pero habían sobrevivido. Por el momento al menos.

A lo lejos, quizá no lo suficientemente lejos, un grito de mujer fue cortado en seco. Más allá se escuchó una especie de explosión, tal vez un disparo de un arma de postas. El día agonizaba y apenas había un rayo de sol moribundo en la playa, mas allá, entre las casas, la oscuridad aumentaba por minutos y en la oscuridad volvían a tomar vida los sueños, las pesadillas.

En solo un instante ambas criaturas habían caído y se encontraban a salvo nuevamente, al menos de momento. Eso a excepción de la chica y de Tyler, que tenía vómito rojo en el cuerpo. Nacho gritó con fuerza:_Laura, ve por Tyler por favor, no creo que pueda ver mucho. Luego se dirigió a los desconocidos. _¿Tienen un lugar seguro? Aquí nuestro amigo es enfermero, quizás pueda ayudar a su amiga. ¿Y saben qué es eso rojo que vomitó sobre nuestro otro amigo? No había visto eso antes. Ya estaban desensibilizados. Los gritos o explosiones a su alrededor se habían convertido en lo más normal del mundo.

     Cuando Nacho gritó el joven del arma se giró hacia él. ¿qué parte de "que nadie lo toque" no has entendido? Esto va más allá de lo que os creéis Alzó la voz y parcialmente el arma NO TOQUEIS AL ROJO! Bajando la voz para que solo le oyeran Nacho y Gonzalo: si queréis que sobreviva meterlo en el maletero y a mi prima en los asientos de atrás. Tú te vienes con nosotros dijo señalando a Nacho y si ese es médico dijo mirando a Gonzalo o lo que sea que se ponga a trabajar ya. El resto que se esconda donde pueda porque la noche se les hecha encima.

_Pensé que te referías a ella.

Efectivamente Nacho no sabía que se refería a Tyler. Y los coches no alcanzaban si la chica iría en el asiento de atrás extendida. Se le encendió a Nacho una luz.

_Bien, pero dinos a dónde vamos. En nuestro grupo también hay alguien que... sabe cosas, podría ayudar. Que los otros se nos unan luego, podrían ayudar. Además hay comida. Son solo dos más que están esperando que los pasemos a buscar. Ella conoce el pueblo, dinos la dirección y llegarán. Como te digo, además de la comida y abrigos pueden ser de gran ayuda. Él dice que... son "familia", si es que eso significa algo para ti.

Nacho sabía que anticipando las consecuencias positivas de un comportamiento se incrementaba la probabilidad de que dicho comportamiento ocurriera.

_Artai, ve con ellos o al menos enciende otro coche antes para que puedan hacerlo más rápido.

Gonzalo salió de aquel frenesí anteriormente desconocido que le había permitido acabar con uno de esos monstruos y estaba a punto de emprender la carrera hacia Tyler que había estado en el fondo de su mente durante todos aquellos tensos momentos cuando escuchó la voz del chico. - Que nadie le toque... Le queda poco tiempo. - Hablaba en masculino, no se debía estar refiriendo a su compañera. ¿Era por Tyler?

En todas la pelis de vampiros que había visto la "enfermedad" se transmitía por mordisco o por beber su sangre. Quizá en la vida real - no se creía aún que estuviera pensando en la vida real - se transmitiera mediante el vómito. Mucho menos sugerente, pero lo que llevaban vivido era de todo menos sugerente.

Su sospecha se confirmó cuando el chico le dejó claro a Nacho que hablaba de Tyler. Pero parecía que había una tal "Madre" que podía salvarle. Esa gente sabía más de lo que impresionaba, ¿quizá fuera la "familia" que estaban buscando?

Meted a Tyler en el maletero, si esa cosa es contagiosa no podemos permitir que esté junto a todos en el asiento, alguien podría tocarle sin querer. Yo entraré con la chica en el asiento de atrás e iré haciéndole las curas... Cosa que en el maletero sería difícil. - Miró a Nacho algo escéptico. - Sé que quieres que estemos todos juntos pero, ¿Estás seguro de que es una buena idea hacer que los otros vengan hacia nosotros en plena noche?.
Pueden encuentrar mala compañía por el camino. O que les sigan y se descubra el escondite de esta gente que nos va a acoger... Ahora tienen un lugar preparado para pasar la noche, yo esperaría a mañana para reunirnos. - Era su opinión, pero al fin y al cabo él tenía trabajo que hacer y no estaba como para tomar decisiones. - Haced como veáis, en cualquier caso Tyler y yo tenemos que ir con ellos...

Acercándose al coche conducido por el desconocido le contestó. - Soy ENFERMERO, no médico. Pero lo que necesita tu prima es una buena cura, así que es su día de suerte. - Cogió un pequeño botiquín que había en el maletero del coche, y después de cortar la hemorragia comenzó a lavar y limpiar la herida con cuidado mientras el coche se ponía en marcha.

     Tyler se dirigió dando manotazos y gimiendo al interior del maletero del coche que conducía Artai confiando en las palabras que le gritaban entre Laura y Rai. Tenía miedo porque sentía una quemazón en todo el cuerpo, no quería abrir los ojos para que la sustancia que le recorría no entrara en ellos y lo mismo le pasaba con la boca, cada inspiración hacía que su corazón se encogiera de temor.

     Gonzalo, al otro lado de la calle taponó la herida como pudo, arreglar ese desastre estaba más allá de su capacidad y sus conocimientos apenas llegaban a evitar que se dañaran más los órganos o que  se produjera una punción intestinal que significaría la muerte. El joven desarmado entró en el coche que había sido antes del grupo de supervivientes y fácilmente lo puso en marcha, para después situarse en el asiento del copiloto esperando que fuera Nacho quien ocupara el de conductor. Entre el otro muchacho, de voz seria, y Gonzalo colocaron a la chica en el asiento de atrás haciendo que rápidamente se manchara la tapicería pero ese parecía un problema menor.

     Con un chirrido de frenos Artai llegó hasta el grupo con cara de preocupación y una mirada puesta en el retrovisor, cuando el resto miró hacia el final de la calle vio un numeroso grupo de estas mismas criaturas de andar lupino congregándose mientras abrían sus bocas enseñando los colmillos afilados que ahora las recorrían. No había tiempo para más explicaciones, el joven que llevaba el arma se subió rápidamente al coche de Artai haciendo que Rai pasara a la parte de atrás junto a Laura y habló con el conductor para indicarle una salida. Seguirlos y no paréis pase lo que pase. No hay tiempo.

Nacho se encontró ante una encrucijada. Había una chica muriéndose en la parte de atrás del coche. ¿Y si la diferencia entre vivir o morir era solo de segundos? No se podía perder tiempo. Sin embargo tampoco podía dejar a Cristina y Gregorio. Ellos seguramente debían estar aterrados, pensando que ya debían haber pasado a buscarlos. ¿Y si en la desesperanza se movían de la casa y luego se hacía imposible encontrarlos?

Tras un debate interno aceptó que quizás la chica e incluso Tyler estaban en un riesgo más inminente que los otros dos; al fin y al cabo la familia que había huido había resistido allí algunas noches, e incluso eso podía permitir a Gregorio demostrarse su propia valía.

_Bien, dime a dónde... Pero mañana volvemos a buscar a los otros dos nuestros.