Partida Rol por web

El silencio de confesión es uno de los votos que todo ministro de la Iglesia debe cumplir por ordenación divina. En más de una ocasión este voto de silencio ha supuesto el derrocamiento de reyes, traiciones, adulterios y demás pecados que nunca han sido revelados.

Mientras confiesas a tus feligreses, descubres a un hombre del pueblo tímido que nunca viene muy a menudo a confesarse. Es un hombre bondadoso y que tiene buena fama en el pueblo. Sin embargo, lo que te confiesa en el confesionario te deja helado, la ruina económica le ha obligado a aceptar un trabajo de mercenario para asesinar al Arzobispo de Canterbury. Su malvado señor tiene cautiva a su hija y a su esposa, por que si no hace lo acordado, sus vidas estarán en serio peligro. Antes de que puedas convencerle de que haga lo contrario abandona la Iglesia sin dejar rastro.

Estás en una encrucijada moral de la que solo tienes dos soluciones: Evitar que se cometa el asesinato, o narrar lo que te ha confesado tu feligrés ante un superior eclesiástico o las autoridades locales.

Piensa Roma, piensa...

Roma no es especialmente inteligente, pero si astuto...

He de poner al Arzobispo sobre aviso. Si alguien puede ayudarme a ponerme en contacto con él es mi mentor, solo puedo confiar en él y su criterio, así que mejor voy a buscar a mi mentor, le contaré que un hombre de la parroquia en secreto de confesión me ha dicho que intentará matar al arzobispo para salvar las vidas de su familia. Se dice el pecado, pero no el pecador. Puede que eso no sea suficiente, pero en esta vida es importante poder confiar en alguien, ¿acaso mi mentor no es digno de confianza?

Mi alma es consciente de que al confesar aunque solo sea el pecado, pongo en juego un valor incuestionable de las obligaciones de un confesor, pero si alguien ha de sufrir las consecuencias, a de ser uno mismo en pos de los demás, un mártir.

Cumples con tu voto de silencio, pero no puedes permitir que el Arzobispo sea asesinado, no hay nadie a quién puedas contárselo, por lo que tú mismo debes de impedir los planes del asesino. 

                                                             FIN DEL PRELUDIO