Partida Rol por web

¡ALERTA! ¡A nuestra diestra! gritó el capitán señalando con el sable a los matorrales que se movían-

Me moví enseguida a la derecha, un escalofrío me recorrío por largo rato, la espada en mano y aguardando porque sólo podía ver el moverse de los matorrales. Miré a los míos, habríamos de estar listos, esto no pintaba nada bien.

-Esperamos sus órdenes, capitán - dice Boon, tratando ver a través de la espesa hierba. Está completamente alerta. La orden correcta, y atacará sin detenerse a pensar.

 ¡ Venga damiselas a qué esperáis para acompañarme al infierno! Se escuchó gritar desde los matorrales que se volvieron a agitar con brusquedad. La tensión se mascaba en el ambiente, hubo un momento de silencio sin que nadie moviera un pelo.

Frank se mordió los labios durante un segundo. Era una ofrenta, y no podía rechazarla, había que demostrar valor y dar la cara.

¡Vamos! ¡Hagamos rodajas a ese charlatan! gritó al fin, alzando el sable y adentrandose en los matorrales, preparado para lanzar un sablazo a aquel hombre.

-¿Damiselas? haber si dices eso cuando te raje el cuello, bellaco! Se adentró junto a su capitán en los matorrales con la espada y la pistola preparada

Todo sucedió muy rápido, mientras Frank y Collin se internaban en los matorrales de su derecha y el resto del grupo se giraba hacía ese lado preparados para lo que pudiera venir, un grito feroz a su espalda sonó como un trueno. No habían escuchado que los estaban rodeando, la jugada había salido perfecta para los atacantes. Wellington había fallado al interpretar los sonidos que según él venian de delante. Y ahora les atacaban por sorpresa con el culo totalmente al aire.