Cuando Edward llevaba descendido la mitad del trayecto por la soga una voz gritó desde unos metros más allá por donde ellos habían venido.
Qué coño pasa aquí? preguntó en un tono acogedor Hay algo de interés ahí abajo? dijo después con ironía de la sana.
Sam avanzó tras el reducido grupo, mirando con escepticismo el descenso que se le echaba encima. Había tenido suerte de no escalabrarse al subir, pero claro, siempre era peor bajar una montaña que subirla. Se aferró con dudas a la cuerda y justo cuando iba a dar el primer paso para bajar, giró la cabeza sobresaltado hacia la voz. No habían visto a nadie.. ¿quien demonios seria ese?
culpa mía y colleja para mí. Lo siento de veras, tuve una semana muy mala ._.
Siguiendo al grupo, también se sorprendió cuando oyó esas palabras. Le invadía una sensación de intriga, duda..... curiosidad. Se giró como el resto a ver de quién era aquélla voz...
Qué demonios.........
Responded, más que insensatos! Les gritó el individuo.
¿y tú quien eres? Ahi abajo.. em.. no hay nada, creimos ver algo y ibamos a mirar..-miente tan bien como puede, desconfiando de aquella figura oscura y poniéndose tras los dos compañeros de tripulación.
Por el Necronomicón, quieres contestar, maldito pícaro! dijo sacando el cuerpo por la borda en pos de amenaza. Explicaos, desgraciados!
El pánico se apodero del pequeño que se afano en bajar todo lo deprisa que pudo, dejando la tarea de responder a aquella amenazante figura a los otros dos hombres.
¡yo me largo!
¡Vamos no hay tiempo para esto! Apremió el capitán James. Miró al hombre extraño y gritó:
¡Que le zurzan todos los malditos dioses de los siete mares! Y acto seguido, saltó por la borda al agua, para después subirse a la barca.
Imitando al capitan el joven Sam salta desde la red al agua para subir rapidamente a la barca , no sea que aquel extraño fuera armado y sea peligroso..
Cierto, no estaban para perder el tiempo, habían oído un disparo, tenían quer ir a ver que sucedía.....
Así que, tras las palabras del capitán, asintió y saltó a la barca.
Vamos, a tierra, ¿no?
Si se quedaban ahí mucho tiempo podrían tener problemas, pensaba.
Corred a ayudar a los de tierra, yo me encargo de este. Dijo desenvainando su espada.
Se subieron todos en una chalupa y fueron remando hasta la orilla, tarea costosa que les llevo unos cuantos minutos.
Una vez allí todos se sintieron extraños al pisar tierra tras tantos días en el barco. Alguno camiba como si el alcohol le hubiera afectado demasiado, pero rapidamente se habituaron a esa sensación y recuperaron el andar nomal.
Al llegar descubrieron dos chalupas que había en la orilla, sin duda alguna una era propiedad del Tulipán y la otra de sus compañeros, de ambas salian unas huellas en dirección al bosque caribeño de la isla.
Tras unos momentos de torpeza al final acabo acomodándome de nuevo a tierra firme, me sentía algo mejor despues de tanta madera.
Mirad -señalo las huellas y miro a mis compañeros- han ido por allí y se oyen ruidos de batalla, será mejor darnos prisa..
Comienzo a andar con el resto internándome en la jungla..
Caminaron apartando las pesadas hojas de las ramas que estorbaban el camino como buenamente pudieron, al cabo de un rato llegaron a un pequeño claro, de donde provenía el clamor de la batalla. Edward se paró en seco y ordeno a los demás que hicieran lo propio, sería inutil entrar a saco sin saber a donde atacar ni conocer la situación, serían mucho mas utiles planeando un buen ataque al enemigo en caso de que fuera necesario.
Siento la tardanza, pero está semana tuve numerosos examenes y trabajos, aunque veo que solo ha posteado Sam,