De pronto recuerdo el plan que tenía para encontrar a esos piratas y actuo en consecuencia.
-¡Oww! -Digo, mirando de reojo a Hughes. -Así que eres marinero a las ordenes de ese tal Edward James. ¡Ven, tomate una copa con nosotros!
Y sentándole en la silla, me acerco y le digo en un susurro, para que solo me oiga el.
-¿Estaría tu capitán interesado en obtener información sobre ese capitán inglés que han enviado a perseguirle?
El pirata gruñó molesto.
¡Yo soy capitán de mi propio barco! No necesito juntarme con sanguijuelas como James. Pero tampoco acepto que ustedes vengan a una taberna de piratas y hablen mal de él. Quizá si estuviera aquí le daría muerte con mis propias manos, pero los mataria a ustedes si lo mirasen mal.