-Gracias, gracias- os dice, y os acompaña por el camino- Ayudaré en lo que pueda. Eran varios, y llevaban túnicas negras. Los cubrían de pies a cabeza.
Los cuatro os dirigís hacia la casa.
Os quedáis pensando durante un momento. A Violet no le dice absolutamente nada el medallón, pero a vosotros os suena vagamenta familiar. Segundos después, ya con las ideas claras, comprendéis qué es lo que tenéis ante vosotros.
Ante vuestros ojos, Arrya, sin saberlo, lleva colgado un medallón que rinde culto a Lolth.
No os cuesta mucho recordar que Lolth es la Diosa maligna de las sombras, las mentiras y las arañas. De hecho, no en vano se la conoce como La Reina de las Arañas.
Y tú además recuerdas algo al respecto. En el transcurso de los años habías oído hablar de medallones de este tipo, aunque jamás hubieses visto uno. No estás seguro, pero te parece un medallón de invocación. Suelen usarse para invocar una criatura u otro tipo de ser bajo tu mandato. Deducir qué podría invocarse con un medallón como éste resulta sencillo de averiguar. Lo que ya no está dentro de vuestro conocimiento es cómo hacerlo. ¿Cómo se usa el medallón? ¿Lo sabrá Wimper? Por su cara parece seguro que ha reconocido el artefacto como símbolo de Lolth, pero desconoces si también habría oído hablar de algo parecido. Arrya tampoco parece tener la menor idea de qué es lo que lleva al cuello, pues de otro modo lo habría utilizado para rescatar a su hijo.
Si albergaba alguna duda de la honradez de la mujer, se había disipado por completo en cuanto contó su historia y puso el medallón en manos de Violet. Una bandida jamás se desprendería de un objeto tan valioso así como así. Estaba sumamente impaciente por ir a cumplir con la misión de socorro que nos pedía, y no veía ya el momento de ponernos en marcha.
Cuando dijo que nos ofrecía su medallón por salvar a su hijo, la sola idea de aceptarlo me pareció inadmisible. ¿Cómo podría cobrarle por algo así? Vamos, es que en la vida se me habría pasado por la imaginación, y me sentí tremendamente decepcionado con Violet cuando vi en sus ojos las ganas de aceptarlo. Y Wimper, bueno, acababa de conocerlo, pero me parecía una actitud muy reveladora y reprochable en un caballero el aceptar recompensas o pagos de algún tipo de una dama en apuros. No pude ni tuve intención de evitar el lanzarle una mirada de total desaprobación cuando dijo que aceptaría el medallón si se o daba. No obstante, no le dije nada. Yo no soy ni su padre, hermano, o amo, así que no estoy en posición de impartirle lecciones.
Miré con un poco más de atención el susodicho medallón y, de repente, me quedé helado. ¿Podía ser...? Había oído historias sobre ello, pero nunca me había encontrado con una prueba de que realmente existiesen esas reliquias, y tampoco había podido ver nunca de lo que eran capaces. Me tomé unos segundos, dándole vueltas en la mano y pensando. Sí, aquel parecía ser, sin duda, uno de esos legendarios medallones dedicados al culto de Lolth, de los cuales se decía que poseían habilidades mágicas. Aquel era un objeto importante, valioso, pero sobre todo peligroso si caía en malas manos. Yo no sabía usar su poder. Estaba claro que Arrya tampoco porque sino ya lo habría hecho para salvar a su pequeño. Por su parte, Violet no parecía enterarse de lo que tenía entre manos, y yo pensé que, por ahora cuanto menos supiese, mejor. En cambio sí pude ver la expresión de Wimper y me di cuenta de que él también había caído en la cuenta de lo que acabábamos de encontrar. Mientras caminábamos a paso apresurado hacia la casa de la mujer, por fin, me puse junto a mi amigo y le susurré de forma que solo él pudiese oírme:
Este medallón, ¿crees que realmente puede ser uno de esos famosos medallones mágicos? Creo que todo este asunto puede tener que ver con él. Creo que lo mejor es esconderlo hasta que se haya calmado el asunto. Luego, tendremos que hablar...
Sabía que algo raro rodeaba al misterioso accesorio de la mujer que llegó a nosotros suplicando ayuda. Navegando un poco en mi memoria, me doy cuenta de que es un medallón de Lolth, por lo que me exalto un poco. Ese objeto podía tener algún tipo de maldición o ser buscado para llevar a cabo algún acto maléfico.
Noto que Violet ni se percata de lo que significa, pero que si lo hace Demian. Es más, antes vi como me clavaba sus ojos, sin saber el por qué. Quizás malentendió lo que dije acerca del pago. Desde un principio acoté que no la aldeana no debía molestarse, pero que no me oponía si quería hacerlo. Era más bien indiferente a la oferta.
Sin embargo, aprecio que el joven se me acerca y me pregunta por el colgante. Parecía volver a la normalidad en sus actitudes. Trato de tomarlo por la espalda, como abrazándolo, para apartarnos un poco más y charlar mejor. -"Si, estás en lo cierto. Es esa clase de reliquia y seguramente todo lo que pasó se debe a su presencia. Guárdalo hasta que pase todo y luego decidimos que hacer, pero apurémonos que puede ser muy tarde"- digo volviendo con mi compañero a donde están las dos mujeres, pero comenzamos a acelerar la marcha, dejándolas un poco atras.
El hijo de la señora está en una situación crítica y no creo que sea momento para sacar conclusiones sobre el medallón. Si buscabamos aventuras para no aburrirnos, creo que nos metimos en una grande. Solo espero que podamos terminarla bien y disfrutarla, porque a eso vinimos.
Me doy cuenta de que Demian y Wimper están susurrando cosas, pero no me importa. La mujer camina a mi lado rapidamente, aún algo sofocada. Supongo que está deseando llegar a su casa y que le echemos una mano. Yo por mi parte, ando algo alejada de todos, en un lateral, obserbándoles. No me gusta nada ese medallón, sea lo que sea, y no lo quiero. No nos lo quedaremos. Si hace falta ya convenceré a los demás de que no debe volver con nosotros a casa.
Suspiro mientras camino cada vez más deprisa y miro hacia atrás, al río que hemos cruzado, que está cada vez más lejos.
Por fin algo emocionante - pienso mientras no puedo evitar sonreir.
Mientras avanzáis, Arrya os hace una ligera descripción de la casa, para que tengáis media idea de dónde está cada cosa. Es una vivienda muy pequeña, por lo que la explicación termina rápido. Consta de dos plantas rectangulares. En la planta baja se encuentran la cocina, la despensa y la sala. En la planta superior hay dos dormitorios, el de Arrya y Cecil, y el cuartito del bebé, Keno.
Os cuenta que le ha parecido ver a dos o tres tipos, no más, peleando con Cecil cuando ella huyó por orden de su tristemente fallecido marido.
Al cabo de unos instantes, llegáis a la casa. La única entrada estaba protegida por una puertecilla de madera, pero dicha puerta está medio colgando de los goznes, visiblemente dañada. Hay fragmentos de la puerta por el suelo. Lo que queda no podría evitar que entrase ni un niño gateando. Se escucha ruido en el interior. Parecen estar removiendo cosas.
Cerca de la casa, a unos metros, se puede ver el cuerpo de un hombre cubierto de sangre. Arrya, sin atreverse a mirar, os dice que se trata de su marido, Cecil.
La escena es terrible. El cuerpo del pobre Cecil estaba a un costado de la casa y dentro de ella se escuchaban ruidos, significando que Keno podría estar en riesgo. Al percibir todo esto, me siento indignado de que por un mísero medallón se haya perdido una vida y que un niño esté en peligro, por lo que muerdo mis labios por la impotencia. Una lágrima se quiere escapar, pero me la aguanto.
A pesar de toda la angustia, trato de pensar una forma de salvar al infante. Quizás, haya que generar una distracción y tomar por sorpresa a los malhechores. Si eran dos o tres, ibamos a estar en ventaja o iguales. Pero primero debería consultar con mi equipo cómo proceder, ya que no es momento de actuar impulsivamente.
-Que escena lamentable! Debemos hacer algo urgente! Qué se les ocurre?- digo, mirando a mis compañeros y, de vez en tanto, la casa.
Al llegar a la casa y ver el cuerpo de Cecil, me sentí furioso, un sentimiento poco habitual en mí. La gente a veces hacía cosas que a mí me resultaban incomprensibles. Silenciosamente desenfundé mi espada, aunque no tenía la menor gana de usarla. Luchar sería mi último recurso. Hoy ya se había perdido una vida, no era mi intención hacer que se perdiese otra. No obstante, tenía que estar preparado. No solo había un bebé en peligro, sino que esos malhechores podían tratar de hacerle daño a Violet, y no estaba dispuesto a permitirlo. Del interior de la casa se oían ruidos, como si alguien estuviese revolviéndolo todo, y Wimper preguntó lo evidente.
Yo no era un gran estratega. Bueno, ni grande ni pequeño, sencillamente es que la estrategia no era lo mío. Yo era buen luchador y no me faltaba coraje, pero lo de idear planes nunca fue mi fuerte. Así que, con una pequeña expresión de desconcierto que no pude disimular, miré a Wimper: pues... no estoy muy seguro... Quizás tú, yo y Violet debiéramos entrar mientras Arrya se queda aquí fuera, cortándoles la retirada. Deben ser dos o tres, como mucho, así que no deberíamos tener mucho problema. Wimper y yo podemos hacernos cargo de los intrusos mientras Violet corre a por el niño. No sé, es lo único que se me ocurre... pero si a alguien se le ocurre algo, no es momento de que se lo calle.
Veo atónita la escena y me impresiona tanto como parece ser que lo ha hecho a mis miagos. Miro a la mujer con algo de pena y pienso en alguna posible solución mientrsa oigo hablar a Delian. Me acerco un poco a él para hablarle sin hacer mucho ruido.
- Esta mujer no se debe quedar sóla aquí fuera. ¿el niño está en la habitación del segundo piso? - pregunto mirando a la mujer, que ahora parece incluso más asustada y nerviosa que por el camino. - ¿hay alguna otra entrada a la casa? Si entrais vosotros dos, yo treparé para poder sacar al niño sin que me vean. Y luego cuando esté a salvo Arrya y yo podemos entrar a ayudaros...
¿hay algo en los alrededores por donde pueda trepar por la ventana? Arboles o algo asi? ^^
La pared tiene grietas suficientes como para permitirte trepar sin problemas, si me sacas la tirada (1d20).
La tirada que tienes que hacer es de ESCALAR. Si te fijas en tu tabla de habilidades, tienes un +2 a escalar. La dificultad de la tirada es 10.
Wimper y Demian, si queréis entrar sigilosamente, habréis de hacerme una tirada de Sigilo, CD = 10. Demian tiene que restarle -2, y Wimper sumarle +3 a la tirada (son vuestros bonificadores/penalizadores de habilidad, acorde a vuestra hoja de PJ).
Viendo que nadie tenía nada en contra de que lo intetntará, me dispongo a trepar por la pared. Me acerco al lateral de la casa, donde se ven unas ventanas en la parte superior, en el sgundo piso. Hay unas gritas lo bastante anchas para que pueda meter mia manos y mis pies, y al fin y al cabo, soy buena trepadora, por lo que no me lo pienso mucho.
Empiezo a subir, poniendo una mano aquí, un pie allá, y jugando con el peso de mi cuerpo. Me ayudo con unas cuantas enredaderasy en pocos segundos llego a la ventana. Me asomo para ver si es la del pequeño o la de Arrya.
Motivo: escalar pared
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 20(+2)=22 (Exito)
Dime que veo por la ventana jefa ^^
Veo que Violet comienza a subir sin esperar la respuesta de la mujer. Al parecer tiene bastante habilidad para trepar por las grietas del muro. Trato de no apreciarla mucho, por que no se qué oculta su capa por debajo y no quiero generar ningún enojo sobre la joven. Al observar esto, me acerco a Demian y le digo que nos metamos sigilosamente a la casa.
Con mi decisión tomada, entro a la casa con cuidado de no ser escuchado. Es algo que me va a costar un poco, pero lo voy a lograr. Primero miro, cautelosamente, de que no haya nadie cerca de la puerta. Una vez que no haya nadie, me introduzco en la vivienda, buscando algún lugar donde ocultarme.
El lugar se veía algo desordenado por lo que sucedió, pero no percibo ruidos ni nada por el momento. Puede que mi compañera tenga razón y estén arriba. Tal vez convenga que la pícara los distraiga desde fuera y nosotros los sorprendemos por detrás.
Motivo: Sigilo
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 7(+3)=10 (Exito)
Comienzas a trepar la pared de la casa sin mayores problemas. Es más, a tus compañeros les ha parecido que te movías cual ratón trepando por un muro, ya que en unos pocos segundos, y sin armar el menor ruido, te habías plantado arriba.
La idea era observar sigilosamente, y así lo hiciste. Con las dos manos sobre el marco de madera de la ventana, elevaste ligeramente la cabeza, lo justo para poder echar un vistazo al interior.
Había un dormitorio en plena quietud. Era una vivienda extremadamente humilde. Se veía descolocada, como si alguien hubiese estado registrando las escasísimas pertenencias de los propietarios. Al fondo del dormitorio se veía una puerta que daba a otro cuarto. Percibías sin mayor dificultad el gimoteo incansable de un bebé, posiblemente alarmado por el ruido y clamando por sus padres.
Justo cuando te ibas a descolgar para comunicarle a tus amigos lo que habías visto, algo te alarmó sobremanera. Viste pasar por delante de la cuna una araña de tamaño monumental. Más alta que una persona, y con poderosas y asquerosas patas. Un auténtico monstruo, una criatura horripilante digna de colmar todas las leyendas e historias que os habían contado sobre las zonas inexploradas del bosque.
Sabías que dichas arañas existían, o así os lo habían dicho desde la más tierna infancia, pero jamás habías visto una criatura semejante en vivo, y resultaba aterradora.
Así que no solamente se habían colado un par de hombres encapuchados en la casa...
Violet se puso manos a la obra antes que nadie. Admiraba su carácter decidido y autosuficiente. Solo espero que no se tope con ningún peligro cuando llegue arriba.
Ten mucho cuidado. Le susurro a Violet mientras trepa por las grietas de la pared.
Sin más demora, me pongo justo detrás de Wimper, que ya había empezado a entrar en la casa, y trato de caminar sin hacer el menor ruido. El más mínimo error podría ser fatal para cualquiera de nosotros. Con los ojos bien abiertos y los oídos completamente atentos, cruzo el umbral del hogar rezando para no tener que derramar ni una gota de sangre.
Motivo: Sigilo
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 13(-2)=11 (Exito)
Asombrada aun por lo que he visto, miro hacia abajo y no veo a nadie. Intento entrar por la ventana directamente sin hacer nada de ruido. Mis amigos ya deben estar entrando por la puerta principal, por lo que yo intentaré encontrar al pequeño y esconderlo hasta que stemos los tres juntos para defendernos.
Hago algo de fuerza con mis brazos y subo una pierna por el alfeizar de la ventana. Paso la otra hacia dentro de la estancia y me agacho al caer al suelo apra esconderme inmediatamente por si alguien ha oido algo. Todo está desastrado, como si hubeiran estado buscando desesperadamente algo.
Se tratará del medallón... voy a ver si encuentro al niño por aquí..
Escucho atentamente por si hay alguien en el pasillo.
Jefa, no sé si la ventana estaba abierta, si no era asi, dimelo y posteo de nuevo. Como ellos ya han entrado por la puerta principal, no sé si me daba tiempo a bajar y avisarles de lo que hay asi que mejor intento ayudar desde arriba =)