Partida Rol por web

El artillero había conseguido colocar su arma encima de una pila de materiales que parecía haber conseguido algo de estabilidad. No esperaba tener que quitarla de ahí pues iba a morir o sobrevivir en ese punto. - Arma montada y lista, veamos que puede hacer esta preciosidad. - Dicho esto cebó el arma metiendo la primera bala en la recámara y esperó con el dedo en el gatillo mientras miraba a la oscuridad por la mirilla. El suelo terroso estaba frío y la humedad se sentía aunque esta no podía atravesar la armadura su cuerpo decía que estaba húmedo. Destensó sus piernas quedando medio estiradas mientras que el arma se apoyaba contra el hombro. Iba a ser una misión aún más suicida que el fuerte helado. Sólo esperaba que las muertes de aquellos magníficos hombres no fuera en vano. - Ha sido un honor en servir junto a todos, nos veremos en el infierno. - Se hizo el silencio, ahora sólo podían rezar por que las cargas de demolición hicieran su trabajo.

Colocar la carga no es tarea fácil, y rápidamente saco de mi mochila el equipo de tratamiento de explosivos que pedí explícito para la misión. Billy parece estar comportándose muy bien, y trabajamos mano con mano para preparar el terreno, asegurar el explosivo y prepararlo todo para conectar el detonador -y que me aspen, que no explote en ese momento o no habrá resto alguno que recuperar-. Sonia y Mkoll también están preparados, y deseo fervientemente que no tengan que hacer nada en absoluto, porque significaría que nuestra misión ha ido como la seda y sin contratiempos.

Pero son bichos, a quién vamos a engañar, y no parece que eso sea fácil. La reina se mueve y no puedo evitar darme cuenta por el rabillo del ojo mientras señalo una parte del explosivo y continúo contándole a Billy qué diantres tenemos que ir haciendo paso a paso, para que ella lo tenga claro y para recordarlo yo mismo de mi corta instrucción en estos menesteres.

-En cuanto terminemos de montar la carga, únela al detonador mientras yo voy a preparar la siguiente. Parece que no tiene salida de aquí, pero mejor no arriesgar nada en absoluto. Señora, ya casi está. -Esto último se lo digo a la Cabo, mientras continúo trabajando.

El discurso del Sargento Mayor me trae nuevamente a la realidad. Estoy algo alejado para participar de la acción, pero es el lugar que me han asignado. Gawain ha puesto rodilla en tierra y deja una ventana desde la que seré más útil. Me traslado un poco para tener línea de fuego y empiezo a respirar rítmicamente a la espera de lo inevitable.