—Yo optaría por hablar con Sir Vormund maese Joshua. Más que nada porque Sir Vormund nos reclutó en buena lid, nos dio opción a elegir unirnos a él y por mi parte es a quien le debo lealtad. Los espíritus del bosque nos han sometido a traición y nos han pedido que robemos algo porque, me temo, ellos no pueden obtenerlo directamente. ¿De veras creéis que esto es algún tipo de prueba para mostrar nuestra valía? Si son tan poderosos ¿por qué no han matado ya a toda la guarnición? ¿Por qué no ordenarle a sir Vormund y su guardia personal que cumpliesen esa misteriosa misión de la cual nada han dicho y por la que prometen cosas que ni siquiera pedimos? Cada vez tengo más claro que los espíritus no son tan poderosos como han querido hacernos creer.
Mientras hablo voy siguiendo a Rilwen cuesta abajo. Sólo me detengo un momento para encararme con una sonrisa a Joshua:
—Creedme maese Joshua que tengo tantas dudas como usted al respecto de que opción sería la correcta. Pero aunque mercenario soy un hombre de armas leal a mi capitán. Simplemente entre dos malas opciones escojo la única que, de ser mala, al menos no me deshonraría por completo.
Dejáis a Etor y Genaro con la mula en la atalaya. No les gusta demasiado el plan de quedarse solos allá arriba, pero lo habéis decidido por mayoría. Seguirán construyendo la atalaya y la defenderán lo mejor que puedan.
La bajada es breve y sin incidentes. Llegáis al campamento a media mañana. Todos se asombran de que hayáis bajado, pues la atalaya no parece terminada. Una empalizada rodea al campamento, y algunas torres de madera, con vigías en lo alto, la refuerzan. En el centro se ha levantado un edificio de madera de dos plantas. Los carros y las tiendas se despliegan aquí y allá, alrededor de un gran espacio libre frente al nuevo edificio.
No me despego de Rimald y Joshua, como supongo que será Rimald quien hable con Sir Vormund, no abro la boca hasta que sea oportuno hacerlo. Que vaya en silencio no implica que vaya ciega, observo y reviso las construcciones que han hecho en el campamento: las torres, la empalizada, el edificio principal...
Parece que se han organizado bastante bien
La parte final del camino la hemos llevado en relativo silencio; se ve que tenemos muchas cosas en la cabeza...
... al llegar al campamento, por una parte me sorprendo de lo avanzado que se encuentra; por otra, recuerdo que viene acompañado por un grupo numeroso de obreros, así que... bien dirigidos por un maestre de obras, algo así es normal que se erija en tan poco tiempo.
Advieto que algunos nos miran; otros, no obstante, no saben nada y van a lo suyo. Mientras vamos camino al centro del campamento, tomo por el brazo a uno de estos últimos, uno que conozco de la comarca, y le pregunto rápida y discretamente.
-Oye, ¿qué nos hemos perdido?
Me permito el lujo de interactuar con alguno de los que conozco, por si hay algo resañable...
Nada más llegar pregunto por Sir Vormund, indicando que tengo algo importante que notificarle a solas.
Espero pacientemente hasta que el capitán me convoque, sin hablar con nadie ni responder ninguna pregunta. Lo que tengo que decir es sólo para Sir Vormund.
Pues tal y como está montado el campamento, igual ya saben de lo que venimos a hablar, a ver, hay torres defensivas y la empalizada es alta. O puede ser que se hayan organizado para establecer bien el campamento que hará de "poblado" durante el tiempo que lleve construir el dique.
Sea lo que fuere, hasta que Sir Vormund no nos comente nada, después de que Rimald le cuente todo lo ocurrido, sólo nos queda esperar.
- ¡Hombre, Joshua! ¡Malegro verte! ¿Cómostás? ¿Yabéis terminao latalaya? -me alregro de verte, son tantos recuerdos. Pero cuando veo que buscáis a Sir Vormund:- ¡Otros que lo buscan! Si es que no pué ser, por las mañanas no está. Se va dar un paseo mañanero por el río. Está mu cabreao. ¡Y nos tiene a tos a destajo! ¡De sol a sol! Quiere tener el sitio levantao y rematao lo antes posible. Anoche apenas dormí, Joshua, ¡esto no puede ser! ¡Me duele to! -me acaricio el lomo como para dar lástima- ¿Y allá arriba qué? ¿Habéis pasao miedo? ¿Yabéis terminao?
Como os ha advertido Grolis, Sir Vormund no está ahora mismo en el campamento. Podéis comprobar que todos los obreros están trabajando a marchas forzadas para levantar el lugar y fortificarlo. Todo es de madera; la empalizada, las torres y el edificio de dos plantas que se erige en el centro. Todos se afanan por avanzar, hasta los soldados ayudan en la construcción. Todos parecen cansados y muchos están asustados. Los más supersticiosos cuentan historias sobre el bosque y las criaturas que en él habitan. Historias que ya conocéis, y que ya conocíais antes de entrar aquí. Pero ahora a vosotros os parecen algo más que simples historias para asustar a las viejas.
Fin de la escena. Seguimos en el Acto 3. Dejo la escena abierta por si queréis narrar algo más.