Las cuatro puertas, metálicas todas ellas y de aspecto muy pesado, están cerradas, aunque no parece que tengan cerrojo alguno con el que estén bloqueadas, por lo que probablemente puedan abrirse. En la pared Este las dos puertas rezan lo siguiente: "Senda del Riesgo" la más cercana a la entrada, y "Senda del Desafío" en la más alejada.
De igual forma, en la pared Oeste, las dos puertas tienen una inscripción que dice "Senda de la Oscuridad" en la más cercana a la entrada, y "Senda de la Muerte" en la otra. Cuatro posibles elecciones, y no mucha más información al respecto. ¿Qué decidiréis hacer, Anthuel y Bralin? ¿Cuál será el camino que tomaréis?
— Vale. — Le dice a su compañero en respuesta a lo de buscar verdades y le devuelve el golpe en el hombro, aunque mucho más flojo y sin la risa, sin embargo sí una sonrisa. Ya de paso ilumina como le pide la zona que le indica. No tiene motivo por el que desconfiar de su amigo, por lo que después de eso vuelve a sus quehaceres de traductor, con fiando en las palabras de Bralin.
Revisa cada puerta, teniendo que recorrer toda la sala, de lado a lado, y traduce el nombre de cada sendero. Aunque las de la parte oeste son las últimas que lee se cambia de lado después de pensarlo un poco, para colocarse entre las dos puertas del esta, mirando a su compañero. — No sé tú, pero por mi parte descartaría las puertas del otro lado. Muerte es un concepto del que preferiría alejarle todo lo posible y oscuridad me suena a un concepto muy genérico, no puede ser literal porque sino por ejemplo un enano como tú lo tendría demasiado sencillo. Por el otro lado, estas puertas, la de desafío y la de riesgo, suenan más directas y lógicas con sus conceptos. ¿Qué podemos encontrarnos? Un desafío o algo arriesgado, pero no tan arriesgado como la muerte. — Mira a su amigo, para intentar comprobar si le seguía con su razonamiento. — ¿Tú qué opinas de las cuatro puertas, alguna te llama la atención? —
— Riesgo, desafío, oscuridad y muerte. — Balbuceó el Enano, acercando brevemente su cabeza a cada inscripción, y provocando así que algunas arrugas aparecieran en su frente. ¡Todo gran guerrero arrugaba la frente al pensar en algo importante. Pero al final dio la espalda a las mismas, alejándose unos pasos y retornando a la penumbra, donde algún balbuceo más acompañó al primero. — Ninguna de estas puertas invita precisamente a un banquete con buena bebida. — Y realmente no le gustaba ninguna de ellas. Pero estancarse era peor que la muerte, volver inútil el viaje, pisar el honor.
— Si una voz nos estuviera hablando a través de acertijos, me arriesgaría a pensar que una de las puertas invita más que las demás. No de manera obvia, tampoco sobresaliendo. La muerte es la más fácil de descartar. Nadie desea morir, ni siquiera esos esqueletos de atrás. En la oscuridad nos perderemos, y puede que no podamos regresar. Es una amenaza, una que ni siquiera tu luz pueda iluminar. Riesgo conlleva posible pérdida, si yo hubiera diseñado este sitio guiaría a los necios a uno de los otros caminos mediante esa vía. —
— Sin embargo… — Se colocó ante la puerta restante, irguió su cuerpo, incluso alzó su arma frente a sí. Era su postura de guerra, con honor aceptando a un enemigo como su igual, antes de una carga completamente necesaria para un choque de fuerzas. — Un Enano JAMÁS rechaza un desafío. Se burlan de nosotros. Es esta la puerta que desean que tomemos. Pueden engañar a nuestros sentidos, ¡pero jamás a nuestro sentido de la honra! Desafío. Vayamos por aquí. Si perecemos y debemos despegarnos de nuestro orgullo terrenal, nos llevarán a rastras. Pero no como unos cobardes que no saben elegir una estúpida puerta. — El sonido de su maza en el suelo indicaba el final de su decisión. Bralin estaba más que decidido. “Desafío”, valiera la redundancia.
Era más que obvio que a pesar de sus diferencias los dos aventureros pensaban de forma similar sobre ese tema, por eso mismo son amigos desde tanto tiempo. Se mueve para cambiarse de entre las dos puertas hasta ponerse al lado de su compañero, poniéndole una mano en el hombro con su mano libre y luego haciendo un gesto con el bastón hacia la puerta elegida. — Hacia el desafío. — Le dice invitándolo a que sea él quien haga los honores de abrir la puerta y pase delante, aunque decidido era prudente de permanecer en retaguardia.
— Me das los honores de la decisión. Es por eso que te aprecio, compañero. — Con una risa discreta que pretendía ser más ruidosa para sus adentros, Bralin avanzó hasta la puerta elegida y, en un ademán de echarla abajo de un mazazo, al final lo que hizo fue guardar su arma y empujar, solo para comprobar si se abría de aquel modo o existía algún tipo de mecanismo. Con algo de esfuerzo accionó la puerta, esperando encontrar algo grandioso detrás de la misma. Otro de los motivos por los cuales apreciaba la compañía de su amigo. ¡Cuando importaba le dejaba protagonismo!
Y con algo de suerte no habría más complicadas runas detrás, sino un desafío a la altura de alguien físico como él mismo. Aunque aquello ya resultaba más un deseo egoísta propio que otro detalle, y no era algo que transmitió en voz alta, sino a partir de la impaciencia con la que accedió a dar el siguiente paso. Definitivamente, desafío sería su elección.
Decididos, ambos atravesáis la puerta que conduce a la "Senda del Desafío". La puerta, que no está bloqueada, da acceso a un pasillo que gira hacia el Sur 3 metros para desembocar en otra habitación. Apenas habéis avanzado un metro y medio cuando un pesado rastrillo metálico se descuelga a vuestra espalda, produciendo un estruendo ensordecedor al chocar con el suelo que os sobresalta y os hace giraros. Este obstáculo parece impedir el paso de vuelta hacia el Norte, por donde habéis venido. Justo junto al rastrillo en la pared del Este hay otra puerta.
El rastrillo ha caído desde una ranura en el techo, a unos 6 metros de altura, y parece que será imposible moverlo de su sitio. ¿Cuál será vuestro próximo paso?
Pasamos a la siguiente escena, "Senda del Desafío". Podéis continuar el rol allí.