Decidís hacer caso a vuestros instintos, y lentamente abandonáis la sala, dejando a aquel individuo flotando en el aire inalterado. No parece haber sido consciente de vuestra presencia, al menos por el momento. Con el corazón en un puño, volvéis a la sala donde se encuentra el círculo de teletransportación, momento donde apuráis el paso de forma inintencionada, hasta trazar toda la vuelta por el pasillo hasta la capilla de los dones, donde se encuentran las estatuas y aquella que os otorgó el "Don de la Sabiduría". Esta, iluminada, deja entrever un camino oculto a través de la pared, como bien había divisado Anthuel. No es hasta este momento en que casi parecéis devolver el aliento a vuestro cuerpo, jadeando con dificultad; bien por el frío y el esfuerzo, bien por el miedo que se había instalado en vuestra mente.
Tras un breve momento de respiro, donde volvéis a encontrar la solaz, decidís internaros por el camino que os queda, el que hay tras la estatua, una puertecilla pequeña que apenas sí está a la vista. A Bralin le cuesta un poco entrar dentro, pues es un lugar estrecho tras un recoveco oculto, y pronto descubrís que es muy difícil avanzar por este pasadizo de menos de un metro de ancho. Después de apenas 1,5 metros el pasadizo gira hacia el Este y avanza unos 6 metros más donde podéis ver 3 puertas consecutivas en la pared Sur. Al final vuelve a girar hacia el Norte hasta una amplia caverna interior. Las puertas están abiertas y muestran lo que parecen ser almacenes de carne, así que quizá el lugar que visteis anteriormente era donde se despiezaban los Thuels, y aquí se almacenaban y salaban, pues estos pequeños almacenes de apenas un 1,5 m cuadrados guardan fundamentalmente trozos de carne de Thuel congelada. Hay algunos sacos también de sal rosada, unos 10 kilos en total. (Y algo más desparramada en el último almacén).
El pasadizo se ensancha rápidamente en lo que parece ser una cueva natural de más de 15 metros de profundidad y al menos 25 metros de alto. La sala está invadida por las construcciones del Rocabosque, pero es lo que veis en el centro de esta lo que os deja perplejos. Colgando del centro de la caverna, sujeto con cuatro cadenas desde el techo y con otras cuatro más fijándolo a sendas rocas en el suelo podéis ver lo que parece ser un Dragón Blanco del Rocabosque atado y envuelto sobre sus propias alas en un bulto de unos 8 metros. Solo la cabeza parece colgar con cierta capacidad de movimiento. El dragón mantiene los ojos cerrados y no parece haber detectado vuestra presencia. No hay a simple vista ninguna otra salida de esta caverna. ¿Qué haréis ahora ante esta escena?
Abro otra escena, donde continuaremos con el rol.