Brecca asintió y se encogió de hombros - Debo ir al templo de Ceres para que me ayuden con algo urgente, si el comprador designado no tiene problema en desviarse un poco no tengo problema alguno en acompañarlo a comprar lo que necesite. - miró al jefe de los enanos - Deberíamos estar de vuelta antes de la cena sin problema alguno, y si no puedo salir del templo seguramente mi hermana... - dijo señalandola, - podrá cumplir con lo prometido sin problema alguno.
No quería comprometer a nadie más del grupo, seguramente tendrían sus propios planes, pero Amelia seguramente estaría tan interesada como él por averiguar todo lo posible acerca de los asentamientos enanos que su hermano mayor había salido a investigar.
—Estamos de acuerdo—afirmó con vehemencia.
No sonaba mal. Amatore Rivali, Cronista de Gallador, Hacedor de Héroes, Embajador enano en Vascava... Sí, no estaba nada mal. Seguro que Vanadiato estaría satisfecho.
—Tranquilo Brecca, si no estás disponible yo me encargo de todo. Lo importante es que te pongas bien. Ya dejaremos las aventuras tabernescas para otro momento.
Aunque siempre se le podía echar un vistazo a esas enanas...
—¿Partimos?—el cronista giró sobre sus talones para enfilar la entrada a la ciudad.
Fjorvild ya esperaba algo así de unos enanos idiotas que hablaban de leyes ancestrales y se las daban de importantes. Todo el mundo en aquella región era hostil, hasta las cabras, de modo que en lugar de molestarse, acabó riéndose.
-En realidad solo tengo una mitad orco, pero entiendo que no puedas ver la diferencia desde esa distancia. Este orco y su amiga elfa van a entrar en la ciudad, que lo paséis bien -le dio una reverencia muy educada y se dirigió a Vascava-. Yo voy al templo de Kamien, tengo asuntos pendientes.
- La palabra de los Proudstar vale algo, en estas tierras y en cualquiera que sea bañada por la luz del sol, dijo solemne.
- Acordaros de comprar cinco odres de agua bendita en el templo y darle recuerdos. Se giró ante Thasla, yo acompañaré al maese enano a comprar provisiones, asi que los señores enanos elijan a mi acompañante e ire gustosa con él.
¿En la Oscuridad Inferior podéis mentir descaradamente? Se guardó la pregunta para otro día más propicio. Tal vez cuando llegase el día de explorar las cavernas que horadaban el valle. Lo siento, queridos, pero no me fío. No estáis bajo tierras que baña la luz del sol, y vuestra palabra no vale nada aquí.
Domy consideraba el especismo era un rasgo de lo más desagradable. Y estúpido, además; estúpido, ignorante y vil. Como si el orco que asalta tu caravana con un hacha enorme y el elfo que te atraviesa el ojo con una flecha por entrar en su bosque fueran los mismos que entraban pacíficamente en una ciudad humana. Demasiado amistosa se había mostrado Fjorvild. Ese enano merecía un escarmiento ejemplar.
Al entrar, el grupo quedó dividido en tres cometidos. Uno por placer, una por necesidad, otro por meter las narices donde no les llamaban. Domy tenía claro hacia dónde encaminar sus pasos.
Paquita, Udi y yo te escoltaremos al templo de Ceres, dijo a Brecca.
- Creo que te acompañaré un rato. Ese Tirius, resultó un individuo bastante curioso... - Le comentó a la semiorca mientras se estiraba un rato, antes de envolverse elegantemente en su capa del señor de la noche. La verdad es que tenía un motivo estelar muy bello, le costaba comprender cómo cayó en manos de un burdo delincuente. Aunque no era Kamien en sí, sino su sacerdote quién le intrigaba, y sus conocimientos acerca de los trasgos azules que habían ya encontrado.
La palabra de los Proudstar podía tener su valor en las tierras bañadas por la luz del sol, pero la opinión que tenía la capitana de Amelia dejaba mucho que desear1.
—A lo mejor te parece que soy un maldito tendero con el que puedes regatear —le contestó Thasla a Brecca, en tono cortante—. Me dan igual los asuntos que tengas en el templo de Ceres. O haces las cosas exactamente como te digo, o no se hacen. Tú verás.
1: lo siento, Soundwave xD. El jugador original de Amelia tuvo sus más y sus menos con Thasla.
Brecca miró a Thasla y por un momento pareció que iba a protestar, al menos había un brillo de rebeldía en su mirada impulsado por el dolor constante que le provocaba la maldición. Sin embargo cuadró la mandíbula y asintió - Su casa sus reglas Capitana, directo al mercado y vuelta aquí una vez las compras estén encargadas. Supongo que luego podré ir al templo ¿O también debo quedarme aquí hasta que la Lady Calaelen se reuna con Thordak? - miró al lider de los enanos - Agradecería que eligierais a alguien con criterio, no quisiera que vuestro comprador se quede atascado discutiendo precios con los sacerdotes de Kamien.
Los pensamientos injuriosos son pecado tambien, Amelia. Las obscenidades otro. Amelia apreto levemente la mandibula y asintió ante la mamporrera, otra plegaria de arrepentimiento Amelia, y van tres.
Girandose dando la espalda claramente a Thasla se acercó al grupo de enanos. Adelante, decidnos a quien acompañamos y gustosos le guiaremos a por las provisiones.
Voy al templo de todas formas, dijo Domy. Escoltar a un enano para que no causase problemas mientras regateaba con los comerciantes del mercado no le parecía la mejor forma de acabar el día. Podía aprovechar el tiempo negociando los servicios del templo y saludando a Adelaide. Puede que incluso le sobrase tiempo para revisar los objetos encantados que les habían quitado a los trasgos. Os encontraré más tarde.
Agarró de las riendas a Paquita, pero se dio media vuelta antes de marcharse.
Tratad de no llamar la atención más de la cuenta, añadió. Puede que Anika se haya quedado aquí bajo la protección de los fieles de Kamien, pero nosotros íbamos a estar fuera hasta que a Jamidur se le bajasen los humos, así que nos conviene esfumarnos en cuanto podamos. Podemos pasar la noche fuera con los enanos y darles un par de lecciones sobre la respetabilidad de elfos y orcos.