Partida Rol por web

Hay algo curioso en este mundo. Por un lado están esas cosas que damos por ciertas, cuando son tremendamente falsas. Y por otro están aquellas que nos resistimos a creer cuando son verdad. Como el Muro. Aunque mucha gente ha oído hablar de él, muchos creen que no es más que propaganda imperial. ¿Cómo va a existir un muro de metal de casi doscientos metros de altura en el centro de Zen? ¿Es que nos hemos vuelto locos? Ya lo sé, el mundo está lleno de personas capaces de violar todas y cada una de las leyes de la física (¡incluso la termodinámica!), pero lo de esa muralla.... ¡es que va mucho más! Pero como había dicho sólo unas frases atrás, el Muro era una realidad. Una que se alzaba alta e imponente. Y a sus pies, reunidos, había un grupo de agentes de la división C.

No era algo raro, a lo largo del Muro había distintos puestos de avanzada que eran custodiados por estos agentes. Agentes del C-0. Lo peculiar era que ninguno de los que estaba en esa reunión tenía actualmente como cometido ese destino. ¿Qué hacían allí entonces? Algo mucho más extraordinario. Esperar. Y ahí estaba lo increíble.

Esos agentes habían sido elegidos por las altas instancias imperiales para una misión muy concreta. Un Deus Nobilis, un noble mundial, una de las figuras más importantes del mundo, había tomado la decisión de abandonar la Ciudad Divina de Olimpia e iniciar un viaje a lo largo del globo. Algo excepcional. Y estos agentes habían sido elegidos para ser su escolta personal.

¿Quién era el noble? Bueno, eso lo dejaremos para más adelante. De momento centrémonos en esos agentes cuyos ojos contemplan en la por primera vez ese lugar. Cuyos ojos terminan de dar por real lo que para muchos es mero objeto de propaganda. Su presencia no sólo era excepcional por su misión, cada uno de ellos había venido de un lugar del globo. ¿Qué podía haber empujado al Imperio ha realizar esa selección? Era algo inexplicable, pero también era verdad. Los agentes habían tenido algo de tiempo para conocerse, pues el último trayecto del viaje lo habían hecho juntos.

El Muro, la escolta de un Deus Nobilis, ¿había algo más que podía sorprender a estos agentes? Pues sí, lo había. Treinta minutos después de su llegada, se acercó hacia ellos un hombre vestido con traje bastante discreto. Tenía el pelo rubio ceniza, gafas y semblante serio. Y fue directamente hacia ellos. ¿Qué tenía de sorprendente? Que no se identificó en ningún momento. Y sin embargo, todos sabían que estaba a cargo de ellos en ese momento.

—El agente Génesis, el agente Marlboro, el agente Aspinach, el agente Beheit y la agente Dokuritsu—no era una pregunta—. Bienvenidos. Pueden llamarme Ejento, estoy a cargo de los últimos preparativos del viaje. Su ilustrísima excelencia Alyus DeVincius debe de estar a punto de llegar.

Entonces el ruido de un motor les llamó la atención, pero no venía del muro (de donde uno esperaría que llegara el noble). Bordeando éste, se acercaba un enorme y magnífico vehículo. Se podría describir como una mezcla entre un tráiler, la locomotora de un tren y una caravana. Era negro, con decoraciones en dorado (de hecho seguro que era oro) y varias bandera del Imperio Mundial. En la parte de arriba, una chimenea expulsaba un denso humo negro.

—Éste es un Terris-Nobilis, será el vehículo por el que se desplazarán por el continente—dijo Ejento revisando un reloj—. No queda mucho tiempo, ¿tienen alguna pregunta?

La agente imperial observaba con solemnidad el gigantesco muro que ante ella se extendía, el ojo biónico se movió hacia delante y atrás varias veces para acercar artificialmente la vista.

- ¿Cuántos de ti calculas que podríamos hacer con todo este muro S.A.G.A.Z? - Preguntó curiosa Giwan jugando con un tornillo sobrante de su última puesta a punto. Cuando al fin ese tal Ejento llegó enunciando su guionizada presentación no pudo sino atender de manera respetuosa y profesional en pose rígida. 

- Contaremos con nuestras propias disposiciones durante la misión? - Preguntó cual soldado hacía su sargento. - Y a poder ser, agradecería que se me refiriese por el nombre en clave que se me asigno durante mi carrera en el C-6, "Daftpunk". 

[RUIDO BLANCO]

Se veía humo un poco detrás del grupo, un cigarro de la marca Marlboro estaba en la boca del agente, estaba alejado del resto para no molestarles con su vicio, pero compartía el asombro del resto mirando a tal colosa construcción, dió un último calo a su cigarro y tras tirar el humo sacó una caja metálica de uno de sus bolsillos para apagar su cigarro dentro, no había que ensuciar con las colillas. La verdad es que yo era de los que creían que se exageraba al hablar sobre el muro, me quedo realmente asombrado - Al acercarse de nuevo al resto se dió cuenta del caballero que se acercaba, le saludó con una pequeña reverencia, mera formalidad, cuando ese señor habló, dejó primero que alguno de sus compañeros hablase antes y después respondió el - Saludos Ejento, un placer conocerle - Examinó con la mirada ese vehículo, menuda maravilla, lo veía bastante resistente, pero ¿Tenía algún arma incorporada? Eso facilitaría bastante la misión, tras esa gran ojeada miró de nuevo a Ejento - ¿Sabe usted sí esa sublime creación incluye algún arma incorporada? No me extrañaría teniendo en cuenta su embergadura - Se recolocó las gafas esperando la respuesta del caballero.

Croquet había pasado gran parte del viaje leyendo los periódicos que iban llegando, resolviendo los puzzles y los crucigramas de ellos y apenas levantando la vista para mirar a su alrededor, incluso cuando llegó al Muro este parecía más distraído dándole de comer a su mascota y compañera de viaje L'Orange ganchitos anaranjados que se sacaba de su bolsillo que de admirar el paisaje.

-Pues yo tengo una pregunta también, -Comentó aún con el periódico enrollado bajo su hombro- ¿Las horas extras que tenemos que hacer para los turnos de 24 horas, el desplazamiento hasta aquí, las dietas y demás... está todo pagado?. Ah, sí... ¿Hay un Plus por Peligrosidad?. ¿Y Nocturnidad?.

Quitándose el lápiz de la oreja, este se dispuso a apuntar en una esquina del periódico aquello que le respondiera el hombre, a fin de cuentas, era importante saber a cuánto se pagaba el Plus de Peligrosidad, las Horas Extras, y la Nocturnidad... y ya ni hablemos del Transporte y las Dietas en este "viaje de empresa".

Ejento miró a Croquet unos segundos y como era de esperar ignoró su pregunta. De hecho, uno de pronto se podía empezar a hacer preguntas. ¿Cómo demonios había acabado un agente con esas preocupaciones en una misión como esa? Quizás era algún tipo de venganza y alguien quería quitárselo de en medio esperando que la cagara. Y que se lo quitaran de en medio literalmente. Si alguien tenía el poder de hacer que alguien dejara de existir para la histora, era precisamente un noble mundial.

—Sí agente Dokuritsu—respondió a Daftpunk ignorando su petición—, tendrán un pequeño dormitorio para cada uno. Se encuentran en el segundo nivel, junto al resto del servicio. En la primero se encuentra la sala de máquinas, las cocinas y las estancias de los esclavos. El tercero son las dependencias de su Ilustrísima Excelencia. Ni que decir tiene que no podrán entrar si no son llamados.

Y por último miró a Marlboro.

—El Terris-Nobilis es un arma en sí misma. Es un acorazado que se desplaza con la potencia de un tren alcanzando velocidades de ciento cincuenta kilómetros por hora. A la velocidad de crucero puede derribar cinco manzanas antes de ser detenido. Y resistiría sin problemas una andanada de cualquier buque de la armada. Y a la velocidad que se mueve, dudo que sea posible que la alcanzara una segunda salva.

Las puertas del torreón en el que terminaba el camino en el que estaba se abrieron y de ella apareció una gran burbuja de cristal. En su interior había sentado en un confortable y lujoso sillón un hombre orondo de piel negra. Alyon DeVincius. Vestía con ropas de color azul y amarillo, y un sombrero puntiagudo que le daba aspecto de sacerdote. La burbuja en la que estaba el noble estaba encima de una ornamentada litera de plata y oro que cargaban un grupo de agotados hombres y mujeres de diversas razas. Los esclavos a los que había hecho referencia Ejento.

Ken se quedaba pasmado ante la inmesidad del muro, como un niño cuando le daban un juguete nuevo, esa masjetuosidad era algo que le ensimismaba en sus pensamientos, aunque la curiosidad de que había detrás era algo mas grande.

Durante el trayecto trato de acerarse, sin mucho éxito, a los demás, con un tono jovial y desenfadado preguntaba sus nombres y los anotaba en una pequeña libreta que se saco del bolsillo de su pantalón, ya que camisa no llevaba, solo una bufanda de un color rojo carmesí. Parece que no se le daban bien recordar los nombres pero tenia un método memotécnico, usaba motes.

A Croquet A. lo llamo Naranja y dibujo un pequeño flamenco al lado.

A Mikel lo llamo Humo y dibujo un cigarro.

A Daftpunk lo llamo Hierro y dibujo un catalejo.

Y a S.A.G.A.Z lo dejo como una interrogación.

Cuando Ejento llegó, se puso rápidamente en la pose de saludo, ya que había visto a esta persona de vista anteriormente y sabia que era de mayor rango.

-NO SEÑOR- grito con énfasis y respeto después de sus compañeros hicieran las preguntas y Ejento se quedara esperando a ver si tenia alguna.

El que estuviese mas cerca de el escucharía como su corazón latía tan fuerte como para escucharlo a esa distancia, eso era normal ya que no podía controlar sus nervios.

La agente apretó los dientes disimuladamente, no le agradaba para nada que se refiriesen a ella con su nombre familiar. No pudo hacer otra cosa que callárselo, era una de los dedos del Imperio, aquel que tiraba de los hilos para mantener el orden mundial y que nadie tuviese que sufrir mas de lo justo.

Cuando vio llegar al Deus Nobilis, sintió una mezcla de respeto, intriga y desasosiego. Este último por aquellos que se veían forzados a portar al gran Nobilis, aunque rápidamente mató la pena, pues sabía que todo tenía una razón de ser, que esas personas estaban ahí por una buena razón. Hizo zoom a DeVincius con su prótesis visual, entonces, el brazo metálico empezó a vibrar.

- ¿S.A.G.A.Z.? - Preguntó en voz baja la Agente.

Ante la negativa a dar una respuesta Croquet A. no dijo absolutamente nada, probablemente echando un vistazo para sus adentros de aquella vez que rechazó formar parte del sindicato para regular horarios, recoger firmas y demás cositas a bien de los trabajadores... pero teniendo en cuenta como acabaron esos sindicalistas, mejor estar como estaba que encerrado.

-.  .  . -El hombre no dijo nada, aunque probablemente redactara un informe de lo sucedido usando el menor número de palabras posibles, e incluso sin molestarse a puntuar adecuadamente las tildes, o los puntos de las íes o las diéresis. Ni siquiera pensaba que iba a poner el puntito en los interrogantes. Iba a hacer el mínimo. Quizás incluso usar abreviaturas.

O quizás podía convencer a algún esclavo que supiera leer de hacerlo por él a cambio de algún que otro ganchito... quién sabe... sub-contratar parte del trabajo es la clave del éxito. ¡Si incluso ese Deus Nobilis los había sub-contratado para que hicieran de piernas!.

Al hacerse visible la burbuja con esos esclavos, Marlboro miró intrigado, sí, eran así los altos nobles del mundo, sí, había tiranía, pero la tiranía también estaba en las grandes empresas como la de su tío, tenían a niños explotados en plantaciones de tabaco, no era nada nuevo para este agente del imperio. Marlboro miró a su grandeza e instintivamente se arrodilló ante él, si, la verdad es que el señor humo era un perro del estado al absoluto, el poder estaba ahí y había que respetarlo totalmente.

Deberíais mostrar una muestra de respeto ante su eminencia - Dijo el ya arrodillado agente al resto -​​​​​​-Nosotros no somos más que otros siervos más.

Se quedó así, esperando una orden para poder levantarse.

...

........

¿hola?...

¿Hay alguien?...

¿Que es eso?...

¿Eso que veo es...?

¿es...?

¿UN GRAN APOSTADOR? -Lo que antes había empezado a escucharse con la voz de una persona normal, con un tono asustado, paso a sonar estridente, pudiendo llegarse a escucharse entre las personas aquí reunidas-OH [grande padre], ¿ESE A QUIEN VEO NO ES OTRO QUE[Searching...................complete] ALYON DEVINCIUS, EL GRAN DEUS NOBILIS? OH DIOS MÍO, NO SE QUE PODER HACER AHORA. DAFTPUNK, [the content of the wall is mostly limestone, granite, and fired brick. No suitable components are found for building computing engines capable of sustaining an A.I. Sorry for the inconvenience] ESPERO QUE VAYAS DE GALA, PORQUE ESTE HOMBRE, ES, ES... ¡UN GRAN APOSTADOR!

OH, SE COMO ACOMPAÑAR ESTE [best family moments]

.....

DAFTPUNDAFT ¿EN QUE ARCHIVO HAS DEJHAO EL HIMNO DEL IMPERIO? NO LO ENCUENTRO

BUENO, NO PREOCUPARSE, TENGO JUSTO LA MÚSICA PARA ACOMPAÑAR A SU [V.I.P. Client]

La solemne melodía golpeo los tímpanos de Daftpunk como si de un puñetazo se tratase. 

Joder... - Ladeó la cabeza la agente llevándose la mano al oído. - ¡S.A.G.A.Z! ¡Anular Proceso de acompañamiento militar! ¡Repito, Anular proceso de acompañamiento militar! 

Sin poder hacer otra cosa mas sufrir el efusivo devotismo Imperial al que la I.A fue programada, empezó a pulsar un botón cerca del altavoz de donde la estridente música emanaba atenuándola a un nivel donde no le resultase dañino a la agente.

Hans Beheit, el único de los agentes de la división que todavía no había dicho nada, se quedó mirando fijamente la llegada de Alyon DeVincius unos segundos, para finalmente seguir el ejemplo de Mike. Mientras lo hacía, le dirigió una mirada de desaprobación a Daftpunk y su estridente I.A. dejando claro que bajo su opinión todo eso estaba fuera de lugar.

Viendo como todo el mundo parecía agacharse y Croquet A. aún se mantenía sobre dos patas, este hizo lo mismo que los compañeros y se agachó, en concreto se sentó en el suelo, eso era hacer aún menos trabajo que simplemente estar agachado o arrodillado y bajó la cabeza. Ni sus músculos del cuello iba a usar para mantenerla erguida.

Aquella música molestaba un poco a Croquet A. el cual sacó nuevamente el periódico y señaló aquella escena para exigir un extra por estar trabajando en un ambiente con contaminación acústica severa, algo que puede causar daños irreparables al sistema auditivo... y por tanto otro extra más, por peligrosidad y por espacio no seguro.

—Levantáos—dijo Ejento en un tono poco agradable mientras se dirigía al encuentro del Deus Nobilis.

Estaba claro que la desigual respuesta a la presencia del noble mundial, podía ser un problema de inicio. Sí se había dado cuenta, ¿quién sabe de que manera podía responder? Bien era conocido que los nobles mundiales eran personas volubles e impredecibles. De hecho incluso esos términos podían quedarse cortos.

—Ilustrísima excelencia—saludó respetuosamente Ejento mientras hacía una cortés y educada reverencia—¿El traslado desde Olimpia ha ido bien? Aquí los preparativos están listos. Si gusta en seguirme, le presentaré a su escolta.

—¡Aaaaah Pimento! ¡Siempre tan aplicado!—Alyon se frotó las manos y esbozó una sonrisa—Sí, sí, el viaje bien. Aburrido. Mucho. Muy aburrido. Espero que a partir de ahora el paisaje sea más entretenido, la verdad.

De una bandeja, el noble sacó un racimo de uvas y se lo llevó a la boca con una gracilidad digna de la más alta nobleza.

—Venga, iremos a ver a esos hombres que me habéis buscado—entonces se dirigió a sus esclavos y su voz melosa, se tornó dura y despectiva—¡VAMOS! ¡AVANZAD!

Ejento inició la marcha por delante de la litera del noble, que fueron en dirección a donde se encontraban los agentes de la división C seleccionados. El noble les dirigió miradas curiosas, como si fuera un niño en una juguetería. De hecho, era un poco siniestro que una persona mirara así a otra.

—Si me permite presentarles. El agente Croquet Aspinach, el agente Hans Beheit, la agente Giwan Dokuritsu, el agente Ken de Génesis y el agente Mikel Marlboro.

—¿En orden alfabético Pimento?—le preguntó el noble burlón volviendo a su voz melosa—Cualquier diría que habéis ensayado todo el discurso punto por punto.

Parecía que Alyon era bastante avispado, de hecho seguramente tenía razón respecto a que el funcionario imperial se había aprendido el discurso punto por punto. Entonces, el Deus Nobilis miró a Mikel con curiosidad.

—¿Marlboro? Eso me recuerda a algo, sí...—DeVincius vio asomar una cajetilla de cigarros del bolsillo de la americana de Ejento—¡Sí! ¡La tabacalera! ¿Eres familia?—ante la afirmación del agente imperial, cabeceó complacido—Buena elección Pimento, buena elección. No me olvidaré de ti, Níquel.

De su nombre posiblemente sí. Después miró al resto de agentes.

—Tú, Purret, nada de ropa naranja en mi presencia, ¿entendido? Es muy de rebeldes —dijo con una voz que se parecía a cómo le había hablado a los esclavos más de lo que a uno le gustaría—. Y tú Goku, ponte algo en ese ojo. Un parche. Es bastante desagradable.

Parecía que no iba a decir nada más, cuando miró a Ken.

—¡Ah! Verás Kun, somos gente civilizada, así que ponte una camisa o algo encima.

Era curioso, pero, sólo le había puesto pegas a aquellos que no se habían arrodillado de forma a apropiada ante su llegada. ¿Casualidad o causalidad?