Partida Rol por web

Los Agentes Imperiales se afanaron en buscar en el registro de nombres datos de un tal Alter Bergman... para encontrar con que no existía. Ni con la A, ni con la B, ni con la V y ni siquiera con la H. ¿Acaso Alter Bergman no existía? ¿O el alcalde incluso había borrado cualquier registro de su existencia? O algo peor... ¡Alyon DeVincius no recordaba los nombres de nadie! Entonces... ¿cómo se llamaría realmente el alcalde?

Al parecer estaban en un camino sin salida, si no había nada escrito en el despacho del alcalde que podía identificar su nombre implicaba que este había desaparecido sin dejar rastro, o mejor dicho, sin querer dejar rastro alguno; si por el contrario encontraban algún nombre... eso implicaría que el Deus Nobilis no se acordaba de nombres.

-¿No encontraste nada firmado por nadie?. -Inquirió a su compañero mientras se dirigía al despacho- Si tenemos su nombre podremos saber dónde buscar... Yo de mientras miraré algún "Walter". -Dijo mientras revisaba por la "W".

   . . . - me quede unos segundos con ligero bochorno por la respuesta de mi compañero, pero tampoco iba darle mas vueltas pues era tiempo de investigar, lo cual dejo algo bastante claro - estamos igual que al inicio.... bffff....

   M-momento...- deteniendo lo que estaba haciendo - S-si su ilustricima no se acuerda ni del nombre... ni del rostro... ¿ no podriamos usar un sustituto m-muy~muy apaleado con un rostro enrojecido por una paliza ? -  decía, solo para agitar mi mano en el aire en plan " Nahhhh" - O-olvidalo... n-no cre pueda funcionar siquiera...

El ruido de unos pasos llamó la atención de los dos agentes imperiales. Desde el piso superior vieron bajar a un hombre vestido con un mono rojo. Tenía la barba y el pelo de un marrón canoso, y las cejas frondosas. Cuando llegó al último escalón, el hombre se sentó y miró a la pareja.

—Esperaba que viniérais directos a mi despacho—dijo—. Soy Falder Germans, alcalde de Sibelburgo. ¿Sois los ejecutores del Deus Nobilis?

Croquet A. echó un vistazo a Falder Germans, entrecerrando los ojos durante unos segundos, para luego ir a buscarlo en aquel libro, esperando poder encontrar si el nombre que le habían dado se correspondía a alguien o si por el contrario este era alguien haciéndose pasar por el alcalde o algo similar.

-Lo que usted diga, Señor Falder... -Comentó sin demasiados miramientos mientras revisaba- Si ese es su verdadero nombre... pero ahora mismo estamos demasiado ocupados buscando la casa del Alcalde de verdad de la ciudad. El noble quiere cena con espectáculo, así que supongo que ahí puede ser un buen lugar para ello...

El espectáculo era tener al alcalde crucificado en una X (al revés).

    Viendo al sujeto nuevo, luego a mi compañero algo mas listo, para entonces volver a dirigirle la mirada al supuesto alcalde.

   Un gusto señor Germans, pero aunque admirable, el estarse haciendo pasar por el verdadero alcalde solo esta retrasando nuestra búsqueda...- haciendo una leve reverencia para entonces continuar buscando entre el papeleo - Lo cual no es bueno para los ánimos de la ilustrísima.

Efectivamente, Falder Germans era un habitante de la ciudad. Aunque claro, en el libro no ponía si se trataba o no del alcalde. Se trataba de un sencillo censo de Sibelburgo, así que sólo ponía donde vivía.

—Así que creéis me estoy haciendo pasar por el alcalde—dijo abriendo los ojos y mostrando sorpresa—. ¿Y por qué iba a hacer eso? Sois los...

El ¿alcalde? de Sibelburgo se detuvo. ¿Estaba dudando? ¿Se estaba mordiendo la lengua?

—...hombres de su Ilustrísima. Y su Ilustrísima está muy enfadado y desea castigarme. ¿Quién en su sano juicio se haría pasar por el alcalde?

El donde vivía era suficiente como para que Croquet A. estuviera satisfecho, por el contrario aquel "supuesto alcalde" parecía querer dar argumentos en contra de la -descabellada- idea de que alguien, o en este caso en concreto él, se estuviera haciendo pasar por el alcalde.

-El amante del alcalde que no desea que su amado sufra las consecuencias de lo que sea que haya hecho el alcalde... -Comentó Croquet A. sin dudar ni un instante (y sin pensar)- Por amor se hacen muchas locuras, como por ejemplo no firmar una separación de bienes.

      Bueno...-  mentaba mientras meditaba lo que estaba escuchando - ¿ q-quizás por un ligero fetiche ?, digo... tal vez tenga un gusto por ser dominado y que otra persona tome las decisiones por usted, solo tuvo que escuchar sobre que un Nobilis estaría por la zona - moviendo de vez en cuando mis manos, aunque con un leve rubor pues aunque  - y aprovechando la oportunidad... pfff... el resto se cuenta solo...

Falder Germans sonrió divertido aunque sin terminar de creerse lo que estaba escuchando.

—Bueno, en ese caso podéis seguir buscando al alcalde por todo el pueblo. Aunque después de esto creo que no lo encontraréis—el hombre se levantó de los escalones y se estiró—. En fin, mientras no le hagáis nada a mis vecinos podéis hacer lo que queráis. Si no tenéis nada más que hacer conmigo creo que me voy a ir a comer con mi mujer. Espero que mi hija no tarde en llegar.

Por su parte Croquet A. escuchó aquellas palabras e indicó con la cabeza a Ken de Genesis de detener a aquel supuesto alcalde cuanto antes. A fin de cuentas, más valía tener a alguien en una "equis invertida" que no tener a nadie. Por lo que este era un buen candidato aunque quizás no fuera el verdadero.

-Alto ahí. -Comentó el funcionario- Si de verdad eres el alcalde, primero debes de firmar los papeles del divorcio. Supongo que puedes firmarlos tu mismo... así que, cuanto antes lo hagas, mejor.

Esa condición no tenía sentido alguno, aunque quizás fuera una estrategia de algún modo en el que nadie salvo Croquet A. comprendía, o incluso ni siquiera el propio Croquet A. lograba a comprender del todo.

      Aunque tenia mis dudas de todo lo que estaba ocurriendo, mi misión seguia siendo la misma por mas pasos extra que esta se le pudieran estar agregando con el paso de los minutos, por lo que mientras mi compañero charlaba con el falso alcalde, no podría evitar preguntar cierto asunto que me seguía incomodando mas incluso que el paradero del autentico alcalde.

      ¿ Por que esta todo tan vacío  ?- señalando el sitio por encima - puedo entender que nuestra llegada haya alterado parte del itinerario diario, pero... bffff... asi nunca van a ser mas que un poblado minero, ¿ no ?  

—¿Y por qué me iba a divorciar?—preguntó sin entender, entonces decidió responder a Ken—. He ordenado a todo el mundo que se fuera. Este pueblo está lleno de buenas personas, ¿sabes? Querían que me fuera. Todos estaban empeñados en hacerme ganar tiempo para que me esfumara.

Eso explicaba todas las vueltas que habían dado por el pueblo.

—Pero si desaparezco, será el pueblo quién lo pague y será peor. Conozco a su Ilustrísima. Es un hombre muy inteligente. Y obtendrá lo que quiera cueste lo que cueste. Aunque supongo que vosotros eso ya lo sabéis. Así que aquí estamos...

Al final resultaba que el tal Falder Germans, si realmente era el alcalde, se trataba de un buen hombre. De alguien que al menos se preocupaba por su pueblo. En ese aspecto difería mucho de Alyon DeVincius y posiblemente de cualquier Deus Nobilis. Para alguien sin escrúpulos como Croquet, algo así no era importante. ¿Pero y para Ken? El joven quería ser un héroe, llevar el apellido Génesis más alto de lo que lo había llevado nunca. ¡La gloria! Y sirviendo al noble imperial tenía la posibilidad de elevarlo pero... ¿era así como quería conseguirlo? Podría ser alguien de renombre pero... ¿un héroe? No para los estándares clásicos.

Para el peor de todos los guardias del Deus Nobilis no le importaba ni un poco si ese hombre daba dinero a los niños necesitados o si los fines de semanas se iba a apalear cachorritos; simplemente tenía un trabajo que hacer, y cuanto más tardara iba a ser peor para todos, y no solo para los presentes.

-El divorcio era para evitar que el Deus Nobilis buscara una venganza contra su familia. -Comentó encogiéndose de hombros- Pero supongo que si se presenta voluntariamente no habrá problemas... ¿Tienes algún tipo de alergia a la madera o a los elementos matemáticos?.

Tras decir esto, invitó al hombre a acompañarlos al exterior, donde dejaron la madera para esa famosa equis (invertida), el Deus Nobilis iba a tener su ansiada justicia al final.

    Hmmmm... - musitaba con evidentes malestar, pero..no por ello iba alterar mi misión, pues aunque fuera evidente que esto no fuera lo mas... amable para el destino de aquel padre de familia, también tenia que pensar en la visión global de todo el pueblo, pues era evidente que la lección que el destino intentaba impartirme no era otra que la del Utilitarismo... y renegar que el bienestar de la mayoría era mas importante que el de solo uno tendría unas horrible consecuencias para este poblado en caso de no cumplirlas ... mi labor como un heroe que apunta lo mejor es cambiar al sistema por dentro hacia un mejor camino, ir por la via del extremismo solo lograria radicalizar todo esto en una forma en que "de Genesis" fuera recordado por todo menos como lo que estaba intentando lograr....

    P-prometo que intentaremos que sea lo mas leve... - seria lo ultimo que comentaría de todo esto, pues esto de estarme autoconvenciendo era mucho mas complicado de lo que parecia en primer lugar.

—¿Servirá de algo si te digo sí que tengo alergia?—preguntó con ironía el supuesto alcalde—. ¿En fin qué es lo que me tiene reservado su ilustrísima?

El hombre se levantó dispuesto a acompañar a los agentes resignado a su destino. Pero lo realmente importante aquí era como Ken de Génesis acababa de venderle su alma al diablo Deus Nobilis. ¿De verdad era una lección de utilitarismo? ¿O simplemente intentaba engañarse a sí mismo? La gente de Sibelburgo había demostrado querer a su alcalde. Incluso se habían expuesto entreteniendo a los agentes imperiales. Aquí el único que salía ganando era Alyon DeVincius consiguiendo lo que él quería.

Y eso claro, si dábamos por sentado que Falder Germans era el alcalde. ¿Y si realmente era un falso alcalde? ¿Qué pensaría entonces el noble imperial? ¿Le daría igual ¿O los castigaría a ellos por su negligencia? ¿Podía... podía ser que ellos acabaran crucificados?

Una vez fuera, Croquet A. señalaría a aquellos trozos de madera, o como el pensaba que era la "cruz invertida deconstruída", tal  y como le dijeron que era lo que le estaban a servir en aquel restaurante caro que su ex-mujer en su día le dijo de ir a probar esa comida de moda.

-Lo primero es que te atemos a una cruz y te pongamos boca abajo. -Explicó Croquet A. enumerando lo que le esperaba a ese hombre- Luego de eso una charla dura acompañada de miradas altivas mientras toma su comida... y probablemente después de eso insulte tus pezones o tu elección de ropa; como hizo con nosotros... -Explicó aún un poco molesto por no poder usar naranja-. Pero... ¿Qué diablos hiciste para que el Deus Nobilis quiera insultar tus pezones y tu forma de vestir?.

   B-básicamente - secundaria sin mucha confianza en mis propias palabras - eso si... su ilustrisima requiere que este un tanto mas magullado, aunque con lo poca atención que le da a ciertas cosas, el que aparente estar magullado también debería valer - diría esta vez al aire quizás solo como si quisiera aplacar este choque de ideales de la manera mas sutil posible.

     Eso si, ante la pregunta de mi compañero, le mire para entonces encoger de hombros.

   Quizás temía quedarse hipnotizado por lo que este par de gemelas podían hacer... -  para entonces inflar el pecho y comenzar a hacer bailar mis pectorales de forma rítmica, casi siguiendo el ritmo de nuestra marcha militar.

El alcalde salió del ayuntamiento escoltado por los dos agentes imperiales.

—No esperaba menos de su ilustrísima—le dijo a Croquet—. ¿Lo que hice importa? No es como si por saberlo no fuérais a cumplir con las órdenes del noble. ¿Cierto?

La gente del pueblo empezó a arremolinarse en la plaza del ayuntamiento. La verdad es que había mucha gente, si decidían formar un tumulto... Croquet y Ken se verían en un problema. Uno bien serio.

Por su parte Croquet A. no se sentía en absoluto intimidado por aquella turba de personas curiosas que, en mayor o menor medida, los había rodeado. A fin de cuentas tenían al Alcalde de rehén y los pezones filosos de Ken de Genesis preparado para cualquier cosa.

-Si es algo que se puede arreglar se podría evitar que el Deus Nobilis dijera "Eliminad el Pueblo". -Explicó Croquet A. encogiéndose de hombros- Sino un simple "Arregladlo y nos vamos". Aunque supongo que habrá un nuevo alcalde. De todas formas, no creo que lo que hayas hecho sea más trabajoso de arreglar que ejecutar a todo un pueblo y reducirlo a cenizas... y echar sal en la tierra quemada para que nada vuelva a crecer. -Quizás decir esto delante de toda una posible turba no era lo mejor- A mi me pagan igual si me quedo sentado o si tengo que trabajar a contrarreloj, y sinceramente, prefiero trabajar lo justo e irnos cuanto antes.