Partida Rol por web

Un bosque, si, eso era en un tiempo, ahora no era mas que un campo de árboles muertos, negros y quemados, la ceniza de sus hojas inundaba el suelo , un suelo carente de vegetación y vida; los animales ya no estaban, los pájaros ya no cantaban, los osos ya no cazaban, las liebres ya no corrían, los zorros ya no curioseaban…. Todo se había ido, todo era ahora un mar de cenizas y desolación, quemas y talas, vacío y destrucción, el único sonido era el frío viento resoplando y llevándose los despojos de la muerte que ahora consumía lo que unas semanas atrás era un paraíso terrenal, lleno de vida animal y vegetal…

Y allí se encontraba el joven Druida Laurel, con las cálidas lágrimas cayendo sobre sus frías y ruborizadas mejillas, solo entre la soledad de la muerte que le hacía una silenciosa compañía, sosteniendo entre sus brazos dos inertes cuerpos, su amigo Pixie Zilutariamux y su amada driada Landasia.
De repente, todo se prende en ardiente fuego, el suelo de cenizas vuelve a cobrar vida, pero una vida de calientes y destructivas llamas, en un abrir y cerrar de ojos, los cuerpos que tenía en su rezago se habían convertido en gusanos de tierra empujándose unos a otros, el miedo se apoderaba poco a poco de su ser. Una sombra detrás del fuego llama su atención, una figura grande y musculosa, con una corona negra como la obsidiana y sus ojos rojos inyectados en sangre, con una mandoble del mismo color de su corona; caminaba lentamente, paso a paso acercándose más y mas al druida……
El druida ahora estaba paralizado, no podía hacer más que ver como se acercaba esa figura oscura, y cuando ya estaba cerca, observaba con horror como levantaba su arma delante de su espalda y lanzaba un feroz golpe hacia el cuerpo sollozante de Laurel, de repente,  el rostro de aquella criatura se hacía claro, unas facciones bruscas y unos colmillos que salían de sus fauces, una mirada feroz y un bello facial negro y desgreñado sobre su carrasposa piel gris verdosa, un orco, un orco con corona negra……

La noche era fresca, aún así la oscuridad invadía los alrededores, la luna no había salido hoy y era una clara señal de que algo malo ocurría en el bosque argénteo, el bosque que Laurel había proclamado bajo su protección momentánea.

La repentina pesadilla levantaba al druida de un sopetón, sudando y agitado, jadeaba mientras contemplaba a todos los lados, como si aún estuviera en ese oscuro lugar, no era la primera vez que soñaba lo mismo. Pero ahora los árboles lo rodeaban, verdes y con vida como los recordaba del día anterior, un búho sobrevolaba la zona, en busca de alguna presa y el suave sonido del arroyo serpenteante relajaba un poco al angustiado Druida, sin embargo se encontraba solo, su compañero Zilu no se veía, aunque quizá fuese lo normal teniendo en cuenta su invisibilidad natural. Manzanas, por otro lado, si estaba allí, a varios metros de distancia rumeando y alimentándose del fértil  pasto que cubría el bosque.
Solo había sido un sueño, pero el miedo que había sentido esta vez, se había trasladado del sueño a la realidad, no había sido como las otras veces, sus párpados no volvieron a cerrarse durante el resto de la noche…………

Un nuevo día llegaba, el sol rojizo iluminaba el verde y alegre bosque, y los sonidos matutinos invadían los oídos del Druida quien miraba como hipnotizado una hoja del árbol que tenía encima, lo hizo durante toda la noche y aún seguía, Manzana llegaba saltando hacia su compañero y lo exhortaba a levantarse, mientras de la nada una voz lo invitaba a lo mismo.

–Levántate amigo, ya el sol ha salido y es hora de dar un paseo por el bosque, quizá hoy si podamos encontrar algunos viajeros de paso a los que podamos gastar bromas Jijiji. –Era su amigo pixie Zilumantharix, con su espíritu bromista de siempre, con las ganas de un nuevo día y con su alegría desbordada.

- He vuelto a tener ese sueño, en el que el bosque se reduce a cenizas y la muerte lo invade todo -respondió Laurel, todavía recuperándose de la terrible pesadilla-, la Señora está diciéndome algo, aunque todavía no puedo entender el qué. Caminemos, busquemos la ruta de los civilizados a ver si algún aventurero puede darnos alguna nueva o rumor, si no tenemos noticias o novedades, mañana trataré de preguntarle a la señora por la mañana. Temo que algo terrible esté levantándose en algún lugar del bosque.

-Eso no debe ser nada, los sueños son solo sueños, interpretaciones de la cabeza a las cosas de la vida a diario, interpretaciones muchas veces distorsionadas, lo leí una vez en un libro de los hombre; no será que quizá este hombresito extraña a su mamita?? jijijijjij -El Pixie se muestra ante su compañero, prefería que lo miraran mientras conversaban, la invisibilidad lo hacía sentirse ignorado, sus alas revoloteaban mientras volaba sobre su compañero Druida.

-Civlización???, te refieres a..... las ciudades de piedra?? donde huele a sudor y excremento??, ohhh ya no es tan divertido, allá no miran bien a los nativos de los bosques, porqué no mejor volver a... al bosque alto?? ya llevamos varias lunas fuera!!!

- No, no vamos a ir a las ciudades. Caminaremos un poco por el bosque a ver si encontramos algo, y si no podemos ir al Sureste al camino de los civilizados o al Norte a hablar con los soldados de la Marca. En todo caso, no creo que mi sueño sea aleatorio, La Madre me está alertando de algo, pero todavía no sé el qué.

Generalmente, Laurel tenía un tono vital mucho más alegre, más cercano al de su alado amigo, pero la pesadilla todavía ocupaba buena parte de su consciencia. No tenía prisa por olvidarla, necesitaba recordar todos los detalles posibles por si tenía que comentarla con alguien. Dame unos minutos, voy a preparar un conjuro nuevo que hace tiempo que no preparo... Después correremos un poco.

Laurel solía preparar sus conjuros al anochecer, no por ninguna razón importante sino porque así era la costumbre, pero normalmente dejaba espacio por si necesitaba alguno que no había pensado. Este parecía uno de esos casos, y ahora había orado a La Madre para que le concediese uno de sus dones más poderosos. Cuando terminó hizo dos cosas: la primera fue lanzar sobre Manzanas un conjuro de batalla que le duraría casi todo el día, después, acompañado de sus amigos, corrió durante unas horas hacia la espesura del Bosque Argénteo, donde se sentó un rato a recuperar el resuello. Después, pidió a sus compañeros que vigilasen el entorno y cerró los ojos, meditando profundamente, tratando de sentir todo lo que hubiese alrededor.

El pixie devolvía una mirada desentendida a su amigo, encogiéndose de hombros, pero rápidamente se ocupa de otras cosas -revolotear no muy lejos principalmente-.

El contacto con la Naturaleza siempre apaciguaba los malos pensamientos de Laurel, quien buscaba cobijo y poder en ella; siempre la madre respondía a sus súplicas y le concedía sus bendiciones, el pixie siempre se emocionaba cada vez que su amigo lanzaba algún conjuro, por muy mínimo que fuera y no paraba de sorprenderse cada día cuando los cuernos del Alce se iluminaban con una estela de luz blanca.

El camino hacia el corazón del bosque no había sido largo, pero si un poco desgastante para las piernas del jóven Druida, ir cuesta arriba en las escarpadas colinas que ascendían hasta convertirse en los temibles páramos Eternos no era tarea fácil, menos para alguien sin estado físico para hacerlo, pero valía la pena.

En el corazón del bosque, se encontraban los árboles mas grandes, de tronco grueso y firme, pinos nacidos para no morir; El conocimiento natural del Druida le permitían conocer exactamente el alma del bosque, una roca ancestral, con inscripciones talladas en el idioma secreto de los Druidas de tiempos inmemoriables, cuando los antiguos reinos existían aún.
Un arroyo pasaba cerca y un Ent que en esta ocasión no estaba presente vigilaba el lugar, Druka le llamaban los Druidas y los habitantes del bosque; un lugar perfecto para la meditación, un lugar seguro de todo peligro y con la bendición de Mielikki sobre la zona al igual que una poderosa magia que lo escondía de las criaturas indeseables.

-Este lugar.... me trae una paz que no logro comprender, han sido pocas las veces que hemos venido, pero cada vez me siento mas..... masss..... -Su cara de éxtasis era evidente, revolotea un rato buscando algo que no está buscando, hasta que se sienta en la orilla del arroyo, introduce sus pies en él y su mirada se pierde en la nada mientras su buen amigo meditaba durante unos minutos.

Al cerrar los ojos, el espiritu Okea de Laurel sale despedido de su cuerpo, y se conecta con toda la naturaleza que le rodea, siente como el poder de los dioses se junta y hace una telaraña donde todo se conecta con todo, de repente es un árbol varias millas alejado y unos segundos después un pájaro sobrevolando el bosque, solo son unos minutos los que pasan en el mundo real, pero el tiempo es relativo, y para el espíritu Okea es lento, mucho mas lento.
Se podría jurar que ha pasado varios días cuando Laurel abre sus ojos, pero todo era igual, manzanas seguía pastando como siempre y su compañero con los pies en el arroyo con esa mirada perdida.

El cuerpo del Druida ya no estaba cansado ni jadeante, todo lo contrario, pudo revelar lo que la naturaleza veía, unos cuantos leñadores dispersos al este, sin hachas, recogiendo leña del suelo, cumpliendo su trato con Laures; un par de Trolls al oeste vagando en busca de presa, unos caballeros argénteados patrullando el bosque a casi 10 millas al norte y a unas pocas millas al noreste, lo que buscaba, un grupo de aventureros adentrándose en el bosque, en dirección oeste.

El Pixie logra sentir que su compañero ha terminado con su meditación, y con una mirada relajada sobresale de sus ojos color miel.

-Que viste? -Preguntaba a la vez que bostezaba vividamente.

- Leñadores, pero están cumpliendo el trato y están recogiendo solo madera muerte. Al norte patrullan soldados, también hay un par de trolls buscando comida aunque solo he visto dos y por ahora no creo que afecten el equilibrio del bosque ni creo que encuentren a los leñadores... y aventureros, un grupo al Oeste. Vamos a ir a buscarlos, habrá que saber si son peligrosos o malignos antes de establecer contacto con ellos pero si no son la causa de la agitación de La Madre, quizás conozcan cual es esa causa. En todo caso, son la mejor pista que he encontrado, así que vamos hacia allá.

Se sentía bien, a gusto, la meditación le había hecho recuperar el equilibrio mental y anímico y volvía a ser uno con su entorno. Se esforzó en que su mente no borrase los recuerdos de la pesadilla porque podían ser importantes, pero ya no era un recuerdo opresivo ni paralizante. Era el momento de descubrir qué buscaba aquel grupo de aventureros en un bosque a priori tan poco atractivo como el bosque argénteo.  

-Ohhmmm que bueno Jijiji -El pixie estiró sus brazos y sus piernas en un gran bostezo -Supongo que partiremos de inmediato en busca de esos aventureros, quizá ellos puedan decirte algo, pero insisto amigo mio, no es mas que un sueño; los Dioses llegan medante sueños, eso es cierto, pero llegan a sus mas fieles seguidores: a sus clérigos, no a un Druida que...... bueno, no te ofendas, pero parece que para tí la fiesta de Verdor* dura mas de un día jijiji o al menos eso dicen los libros de los hombres, en el interior de mi árbol-casa tengo un montón de ellos, puedo mostrártelos...... si es que volvemos al bosque alto.

El Druida empezaba a sospechar de que la insistencia de Zilu por volver al bosque alto tenía que ver mas por una Pixie hembra que habían conocido días antes de partir hacia el boosque Argénteo, pero esos temas le causaban pudor al alado amigo y prefería mantener eso de su boca para adentro, su personalidad era la de un pequeño niño humano -y no es que Laurel fuera mas maduro- y a veces eso causaba gracia a la vez que un sentimiento de deber de protección para con él.

El camino fue corto, pero no se habló nada durante todo el trayecto; Laurel preocupado en las intenciones de los aventureros, en que preguntarles y cuales serían sus respuestas, mientras que Zilu permanecía acostado en el lomo de Manzanas, mientras este masticaba la yerba que recogía en cada momento del suelo; Muy pensativo el pixie, con actitud relajada, masticaba una rara raiz que sacó de su bolsa, con un brazo entre su cabeza y el lomo del Alce.

-Allí están! -Rompía el silencio el Druida cuando finalmente llegaron a donde se encontraban los aventureros, 5 eran en total. Zilu, como siempre, se volvía invisible y desaparecía de toda vista, únicamente se escuchó, por un instánte su aleteo cuando salió volando.

3 Hombres, un enano y un semielfo; como no iba a ser que el Enano cargaba con su hacha, un hacha en un bosque!, que Druka no lo viera con eso desenfundado, portaba una brillante cota de mallas en su ancho cuerpo y una roja y frondosa barba caía sobre su pecho y estómago, pesadamente armado y con un enorme escudo de metal, casi de su misma altura.
El semielfo era mas delicado, viajaba con ropa mas ligera una espada larga enfundada y una lira a sus espaldas, no mucho mas.
Uno de los hombres guiaba el camino, un motaraz, se podría reconocer leguas de distancia que no era de estos luggares norteños, seguro que venía de Cormanzhor, a juzgar por sus ropajes de color verde pastel, típico de ellos, su aspecto era desaliñado con barba negra y pelo enmarañado y sucio, parecía olisquear unas ramas y señalar en una dirección; sus compañeros le seguían.
Otro de los hombres, no podía faltar, un hombre con una cota de escamas en mal estado y adornada con inscripciones doradas de un simbolo muy pequeño para verlo, pero a juzgar por su enorme colgante de oro, se trataban de Balanzas, un clérigo de Tyr, sin bello facial y con pelo largo dorado que caía sobre sus hombros bajo su yelmo de guerra, una espada larga, adornada con algunas gemas y con inscripciones en su empuñadura en forma de balanza, colgaba finamente de su funda igualmente ornamentada.
El último hombre parecía al enano en cuanto a armas y armaduras, aunque este no llevaba un hacha, sino una enorme mandoble en mal estado, era calvo y su ojo derecho era una cuenca vacía, un aspecto intimidante sin duda alguna, si a eso se le sumaban las inumerables cicatrices que desfiguraban su temible cara.

- No te dejes ver amigo, voy a hablar con ellos -pidió Laurel a Manzanas.

Manzanas no era, obviamente, un Alce normal. Su plano natal eran los plano celestiales, pero en su momento había decidido responder a la llamada del Druida al encontrar su alma como muy afín, y su vida llena de aventuras como un reto. La Marca era todavía una tierra fuerte y virgen, la naturaleza era salvaje, y la civilización ocupaba todavía una pequeña parte dentro de anchos bosques con sus primitivos moradores. Si había un lugar en el plano material para una criatura celestial, La Marca parecía la más adecuada, y si para ello había que hacerse socio y amigo de algún inquilino local, pues aquel pequeño druida que había abrazado la causa del bien y que había aprendido a vivir la vida como la viviría un auténtico habitante de los planos celestiales, sin atarse a las cosas y con la alegría por bandera parecía la mejor elección posible.

Y como no era un alce normal, tampoco su inteligencia era normal. Sin ser la de un humano tampoco era mucho más inteligente que sus congéneres normales, y aunque no era capaz de hablar, sí entendía bastante bien el idioma celestial, que era el que usaba Laurel para trasmitirle sus peticiones (y contarle muchas cosas cuando se sentían ociosos)

Laurel caminó directamente hacia el grupo de aventureros. Comprobó primero que esa mañana se había "vestido" y después caminó hacia ellos con decisión. Cuando estos le vieron mostró las palmas de sus manos abiertas para dejar claro que no iba armado y que no representaba una amenaza y continuó caminando hasta quedar relativamente cerca del grupo, a unos 50 pies. Sonreía, como casi siempre, sonreía con una sonrisa que daba confianza y que le daba aquel aspecto de niño travieso. 

Disfrutó de las reacciones de los aventureros, mil veces vistas y siempre diferentes, al ver como un experto grupo que contaba con un montaraz había sido incapaz de anticipar la presencia de lo que parecía ser un adolescente humano de pequeña estatura que caminaba prácticamente desnudo en un día -como casi todos los de la marca- muy frío y que se les acercaba sonriendo.

- Saludos viajeros, bienvenidos a mi casa. Normalmente no suelo recibir demasiadas visitas por lo que siempre es una alegría encontrarme con gente que me alivie de le monotonía. Parecéis gente ocupada, y probablemente no haya sido el azar el que os haya traído hasta aquí, por lo que supongo que buscáis algo en concreto. Quizás pueda ayudaros, hace tiempo que no vengo por esta parte del bosque, pero quizás os venga bien un guía local que pueda evitar que os perdáis, o al menos que perdáis demasiado tiempo buscando lo que hayáis venido a buscar. Podéis llamarme Lau si necesitáis darme un nombre.

Cuando se presentaba, prefería usar un apodo antes de su nombre real, aunque no era nadie todavía, y sus hazañas estaban muy lejos de haberle hecho famoso, no estaba de más un poco de prudencia ante el riesgo de que el grupo tuviese como fin, precisamante, hacerle daño al bosque o a los druidas.

Laurel pudo apreciar la segunda reacción, también habitual. Aquel muchacho semidesnudo no sólo aparecía por las buenas sino que tenía voz, y una voz maravillosa que despertaba recuerdos agradables en casi todos los que la escuchaban, una voz carente del poder que tendría la de un bardo pero cargada de tonalidades musicales y cadencias rítmicas que, casi siempre, despertaba simpatía. Y aquel sujeto tan sorprendente estaba ofreciendo su ayuda... Laurel esperó a que la sorpresa calase y pudiesen entrar en sus mentes las palabras que acababa de formular.

Los cinco parecían mirarse entre si algo desconcertados por la repentina aparición del muchacho.

El Enano y el hombre calvo, por reflejos, ya tenían sus armas desenfundadas, pero al ver a tal criatura tan insignificante, las bajan rápidamente, el Humano lanza un bufido y voltea su espalda, alejándose del grupo.

El semielfo es el primero en tomar la palabra, con una sonrisa de oreja a oreja -Saludos pequeño Lau, mi nombre es Déranlas.......

-...Y yo soy Herenir, pero no estamos perdidos, no conmigo como guía. -Interrumpía bruscamente ante la sorpresa de su compañero, su oscura mirada se posa sobre el chiquillo; como todo montaraz, sus habilidades sociales eran nulas, a diferencia de su compañero que proseguía.

-....Ejmm si, como te decía, mi nombre es Déranlas, y mi compañero tiene razón, no estamos perdidos, venimos desde Eternlud, buscándo un camino hacia los páramos Eternos, se dice que hay numerosas cavernas inexploradas en tan inhospitas y peligrosos páramos..... buscamos Trolls para matar, aunque no hemos enfrentado al primero......

-...Pero venimos bien preparados JA!! -Interrumpió el enano, sacando de uno de sus sacos un par de frascos con un líquido transparente en su interior, no había que ser sabio para darse cuenta que si se referían a Trolls, ácido y fuego era lo que se utilizaba -Mira niño, es ácido, el arma contra los Trolls, traemos también bastantes antorchas por si la cosa se pone peluda JO!! -Un eructo grueso sale de su ancha boca, momento que su compañero aprovecha para retomar la palabra.

Con la misma sonrisa del principio, el Semielfo decide dar un par de pasos mas cerca de Laurel -Y tu?, que hay de tí?, este bosque no es tan pacífico como para que estuvieras andando solo, aunque por tu forma de vestir, debes ser uno de esos hermitaños Druidas que deambulan en los bosques, cuéntame amigo, que información podemos obtener de tí? conoces algún camino secreto o alguna ruina inexplorada que podamos limpiar?, tu guia sería mas que bienvenida si no tuvieramos uno ya, dime que puedes hacer por nosotros y que podemos hacer por tí -Su tono era afable, pero cargado con algo de arrogancia en su lenguaje corporal, algo incomodaba al Druida, aunque por lo general no se sentía muy a gusto entre los siempre acelerados aventureros.

- ¿Para ir a los páramos? Habéis elegido una ruta muy mala para ir a los páramos. Si realmente queréis ir a los páramos a buscar fortuna, yo habría seguido el río Rauvin hasta Nesmé, y tomado esa ciudad como base de operaciones. Dicen que allí acogen a todos los forasteros que estén dispuestos a luchar, y que les dan una casa donde quedarse. Además si encontráis buenos minerales, hay forjas donde convertirlos en armas o monedas. Cruzar el bosque es un error que podría traeros fatales consecuencias. Si venís de Eternlund sin duda habréis oído hablar de Túrlang, el Gran Ent que protege el Bosque Alto, pues un pariente suyo, menor en poder pero desde luego terriblemente poderoso también, protege este bosque. Y si él os encontrase podríais meteros en un lío terrible: está prohibido cruzar este bosque con un hacha desenfundada, y si encontráseis Trolls y recurriéseis al fuego, es probable también que os ganaseis la ira de Druka. Ni las hachas ni el fuego están permitidas aquí. De todos modos ¿Para qué buscáis trolls? Los trolls no tienen riquezas, ni he oído que ninguna parte de ellos se pague en los mercados. Y como experiencia de caza son muy peligrosos, un troll aislado y joven quizás pueda ser abatido, pero un troll experimentado puede ser alguien muy duro, demasiado duro quizás. Además de que podrían ir en grupos, no es raro ver grupos de 3 o 4 trolls. Es extraño buscar trolls para cazarlos. ¿Estáis seguros de ser capaces de enfrentaros a algo así?

El semielfo mira a sus compañeros y levanta las cejas, pero se limita a permanecer callado, al igual que su compañero el clérigo de Tyr, quien se había limitado a observar a Laurel sin inmutarse, los otros dos hombres permanecían algo mas alejados, observando algo en el suelo y hablando entre ellos.

-Estamos listos y dispuestos, quiero llevárle a mi gente un par de cabezas de esos ponsoñosos gigantes, no los perseguimos por su valor comercial, es una cuestión de.... Honor, si es mi hacha lo que perturba al buen señor del bosque, tiene mi palabra que no la sacaré de la funda a menos que corramos peligro -Se guardaba el hacha a sus espaldas e intenta cubrirla sin mucho éxito con la pesada mochila que cargaba a cuestas.

-Verás, creo que tienes razón, pero mis aigos estaban entusiasmados con entrar a los páramos lo antes posible, yo me opuse y les dije que era mejor coger camino norte hasta Argluna y luego por el Rauvin hasta Nesmé, justo lo que dices, pero.... que se le puede hacer?, queremos llegar a Nesmé por esta ruta, atravesando el corazón de estas tierras. Además, si tu dices que este es un pésimo camino para esas tierras, es porque en realidad debe de serlo y todos deben saberlo y nadie lo utiliza, por lo tanto estaremos en tierras virgenes, quizá inexploradas y no saqueadas!! -La sonrisa afable volvía a su rostro.

Pasando desapercibido, el explorador se había acercado un poco al resto de sus compañeros -Vamos ya, suficiente tiempo perdimos en Eternlud buscando alguien que arreglara tu lira, marchemos ya o quedense con este niño, es su desición.....

Vuelve a marcharse perdiendose en el bosque, su amigo de aspecto intimidnte lo seguía, al igual que el clérigo.

-Vamos Déranlas, no hay tiempo que perder, nos dejarán tirados, no sería la primera vez que ese malhumorado de Herenir nos deje solos, JA y después somos los enanos los rudos y toscos -Escupe al suelo en señal de desprecio, una fina tira queda colgando de su densa barba roja -No  creas todo lo que dicen de los Enanos niño, solo las proezas contra orcos y gigantes..... y dragones y gnolls y goblins y hobgoblins....JA!!. Tienes mi palabra que esta hermosa hacha no será utilizada para maltratar el bosque, que los pasos nos encuentren de nuevo, y si no....... pues que se le va a hacer JO JO!!. -El enano siguió los pasos de sus amigos, alejándose al trote.

-Pues si ha sido un placer niño, cuídate y dile a tus superiores que no le haremos daño al bosque, solo intentamos cruzar!, como verás, mis amigos están algo...... Emocionados por ese páramo, la verdad poco me gusta la idea, pero mi buen amigo Enano quiere algo de honor.

- Si no puedo disuadiros de que toméis otra ruta, entonces creo que os acompañaré, de hecho os ayudaré a conseguir vuestro objetivo pues un par de trolls están cerca de nuestra posición. Sólo os pido que no os precipitéis, esperad a saber si son trolls normales o alguno de esos que van petrechados como un guerrero y que son tan duros de matar. Esta mañana el bosque me ha informado de que había un par de ellos al Oeste de donde nos encontramos aunque desde esta mañana es probable que se hayan movido de su posición, y la verdad es que no me gusta tener trolls en este bosque pues cazan en exceso y generalmente matan sin necesidad, los trolls suelen alterar el equilibrio del bosque. Así que iremos con cuidado y trataremos de darles caza. Pero podéis creerme si os digo que son seres muy peligrosos y que deberéis ir con mucho cuidado. Yo iré detrás de vosotros, a una cierta distancia, pues me acompaña un amigo, un animal, y su tamaño podría alertar a los trolls demasiado pronto. La ruta en la que estaban esta mañana era hacia aquel pico a un par de horas de distancia, si no están allí al menos podremos rastrearlos desde esa posición. Si todo sale bien, cuando hayamos acabado el trabajo, me gustaría que me dieseis noticias del mundo civilizado, pues hace tiempo que no me pongo al día y me gusta saber qué ocurre en el exterior del bosque.

-Ohh. -El semielfo recapacita unos instántes, pensando en la propuesta del jóven, miraba directamente hacia donde sus compañeros se habían dessvanecido en el bosque -Para serte honesto, no creo que a Herenir le haga mucha gracia que tengamos otro guia, ya viste que puede ser un tanto...... receloso, no le gusta sentirse relegado o reemplazado y seguro así se sentirá si vas, tal vez si nos dices mejor donde ubicar esos Trolls, quizá si solo nos lleves hasta ese lugar donde te han informado que han estado ellos..... si, solo hasta allí, luego dejaremos al montaraz que los rastree, jummm...... Mientras tanto podemos ir hablando del munod exterior si asi lo deseas, vamos!!.

El semielfo tomaba trote para seguir a sus compañeros, sin siquiera fijarse si el druida lo seguía de cerca o no.

Al llegar a sus compañeros, Laurel observa un poco alejado que la noticia no ha caído bien en el grupo y hubieron un par de alegatos y quejas, pero finalmente, de mala gana, parecían haber aceptado, quizá con alguna promesa de Trolls convenció al Enano, alguna de riqueza al hombre y alguna de Justicia al Clérigo, el Montaraz aún no estaba convencido, pero que iba a hacer frente a sus compañeros?.

El Druida guiaba el camino, junto al semielfo, pero como si compartieran mente, Laurel alcanza a observar a su fiel compañero Manzanas siguiendo el paso un poco alejado del grupo, se supondría también que Zilu estaría con él.

-Uff no ha sido fácil, pero logré que accedieran a que nos llevaras únicamente hasta donde se encontraban esta mañana y no mas, de ahí seguiremos nosotros, estamos?? El semielfo extendía su mano derecha, esperando que el jóven la estrechara a razón de pacto. -Céntame, que quieres saber del mundo exterior??

- Naturalmente, de hecho no pensaba en guiar a nadie, no es mi función ni soy nada bueno rastreando, sólo indicaré donde estaban los trolls esta mañana. Después os acompañaré simplemente en retaguardia, y sólo entraré en la lucha si corréis un riesgo inminente. No es que yo sea un gran luchador, pero a veces una pequeña ayuda decide una batalla. 

Esperaba que sus dos compañeros siguiesen al grupo, aunque le daba un poco igual si decidían darse a conocer o no. 

- En cuanto al mundo exterior, es una pregunta compleja pues no hay nada concreto que preguntar. Últimamente he tenido sueños de que una gran amenaza se cernía sobre la región, pero en mis sueños no había nada demasiado concreto. Quería saber si existen rumores por ahí fuera, de alguna invasión orca o goblin, o de que se masca algo en el ambiente, o si hay desapariciones o falta de noticias de algún grupo de civilizados en las montañas o en el páramo o en el norte. Cualquier rumor me sirve, cualquier idea.

-Diste con el que era!! -Su sonrisa ahora era mas grande que nunca y daba un palmadazo de aliento al jóven druida mientras caminaban. -Verás, tengo un pariente, un tío, en una posición muy privilegiada y de acceso a información; yo sinceramente no creo en los sueños, pero si le comentas a mi compañero Licu, te sermoneará día y noche sobre que los dioses se comunican mediante los sueños y eso, bahhh patrañas digo yo, los dioses estarán masocupados en otros temas mas importantes, al menos eso espero!!!.

Déranlas sacaba su daga a la vez que una manzana de su mochila, ofrecía un pedazo a su nuevo guia y seguía hablando: -COmo te decía, mi tío anda preocupado por algunas cosas en concreto, la Marca es muy inestable en estos momentos y los monstruos que la rodean son lideres de grandes hordas o seres poderosos.
Los Dragones Moremme, unos dragones-hechicero de un gran poder, en las montañas Nezher, tienen un ejército de hobgoblins bajo su mando aunque su interés no es codicioso en cuanto a invaciones o colonizaciones se refiere, pero la furia de ellos podría dejar la Marca devastada, tenlo presente.

- Últimamente, la actividad de los licántropos en el bosque de la luna se ha visto incrementada, parece que adoran a Málar, tienen a los habitantes de Quervarr asolados y asustados y se han visto varios Elfos deambulantes caer bajo sus feroces ataques.

-Está también la amenaza del rey orco Oboldo muchasflechas, muy lejos en el norte, en el Espinazo del mundo, en la fortaleza de la flecha negra, aparentemente oboldo está amazando un gran ejército bajo su estandarte, pero mi tio cree que no se atrevería a bajar de la montaña con menos de cincomil hachas que tiene bajo sus ordenes en estos momentos, a Sernius le preocupa mas los orcos de las montañas Rauvin, en especial los cráneos rotos, parece que sus tres líderes se han unido y ahora coordinan ataques entre sí, tienen el valle de Felbarr bajo constante asedio y superan claramente a las otras dos grandes tribus orcas de las Rauvin, a los colmillos rojos y a los arrancacorazones, se cree que al ser tan clara la superioridad, las dos tribus se unan bajo el estandarte de los cráneos rotos y se lancen en un ataque a la marca y se teme porque no se sabe hacia donde sería direccionado ese ataque, las ciudadelas Enanas de Felbarr o de Adbar, o a la ciudad de Sundabar.

Los pasos y el camino era amenizado ligeramente por un rocio de agua que caía lentamente desde las hojas superiores de los árboles, refrescando un poco los cansados cuerpos de las seis personas que caminaban hacia el oeste del bosque en una tarde de primavera.

-otra cosa preocupa a mi tio: Nesmé y los páramos, los gigantes de las colinas y la escarcha han bajado desde el espinazo y se han instalado en esos páramos, ahuyentando a los numerosos trolls que solían puluarlas, obligándolos a ir hacia Nesmé que en estos momentos esta casi devastada, no creo que pueda durar mucho masen pie, aguantando ataque tras ataque   y los jinetes de Nesmé no son ni la sombra de lo que fueron en sus días de apogeo, y sin embargo, pequeño amigo, hacia allá nos dirigimos, así es la vida del aventurero amigo, deberías probarla un día y salir de este patético bosque..... no te ofendas!!.

Un par de horas habían pasado, con Deranlas contando relatos de sus historias pasadas, no parecían muy experimentados, pero uno nunca sabe a ciencia cierta, el lugar exacto estaba cerca, a tan solo una milla de distancia....

- Despacio y en silencio ahora, estamos ya muy cerca. Pero dime una cosa más. En mi sueño había un orco, enorme, que empuñaba un enorme mandoble y portaba una corona negra ¿Podría corresponder a alguno de los orcos que me has dicho? ¿Quizás el líder de los cráneos rotos?

El semielfo hacia una señal al grupo, quienes con gran coordinación ya sabian que hacer, se esparcian poco a poco mientras buscaban en los alrededores.

-Jummm un gran orco..... todos los orcos son grandes!!, no se amigo, como te digo, son tres los líderes de los cráneos rotos, quizá Oboldo, o algúno de los muchos orcs que se autoproclaman rey o tocado por Gruuumshh, que se yo..... Son pocos los que podrían darte una descripción de Oboldo y muchos menos los que han visto a alguno de la tríada.

No se si pueda ayudarte en mucho mas.

-POR AQUI HE ENCONTRADO ALGO!! -Decía una voz a lo lejos, donde los ojos no alcanzaban por el frondoso bosque y por las escarpadas colinas que plagaban esta parte del bosque.

-Bueno niño, me tengo que ir, voy en busca de mis compañeros, que tengas una buena vida....... si hay algo mas que pueda hacer por tí, dimelo ya!!

- No, adelante, iré tras vosotros. Sólo una cosa, es posible que si entabláis batalla, algunos animales del bosque os ayuden. No les ataquéis, pues es un don que a vece concede este bosque a algunos aventureros por su honor y justicia, y muy rara vez se repite una segunda vez. Pero atacarlos sería un error mortal. 

Tras esto, Laurel se retiró hasta unos 50 o 60 pies por detrás del grupo de aventureros, donde esperaba encontrar a Manzanas y, quizás, se dejase ver también el pixie. Allí dio las instrucciones oportunas, pidió a Manzanas que interviniese sólo cuando él lo llamase con un grito parecido al de una lechuza, y a Zilu que usase su invisibilidad para ayudar sin ser visto. Laurel sólo intervendría si la batalla de ponía en contra de los aventureros, lo que vista su inexperiencia parecía probable. Pero si honor habían venido a buscar, tendrían su oportunidad, lo uqe no tendrían sería la muerte sólo por sobreestimarse.

- Zilu, adelántate a ellos, y cuando veas a los trolls avísame, quiero tomarles como unos 20 segundos de ventaja antes que entren en batalla.

-Ohhh, bueno, parece que este bosque tuyo tiene algo especial, ahora pienso que yo estaba equivocado desde un principio, parece que esta si es la mejor ruta que hubieramos podido tomar!!. No te preocupes que no le haremos daño a quien intente ayudarnos, pero gracias por avisarnos!!.

El Semielfo se despide y va al encuentro de la voz que había gritado hacia unos instántes, mientras el Druida marchaba en dirección opuetsa hasta sus compañeros.

Sus compañeros escuchaban sus instrucciones, Manzanas -pastando- entendía perfectamente lo dicho y por momentos parecía preparar sus enormes cuernos dotados de una luz blanca para la batalla, aunque quien podría decirlo?, el Alce pocas palabras decía, asi pudiera.

-No se que intetas, acaso proteger a estos imbéciles que ingresan al bosque en una estúpida desición de llegar a los páramos por la ruta mas rápida?, acaso es tu misión proteger a los invasores del bosque? -Era bien sabido su recelo por los aventureros, siempre traían problemas y destrucción a cuestas, nada bueno provenian de ellos, además, un aventurero busca peligros y los peligros llevan a combates; si su amigo Druida pensaba ayudarlos, significaría que él se inmiscuiría en luchas, ese precisamente era su mayor temor!!.
Cada vez que su alma reflejaba algún destello de odio o rabia (generalmente en batallas), su otra personalidad -llamada a si mismo Imix- se tornaba mas fuerte y llegaba a controlar el cuerpo Pixie, mas de una vez Laurel había presenciado la crueldad y el sadismo de Imix, algo que tampoco le gustaba mucho, pero sabia que no era culpa de su amigo y había preferido ayudarlo a superar sus demonios.*
-Haré lo que me pides, pero no de buena gana quiero que sepas...........

Sin dar oportunidad de responder, Zilu se volvía invisible y desaparecía, dejando no mas que el sonido del revoloteo de las alas, alejándose poco a poco.

El grupo adelante, seguía fácilmente el rastro de los Trolls que habían estado esta mañana en este lugar, con el montaraz a la cabeza. El Semielfo parecía mirar constantemente a sus espaldas, buscando o esperando que alguien se apareciera, pero no lograba advertir nada, ni siquiera al jóven de los bosques que ahora los seguía con algo de sigilo; no muy lejos estaría su amigo Manzanas y quien podría decir donde estaría Zilumatariamux, en algún lugar por encima de esas copas de enormes árboles.

El cielo se ponía gris luego de haber caminado por un largo tramo, el ocaso había llegado al mismo tiempo que el final del bosque, una tierra escarpada y poco fértil yacia por delante de los pies de los aventureros recién conocidos, las colinas se hacían escarpadas y el camino en adelante se haría mucho mas difícil.
Aún pareciera que no son tan estúpidos, empiezan a armar un improvisado campamento cerca del linde del bosque, sin encender un fuego que pudiese llamar la atención, pasarían la noche en ese llugar y seguro a los primeros rayos del sol, seguirían su camino adentrándose en los terribles páramos eternos.