Partida Rol por web

Bargoth asintio y activo su aura de vigor. El poder regenerador de los dragones se ocuparia de sanar a sus compañeros.

-Si. Yo tengo otra en mi mochila. Ya no tendremos que preocuparnos mas de ella. Lo siento, Meredith.

Dejas la marca y ves que hay agujeros arriba en el techo... que parecen llevar a otro pasillo. Marcas el lugar y sigues por el camino elegido..  Andas subiendo y bajando pasillos y llegas a un largo y hondo precipicio... por el que casi te caes...

Hay una pared escarbada a tu alrededor, arriba hasta un techo que no ves... los laterales, el fondo... todo se pierde a partir de 60' de donde pueden ver tus ojos... a lo lejos... tras el precipicio... y caída (quizá) infinita te parece ver algo brillar... 

Méredith miró al enano, su rostro demacrado parecía haber envejecido unos años, sus profundas ojeras hacían que sus ojos flotaran en una negrura que, en conjunto con sus pómulos prominentes por su delgadez y mala alimentación, tornaran su rostro casi como una calavera, más pálida que nunca -¿...que sucedió?- su voz, débil, arrastraba las palabras casi en un susurro lastimero -que le sucedió a mi... a esa criatura...- su rostro e afligió al pronunciar esas palabras, como si la realidad se clavara como un puñal en su garganta -si... si ha muerto tal vez tengamos alguna posibilidad de salir de aquí con vida... contadme lo que sucedió...- a duras penas podía pronunciar las palabras en un hilo de voz lastimera.

Bargoth podria haber mentido. Hacer la estocada menos dolorosa pero acababa de vivir in infierno en aquel pozo y su compasion por Meredith ya no era lo que una vez fue.

- Mi hacha le paso.  Su cuerpo esta en el tunel del pozo. Podras despedirte o enterrarlo si asi lo deseas.

Méredith exhaló el aire que mantenía mientras escuchaba hablar al enano, cerro los ojos unos instantes, y los volvió a abrir, sonrió débilmente y asintió, se dio la vuelta en dirección al lugar donde el grimorlock había fabricado la burbuja de aire, dispuesta a fabricarse otra.

Yibril se siente reconfortado con el aura de Bargoth y espera recuperarse un poco más; respira de su bolsa fabricada antes de ir a recoger a sus compañeros y reanimarlos. Cuando ve que Méredith se marcha le dice:

- ¿Vamos todos y creamos más bolsas para poder respirar con normalidad o intentamos bajar? Creo que debemos permanecer juntos hasta que estemos en mejores condiciones. Cuando tengamos más aire podemos ir bajando a cada uno de nosotros, primero los que pueden ver en la oscuridad y proteger el túnel, Bargoth, y finalmente los más diestros en la escalada. Debemos encontrar un punto para poder atar la cuerda para que el último o últimos bajen, ¿Os parece?

-Creo que fabricarnos bolsas de aire es el único modo de atravesar el túnel- Méredith avanza en dirección al pasillo donde el grimorlock se fabricó la suya, pero espera a los compañeros antes de continuar.

-Ni se que deciros, yo soy bueno aguantando la respiracion. Para que os hagais una idea, solo tendriais que contenerla hasta que os empezarais a descolgar. No tengais prisa. Mi aura os sanara hasta donde puedan mis habilidades.

--- Mierda, esta comienza a ponerse dificil...- digo mirando a todas partes, la verdad, me sentia bastante desorientado, pero por ahora  iba a centrarse en subir todo lo posible, asi que vuelve al agujero que habia visto antes que parecia mas seguro y trato de escalar sin que me destroce el brazo mas...

Te caes haciéndote un poco de daño... quizá el golpe no sea muy contundente desde esta altura... pero dudas de que tu cuerpo pueda aguantar tanto dolor.

Gracias al aura de Bargoth os quedáis a la mitad de vuestros puntos de golpe. Os acercáis al borde del precipicio y atáis la cuerda a una de las rocas salientes de la cueva. De vez en cuando tenéis que compartir la bola de aire para no entrar en estado de anoxia. 

Bargoth se descuelga de la cuerda llegando el primero, luego Méredith, Kobalos y Yibril. 

Por los laterales del pozo veis como la roca suda agua filtrada muy lentamente... por ello entendéis el porqué de la lentitud por rellenarse. Seguramente tardaría años en llenarse. 

Una vez abajo, antes de llegar al agua hay un saliente con un pasillo lateral. Parece escavado en la propia roca. 

Os adentráis usando una de las antorchas de Kobalos y descubrís una pequeña brisa de aire que aparte de atraer oxígeno a vuestros pulmones os acerca unas voces aparentemente humanas a lo lejos. 

Bargoth avanzo en primer termino, como siempre. Astarotg no lo habia esperado pero aquello no le sorprendia. Por el el semiinfernal podia ahogarse en su propio ego. De hecho, cambio su aura para que no le curara ni un gramo de fuerza vital a aquel cobarde. La luz se acercaba y, con ella, la civilizacion y, con suerte, un clerigo que pudiera devolverle la pierna...

Yibril cubrió a sus compañeros por si algo aparecía, tras la sanación que Bargoth les había brindado el guerrero vovlía a estar dispues a enfrentarse a lo que fuese, otro brujo lanzador de rayos y explosiones de fuego o una manada de crías como la de la bruja Meredith. Pero si algo lo puso de buen humor fue ver la luz del día de nuevo, por más de unos instantes había creído que nunca más volvería a verla y que sus huesos perecerían en aquellas cavernas inmundas.

A medida que entráis en el túnel veis que la construcción de aquellos lugares parece haber sido hecha por alguna civilización con complejo de abeja... Pues la luz alumbra lo alto del techo (10') y veis en él algunos agujeros grandes que parecen llegar a otros lugares.. como si hubiera otro pasillo arriva... ensimismados por ello llegáis a una bifurcación de caminos. Derecha e izquierda. El de la izquierda está marcado con una flecha.

En ningún momento veis luz alguna de la que despide vuestra antorcha artificial. Y el pesado aire todavía os da la sensación de que estáis a kilómetros de la superficie.

Al ver la flecha me sorprendo, y al darme cuenta de que aquella luz no era la luz del día vuelvo a caer en una leve depresión y suelto un bufido...¡No saldremos nunca de aquí!, y con voz de cansado y apesadumbrado digo:

- ¿Alguien puede... saber quien... ha creado esa flecha..? Para no caer... en más... trampas. ¿Bargoth,...esto cada...vez...baja más, encontraremos así...la salida a la...superficie..?

Luego me apoyo en una pared para cerrar los ojos y tomar aire pues empiezo a estar un poco claustrofóbico.

Bargoth suspiro. Habia confundido las cosas. La desaparicion de su furia lo debia haber dejado tan fatigado que se habia imaginado una luz al final del tunel.

- Puede ser que, aunque bajemos, acabemos subiendo. Yo me entiendo. La cuestion es que tenemos aire respirable. Sigamos la flecha. A ver a donde nos conduce.

Torcéis a la izquierda, siguiendo la flecha, y oís voces humanas y corretear de armaduras... entonces... veis un pasillo largo largo, más allá de donde alumbra vuestra antorcha... lo veis porque al final del pasillo distinguís una potente luz que ilumina una nueva bifurcación de caminos. Ésta proviene de un humanoide con una túnica y un peto armado encima suyo. Todo él brilla por algún tipo de conjuro y a su lado hay dos siluetas más vestidas con armadura que están recogiendo algo del suelo. De momento no se percatan de vuestra presencia, el enano es más silencioso de lo que antaño fue. 

Levantan el bulto del suelo: es el cuerpo de un tiflin, Astaroth. 

Luego se percatan de vuestra luz y gritan: ¡Compañía! 

Oís a lo lejos el corretear de pies armados.