Partida Rol por web

Por enésima vez en tu casa estaban preocupados por tu fobia social, sin embargo tu padre había hablado con compañeros del trabajo y le recomendaron que tuvieras una entrevista con una agencia de comunicación y eventos sociales, al parecer dentro de sus muchas actividades también destacaba una mayor asertividad, autoestima y capacidad de mejorar cualidades sociales. 

Aunque la publicidad de su página web no era tan clara como cabía esperar, fuera de la forma de contacto no decía nada que no hubieras leído en cualquier terapia de grupo. Aún así, tu padre te había dado la dirección e insistido que tenías cita para las 6 de la tarde, que procuraras no llegar tarde, había que dar buena impresión...

La dirección te condujo a una Torre de oficinas en el distrito financiero, la recepcionista que te atendió te indicó que el despacho profesional que buscabas se encontraba en el piso 8º, te indicó dónde se encontraban los ascensores. Al salir en la planta correcta y traspasar la puerta del departamento en cuestión, te atendió una chica que estaba archivando carpetas, poco menos que te acompañó a una salita y te comentó que esperaras. Al poco te volvió a llamar y te llevó hasta un despacho donde había una mujer joven tras una gran mesa, la chica cerró la puerta una vez entraste, quedándote en aquel despacho.

- Pasa, siéntate. Cuéntame...

A pesar de que estaba agradecido de que mis padres eran comprensivos y estaban al tanto de mi condición, lo malo es que a veces su preocupación era algo asfixiante. A veces se preocupaban más de lo que deberían, no reconocían mis pequeños logros como el que ahora tenía más amigos que antes, que por ejemplo podría ir a una que otra fiesta a la que me invitaran, pero sin ellos de seguro no estaría haciendo un avance, sobre todo sabiendo que no todos los padres podrían ser como ellos, pero por suerte, ellos son así.

Aunque me rehusaba a ir a esa entrevista de trabajo, a medida que la fecha se acercaba me hacía sentir más culpable. ¿De verdad no iba a ir luego de que mi padre haya hecho un esfuerzo para que yo vaya? ¿Después de hablar con amigos o conocidos para tener esta oportunidad? No podía, así que un día finalmente decidí hacerle caso e ir, y ese día había llegado. Traté de vestirme lo mejor posible, con una ropa oscura con una camiseta, chaqueta, jeans pegados y unas botas negras. Ya tenía mi curriculum listo, arreglado, ahora nada más me faltaba estar tranquilo, cosa que sería difícil.

Ya eran las 5:45 y finalmente llegué al lugar indicado, así que tomé un bocado de aire, exhalé y entré. Si algo me ponía más nervioso al socializar con otras personas eran esas charlas 1 a 1, en especial si la otra persona era importante por así decirlo, como un jefe o algo parecido. Luego de saludar a la recepcionista, subir al piso indicado y ser atendido por la chica cuando me tocaba esperar trataba de calmarme un poco, sentía muchos nervios. -Tranquilo Alex, tranquilo, solo tienes que respirar, pararte recto y contestar bien las preguntas, no hay que tener miedo...- Me repetía varias veces en ese momento que tenía a solas, pasando mis manos por mis rodillas para tratar de limpiarlas del poco sudor que se generaban en ellas, pero cuando finalmente la chica que me recibió me indicó que la siguiera me levanté y la seguí.

Una vez entré y la puerta se cerró detrás mio me acerqué, con una pequeña sonrisa, que aunque era amigable podría reflejar mis nervios. -Hola, mucho gusto. Me llamo Alex Shieldwood.- Y al llegar extendí mi mano, dispuesto para estrechar la suya. 

Te observa como entras en su despacho y cómo tomas asiento tras invitarte a que te sentaras. Acto seguido teclea tu nombre en su portátil y confirma tus datos - sí, aquí te tengo. Primera visita... problemas de interacción social ¿es eso cierto? - sonríe y se te queda mirando.

- ¿Quieres tomar algo, Alex? - Se levanta a servirse una vaso de agua de una mesa cercana.

- Mira, nosotros somos un agencia que tramita y organiza diferentes eventos sociales... ajustamos el perfil solicitado a lo que el cliente desea y... por el momento no ha habido quejas - cierra el portátil para romper con la barrera visual.

- Es importante que te sientas a gusto, relájate ¿qué te apetecería hacer? Si te digo que te puedo organizar el fin de semana ¿qué te motivaría?

Al sentarme tomé un respiro y luego exhalé, asintiendo con la cabeza. -Sí, es cierto, para ser más precisos tengo Ansiedad Social.- Respondí también sonriendo le de vuelta.

La seguí con la vista al mismo tiempo que asentí con la cabeza. -Sí no es mucha molestia me gustaría un vaso de agua.- Una vez volvió con el vaso de agua dije. -Muchas gracias.- Antes de darle un sorbo al vaso, para así tener este entre mis manos tratando de mejorar mi postura al sentarme más recto, y también cada vez más relajado.

Luego solo me dediqué a prestar atención, asintiendo con la cabeza una que otra vez aunque un par de dudas se formaban en mi cabeza. ¿Ajustar el perfil al cliente? ¿Que eventos? ¿Y de verdad ninguna queja? Tal vez lo último sería exagerar para dar una buena imagen de la agencia, pero igualmente me dejaba pensando un poco en ello. Luego vinieron otras preguntas. ¿Que me apetece hacer? ¿Que me motivaría? Sentía que tal vez no tenía la información del todo de esta agencia, o tal vez como sería su forma de trabajar, así que decidí arriesgarme.

Con el ceño fruncido que reflejaba esa duda que sentía dije. -Perdón, no entiendo, ¿A qué se refiere a qué me apetece hacer y qué me motivaría? Siento que tal vez hay algo que me perdí.-

- A menudo los problemas de ansiedad social se perpetúan debido a una falta total de recursos prácticos. Aquí sabemos lo que necesita cada persona - se levanta nuevamente para servirse una copa, puedes ver como saca de un cajón una pequeña caja y la deposita delante de ti, sobre la mesa. Es una caja color beige con bordes en dorado y negro - es un regalo por ser la primera vez.

Si la abres te encuentras con una máscara veneciana - póntela, a ver cómo te queda - a continuación te empieza a hablar sobre la capacidad que tiene la gente para hacer actos totalmente libres cuando usa una de estas - la gente se desinhibe, te sorprenderías de lo que la gente es capaz - por supuesto, no hay magia cuando te has puesto la máscara, aunque te sientas extraño con ella, tampoco notas nada en especial.

Se acerca hasta ti y te indica que te levantes, se pone a tu espalda y te susurra lo atractivo que te encuentra, mientras te empieza a acariciar el cuerpo - escúchame Alex, quiero que cierres los ojos y me confieses lo que te apetece ahora, en estos momentos... habla.... habla sólo cuando yo te diga que lo hagas ¿me has entendido? ahora dime, qué te apetece?

Callé en el momento en que habló y di otro sorbo más largo de agua al vaso que tenía, observando como se servía una copa y luego dejaba la caja delante de mi sobre la mesa, la cual veo un poco extrañado. Dejo el vaso de agua sobre el escritorio y procedo a abrir la caja con cuidado, observando así adentro la máscara la cual tomo con delicadeza para así inspeccionarla, darle una vuelta con mi mano admirando ese tan elegante y hermoso diseño que tenía.

Cuando escuché su instrucción dudé un poco, pero luego solo me encogí de hombros y me la coloqué. No pasó nada, pero igual se sentía raro el llevar algo así en una entrevista de trabajo como esta. Presté atención a su pequeña charla, a como me decía que la gente se comportaba con ella puesta y la verdad es que la conversación y el ambiente se iba tornando un poco extraña, pero decidí mejor no decir nada.

Sin dudarlo mucho esta vez hice caso y me levanté, pensando de que tal vez era un raro ejercicio de confianza o algo parecido para la entrevista, pero al momento en que me susurra al oído y empieza a acariciar mi cuerpo, con mis nervios aumentando al igual que mi excitación me di cuenta que pequé de inocente, ya que de seguro esto no era lo que se me había prometido a un inicio. Primero me encogí un poco por las caricias y ese susurro que llegaba con suavidad a mi oreja. Debajo de la máscara me llego a sonrojar además de que como mencioné antes mi excitación iba en aumento, escuchando atento a sus palabras. Cerré los ojos, quedándome callado unos momentos mientras que mi corazón latía rápidamente dentro de mi pecho, y luego de guardar silencio por un rato finalmente lamí mis labios y hablé, sintiendo algo raro, como una especie de tranquilidad o incluso como si mis nervios fueran desvaneciéndose más rápido de lo que normalmente haría. ¿Acaso era de verdad la máscara? No lo sabía, pero finalmente ese deseo que tenía apareció en mi mente, y que por más pena que tuviera, decidí decirlo sin mediar palabra alguna. -Ser dominado.-

- Mmmmmm - me gustó su contestación, fue como si me motivara a hacerle cosas - si quieres, podemos probar Alex, al fin y al cabo, tengo que hacerte la ficha - me acerqué nuevamente a la mesa y saqué de un cajón una pequeña fusta, la cogí y golpeé la mesa - ven, acércate, de rodillas.

Me senté delante suya, apoyada sobre la mesa y me levanté un poco la falda - manos atrás - me gustaba verlo con nervios, era una especie de aprendiz, necesitaba aprender maneras - tienes que saber lo imprescindible para obedecer, cómo comportarte, qué decir, qué responder, cómo sentarte o tumbarte para no tener que ir diciéndolo todo ¿me entiendes? - le retiro la máscara y le coloco mi mano en el cuello - ¿quieres que te adiestre?

- Abre la boca - me coloqué a su lado, tenía su boca a la altura de mi sexo pero me di la vuelta y me quité la falda, acercando su boca hacia mí - sin manos, ni apoyos, adelante... - sí, tendría que jugar sobre mi ropa interior. Una aproximación, a ver cómo se comportaba.

De momento te seguí con la vista, observé la fusta y cuando golpeaste la mesa sentí un ligero escalofrío. No me acerqué hasta que me lo ordenaste, quedando a un par de pasos a distancia antes de arrodillarme, con mi corazón latiendo rápido por lo excitante que era todo, y eso también lo reflejaba por la obvia erección que se podía ver en mi entrepierna además de como poco a poco mi cuerpo subía de temperatura.

Cuando alzaste la falta mi vista se desvió para ver debajo de esta, y sin perder el tiempo con total obediencia coloqué mis manos atrás, sujetando con mi mano derecha mi muñeca izquierda mientras tenía la mirada alzada, luego asentí por la primera pregunta, pero una vez me quitaste la máscara todos esos nervios de antes volvieron de golpe, incluso sentí un poco de pánico. ¿Sabía mi nombre, mi rostro, tal vez mi número? Sí, pero ahora me sentí expuesto de repente cuando me quitaste la máscara. Abrí los ojos en grande, pero mi expresión se relajó un poco cuando colocaste tu mano en mi cuello. Tomé un respiro, sintiendo como mis manos empezaban a sudar un poco, pero traté de calmarme así que solo asentí con la cabeza de nuevo por la segunda pregunta.

Al escuchar tu siguiente instrucción te vi a los ojos, con una mirada que reflejaba mis nervios, y que tal vez podría verse tierna. Despacio empecé a abrir la boca, sin dejar de mirarte, y una vez te quitaste la falda y te diste la vuelta no podía quitar mi vista de tu cuerpo, el cual repasaba de arriba a abajo antes de terminar de acercarme por completo a tu sexo. Con una gran inseguridad finalmente pegué mi boca, tratando de imitar lo que había visto en pornos y comenzando a mover mis labios, dando lentas lamidas, con una mirada que decía "¿Acaso lo estoy haciendo lo suficientemente bien? ¿Te gusta?" y ese tipo de dudas, pero claro, sin detenerme.

No estaba mal pero bien tampoco, es decir, noté claramente que estaba lidiando con un novato - Bien, es suficiente - me aparté y me volví a la mesa, abrí un cajón y extraje una carpeta. Le hice señas para que se levantara y se acercase a la mesa - vas a tener que practicar más pero... tengo aquí lo necesario para ti - abro la carpeta y le entrego un tríptico informativo sobre un complejo recreativo con multitud de actividades - tengo un trabajo para ti, sí, te va a venir bien.

Le hago sentarse en la silla mientras yo me apoyo en la mesa delante suyo - vas a ir el viernes a esa dirección, allí te van a decir lo que tienes que hacer. No te preocupes, son dinámicas sociales que necesitas - le enseñé en el tríptico las señas del lugar - si no tienes forma de llegar, me avisas que mando a alguien para que te lleve - le explico que va a durar todo el fin de semana, que cuenta con servicio de residencia (habitación y restaurante) totalmente pagados, gratis.

- El sábado me voy a pasar por allí y te quiero ver... tengo grandes planes para ti y... lo vas a pasar bien.

- ¿Alguna pregunta, Alex?

Cuando me dijiste que me detuviera me detuve casi en seco. Pensé que tal vez seguiríamos e iría a más, pero no quería forzar algo, si decías basta era basta. Me levanté del suelo y me senté donde dijiste, aún desviando mi vista hacia abajo pero claro, prestando atención a todo lo que tenías que decir. -Esto no es definitivamente como pensaba que sería el trabajo.- Dije en voz baja mientras escuchaba los detalles y examinaba el tríptico, tratando de seguir las señas que estaban allí y asintiendo de vez en cuando.

-Sí, tengo dos pregunta... La primera es: ¿En qué me estoy metiendo exactamente? y también, ¿Hace falta que lleve algo de ropa allí o...?-