Partida Rol por web

Con los ojos entornados aún, Alessëa vio como sus flechas partían hacia la figura que, con el negro cristal en sus manos, estaba a punto de hacer que la profecía se cumpliera. Si alcanzaba el centro de la maquinaria, los doce dejarían de bailar, y todo se precipitaría.

Habían tenido otra oportunidad, gracias a la pequeña Joanna, la gran maga aún no revelada, un oportunidad única para impedir que el Nigromante se hiciera con el poder que ellos habían visto, con la telaraña de muerte y maldad que habían abandonado, de la que habían regresado... antes de que se urdiera.

Las cinco estelas brillantes siguieron idéntica senda, cruzaron la distancia que la separaba de Brass, y casi al unísono, impactaron en ella, todas, sin excepción.

La Arquera había hecho lo que había podido, ahora sólo cabía que el ente malvado sucumbiera... o que ella lo hiciera. O, así Los dioses lo permitieran, que llegaran sus compañeros a terminar lo que ella había empezado...

El sonido de las robustas puertas distrajeron a todos, y la aparición de un elfo hizo que los mayores estallaron en una actividad desbordante, como si algo muy importante acabaran de recordar. Pero Joanna no entendía lo que pasaba, pues aquel era un hermoso lugar y Cedric había vuelto a la vida. ¿Por qué ahora estaban tan preocupados? Es cierto, Zizel todavía estaba lejos, tal vez fuera por eso. Entonces, las palabras de Malkar la sumieron en un desconcierto total: aquel hermoso lugar… ¡¿iba a ser atacado?!

- Pero qué… -miró atónita a Kricco. ¿Tenían que salir corriendo? Eso había entendido de las palabras de Alasa- Marco, ¿qué pasa?

Ahora sí que estaba perdida.

A diferencia de las otras veces, el viaje fué tranquilo, acompañado por el suave olor de la propia Joanna, ese olor a rosas que parecía emanar de la chiquilla.

En un momento dado una imagfen empezó a dibujarse a su alrededor....

Ante ti apareció un rico y fabuloso valle,  las casas estaban trabajadas en el paisaje, mezcladas con plantas que crecían en el lugar y formando una serie de bellas arboledas, pequeños valles frondosos y vistas encantadoras. El Gran Valle de Evereska y el muro de la ciudad alojaban la mayor concentración de elfos lunares que permanecen en Faerun; era un lugar donde se cultivaba la belleza y donde muy pocos forasteros eran bien recibidos.
pájaros, gatos y pequeña fauna silvestre de todo tipo eran numerosos, incluso dentro de la misma ciudad. Hay una increíble diversidad de árboles poco frecuentes fuera del Valle. Los más comunes el roble, boxwood, el nogal, shadowtop, duskwood, bluetop y árboles hojasazules, que eran esculpidos por los mágicos evereskanianos, una guirnalda más del valle en su real follaje azul.
Rodeado por la Muralla del Prado, el centro del valle tenía un anillo interior de pequeñas colinas. Las tres colinas más altas, conocidas como las Hermanas, formaban un triangulo prácticamente regular alrededor de la ciudad de Evereska. Las colinas eran rotas por el río Aguas Cantarinas, el cual fluía a través del lado occidental de la ciudad. Excepto cuando estaba oculta por la neblina o la fina lluvia procedentes del moribundo mythal durante el sitio de los espinardos, la ciudad en si misma era una maravilla de presenciar, comprendida por una serie de jardines de césped y terrazas arboladas con cristalinos riachuelos que desembocaban en pequeños charcos y fuentes. No había calles propiamente dichas, pero si caminos zigzagueantes, algunos de los cuales se hallaban cubiertos de vegetación y la flora local. Notas musicales, cantos y pequeñas criaturas del bosque llenaban el aire pero sin llegar a ser algo molesto.
Muchas casas eran trabajadas en el propio paisaje, mezclándose con el crecimiento de las plantas y dando lugar a una serie de bellas emergencias, depresiones y vistas espectaculares. Otras son espléndidas mansiones con muchas agujas y balcones que ascendían a través de los enormes árboles. Finalmente, algunas casas abandonadas.

Las flechas impactaron en el cuerpo de la joven, haciendola sangrar profusamente.

Esto, es de verdad?

Zizel no entendía mucho donde estaba y desconfiaba de que sea otra ilusión pero lo cual se agachó tratando de interactuar con el ambiente buscando una respuesta.

Y ahora que está pasando? Dijo mientras tomaba un poco de césped en sus manos.
Donde nos ha llevado esa niña, cuando la agarre...

Tomo en sus brazos a Joanna para que la pequeña no tubiera que correr con ellos.
Algo malo va a ocurrir... se puso en camino hacia la torre con la pequeña en sus brazos. no se como lo has hecho pero hemos regresado atras en el tiempo, poco antes de que tu y yo vienieramos aqui por primera vez nego con la cabeza un par de veces. Es peligroso, muy peligroso ni siquierea deberia ser posible, los conjuros fueron destruidos.

Miro a sus compañeros.
Los riesgos de alterar el pasado son muy altos, no se si es bueno que intervengamos y que pasara si nos encontramos con nosotros mismos. La duda lo corroia antes habia deseado con fuerza evitar la masacre que iba a suceder en aquel lugar pero recordar lo que habia prendido sobre los viajes en el tiempo lo asustaba.

Mystra mi señora ¿que hemos de hacer, porque hemos vuelto? Murmuro para si mismo.

La palabras de Marco resuenan en los oidos del lenauro mientras se dirige a toda velocidad hacia la torre. El no conoce mucho de paradojas temporales ni de los riesgos de alterar el pasado. Solo sabe que Acerak está a punto de actuar y piensa evitarlo como sea

Escuchaba las voces, pero estas parecían provenir de algún lugar muy lejano...casi tanto como el sordo dolor que aún recordaba cuando la araña petrea le atravesó su pecho ahora recuperado.
Ropas teñidas de sangre. Su sangre. Una doble vestimenta que le decía a gritos que, simplemente, él no debería estar allí...y, sin embargo, el aire colmaba sus pulmones. Los ojos le mostraban luz allá donde únicamente debería existir oscuridad, una oscuridad casi palpable en el último lugar que recordaba.
¿Qué había ocurrido realmente? El último recuerdo, o al menos el último que quería mantener, en su mente era la mirada inocente proveniente de los grandes ojos de una niña pequeña, observándole mientras el terror se cernía sobre su figura, encarnado en el enorme cuerpo de una horrenda araña.

Esa niña, Joanna, se encontraba ahora en los brazos de Marco, cuyas palabras traían algo de luz, aunque no de real comprensión, al derviche.
Discernir la realidad no era su fuerte, pero sí pudo entender el significado de las palabras pronunciadas por el mago, y sin poder evitarlo respondió:

- Alterar el pasado puede ser peligroso - dijo - pero también lo es modificar el destino de los hombres...y si estoy aquí es precisamente porque decidiste dar ese paso.
Ahora nos ofrecen una segunda oportunidad, y aunque eso suponga perder la vida de forma definitiva, no puedo evitar pensar que estoy disfrutando de un tiempo que no es mío.

No dudemos más y sigamos al resto. - continuó mientras se acercaba a Joanna y le revolvía el cabello - Ya habrá tiempo para arrepentirnos de los errores.

Y sin más dilación, Cedric avanzó tras los demás.

Las flechas impactaron sobre el cuerpo de la mujer, o lo que fuera esa cosa en realidad. Su expresión era tanto de sorpresa, incredulidad, como de furia.

Tu...tu...maldita elfa ...- Dió unos pasos antes de caer de bruces. un espruto de sangre 

! Te maldi...!- Silencio.  Su mano dejo caer el cristal oscuro y malsano que llevaba en su mano, el cual rodó por el suelo...

A los pies de la torre en un lugar semioculto por la hermosa vegetación  que la rodeaba  vió a los dos guardianes consumidos en el suelo, apenas reconocibles por algún trozo de tela que aún quedaba. Ahora la entrada al lugar más sagrado que tenian los elfos estaba desierto.

El suave y melodioso canto del viento al pasar entre los arboles, el trinar de los pajaros, asi como el murmullo de voces de sus compañeros, eran los únicos sonidos que le llegaban

Repentinamente el lenauro detuvo su rápido vuelo y apoyó sus patas en el suelo mientras movía algunas ramas - Espero no sea tarde - exclamó al mirar la zona que había descubierto - Supongo que eran los guardianes - agregó dando unos pasos atrás y volviendo a elevarse en dirección a la torre, olvidándose por el momento de los restos sanguinolentos que dejaba a sus espaldas

- Rápido debemos detenerlo antes que convoque a ese monstruo antimagia - insistió a sus compañeros adelantandose gracias a la velocidad de sus alas

El interior de la torre era todabía más hermoso que el exterior.

Al entrar solo vió una hermosa escalera de caracol, que por lo hermosa que era bien podía ser que ascendiera hasta el mismo cielo. Los escalones parecían estar hechos de algún tipo de cristal que reflejaba la luz y refractandola en diferentes colores, dando un aspecto calido y acogedor.. Se sentía viva, rejuvenecida, en paz consigo misma, una paz que casi no recordaba cuando había sido la ultima vez que la había notado

Le había ganado la partida a ese ser oscuro, y ahora el cristal negro como el alma que acababa de destruir yacía en el suelo, cerca del más puro corazón de la Torre Élfica, cerca de los Doce, aunque éstos seguían su danza.

Alessëa sintió ganas de llorar, tal era el sentimiento que había atravesado su espíritu. Llorar de alivio, llorar de alegría, llorar de plenitud, si eso es posible. Pero aún no todo estaba hecho. Se acercó al cristal, con las lágrimas pugnando por lavar su rostro bello, se acercó con miedo. Pero no podía dejarlo ahí, a la espera de que algo más tomara el lugar de Brass, y acabara lo que él, o ella, había empezado.

Se agachó, y lo cogió, sabiendo que podía arder, o podía helar, o podía corromper, o podía matar. Pero había que destruirlo también, y sobre todo, había que alejarlo de allí.

Con la decisión arraigada en cada uno de sus poros, la Arquera rezó mientras corría, escaleras abajo, hacia sus amigos, hacia la Sacerdotisa hermana, más que amiga, iría al encuentro de su  pequeña Alasa y le confiaría esa gema del terror, para que su pureza la anulara.

Mientras corría, volaba, escaleras abajo, con el cristal en una mano y el Portador del Equilibrio en la otra, sintió cerca de su propio corazón otro latido. O quizá lo imaginó. Pero en su pecho sintió el calor de algo profundo, y amado. Shenasil estaba con ella, cerca de ella. Su Gema corazón latió, fuera en su pecho o en su mente. Pero ahí estaba, y ella lo supo: tanto si lo lograba, como si no, tanto si el cristal oscuro la derrotaba, como si no, ella no estaba sola. El amor de Shenasil estaba en ella. En su triunfo, o en su muerte...

La gema le quemaba con un fuego frio.  Notaba como ese fuego se extendía empezando por la mano en la sujetaba y, de ahí irradiando hacia el resto del cuerpo, como si de unos zarcillos se trataran.

Mientras bajaba las escaleras y salía de la torre tenía  frio y se sentía vacía, como si la muerte se estuviera adueñando de ella, pero en su interior notaba como una llama calida y amiga latía en su interior y hacía que aún se mantuviese en pié.

El mundo a su alrededor le resultaba irreal, estaba borroso.